martes, 15 de noviembre de 2016

Un poeta en la Naturaleza, una elección de vida. David Hernández Sevillano

Maribel Orgaz - info@leerenmadrid,com
Los premios a los poemarios de David Hernández Sevillano son impresionantes, entre otros, el Premio Hiperión. el Nacional de Poesía Miguel Hernández o el Jaén. David Hernández vive con su familia en la provincia de Segovia y regenta en un pueblo de apenas treinta vecinos, una hermosa casa rural, El Lagar de Vegafría.

Su último poemario, Para bajar al mundo recorre los días según haya escuchado o no, el canto de los pájaros. Las fotografías que acompañan esta entrevista han sido realizadas por Mark Ritchie. 

Hace unos días en la entrega de un premio de poesía, un asistente preguntó qué es la poesía y se le contestó: ritmo, intensidad pero sobre todo Voz. 

David Hernández Sevillano, poeta - Dando como posible esa definición de poesía, a mi entender ritmo e intensidad serían los parámetros externos, es decir aquello que puede ser observado de un modo más o menos objetivo desde fuera (serían como la receta de un plato de cocina), parámetros más o menos “aprendibles”. 

Lo interesante de la definición y por lo tanto también de tu pregunta es el tercer factor, la Voz, que sería aquello que es innato al poeta, diferente en cada uno e incluso diferente en diferentes momentos de un mismo poeta, es la magia. Por supuesto no puede aprenderse, aunque sí puede buscarse, de hecho un poeta siempre está en busca de esa Voz. Y además creo que un poeta puede tener muchas Voces, desconfío de la idea de que un poeta debe encontrar “su” Voz única.

Poetry Slam, festivales de poesía multitudinarios. ¿A qué atribuye el auge de la poesía en un tiempo que parece todo menos poético?

En realidad este tiempo puede parecer menos poético si solo nos fijamos en lo superficial (aunque por otra parte dudo de que a un agricultor de hace un siglo, a un trabajador de las fábricas del XIX, o un mercader de la Edad Media, su tiempo le pareciese muy poético). En realidad creo que ahora mismo se están rompiendo muchos lastres que arrastrábamos desde hace tiempo, sobre todo en lo referente a mostrar las emociones, lo emocional. 

Creo que la poesía es el lenguaje por excelencia de lo emocional y por eso ha encontrado estos nuevos cauces tan generosos y exuberantes. El ser humano es, antes que pensante, sintiente. Por naturaleza necesita comunicar esos sentimientos, reconocerse en los de sus congéneres. Creo que en esta época este factor humano está quitándose muchas capas de encima y creo que el verdadero progreso de nuestra especie (si es que lo hay) va por este camino.

En su poemario El punto K parece resonar la vida campesina.  

Para mí la poesía es una actitud, una manera de mirar el mundo (para la que en realidad las palabras no serían necesarias). Cuando yo conecto con esa actitud intrínseca (ocurre menos veces de lo que me gustaría) todo lo que me rodea de forma natural cobra una especial importancia. Si no fuera así para mí sería una impostura. 

En cuanto a lo fenomenológico lo que me rodea es la vida en un pequeño pueblo de Segovia. Por tanto sus escenarios, sus gentes, sus pájaros son herramientas necesarias, al transformarse en palabras, para poder llegar a comunicar lo que necesito.

Fotografía: Mark Ritchie
Usted vive en lo que ahora se denomina la España vacía, en un pueblo muy pequeño regentando una casa rural junto a su familia. 

El hecho de vivir en Vegafría es, en mi caso, una elección de vida. Para mí esto es muy importante, la coherencia. No es que mi poesía parta de estos escenarios, sino que mi poesía parte de mi vida. Es decir mi empeño no está en lo que mi poesía va a decir o cómo lo va a decir o qué va a callar, todo eso es solo un efecto secundario de vivir como vivo.

Qué corriente poética o qué poetas deben llamar la atención ahora. 

Por la forma en que tengo de entender la poesía considero que toda puede aportar algo a alguien, por lo que toda tiene su valor. Creo que cada cual debe encontrar aquel lenguaje (estilo o corriente poética) con el que más conecte. 

Particularmente hablando de nombres que a mí me han llegado (nuevamente insisto en que me han llegado desde un punto de vista emocional, he conectado con su lenguaje) podría nombrar muchos, pero prefiero mencionar libros que para mi han sido importantes, ya que como ya he dicho antes un poeta puede llegar a cambiar mucho de un momento a otro en función de lo que necesita transmitir. 

Ahora mismo recuerdo y recomendaría Por si los pájaros de Katy Parra, El cazador de luciérnagas de Alejandro López Andrada, La fiera de Ben Clark, Los ojos de la niebla de Raquel Lanseros, La hora del crepúsculo de Javier Vela, De la letra menuda de Fermín Herrero, Nunca es tarde de Benjamín Prado. Me dejo tantos en el tintero…

Cuál sería el mayor desafío del poeta y de la poesía hoy en día. 

Lo que sí tengo claro es que la experiencia de un joven de hoy en día (poeta o no) es muy diferente de la de otro de hace 20 años, pero experiencia lo es, es la suya al menos. Desde esta perspectiva vuelvo a la idea de que muchas máscaras están cayendo en lo sentimental y desde luego muchos de los nuevos poetas llegan con un discurso mucho más directo, lo que engancha con estas generaciones que vienen por detrás. Bajo mi punto de vista esto no es ni mejor ni peor (en cuanto a calidad literaria) simplemente es diferente. 

El principal problema para un poeta hoy en día (y me atrevería a decir que siempre lo ha sido) es llegar a no ser fiel a uno mismo ¿quizás por pensar más en el lector que en lo que la poesía pide?, ahí dejo la pregunta. 



2 comentarios:

  1. Como siempre es un placer leer algo sobre ti David pero lo es más oírte en directo. Si lees esto te agradecería comentaras si tienes previsto algún acto público.

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