lunes, 22 de mayo de 2023

Feria del Libro de Madrid 2023 - Días de firma - Maribel Orgaz




6 de junio, martes 19h-21h. Caseta Librería Lé, Número 191 




Mujeres en la Historia de Madrid 

27 de mayo, sábado 19h-21h. Caseta Grupo Editorial Sargantana Nº 323


2 de junio, viernes - 18.30h. - 19.30h. -Caseta Ed. Cuadernos del Laberinto. Nº 108





sábado, 13 de mayo de 2023

Ser poeta es una manera de estar en el mundo - José Ramón Ayllón Guerrero, Pacific Grove

 

José Ramón Ayllón Guerrero desarrolla una labor poética que crece año a año y que ha sido reconocida con diferentes galardones. Su poemario Mástil de nubes obtuvo el Accésit Premio Barro, 1981; Donde la piel no llega, el Premio Juan Bernier 1992; por su parte, Climogramas de estación emocional fue premiado con el  Miguel Labordeta, 2016. Ese mismo año, recibió el Pepa Cantarero por Geografía ausente y al año siguiente, de nuevo su labor poética fue reconocida con el Premio Águila 2017 por Con las raíces vueltas hacia arriba. En 2020 añadió a sus premios el Blas de Otero de Majadahonda con Arrecife de sombras. José Ramón Ayllón Guerrero es también autor de A caballo entre cáncer y regaliz de palo (Ediciones Oblicuas, 2017), Donde la piel no llega (Los Libros del Gato Negro, 2020) una reedición ampliada del anteriormente mencionado con el mismo título, y ha escrito además dos novelas, Castillo de tierra y Castillo de fuego. Ha participado en diferentes Festivales de Poesía e IMÁN publicó una antología de toda su obra en su número de junio de 2018. Su última obra, Pacific Grove es un poemario sobre sus viajes por Estados Unidos, una tierra a la que está ligado de manera personal. Su página web, y no es habitual, recoge toda la información sobre su escritura, lo que para cualquier lector que quiera profundizar en su obra es de consulta obligada.


La poesía es un quehacer, por así decir, de toda tu vida. ¿Cuál es tu evolución como poeta?

Crecer y madurar en el intento de ser cada vez mejor persona es también el quehacer de la vida, ¿no? Supongo que mi trabajo como poeta va íntimamente ligado a esa premisa, en cuanto a que ese crecimiento vital se traduce, quieras o no, en lo que escribo. Al margen de eso, y reafirmando los elementos que mencionas en tu pregunta, creo que quizá también he ido conquistando con el tiempo nuevos caminos a nivel formal a la hora de enfrentarme al poema.

Con eso y todo, de la misma manera que el poema acaba finalmente cobrando vida cuando llega a los ojos del lector, creo que es posiblemente el lector el que tiene más herramientas objetivas para poder analizar la evolución que haya podido tener mi obra.   


Pacific Grove es un poemario surgido de un nuevo viaje a EEUU. ¿Cuál es la América de José Ramón Ayllón Guerrero?

Curiosamente, y a pesar de que esa América de la que hablas ha formado quieras o no parte de nuestro imaginario colectivo, gracias fundamentalmente al cine, nunca EE.UU. entró cuando era joven en objetivo a descubrir, y siempre me llamaron muchísimo más la atención otros países y otras culturas a la hora de viajar.

Llegué a EE.UU. porque por puro azar la vida me lo puso en el camino. Me encontré ni más ni menos con que realmente es como lo vemos en el cine, pero a lo grande: espacios infinitos, desiertos frente a montañas nevadas; carreteras inacabables y a veces solitarias, donde el paisaje y la música sonando en el coche —cómo entiendes de hecho en esas circunstancias la música country, por ejemplo— son tus únicos acompañantes; megalópolis donde el espíritu americano propiamente dicho desaparece junto a ciudades que son ya la América profunda; el sabor del legado de los indios, de la conquista, de las gestas no tan lejanas de tener que construir un país; el puritanismo, la diplomacia como valor comunicativo en las relaciones personales o esa necesidad de tener que llenar con la espiritualidad no sé bien qué tipo de vacíos, nunca en España curiosamente me he visto en un supermercado hablando de Dios… Todo eso hizo que, por una parte, me reafirmara en la idea preconcebida de que me resultaría muy difícil vivir allí, pero, a su vez, me permitió acuñar la frase que sirve casi como prólogo a Pacific Grove de que la tierra es inocente. Desde ahí, después de todos esos viajes que mencionas, no me canso de recomendar a mis amigos que, si tienen ocasión, se permitan el lujo de conocer esa América.


Si la poesía es intensidad, ritmo y voz. En tu opinión, ¿qué es la Voz?

