domingo, 22 de junio de 2025

Lo horrendo en un un bello lugar - El paso canadiense, Marisa Repiso Álvarez, escritora y montañera - Scribo Editorial



El paso canadiense es la primera novela de Marisa Repiso Álvarez. En un paraje idílico, un valle del Pirineo, una mujer aparece asesinada. De la investigación se hará cargo una inspectora, Aldara que a lo largo de trama hará también un viaje interior, un doble descubrimiento. "He intentado que prevalezca en todo momento la naturaleza", ha afirmado Repiso en la presentación y añade con humor que durante la escritura, se dio cuenta de que había paralelismos entre la cultura japonesa y la gallega, desde elaborar licores hasta rituales con el agua. Aldara ya está en un segundo caso, ha adelantado la escritora, "pero en otro valle". 


Si la inspectora Aldara tuviera que escribir un perfil, que diría. 

Aldara destacaría su formación universitaria en psicología y criminología, experiencia de diez años en el campo de la investigación de delitos graves, conocimiento de los procedimientos legales, orientación al logro, capacidad analítica, gestión del estrés, capacidad para trabajar bajo presión, disponibilidad a tiempo completo y alta preparación física.

En cuanto a mostrar su gran valía, Aldara es de perfil bajo, por limitarse a lo estrictamente necesario y por intentar pasar inadvertida. Si Aldara presentara su valía públicamente le resultaría un poco forzado. Es una persona que se guarda por lo que se refiere a su vida personal y que en lo profesional no se permite romper con lo que debe ser. Su carácter reservado traza una barrera con sus compañeros que ellos mismos intentan romper con notas de humor. En los diálogos entre la inspectora y su equipo se refleja con sorna ese contraste entre su enfoque de la investigación  y sus ayudantes.

La lucha por la defensa de las víctimas, la búsqueda de conocimiento a través de los libros, el actuar con rigor y atender su bienestar, son las coordenadas que aplica para descubrir la autoría del crimen. Aldara cuida su cuerpo y su mente. Intenta buscar el equilibrio en su vida y en su trabajo. Atraída por la naturaleza se sirve de su poder para cargar las energías y provocar los encuentros con los sospechosos. La profesionalidad marca su empeño por conseguir resolver el caso. Su punto débil está en haberse visto superada y marcada en un penoso episodio de su vida, lo que le hace ser rígida en exceso. Sin embargo, de manera progresiva, esa rigidez se va destensando y acepta otros métodos menos ortodoxos y más emocionales para la investigación.


El mal en un paisaje idílico como es el Pirineo. ¿No hemos sospechado siempre de la visión romántica del paisaje?

El paso canadiense  es la historia de un crimen ambientada en un valle con las montañas más altas del Pirineo. El mal se muestra entre montañas, bosques, cascadas… ¡Qué mejor sacudida que lo horrendo se descubra en un bello lugar! 

En cuántas historias, el viento, las tormentas, los páramos o el mar son los elementos que evocan soledad, recuerdos, vida, muerte, amor. Un paisaje puede transmitir infinidad de emociones. La naturaleza es un espejo en el que mirarnos y descubrirnos para bien y para mal.

La visión romántica del paisaje es una inspiración para crear historias en las que el mal se hace más visible por contraste. Parece que nada puede hacer presagiar un macabro desenlace en un escenario majestuoso.  En mi novela, la compensación por la belleza del entorno recuerda los actos horrendos que somos capaces de cometer o silenciar. El entorno natural se convierte en un personaje más, por lo que tiene un gran peso hasta tal punto que se convierte, me atrevo a decir, en el Personaje que transciende el bien y el mal.

La rudeza de las montañas del Pirineo y la sensación de aislamiento pesa igual que una losa para sus moradores. Situaciones opresivas, lo que llamo “velo de silencio”, el riesgo al vacío social y la ocultación de pruebas son las constantes para impedir la resolución del caso, la brutal naturaleza engulle y regurgita a los que entorpecen la autoría del crimen.


Del proceso de escritura, qué ha sido lo más laborioso.

Me ha llevado tres años escribir esta novela, quizás porque creo ser más bien una corredora de fondo. Lo más laborioso ha sido la revisión del texto. En el proceso de revisión he realizado capas de lectura, por así decirlo. Por ejemplo, lectura de eliminación de párrafos o palabras, lectura de reordenación del texto, lectura de revisión de los diálogos, lectura para añadidos puntuales pendientes, lectura general. Es un trabajo infinito porque nunca sabes cuándo debes poner fin. Puedo decir que escribir un libro se sufre y se disfruta a la vez. 

Por otro lado, sentía la necesidad de un entrelazado en los capítulos como si de un tricotado se tratara, sin que se me escapara ningún punto. El final de cada uno y el inicio del siguiente tenían que estar conectados por el ritmo, el contenido, alguna palabra clave, etc. El final tenía que terminar de algún modo con un cierre que tuviera un cierto nivel estético y de contenido. También las palabras en aragonés, gallego, japonés y el glosario al final del libro ha sido un trabajo minucioso. Por lo que se refiere a los escenarios, ha sido la parte más amable porque mis botas de montaña han recorrido todos sus rincones. Ha sido menos trabajoso la terminología de plantas, setas, geología por ser de mi agrado. En mi caso, solo puedo escribir sobre lugares, montañas, flora, fauna, que he visto y he disfrutado. 




