domingo, 5 de noviembre de 2017

Un pirata que desayuna champán - La República de los Ladrones de Natalio Grueso

Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
"Un pirata que desayuna champán y bebe dry martini", resumió Natalio Grueso "un héroe cobarde que, al menos, intenta no cometer injusticias". Eso es Bruno Labastide, el Casanova de su anterior novela, La soledad que funcionó muy bien entre los lectores y se tradujo a más de diez idiomas y que ahora protagoniza La república de los ladrones, su última novela. Labastide se lanza a buscar un tesoro, el que en 1702 se llevaron piratas ingleses de barcos españoles.

Escrita en un hotel modesto de Trafalgar, contaba Grueso en la rueda de prensa junto a su editor, Manuel Pimentel y el actor, Juan Diego; la documentación La república de los ladrones le llevó aún más que su escritura.

"Hay cuatro cosas en la creación que un autor necesita", explicó, "el talento y la inspiración que no dependen de uno pero la técnica, conocer bien tu oficio y la constancia sí. Si trabajas todo acaba llegando".

"Creo que vivimos en una secta", se extendió el antiguo director del Teatro Español, "los que vivimos en torno a los libros y la cultura somos pequeños guerrilleros. Desde el editor, al lector, el periodista. La educación a nivel mundial está relegada, el contrato de Rousseau olvidado pero sólo la cultura y la educación nos librarán de esta nave de necios".


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