La voz es ni más ni menos ese algo que no está desconectado de los otros elementos que mencionas y que te permite reconocer a un autor cuando lo lees. En ningún momento, por consiguiente, estoy hablando de palabra solo, como quizá se podría malinterpretar. El vocabulario, el ritmo, el uso de unas determinas imágenes poéticas con mejor o peor fortuna, el tono, la métrica, la rima o no rima, la intención, la sensibilidad, la forma de abordar un determinado tema es lo que entiendo como voz.

Volviendo al cine y tomándolo como ejemplo que me puede ayudar a explicarlo, de la misma manera que el plano y la secuencia son los signos que permiten construir una película y son los que acaban definiéndola, todos esos elementos que te he enumerado antes vendrían a ser en poesía los signos que nos llevan a escribir un poemario. Con un mismo tema y, si me apuras, con un mismo guion, podríamos pues filmar/escribir tropecientas películas/libros de poemas abismalmente diferentes en función de la voz del autor.


¿Cuál es la principal dificultad para desarrollar una labor poética?

En mi opinión, la principal dificultad es dar salida a tu obra en condiciones dignas y equitativas —no aspiro ya a hablar de que te permitan vivir de tu trabajo, mucho menos si estamos hablando de poesía.

Hemos acabado conformando una sociedad en la que la cultura no es un valor mientras que paralelamente la fama está sobrevalorada; en la que el espíritu crítico y la dialéctica brillan por su ausencia; una sociedad que, a su vez, se ve engullida y a la merced de lo que dicten las redes sociales.

Todo eso amplifica la cada vez mayor proliferación de noticias falsas, por ejemplo, o de productos cuyo principal mérito es cosechar miles de likes en cualquier foro, independientemente de su valor real que no cifro, por supuesto, en la afinidad que puedas encontrar con un autor, sino en la como mínimo seriedad y coherencia de su trabajo. Todo forma parte de lo mismo y da igual que estemos hablando de política que de literatura o de cualquier otro fenómeno.

Por una parte, entonces, tienes como muchísimos más altavoces para hacerte oír, pero que son altavoces en los que todo vale y en los que ya ni se cuestiona si subir a diario un presumiblemente poema a esas redes es lo que te hace poeta, o fotógrafo el colgar tropecientas fotos en Instagram o Facebook. Pero esos muchos likes no dejan de ser paralelamente sinónimo del negocio que una editorial o una discográfica o una productora puede acabar haciendo con un determinado personaje.

Súmale los también presumibles sumos sacerdotes que crean tendencias y dictan su incuestionable veredicto en esos círculos —que no dejan de ser muy endogámicos— y súmale que hoy en día te puedes sencillamente autoeditar o colaborar económicamente con una editorial para que te publique, sin que ello comporte necesariamente un listón de mínimos. Para bien y para mal, el panorama es ese.

Salvando, pues, afortunados, honrosos e incuestionables nombres que son los que posiblemente en el futuro quedarán como firme rúbrica de la época que nos ha tocado vivir, me viene muchas veces a la cabeza el dicho popular de que vale más caer en gracia que ser gracioso.



Afirmas que un poeta es un pornógrafo emocional, pero dónde está el límite entre el narcisismo y el mostrar una visión desde el mundo interior.

A ver, yo he afirmado en ocasiones que creo que mi poesía es pornografía emocional porque, casi en su totalidad, parte de vivencias íntimas, pero para nada afirmo que todo poeta tenga que serlo ni me considero poéticamente un narcisista. Igual cualquier día mis posibles lectores me tachan como tal y me da un medio infarto. Sí que me reafirmo en que ser poeta es una manera de estar en el mundo, de mirar, de relacionarte y que eso va mucho más allá de que luego puedas o no escribir versos.

Soy una persona más navegando como tantos por todos los gozos, penas y problemas que nos va regalando la vida y, como tal, presupongo que comparto con una inmensa mayoría las mismas preocupaciones, curiosidades, dolores de cabeza, emociones y sentimientos, más allá de la necesidad o capacidad que pueda tener luego para expresar todas esas cosas, de la misma manera que otra gente tiene capacidades que a mí me serían imposibles de desarrollar.

Hurgar en ese mundo interior del que hablas no deja de ser, pues, hurgar en el de mucha gente. Para mí es importante, al margen de la consabida responsabilidad que comporta un trabajo, intentar conectar de la manera más sincera con esa íntima experiencia personal que, de alguna manera, considero universal y que, por consiguiente, puede ser sentida y compartida por muchísimos lectores. Aquello que considero íntimo e intransferible se queda en el tintero. No veo, por lo tanto, el narcisismo.


En tu opinión, qué poeta está infravalorado.