Qué comentarios te llegan de los lectores.

Los lectores han sido lo más importante de esta mi primera experiencia literaria. Todos los comentarios que me llegan los guardo como oro en paño. En general han destacado las descripciones de los escenarios por su viveza, la atmósfera envolvente, la intriga mantenida hasta el final y  la psicología de los personajes.

Todos me han gustado y varios me han sorprendido: "un refinado menú de Fiesta Mayor donde lugares, escenarios, paisajes, personajes, palabras y chispazos, se me ofrecen para degustarlos con avidez y una enorme sonrisa" o "intriga bañada de festina lente". Y éste, que tengo también apuntado: "la novela negra no es un género que me atraiga especialmente, pero tu libro se lee muy bien y mantiene un pulso narrativo excelente hasta el final. Lo mejor es el sabor japonés que impregnan muchas páginas. No lo esperaba y me ha encantado porque la cultura japonesa es muy especial e importante para mí".


Cuáles son tus escritores de referencia.

De pequeña me encantaba la revista TEBEO, recuerdo cada uno de sus personajes e historietas. Ahora, los libros que más me gustan son los clásicos. Miguel Delibes sería uno de ellos por lo sensorial de su estilo. Su obra El camino me encanta. En mi escritura aspiro a copiar ese estilo con los olores, colores, sonidos. También me parece magistral Gonzalo Torrente Ballester por su sabiduría narrativa. Camilo José Cela por su estilo mordaz. Nabokov por su lenguaje apabullante. Los grandes clásicos de la filosofía también están en mi lista por su alta calidad literaria.  En definitiva, me gustan las obras de los escritores atemporales, las "Grandes Inteligencias de la literatura" como diría el entrevistador Bernard Pivot. 



Al abrirse la posibilidad de publicar para muchos escritores, la promoción es la gran batalla. 

Así es. Sin promoción los libros dejan de existir para los lectores. Se sabe que se publican más de noventa mil libros al año en España y que el ciclo de vida de un libro es relativamente breve. En este mar de libros es imposible destacar sin difusión. Trabajar la visibilidad es imprescindible para dar a conocer un libro. Esta labor es determinante. De ahí que sean clave la editorial, los agentes literarios, los medios, redes sociales, ferias, librerías, bibliotecas, distribuidoras, podcasts y el propio escritor para que el libro llegue a los lectores e incluso la colaboración entre escritores. En la promoción se incluye trabajar la difusión previa a la publicación y la promoción una vez publicado. Nos parece que lo difícil es escribir un libro y que todo irá rodado, pero luego viene publicarlo y promocionarlo. Aquí todos nos debemos aplicar el “he venido a hablar de mi libro”, esa es la verdad. Pero por encima de todo siempre debe prevalecer la satisfacción de haber escrito un libro.


El paso canadiense

Marisa Repiso 

Editorial Scribo



martes, 17 de junio de 2025

Sobre Cervantes y El Quijote - José Álvarez Junco en la Biblioteca Nacional de España

 

"Soy historiador, no cervantista y llevaré las cosas a mi terreno", aclara en esta extraordinaria conferencia José Álvarez Junco en la Biblioteca Nacional de España sobre Miguel de Cervantes y El Quijote.

La utilización de Cervantes y del personaje cervantino por los nacionalistas españoles del mito quijotesco, comienza Juncos, se da en el gran momento de eclosión de los nacionalismos que es segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. 

No siempre la obra de Cervantes fue interpretada como epítome de la identidad colectiva española. Al principio de Cervantes se hablaba en términos universales. La primera traducción de Cervantes, en vida del autor, fue al inglés, después al italiano y al alemán y lo presentan como "crítico del mundo caballeresco, de los ideales nobiliarios".

Cervantes había hecho una obra para burlarse de los ideales de la caballería andante. Esa fue la interpretación que dieron algunos autores ingleses y después franceses y alemanes.

Y en consecuencia, se le asigna ser un indicador de la decadencia de la monarquía hispánica. "Es una curiosa interpretación porque estamos en el momento de la leyenda negra, según definición de Juan Juderías en 1907".

Es el momento en que la imagen de los españoles es muy fuerte pero muy negativa: los españoles son arrogantes, grandes guerreros, crueles vengativos y codiciosos. Son fanáticos porque han producido la Inquisición, eso es lo que dice la leyenda. Pero esto no es cierto, la Inquisición fue una invención del papado y de la monarquía francesa a comienzos del siglo XIII. 

En este contexto se empieza a difundir la idea de que Cervantes es el síntoma de ese declive. Esto es contradictorio con la leyenda negra porque si es un país de grandes guerreros, lo cual formaba parte de los ideales medievales, o es un país que se burla de ellos.

En esa panorámica general, la obra de Cervantes permitía muchas lecturas como cualquier obra clásica. Los grandes autores literarios del siglo XVII y XVIII no hablan en concreto de la identidad española, si no de características generales de los que trata esta novela: la locura, el ideal opuesto a lo real, la ironía. 

