La poesía permite vivir - María Victoria Reyzabal, poeta

Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
Lo vivido y lo por venir, lo sentido y lo pensado, incluso lo fantaseado. Todo cabe en el poema. María Victoria Reyzabal, poeta, además de ensayista, suma estos días un volumen más a su quehacer poético. Sus lectores fieles están de enhorabuena y los que aún no la conocían, tienen una nueva oportunidad para acercarse a su obra. 

Un nuevo poemario, Plegarias a un dios indiferente, Editorial Vitruvio, que se presenta el próximo día 28 de septiembre en la Biblioteca Eugenio Trías.

María Victoria Reyzabal, poeta. Tengo publicados 18 poemarios, lo que implica que toda mi vida ha transcurrido entre los rieles de los versos. Para mí, el mundo entero puede traducirse en poemas: textos de amor o desamor, dicha o tristeza, afirmación o denuncia. Y esto no quiere decir que piense que la poesía solo manifiesta los sentimientos del autor, no, a veces lo hace y otras pone en pie emociones, ideas, logros, frustraciones generales o simplemente de otras personas. Lo importante es que sea sincera, que no se ponga máscaras y no se autocensure ni prostituya.

La poesía da alas a la experiencia y permite vivencias cuánticas que traspasan el tiempo y el espacio. Por eso espero que me ayude y nos ayude a seguir persiguiendo la realidad desde múltiples ángulos. Por ejemplo, este último poemario propone una conversación con la divinidad, existente o no, que plantea una especie de transteología religiosa propia de nuestro tiempo.

Si la poesía es Intensidad, Ritmo y Voz, cómo definiría voz.

La voz del o de la poeta nace de lo más profundo de su ser, remite a sonidos primigenios. Poetizar es cantar aun sin música, por supuesto aun sin auditorio, por propia necesidad de existir, de verbalizar en la forma más bella que se pueda la realidad del mundo y de la gente que, en los afanes cotidianos, muchas veces pasa desapercibida como el perfume de una brisa o la sal que nos invade cuando estamos apesadumbrados.

La poesía parece vivir un auge en estos días, en estos tiempos que no parecen precisamente poéticos.

El auge de la poesía, en esta época pragmática y neocapitalista, siempre es relativo. El poeta sabe que nunca vivirá de ella, que tendrá que escribirla en los ratos que le dejen las otras tareas y, sin embargo, si es un verdadero trovador, vivirá enriqueciéndola desde todas sus posibilidades: lectoras, escritoras, críticas, tertulianas… La poesía, por tanto, hoy no es un oficio, es una devoción irrenunciable que exige luchar por una lengua viva y estética en contra del silencio de la rutina, la dejadez y la incomunicación de la intimidad humana. Quizá por esta sociedad aparentemente ajena a lo poético, la poesía siga siendo imprescindible.

Cuál cree que es el reto hoy en día para un poeta, para crear una voz poética diferente.

Dicen que el poeta nace y no se hace, pero yo solo lo creo a medias. Desde luego, posiblemente se nazca con cierta predisposición, pero luego hay que crecer alimentándola y ello implica muchas lecturas, muchas reflexiones literarias, muchas pruebas de escritura buscando un estilo propio y más actos de correcciones o descartes; incluso es importante contar con lectores de confianza que te hagan observaciones serias, reales, de esas que te permiten verte desde fuera, que te exigen algo más… Y, después de todo esto, hay que poner el libro en el mundo para que tenga la oportunidad de recorrer su propio camino.

¿Apunta versos en cualquier pedazo de papel, tiene una rutina regular de trabajo, la inspiración llega por una imagen o una frase escuchada?

Escribo todas las mañanas varias horas. A veces, por las noches, cuando no duermo todo lo que quiero, ya inicio poemas que luego desarrollaré. Otras, me siento temprano, sin ninguna idea y me obligo a garabatear vivencias, ilusiones, temores… Otras, antes de sentarme, el poema o parte de él ya ha nacido. Eso de la inspiración, que obviamente existe pero menos de lo que se cree, no es lo más frecuente. Hay que buscarla centrándose en la temática con la que estás trabajando, obligándola a que asuma el tono elegido. Yo no escribo poemarios de aluvión, es decir, no hago una selección más o menos aleatoria de poemas previos, sino que trabajo cada libro de manera unitaria, dentro de los mismos lineamientos líricos, ubicados en perspectivas confluyentes y manteniendo el mismo tono expresivo; y claro, en ocasiones, una imagen, una sensación, un sonido, una palabra…, me despierta el mecanismo de la creación.

Qué poetas contemporáneos en lengua española cree que merecen la atención del público.

Hay muchos poetas valiosos aquí y en Hispanoamérica, interesantísimos escritores que sería largo enumerar, algunos poco conocidos, pero a la inversa de la pregunta, me parece básico relativizar el protagonismo de aquellos promovidos por su adhesión expresa, y no siempre desinteresada, a grupos que les sirven de promotores gratuitos y que, en consecuencia, les limitan y hasta les dan pautas para concretar ciertas manifestaciones. El arte, todo el arte, incluso el comprometido socialmente o políticamente, que me parece fundamental, creo que debe ser libre, abierto, honesto y equivocado o no en sus planteamientos, salir no solo del corazón y del cerebro, sino también de las entrañas de su artífice.

(...)
pero aquí y ahora
no se escucha nada
no hay niños gritando
por lo que te doy las gracias
ni televisiones usurpando las ondas
ni camiones
ni truenos
absolutamente todo se ha callado
o me has dejado sorda.


Plegarias a un dios indiferente
María Victoria Reyzabal
Editorial Vitruvio
Biblioteca Eugenio Trías
28 de septiembre, 19.30h