Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
Nueva temporada en el Club de Lectura de la Mediateca Centro de Arte Alcobendas (Madrid) del que soy Coordinadora.
Nuestro club de lectura comenzó su andadura en 2018 y temporada tras temporada ha estado completo y con lista de espera.
Nos reunimos una vez al mes y leemos ficción aunque dedicamos una sesión veraniega a nuestros propios cuentos desde que en 2019 lo propusieran los asistentes.
¿Te gustaría asistir una sesión como oyente? Escríbeme, info@leerenmadrid.com
¿Quieres coordinar tu propio club de lectura? echa un vistazo a este pequeño manual que publiqué en la editorial Bercimuel en versión digital. Cómo organizar un Club de Lectura.
Puedes leer la temporada 2022 aquí
Puedes leer la temporada 2021 aquí.
Puedes leer la anterior temporada 2019-2020 aquí.
Puedes leer la temporada 2018 aquí.
Paseos con mi madre de J. Pérez Andújar. Un poema de M. Darwish
El mes de noviembre continuamos con el género de autoficción y en esta ocasión con Paseos con mi madre de Javier Pérez Andújar. Un libro que se ha convertido en el más vendido de todos los que ha publicado el autor.
Andújar, como buena parte de la generación europea de los 60, creció en un extrarradio hiper hacinado hasta el que sus padres llegaron en busca de una mejor oportunidad. "Antes que a Barcelona pertenezco a la internacional de los bloques: viendo un vídeo del puente de Vallecas es como si viera San Adrián".
Esta periferia es un paisaje configurado por bloques apiñados en medio kilómetro cuadrado en los que viven 17 mil personas. Coincidimos en que la descripción exacta del número habitantes es lo más árido de todo lo que narra el autor, del que nos gusta especialmente su sentido del humor y cómo hace crítica social con una ironía muy dura o su lirismo. Es capaz de describir de manera bella un paseo en un autobús interurbano.
En nuestra reunión se plantea si la madre que da título al texto no es Barcelona en lugar de su madre real, y los motivos por los que nuestra literatura carece también de retratos de la periferia urbana que como dice Andújar, está hecha de la misma gente. Quizá porque carece de atractivo, de glamour.
Coincidimos en que al fondo, hay mucho dolor en lo narrado y cómo retrata a la gente, a los vecinos, siempre con dignidad y ensalzando su lucha por tener dotaciones en sus barrios o transporte público y el precio que tuvieron que pagar algunos por las reivindicaciones.
A la medida de mis caballos será el cielo.
He soñado con lo que sucederá después del mediodía.
Los tártaros avanzaban por debajo de mí
y del cielo. No soñaban detrás de sus tiendas
alzadas ni conocían el destino de nuestras
cabras a merced del invierno próximo.
A la medida de mis caballos será la tarde.
Los tártaros escondían sus nombres en los
tejados de las aldeas, cual golondrinas,
dormían con placidez entre nuestras espigas
y no soñaban con lo que sucederá después del mediodía,
cuando el cielo vuelva poco a poco
con los suyos por la tarde.
Una mujer de Annie Ernaux. Un poema de Lucía Extebarría.
Nos preguntamos acerca de emociones y sentimientos entre madres e hijas, padres e hijos, fruto más de una época que de una personalidad individual. Cuál es el tipo de relación que su época ofrecía a las relaciones filiales por contraste a nuestros días. Cómo en ocasiones, la autora aborrece a su madre y otras, sin duda, la ama.
Kali de Lucía Extebarría
Los pájaros amarillos de Kevin Powers. Un poema de Karmelo Iribarren.
Nuestra penúltima reunión de la temporada primavera-verano se cierra con un libro que en el momento de publicación causó un gran impacto. Se trata de un relato de guerra, una novela corta basada en las experiencias de su autor como artillero en la guerra de Iraq.
Pájaros amarillos puso de nuevo sobre la mesa, diferentes cuestiones acerca de cómo reflejar los conflictos bélicos, si es necesario haber participado en ellos para elaborar un texto honesto y veraz sobre esta violencia y si retratarla de manera lírica no es, al fondo, romantizarla.
Desde el comienzo de nuestra reunión hay diferentes opiniones encontradas.
Para algunos, la novela si bien está escrita con descripciones casi poéticas no logra conectar. Para otros, es una novela a la altura de lo que retrata: jóvenes casi niños para quienes alistarse es una oportunidad de conocer mundo y participar en algo más grande que sus pequeñas vidas pueblerinas.
Tras alistarse y ser enviados al frente, lo que vivirán en el conflicto les destrozará anímicamente, si es que no mueren en combate. Nada resultará como hubieran imaginado.
Nos preguntamos si la novela sería diferente describiendo otro conflicto en el que Estados Unidos hubiera llevado a sus tropas y también, si uno de los oficiales al mando hubiera sido en el pasado un "señor de la guerra".
Uno de nosotros insiste en que está narrada desde un solo punto de vista, que no es el el del país invadido y destrozado.
Leemos algunos párrafos acerca de las opiniones del autor sobre la falsedad de afirmaciones tales como que la guerra es un lugar para el compañerismo, sobre soldados que luchan por un ideal o si el comportamiento de los protagonistas merece de manera justa el castigo que caerá sobre uno de ellos.
Para finalizar, leemos un poema de Karmelo Iribarren.
El orden del día de Éric Vuillard. Un poema de Javier Egea
En nuestra reunión del mes de abril, ponemos en común una novela breve del escritor francés Eric Vuillard, El orden del día que trata de un momento en concreto, la anexión de Austria por parte de Alemania en los años previos a la II Guerra Mundial.