Será el romanticismo cuando se produce el giro hacia la interpretación del personaje: Cervantes como la representación del alma colectiva española. En su primacía de los sentimientos, del genio individual los románticos también priman el genio colectivo. "Hay una manera de ser de los pueblos que inspiran a los artistas a hacer cosas de ese pueblo".

En realidad, en España, no se habían producido libros de caballerías. Eran obras francesas, inglesas y alemanas. Y Cervantes se había burlado de todo eso pero no de los ideales caballerescos. Esta es la defensa de Menéndez Pelayo y Juan Valera en el siglo XIX. Cervantes se burla de la literatura caballeresca francesa e inglesa, amanerada y frívola. Cervantes es un autor que enlaza con el romancero y los cantares de gesta, según Menéndez Pelayo, que defiende el verdadero ideal del caballero que lucha por ideales y no por quimeras.




Esto preparó la argumentación, en 1880, para cuando llegara la gran crisis nacional en 1898. 
En una guerra muy desigual, luchada contra una enorme potencia industrial como eran los Estados Unidos de América, y esto no lo sabían los europeos, por eso resultó tan humillante la derrota. España perdió las últimas posesiones coloniales: Puerto Rico, Cuba y Filipinas. Era justo el momento en el que los imperios europeos estaban en su apogeo. Los europeos dominaban más o menos entre el 60% y 70% del resto del mundo y se había establecido así la superioridad de las raza blanca y la obligación del europeo de conducir hacia el progreso a las razas "inferiores". Esto es el origen de tantas cosas que sufrimos hoy en día.

En ese momento de auge de las identidades nacionales, de lucha de las naciones europeas por controlar el resto del mundo, España pierde. Y eso fue un golpe tremendo para las élites españolas.

La crisis del 98 no fue una gran crisis económica, continúa Álvarez Junco, se perdió el mercado cubano pero se conservaron ciertos privilegios. Hubo una repatriación de capitales que posibilitó que en España se crearan los grandes bancos, no es una gran crisis política, no cae la monarquía ni el sistema de Cánovas y Sagasta. 

Es una crisis de identidad, nacional, de duda en la propia virtualidad de la nación. La estruendosa derrota de los americanos obligó a crear otros mitos nacionales y ¿qué se podía hacer, a dónde recurrir? Se recurrió a Cervantes y el gran inventor, quizá con el precursor de Ángel Ganivet, fue Miguel de Unamuno.

Unamuno identificó a Cervantes con España. Si bien en 1885 dice que la culpa de todo es de Cervantes y su quijotismo y que hay que ser europeos racionales, después de la crisis del 98 y su crisis religiosa, dice lo contrario. Hay que reafirmarse en el quijotismo. 

El Quijote, en interpretación de Unamuno, es el de sus obsesiones personales y sus planteamientos nacionalistas propios de ese momento. Don Quijote es España y la cura que España necesita. Habría que cultivar la locura de Don Quijote. "La santa cruzada de ir a rescatar el sepulcro del caballero de la locura del poder de los hidalgos de la razón".

Literariamente es muy bonito, dice José Álvarez Junco con sorna, pero ¿políticamente a donde lleva esto? A nada sensato. Cuando se le pregunta, y qué soluciones concretas propone usted. Unamuno espeta: ¡ya estamos con los Sancho Panza! En resumen, su programa político no es más que populismo retórico.

Si de Unamuno pasamos a José Ortega y Gasset, la generación del 14, quizá más racionalista pero Ortega está en el ambiente nacionalista de la época. Y si bien había dicho que no creía en la psicología de los pueblos, poco después dice que los españoles tienen rasgos peculiares que se manifiestan en sus creaciones culturales. Naturalmente, en Don Quijote. 

Para él, Europa se dividía en dos, la del norte: ingleses, alemanes; y la del sur: Italia y España. Detrás de esta concepción, continúa Álvarez Junco, hay una concepción machista. La del norte es sólida, vertebrada y por tanto masculina. La del sur es sensual, invertebrada, caótica y por tanto femenina. Don Quijote es propio del espíritu mediterráneo, caótica y sensual. 

El mundo latino, según Ortega, ha producido sólo dos cumbres, el Renacimiento italiano y Decartes. 

¿Quiénes empezaron a liberarnos de esta interpretación nacionalista? El primero fue Manuel Azaña en 1930 al que le interesa Cervantes como literato y niega que Don Quijote tenga algo que ver con el carácter colectivo español. 

En esta línea, alejada de las esencias nacionales, avanzó José Antonio Maravall que publicó dos libros acerca de Cervantes como modelo del humanismo de las armas y de una utopía en el sentido de contrautopía: el fin es un buen gobierno y ese es el de Sancho Panza. 

Después de 1945 las tragedias de Europa no permitían ya la interpretación de la literatura identitaria. En 1960, la literatura del llamado "problema de España" desaparece después de haber dominado la escena española durante más de 60 años. Los grandes ensayos, finaliza Juncos, entre 1900 y 1960 estuvieron sometidos a él.

Hoy podemos quitarnos, afortunadamente, este prisma de encima.