Tu pregunta me lleva a todo lo que te he comentado hace un momento al abordar la sociedad en la que nos movemos, que no deja de ser una opinión personal y debatible. Hablaba entonces, entre otras muchas cosas, de capacidades y ni me considero, objetivamente hablando, cualificado para hacer una lista ni soy el tipo de persona que la haría porque, entre otras cosas, correría el riesgo de dejarme en el tintero a alguien.

Dejémoslo entonces en que, desde luego, sí creo que hay muchísimos artistas —no sólo poetas— que se merecerían ser reconocidos tanto o más que algunos de los nombres propios que, por una u otra razón, acumulan titulares. Te lo digo yo que, después de todo, me visibilicé hace poquísimo y que tampoco formo parte activa de ese mundillo, pero me temo que es una opinión que sería compartida por mucha gente, aun cuando luego los nombres bailaran por cuestiones de análisis subjetivo.



                                                                            Las Vegas 

Suenan las tragaperras
y el whisky se derrama sobre el fingido gesto
que sepulta una raya de ansiedad permanente
y el contacto metálico en la espalda
de una pistola virgen.
Cien mil televisores multiplican
por columnas de vidrio
noticias repetidas y el mismo sonsonete
que acompaña la ausencia de las horas,
como si el mundo fuera la secuencia
de un tiempo detenido sobre el tapete verde,
donde la noche alienta la magia de los números,
y todas las pupilas contemplaran
un difuso paisaje de montañas de plástico.
La fiebre del desierto descarrila en los tubos
de aire acondicionado. Ni una sola rendija
para albergar los cables maltrechos de otra infancia.
Fugaz cortocircuito
de tabernas y viejos futbolines,
de tómbolas e imberbes humedades
vertidas en los pozos del insomnio,
de colillas lamiéndonos el pecho
aún adolescente. Fuera, en el bulevar,
un cortejo de coches de colores
evoca por segundos
el festivo compás de una charanga.


Pacific Grove
 José Ramón Ayllón Guerrero
Editorial Cuadernos del Laberinto



martes, 9 de mayo de 2023

El alma ríe y admira y no se le ocurre en el mundo nada mejor -Mozart de camino a Praga, Eduard Mörike

 


Rosa Sala Rose, junto a Elena Cortés, son dos germanistas de referencia en España y la Editorial Alba encargó a Sala Rosa la preparación, incluida la traducción, de esa pequeña obra maestra, Mozart de camino a Praga de Eduard Mörike.

En 1787, los Mozart viajaron a Praga para dirigir la puesta en escena de Don Giovanni, la ópera que fue calificada por el filósofo Søren Kierkegaard como una de las obras cumbres del arte, si no la mejor.

Mörike, un poeta del romanticismo tardío, según los especialistas, escribió apenas cien páginas fabulando sobre un paseo campestre, para estirar las piernas, tras horas de viaje en carruaje. Constanze se queda en una posada y Mozart decide andar un poco más e internarse en el bosque. Encuentra un jardín y en él un pequeño naranjo y corta, ensimismado, una naranja.

Lo que no sabe es que ese arbolito es una joya de la aristocrática familia y que va a ser entregado a la joven heredera de la casa con motivo de su matrimonio.

El naranjo es, según los biógrafos, el granado que Mörike daba por muerto y que resucitado decidió regalárselo a un amigo. El fruto que Mozart arrancó es una suerte de magdalena de Proust, según Sala Rosa: Mozart era un jovencito de trece años, asistió a una fiesta en el río y contempló maravillado cómo las muchachas se lanzaban de una barca a otra quizá naranjas quizá pelotas. Un ambiente festivo y alegre que impregnó para siempre el alma del compositor.

El constante ir y venir del pasado al presente, un Mörike en estado de gracia o podría decirse, impregnado de jovialidad y belleza, "ahogado de aromas" por la música de Mozart escribe un relato en el que también "el alma ríe y admira y no se le ocurre nada mejor en el mundo".

El lapso temporal de lo narrado es muy breve, una tarde, pero ahí están, la armonía y humor del matrimonio Mozart, el trabajo constante y en muchas ocasiones, las duras condiciones en las que el compositor tenía que hacerlo valer: "dedica la mitad de su tiempo y su energía a obtener dinero", sus distracciones con alguna otra mujer, la crítica a una aristocracia decadente que en un par de años llevaría a toda una nación a sacudirse de encima siglos ominosos, el gusto de Mozart por las fiestas que agotaban según Mörike sus nervios y su condición física. 

El lector sobrevuela diálogos sobre mitología, una noche desvelada terminando la bajada a los infiernos del comendador, un concierto a beneficio de una criada que no tiene suficiente dote para casarse, un aristócrata torpe y presuntuoso, una heredera admiradora del compositor, las fantasías de Mozart en torno a una sencilla vida campesina libre de su don. Todo armoniosamente entretejido. Todo bajo el influjo de la engañosa ligereza de la música mozartiana. 