En general, nos ha impresionado este libro, Premio Goncourt 2017, que los especialistas afirman supone una renovación de la novela histórica, un género que plantea tradicionalmente dos dificultades.
Por un lado, qué proporción de documentación debe mostrarse al lector y por otro, cómo hacer que efectivamente sea una narración, ya que pertenece al género novela, que no acabe ahogada en los hechos históricos.
En el caso de Vuillard, coincidimos, ha logrado armonizar un ritmo narrativo muy ágil con las referencias históricas adecuadas. El autor confía en que su audiencia tiene un buen conocimiento de los hechos que va a narrar y hace un buen equilibrio entre lo macro: qué papel jugó el gran capital industrial en la financiación del conflicto por ejemplo y cómo un aristócrata pierde la perspectiva de la gravedad del momento que está viviendo por unos zapatos que considera inapropiados.
Leemos en voz alta algunos párrafos acerca de la habilidad de Vuillard para hacer que los suicidios no sean un número, citando con nombre y apellidos a los austríacos que sí fueron conscientes, aunque fueran muy pocos, de lo que significaba la anexión de Austria a Alemania y decidieron poner fin a su vida.
Hacemos referencia a lo que ha supuesto este conflicto para el devenir de Europa y cómo seguimos reflexionando acerca de las consecuencias del mismo.
Durante nuestra reunión recomendamos otras obras y películas, ya sea desde la psiquiatría, la cultura por así decir popular o el cine de autor que aportan nuevas perspectivas a este conflicto que en apenas unos años cambió para siempre la mirada que un europeo tiene sobre sí mismo, su cultura y su forma de vida.
Para finalizar leemos un poema de Javier Egea.
Un día feliz
¿Qué pasa en esta calle que el ciego de la esquina
regala los cupones y el de la barbería
olvidó a Maradona y el viejo que gruñía
por el ojo de patio hoy entona en sordina
baladas de Los Panchos y de Joaquín Sabina
y vino el fontanero y hasta la policía
hace la vista gorda con Luis “El Carafría”
que arregla transistores y pasa cocaína
y paran los taxistas en los pasos de cebra
y la dulce pareja por fin encuentra piso
y es el barrio un desorden lavado por la lluvia?
¿Por qué sirve Bernardo de marca la ginebra?
Porque nadie esperaba tan pronto el paraíso.
Porque ha venido a verme Consuelo de la Rubia.
Infancia - J.M. Coetzee. Un poema de Manuel Vilas.
El club de lectura de la Mediateca Centro de Arte (Alcobendas) celebra su primera reunión de la temporada con la primera parte de la autobiografía del Premio Nobel sudafricano, J.M. Coetzee: Infancia.
De toda la obra de este autor, nacionalizado australiano, su autobiografía es quizá lo menos celebrado. A la mayoría nos ha parecido interesante aunque mucho más el trasfondo social y la época que las peripecias vividas como niño de diez años.
Para algunos, incluso, les resulta un niño antipático y nos preguntamos por qué un autor se presenta al lector, en lugar de con su mejor cara, como una persona difícil, cuya inteligencia sólo le trae problemas, egocéntrica y en general, enfrentado a todo lo que le rodea casi por sistema.
Infancia nos ha servido también para acercarnos a la sociedad sudafricana, su formación como nación, el apartheid, las guerras continúas entre sus diferentes habitantes. En esta narración muchas de las costumbres, de los problemas de la segregación se manifiestan en la vida diaria hasta detalles minúsculos.
Nos han impactado especialmente algunos episodios: el niño de siete años que traen como sirviente a la casa de Coetzee y al que azotan en las piernas sin compasión como castigo por haberse escapado o la vida tan dura en la granja familiar que el autor considera "su segunda madre". El envenenamiento de su perro con cristales molidos, la caza nocturna como una vileza. Muchos de los temas posteriores de la obra del autor pueden encontrarse en Infancia: el sufrimiento de los animales y en especial, de los perros. Los pies, el idioma inglés.
Creemos que la narración de su niñez capta muy bien qué siente un niño de diez años con respecto a su madre a la que adora y considera lo más importante de su vida pero que dejará de idealizar al entrar en la adolescencia. Esa fluctuación tan infantil entre la adoración y el odio por los padres. Ese intento de encontrar un lugar al que pertenecer en un entorno que no se lo pone fácil. Inglés o bóer, calvinista o católico, a favor de los rusos o de los americanos.
Por último, nos parece que el dibujo final que traza del carácter del padre en el estilo seco y duro habitual de Coetzee parece estallar y ocupar desproporcionadamente muchas páginas en lugar de haber sido narrado de manera paulatina. En nuestra
Para finalizar, leemos un poema de Manuel Vilas.
Redención
Dime una palabra amable antes de que termine el día.
Me dijiste “cariño, tienes que ser fuerte, no puedes
depender de esa gente, estás muy cansado,
olvídalos, ayúdame a recoger el lavavajillas”,
y yo miraba la noche de octubre con sus estrellas
entrar en nuestra casa, iluminar nuestros cuerpos,
vaciar nuestras almas, y tú dijiste “cena algo,
hay un poco de arroz en el horno, cena algo, cariño,
come algo, y olvídate de todas esas ideas absurdas
sobre el odio y el fracaso, ese arroz está divino”.
Dime una palabra amable antes de que termine el día.