 






 




 





martes, 27 de mayo de 2025

12 junio - Feria del Libro de Madrid. Se nos ha dado tanta belleza, Maribel Orgaz - Tundra Ediciones - Distrifer Libros

 



El pasado 12 de junio firmé, Se  nos ha dado tanta belleza (Tundra Ediciones) en la Caseta 17, Distrifer Libros, en la Feria del Libro de Madrid.

La editorial Tundra me encargó escribir acerca de mi paseo favorito para una colección que el editor, Víctor Hernández comenzó a publicar hace un año. 

Tundra no acude a la Feria del Libro de Madrid pero está presente a través de esta gran distribuidora, y en su caseta es en donde algunos autores de la editorial firmamos. 




martes, 20 de mayo de 2025

Hacer de la poesía algo colectivo y vivo, perseguir lo bello a pesar de todo - Una lancha motora. Seli Ka, poeta. Editorial Cuadernos del Laberinto

 


Seli Ka ha publicado su segundo poemario, Una lancha motora (Ed. Cuadernos del Laberinto) tras Si yo fuera una asesina (2018). Es también autora de la dramaturgia Hasta agotar existencias (Editorial Inflamavle). Codirectora de la compañía de teatro contemporáneo, La Vértigo Teatro, forma parte de los dúos de hip-hop El no de las niñas y Las moscas. Aunque, "soy más fiel a la poesía que al rap", decía en una entrevista. Ganadora del Poetry Slam Móstoles especial Federico García Lorca con Flores, cree que la poesía es misterio y gracia y también un oasis de encantamiento en tiempos de desesperación. 

Cómo es tu quehacer poético. 

Mi manera de escribir no es lineal ni tengo un hábito, lo he intentado pero no me funciona, lo siento algo forzado. Suelo encontrar una frase que me hace gracia de la que sigo tirando. Lo cierto es que he abandonado el cuaderno y escribo en las notas del móvil. Esto me da pena pero me consuelo pensando que solo soy hija de mi generación. También cojo muchas frases que escucho por la calle, de fiesta, en conversaciones. Robo perlas que la gente anónima suelta por la boca. He vivido muchos años lejos de muchos sitios y he escrito mucho en el bus y en el metro. Escribo cuando estoy tranquila, de vacaciones, cuando tengo tiempo de tener una buena pausa de esas que te dejan mirando la nada. Después llega el momento de pulir, cuando noto que eso que escribo puede ser un poema. A veces se lo enseño a alguien de confianza y dejo que lo intervenga para darle aire a esas palabras.


Ser caballo en la próxima vida, decías con humor, ¿y mientras, en ésta?

Mientras: no dejarme arrollar por el trabajo. Esa es mi máxima pero casi nunca puedo cumplirla. Lo más problemático para mí es pararme a pensar que regalamos casi todo nuestro tiempo a tareas que no deseamos para gente que no conocemos. En este marco del que es difícil escapar busco misterio y belleza, hacer cosas que no sirvan para nada, cosas que me recuerden cuál es mi motivo aquí. Supongo que el propósito es vivir buscando todo lo amable y placentero que hay en la vida, cuidarme y cuidar, reírme, pisar la hierba y acariciar caballos… esas cosas. 




Si la poesía es intensidad, ritmo y voz. En tu opinión, qué es la voz.

Es una especie de identidad invisible que no te deja en paz y que huele muy bien. Creo que la poesía también es misterio y gracia, objetos que se lanzan al cielo y no vuelven, como los globos de los cumpleaños. No sé muy bien cómo se hace esto de definir la poesía, es como pintar un cuadrado con una tiza: ¿es un cuadrado? Sí, y no. No puedo escapar de definiciones metafóricas: cuando trato de decir qué es la poesía es como cuando trato de contar un sueño recién soñado y según lo voy diciendo, desaparece.


Qué hemos redescubierto con el éxito de los Poetry Slam. 

Quizás que queremos juntarnos para compartir las cosas que nos gustan. Hacer de la poesía algo colectivo y vivo, saber que hay más gente absurda como tú que todavía lee poesía. Quizás porque las poetas queremos ser vistas y ponernos en un escenario con un micrófono y murmurar nuestros conjuros frente a la gente porque lo que nos gusta es lo que le gusta a todo el mundo: que nos miren, que nos escuchen, que nos hagan caso.



Cuáles son tus poetas de referencia.

Jana Putrle, Eileen Myles, Alejandra Pizarnik, Angélica Liddell.


La poesía parece estar en  un buen momento, a qué crees que se debe en un tiempo que no parece precisamente poético.

La poesía puede ser un oasis de encantamiento en tiempos de desesperación. Supongo que hoy también perseguimos lo bello a pesar de todo. La poesía no pide nada: está ahí, intacta, y tú solo tienes que ir hacia ella. En un momento como el actual en el que estamos inevitablemente condenados a vivir el dolor del mundo acudimos a la poesía porque nos consuela y desahoga, porque nos hace bien. Prefiero pensar eso a pensar que está de moda. 

 

DÓNDE quedamos los inciertos 
las desviadas 
las problemáticas
los fraudes
sino en películas exóticas 
muros de Facebook 
diálogos condescendientes 
o féretros.