Pero quizá lo mejor del texto es que está impregnado del asombro, del cariño sincero al compositor, del casi maternal cuidado con el que se lamenta de que no cuidara más su salud, de que dejara de lado flirteos que no le merecían como la protegida que le apodaba morritodecerdoafeitado. 

Mörike sienta al piano a Mozart, en el salón del palacio de cuyo jardín osó tomar un fruto, y regala a esos aristócratas, cuyo tiempo está ya acabado, una interpretación de una pieza que componía esos días:

"Una de esas obras en las que la belleza más pura se pone voluntariamente, como por capricho, al servicio de la elegancia, pero como si estuviera meramente velada bajo esa forma más lúdica y arbitraria y escondida tras una infinidad de luces encendidas, aunque delatando su nobleza más característica y vertiendo derrochadora su pathos maravilloso".

Hace callar a los aristócratas, les hace escuchar con interés y en solemne silencio por unos instantes. Al finalizar, su esposa le recuerda que al día siguiente han de continuar el viaje, que son las once de la noche y han de irse. Él responde que ha surgido así y ya no tiene remedio.

Tras la cena, les prestan un carruaje y la pareja se despide alegremente de sus anfitriones. La joven heredera, Eugene, no puede evitar, al contemplar cómo se alejan, que un presentimiento se abra paso en su corazón: 

"aquel hombre se estaba consumiendo rápida e irrevocablemente en sus propias brasas y no podía ser más que una fugaz aparición sobre esta tierra, pues ésta no era capaz de soportar el exceso que emanaba".

 

Este texto forma parte de la presentación que junto a María Pérez Herrero, músico, hice el pasado 9 de mayo en la Mediateca Pablo Iglesias de Alcobendas, P.º de la Chopera, 59,(Madrid). 

sábado, 6 de mayo de 2023

La luz y la oscuridad de Mozart - Mozart de camino a Praga de Eduard Mörike - 9 de mayo, 19h. Una tarde musical. María Pérez Herrero, músico y Maribel Orgaz, escritora - Mediateca Pablo Iglesias (Alcobendas, Madrid)

 



“Sufre la paradoja de deber su fama básicamente al genio de otros”, afirma la nota de la editorial Alba en la edición de esa pequeña joya: Mozart de camino a Praga del poeta alemán Eduard Morike prologada y traducida por la gran germanista Rosa Sala Rosa.

El próximo martes, 9 de mayo, a las 19h. en la Mediateca Pablo Iglesias de Alcobendas (Madrid) hablaré junto a María Pérez Herrero de Eduard Morike, cuyos poemas "Mi amada tiene un jardín/con una preciosa colmena", deben su fama a los lieder de Hugo Wolf y su mejor novela, Mozart de camino a Praga, al compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart. 

Morike, un pastor alemán protestante, con un matrimonio desgraciado y una compleja relación con las mujeres, según los especialistas en su obra, inventa una anécdota, el capricho de Mozart de arrancar una naranja de un arbolito destinado a una fiesta, para escribir con afecto y cariño del gran músico y su ópera Don Giovanni.

Un día, charlando con María Pérez Herrero, músico, sobre nuestras óperas preferidas, la  admiración de ambas por Don Giovanni, ¿cómo se puede hacer una obra maestra con un personaje tan detestable?, nos dio la idea de preparar una tarde musical-literaria... y aquí está.







viernes, 5 de mayo de 2023

Podcast Mujeres Extraordinarias - Ayuntamiento de Alcobendas (Madrid)

 


El pasado 4 de mayo hemos comenzado a grabar nuestra serie de podcast sobre Mujeres Extraordinarias. Nuestra primera mujer extraordinaria ha sido Zenobia Camprubí y pronto continuaremos con Mujeres de Alcobendas.

Hace un año, el ayuntamiento de Alcobendas comenzó a preparar un amplio programa de podcast en el que se incluyen las conferencias impartidas en el municipio, el acercamiento a las diferentes asociaciones municipales, entrevistas a vecinas y vecinos y eventos de interés. 

Por nuestra parte, hemos contribuido con una serie sobre Mujeres extraordinarias que esperamos sea una contribución de interés para todos aquellos que quieran acercarse de manera amena a la vida y la obra de tantas mujeres que contribuyeron a hacer de Madrid un lugar mejor.

Después de la grabación, es necesaria la edición y cuando desde el área de comunicación nos envíen el link, le daremos difusión.  

María Pérez Herrero (izquierda fotografía) es autora, entre otras, de las novelas Ingredientes ocultos (Editorial con M de Mujer) y  Ni Tontas Ni Locas. Editorial Espasa. 

Maribel Orgaz es autora de Mujeres en la Historia de Madrid (Editorial Sargantana) y Flores. El Esplendor de la Tierra (Editorial Cuadernos del Laberinto).