Dónde vuestras promesas, 
nuestras promesas.

Mi casa con jardín
mi perro vacunado
dónde mi crucero
dónde mis vacaciones 
dónde Nueva York.

Decidme
por qué este sofá comprende mi forma
mejor que mi propio cuerpo
por qué mi sombra huye
y las cafeterías me sirven café 
sin yo haber hablado siquiera.

Dónde está mi marido
mi embarazo joven y envidiable
mi salud
mis patrocinios 
dónde Latinoamérica 
dónde mis músculos 
dónde el yoga
y el vino 
y el pedo 
y el lunes
y las risas vacilonas 
porque vaya finde.
Dónde el fin del deambular.

¿A dónde se llega donde decido yo?
¿Y dónde que no sea fuera de aquí?
Que no me quiero ir,
no me quiero ir.
¿Dónde vamos los que no queremos irnos?


Una lancha motora, Seli Ka. Editorial Cuadernos del Laberinto






domingo, 4 de mayo de 2025

Escribiendo desde el sublime azar - Norma enrevesada. Anne Carson, poeta

 


La poeta canadiense Anne Carson ha publicado en español Norma enrevesada en la editorial Vaso Roto: "una obra que reúne textos diversos sobre temas tan dispares como la nieve, la pobreza o una noche de sábado, Guantánamo, Sócrates y la medicina forense". 

En 1965, Anne Carson entró a una librería de un centro comercial de Ontario y allí encontró una edición bilingüe de Safo, "el griego a la izquierda y el inglés a la derecha. Me pareció tan fascinante que pensé que debía aprenderlo", ha contado en una entrevista. Carson tenía 15 años. Cuando la familia se mudó a Ontario, fue a una escuela secundaria donde la profesora de latín sabía griego. Como vio que le interesaba se ofreció a darle clases durante la hora de la comida. "A ella le debo mi carrera y mi felicidad". El latín era materia optativa. 

"Creo que un escritor tiene que buscar su herencia con la que identificarse y no tiene que estar sujeto a una tradición que se le imponga. La mejor herencia es la que llega sin imponer condiciones", afirmó emocionado Horacio Castellanos Moya  en una conferencia en Madrid sobre su experiencia. "Rara es la ruta por la que un escritor descubre su destino", la tituló. Castellanos Moya abandonó Honduras para instalarse en Canadá y eligió admirar el siglo XVIII francés en su literatura menor: cartas, diarios, opúsculos, tratados.

Los poetas, los escritores "quizá por la tentación del fracaso como ruptura o el inconformismo" en ocasiones buscan con audacia otras expresiones, otros caminos, otros lugares y épocas.

Al lector europeo, a un poeta europeo, que crece sumergido en Homero y Virgilio, Hölderlin, Goethe, Góngora o Pushkin, Fray Luis de León o Dante; han de atraerle necesariamente lo que escritores como Castellanos y Carson han logrado amalgamar. El sincretismo entre sus orígenes y lo que decidieron abrazar. 



"El griego", ha dicho Anne Carson "es como resolver un crucigrama interminable, un rompecabezas y esa mentalidad de rompecabezas es lo mejor".

"Los textos de este libro atraviesan distintos géneros, adoptando en ocasiones la forma de prosa poética o incluso de prosa pura, en donde en algunas páginas tienen la apariencia de un collage, fragmentos de texto recortados, notas, apuntes e incluso pedazos con escritos que aparecen borrosos y difíciles de leer", Vaso Roto sobre Norma Enrevesada. "Piezas sueltas, aparentemente sin conexión entre ellas".

Carson cita, en su primer texto sobre la natación, a John Cage, el músico cuyos experimentos de estructura rítmica se denominaron indeterminación: piezas construidas de tal manera que no hay dos interpretaciones iguales. 

Estos recursos, la fragmentación y la aparente dispersión sirven a la poeta para intensificar la forma única en la que cada lector abordará Norma enrevesada. 

En un mundo digital, afirmaba la escritora Lola López, las vidas no son capaces de darse significado a través de narrativas, pueden dar cuenta de lo que hacen pero no establecen sentido entre todo lo que les acontece.

Escribe Carson, en este mundo en el que somos incapaces de crear nuestros relatos:


"Dame el método Eddy. ¿Para sonetos? No hay sonetos en mí. No sonetos, me refiero al mundo, a la maldad, a tu trabajo diario, a la sangre en las paredes, a la gente devastada, ¿cómo te las arreglas con esto? Defino la tarea y llevo a cabo la tarea. Si se trata de analizar sangre, analizo sangre, si es arreglar la puerta de la nevera en el laboratorio, arreglo la puerta de la nevera. Definir la tarea y llevar a cabo la tarea". Norma enrevesada, Anne Carson. 

 

Cage intentó para componer, ampliar la imaginación, prescindir de los gustos propios y el ego a través del azar, usando el I Ching, echando mano de lo aleatorio. Atenuar lo consciente y confiar en la escucha, en el estado anímico del oyente. 


"Tienes que saber lo que quieres, saber lo que piensas, saber adónde ir. Nueva York, de hecho. Aquí estamos. Pasan camiones. Los camiones son más ruidosos cuando llueve ¿o era la fila de puertas azotadas por los dioses? Están empapados, los dioses, han metido la punta de los pies sobre sus tronos como si no supieran por qué sucede esto. Pobres viejos vanidosos". Norma enrevesada, Anne Carson.

 

Sólo podemos, parece proponer Carson, aspirar a crear pequeños fragmentos de orden en el caos, a elaborar fractales. Que el todo se refleje en estas pequeñas partes. 

Que mantengas una pregunta en cualquier circunstancia: cómo avanzar en el agua (1=1), cómo continuar tu camino (Eddy) o que no olvides la presencia de los otros y ahí están Conferencia sobre la historia de la escritura aérea o Pobreza Remix.   


Mi corazón está nadando en el tiempo.

Esta frase me parece un ejemplo de precisión.

Anne Carson


Anne Carson nació en Toronto (Canadá) en 1950, y se dedica a la enseñanza de griego antiguo. En 2020, la autora recibió el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Ha publicado varios volúmenes misceláneos de poemas y ensayos, como Cristal, ironía y Dios y Decreación, la obra de teatro en verso Norma Jeane Baker de Troya, el ensayo Economía de lo que no se pierde, el diario de viaje Tipos de agua, sus anotaciones sobre la lectura de En busca del tiempo perdido (Marcel Proust) y recopiladas bajo el título Albertine, su traducción de Safo en Si no, el invierno y el libro-objeto NOX, todos ellos publicados por Vaso Roto.


Sigue leyendo otros autores de Vaso Roto







viernes, 25 de abril de 2025

En el corazón oscuro del bosque - José Luis Alonso de Santos, dramaturgo e investigador teatral

 

"De vez en cuando", comienza esta apasionada clase de escritura del dramaturgo José Luis Alonso de Santos en la Fundación Juan March, "algunos amores, algunas religiones, algunos misterios, algunas obras de arte y hasta algunas enfermedades nos permiten adentrarnos en el oscuro corazón del bosque, en el oscuro territorio en donde todos los mapas son falsos".

Porque de eso se trata, ya que vivimos en una porción de la isla que conocemos dando vueltas y vueltas.

Al público hay que darle los problemas resueltos, hay que no comunicarles toda tu angustia, toda tu ansiedad, todo tu misterio de vivir porque entonces les vuelves locos. Creo que, como todo creador, cuando te sientas a escribir lo quieres contar todo y no es posible y tienes que ir eliminando y para esto lo primero que tienes que hacer es la deconstrucción de yo. Es decir, quitar tu orgullo, quitar tu vanidad, tu ansia de demostrar a los demás lo listo que eres. 

Creo que todos los escritores, no sólo los de teatro, escribimos para responder a los problemas, para responder a las crisis, para responder al misterio porque de los lagos en calma no se puede hablar. 

Es decir, hablamos del sufrimiento, de las contradicciones a las que nos tenemos que acostumbrar en la vida con un gran desgarro cuando descubrimos que hay cosas que no tienen solución y que tenemos que vivir con ellas.

De esos desgarros y crisis habla la literatura, el teatro. 

Creo que el teatro siempre es, si es que merece la pena, o es grito frente al muro o reflexión frente a la existencia o es jardín para el espíritu. Si no es ninguna de estas cosas es entretenimiento para pasar la tarde.

Cuando escribo o grito o reflexiono o me meto yo y los que me acompañen en un jardín de armonía en donde huelen las rosas, un lugar de belleza en donde cantan los ruiseñores.

A veces hay obras que lo tienen todo, grito, reflexión y jardín pero con que tenga una de ellas está bien.

Crear es limitarse. Cuando escribo lo que hago es aislar un problema, y cuanto más me interese a mí, más interesará al público porque si a mí no me interesa, por qué iba a interesar a los demás. 

El punto clave de la literatura, y del teatro, es el enorme atractivo que tiene vivir y lo difícil que es. Lo difícil que es el amor, la dignidad, no tener un yo que te aplaste, querer hacer cosas para ayudar a los demás, el sentido del prójimo. 

Soñamos cuando notamos la resistencia terrible de la vida que volaríamos mejor sin resistencia pero no volaríamos. Nosotros contamos la feroz lucha de nuestros personajes con la resistencia en las alas y esa lucha es lo que les hace ser personajes. Son por cómo se enfrentan al viento, por cómo vuelan contra el viento, por cómo disfrutan volando contra viento, destrozándose contra el viento.

Empiezan a vivir y notan la tempestad, el fuego que les aplasta. Todo personaje grande se enfrenta a ese muro y si no puede vencerle, canta, grita, hace poesía, ama, responde ante el muro.

Una obra de teatro es un no. Alguien dice no y alguien dice, ¡lo veremos! Y el público se pone a ver el desarrollo del no y a partir de ahí se ha despertado la curiosidad. A partir de ahí, el imaginario humano empieza a inventar caminos.

Toda esa peripecia humana conduce a sentimientos, nos interesa porque surge lo emocional. Y en la emoción es cuando nos sentimos vivos. 

Los escritores sabemos que tenemos que buscar las fórmulas mágicas. Hay palabras que son mágicas, palabras que mueven las piedras y encuentran el tesoro, las que llegan al corazón. 

Qué queremos los escritores, pues como las de las religiones para los creyentes, que tengan trascendencia, que tengan contacto con algo, con el más allá, con las viejas verdades, con el espíritu. Que sean semillas de las que salgan plantas o flores.

Entonces, los escritores buscamos con nuestras obsesiones, con nuestra convicción y nuestra formación encontrar las palabras mágicas que nos permitan relacionarnos, hablar con sinceridad con los otros y encontrar el camino a ese oscuro corazón del bosque, a lo auténtico.

Y todo eso recordando que el arte tiene su propio ámbito, que es diferente al de la vida normal. Lo que sirve para la vida normal no sirve para el teatro, al margen de que sea realismo o simbolismo. Las cosas representan a otras cosas. 

Un beso en el escenario, es el beso que resume todos los besos de la Tierra, la emoción que encarna la de todos los seres humanos que han besado en la Tierra. Que represente todo el amor, o toda la soledad o toda la melancolía. El sentido de la representación en la escena de la mayoría de las cosas encarnadas en el signo escénico. 

Ese intento de recepción, ese intento desesperado de acercarnos al prójimo, al espectador. Como un cocinero que ha preparado una inmensa comida no para comérsela él, porque cada vez que un creador dice que lo hace para si mismo, miente. 

Hay que decidirse si va uno a una colinita o va uno a las altas cumbres en donde será terrible la escalada. Será duro, solitario, confuso, tarea de toda una vida y generalmente, la única recompensa es que cuando estás arriba, hay que bajar. Ese ansia de perfección tan difícil de explicar que el que lo tiene ya no le deja vivir.

Hay quien está toda la vida cuidando su tierra, y trabaja toda tu su vida con paciencia y rigor para cuidar su pequeña porción de tierra. Lo que sembramos en ese territorio es lo que recogemos. Si no se plantan rosas cómo se van a recoger rosas, toda nuestra vida es plantar y recoger como buenos labradores.

Cuando mis alumnos me dicen qué hago para escribir bien, le diría mete buenas semillas y quita las hierbas salvajes que salen con facilidad. Lo espontáneo, lo natural hay que tener cuidado con ello. Por eso, los seres humanos hemos inventado la cultura porque sospechamos de la naturaleza.

¡Yo no, lo que me sale del alma! ¿Pero qué te va a salir del alma? Qué es eso. Hay cosechas de corto plazo y cosechas de largo plazo. Hay que ir descubriendo en la vida qué sembramos para recoger mañana y qué sembramos para recoger toda la vida. 

Leer, eso que parece tan fácil y es tan difícil. Me piden escritores jóvenes que lea su obra y les pregunto si han leído a Shakespeare, ¿no?, lo lees y luego vuelves.   

Errores, crisis, la dificultad de vivir, pelear lo de dentro y lo de fuera. Los personajes y las personas nos hacemos en función de nuestro lenguaje, somos lo que hablamos. Hamlet descubre que es Hamlet cuando se oye hablar.

Tus palabras te crean, te construyen, te transforman. Cuando eliges un lenguaje, eliges un traje, son las palabras las que construyen nuestra personalidad no al revés. 

¿Por qué hacer algo que los demás no quieren? y responden: es que yo soy de minoría. Sí, pero ¿de cuánta minoría? ¿De tu familia? ¿Para quién hago mi comida? 

Entonces, dónde está el límite en el creador de hago lo que yo quiero y voy contra el mundo... ¿qué significa lo que yo quiero? Vamos a pensar en quienes pintan muy bien, escriben muy bien y lo tienen todo en un baúl. El mejor cocinero del mundo que tiene las mejores comidas escondidas en un cuarto. ¿Para qué? Todo eso ¿qué es? No basta hacer el bien, como decía San Agustín, es hacer el bien para los demás. Es tal tontería pensar que alguien lo puede hacer para sí mismo que sólo se puede creer que es patología, ingenuidad o tópico.

Entonces, cómo hacerlo. Esa es la dificultad, cómo llegar a los demás, ser útil para los demás. 

El verdadero problema de los creadores, que es al que me enfrento cada día, es cómo domar y canalizar el pensamiento; por que en sí mismo el pensamiento no es nada, "estoy pensando", ¿y quién no? ¿Quién no siente mucho? ¿Quién no tiene sensibilidad?

Lo importante no es tener sensibilidad, es darlo cuando quieres. Esa es la gran tarea humana, el pensamiento es agua desorganizada y con nuestro estudio, nuestro esfuerzo, nuestra búsqueda hay que canalizarlo en un grifo para que sea útil por que si no, no vale para nada. 

Para que el artista comunique cosas misteriosas, metamos el pensamiento, el misterio, la creación en pequeños tubos canalizables que vayan a grifos que nos permitan utilizarlos cuando queramos. 






miércoles, 23 de abril de 2025

El tiempo, el camino - Antología personal. Emilio Coco, poeta. Vaso Roto Poesía

 


El hispanista Emilio Coco, distinguido con numerosos galardones: premio Alfonso X el Sabio, Premio Caput Gauri, Medalla de plata del Colegio de México, entre otros, ha publicado en la Editorial Vaso Roto, Antología personal (2008-2023). Él mismo es el traductor al español desde su lengua materna, el italiano, en el que fueron escritos.

Coco ha traducido durante décadas autores emblemáticos de la poesía española al italiano como Federico García Lorca o José Hierro, aunque ahora, su atención se ha dirigido a la poesía hispanoamericana. En este sentido, codirige junto a Walter Raffaelli una colección llamada Iberoamericana que ha traducido más de cuarenta autores. "Son libros impecables, preciosos. Yo sólo traduzco a los buenos poetas y a los que me gustan cómo escriben”, ha afirmado.

Esta labor de traducción a la lengua española, según el también poeta y traductor mexicano Marco Antonio Campos, "es asombrosa en la recuperación de los ritmos y sentidos originales".  

"Escribo poesía cuando me canso de traducir", decía en una entrevista.  Poeta tardío, publicó su primer libro con 50 años, Profanaciones. "Mi relación con la poesía es conflictiva", zanjaba. 

Desde este primer poemario, Emilio Coco ha publicado nueve títulos y varias antologías entre los que cabe citar, La memoria del vuelo, Contra desilusiones y tormentas o Vuelva pronto el verano y Del amor y otros duelos. Su obra se ha traducido a una docena de lenguas.

Esta Antología personal que acaba de ver la luz en lengua española, se abre con una selección de sonetos pertenecientes a El amor tardío que a menudo provocan una sonrisa. El lector siente cómo su esposa trajina entre comidas y quehaceres y él contempla asombrado y envejecido su vitalidad y alegría sin sombras.

Justa venganza

Si llegamos los dos a noventa años,
yo medio dislocado y alelado,
y tú sana del cuerpo y de la mente,
derecha como un huso, ello se debe,
me dirás con orgullo, a tantas horas
de gimnasio y a largas caminatas,
mientras yo alimentaba el alma mía
con poesía y otras pendejadas,
te pregunto, si juntos alcanzamos,
yo hecho migas y tú como una rosa,
los noventa malditos en cuestión,
si por no haber seguido tus consejos
de mí te tomarás justa venganza,
encantada de todos mis achaques.


Qué hago yo aquí sentado a la olivetti
en el rodillo puesto el folio en blanco
en posición exacta a doble espacio
las letras estampadas en las teclas
que arden bajo el peso de los dedos
y menos mal que está lista la cena.

"En mis poemas hablo de cosas cotidianas, de temas aparentemente menudos. Pero, en el fondo, lo que estoy deletreando son las poquísimas palabras que de verdad interesan al hombre: el amor, el deseo, la magia del recuerdo, el jardín de la infancia".


Si algún día me llamas para decirme
que quiere venir a mi pueblo,
no te lo prohibiré. Pero si insistes,
que sepas que aquí a nadie
le interesa lo que tu escribes,
es el pueblo de bares y pizzerías,
están en cada esquina
y los jóvenes, los pocos que se quedan,
sólo hablan si sujetan la Pepsi o la cerveza
a veces casi ni hablan
por tener el gusto de abrirlas
y tenerlas pegadas a los labios. [fragmento]

Emilio Coco vive en el mismo pueblo que le vio nacer, San Marco in Lamis, que según el poeta es perfecto para trabajar ya que lo único que puede hacer al terminar es pasear con sus amigos por la alameda. 

Vivir al margen de la vida cultural es vivir en la tranquilidad, algo que no existe en las grandes ciudades, en donde, reconoce, los escritores se ven obligados a mudarse para estar en contacto con el mundillo literario e intelectual. 

Éste es mi pueblo, con la biblioteca
y el teatro siempre vacíos
u ocupados por analfabetos (...)
Te lo ruego, no vengas,
es un país de muertos donde vivo.


Una corriente vertebra muchos de sus poemas recogidos en esta antología, una contención que resalta la propia vulnerabilidad y la amargura, la melancolía de los años, de tanta vejez. 


Podrías ser una persona corriente
me lo reprocha siempre mi mujer
llevar una vida como cualquiera,
despertarse sin esas ansias
de encender el ordenador, saborear el café,
que, recién levantada, antes de ir al baño,
te hago con cariño y tú con prisas
malditas, cómo me iba a imaginar
que gastarías tus mejores años
persiguiendo afanoso tus fantasmas,
algo que no existe, que no se toca
pero que te trastorna, te afecta al corazón.
Podrías ser notario,
ser un gran político, un científico,
has preferido amargarte la vida
con tus versos, dudas e incertidumbres
y apartaste tus sueños de grandeza
todo aquello que tu inteligencia
te ha brindado en demasía 
para perderte en un mundo de nada.
Ven a la cocina, ven a ayudarme,
hoy es tu santo y lo has olvidado
quería darte una sorpresa
pero se me quitan las ganas si te veo
con la mirada perdida. No me oyes,
Emilio, no me oyes. A tus inútiles 
poetas me gustaría matarlos,
por el balcón tirarte con tus libros
que Dios me perdone.