viernes, 29 de marzo de 2024

29 de abril, El Apocalipsis según San Juan - Nuria Sánchez Díaz de Isla, profesora - Acceso libre - UP Miguel Delibes, Alcobendas (Madrid)

 


El próximo 29 de abril a las 17.30h. en la Sala el Cubo, Nuria Sánchez Díaz de Isla, profesora en el IES Alto Jarama, vendrá a hablarnos de El Apocalipsis según San Juan, el libro profético del Nuevo Testamento y el de mayor simbología.  

Esta presentación en abierto, tendrá lugar en el marco del nuevo curso que imparto todos los lunes, en la Universidad Popular Miguel Delibes, Libros visionarios. El curso está completo. 


En la Universidad Popular Miguel Delibes y destinado a adultos, he impartido hasta ahora varios cursos de literatura: Benito Pérez Galdós, Miguel Delibes, la literatura de la Guerra Civil española, Crónica periodística, Premios Nobel de literatura, el ciclo Una novela, una ciudadUna mujer, una obra, Escritores en el centro del margen, Narradoras españolas contemporáneas, etc. Todos ellos muy bien recibidos y siempre completos.

Puedes leer sobre algunas de las clases impartidas con anterioridad en el ciclo: Una novela, Una ciudad; en estos link:


                  Calles que quedan fuera de la historia - La Barcelona de Javier Pérez Andújar

                  El Aranjuez de José Luis Sampedro

 

Más información - UP Miguel Delibes, Av. de la Magia, 4, 28



domingo, 17 de marzo de 2024

Quiero escribir novelas robustas, inteligentes - Sapukái, Guillermo Roz - Editorial, Hoja de Lata

 


El escritor Guillermo Roz presenta estos días su novela Sapukái, una crónica de avaricia y destrucción. En 1906, la compañía La Forestal comenzó la tala de los bosques argentinos de Santa Fe, la mayor reserva de tanino del mundo. Se fundaron pueblos, se emplearon miles de trabajadores y las luchas sindicales fueron aplastadas con ferocidad. Roz es autor de varias novelas y narraciones breves premiadas que su editorial, Hoja de Lata, detalla en su web. Admirador de Julio Cortázar, lector apasionado de la Divina Comedia, cree que la literatura es ante todo, lenguaje. En una hermosa y sincera entrevista, respondía a Juan Cruz que todo mejoró cuando su actitud fue simplemente "caminar hacia donde uno quiere". En los años 60, agotada la madera argentina, La Forestal se trasladó a Sudáfrica para explotar la acacia. El próximo 10 de abril, Guillermo Roz presentará Sapukái en Pinto, en la biblioteca municipal. 


Sapukái es la historia de un saqueo, una masacre, ¿y un fracaso?

Es la historia de todo eso, sí, pero sobre todas las cosas es un drama social y medio ambiental, auspiciada por la más cruel y extravagante de las versiones del colonialismo económico del principio del siglo XX. Sapúkái es la historia de La Forestal, una empresa británica que llegó a los bosques de quebracho en Argentina, una superficie tan grande como dos barcelonas y media, y montó un Estado adentro del Estado. Dictatorial, esclavista, extravagante. Convertí en una novela algo que parece una película. 


¿Cómo se logra distanciar el texto para que no sea un panfleto o esté ahogado en rabia?

No me importa que el texto tenga una fuerte carga ideológica, porque creo que la novela demuestra con claridad la conciencia y la justicia social que se debe defender, incluso con la ficción. Me importa sí, que no sea un panfleto y para eso trabajo con todo el rigor artístico del que soy posible, el valor de la palabra justa.


¿Qué cualidad tiene la ficción y la estructura narrativa clásica para abordar algo como lo narrado en Sapukái?

Creo en los moldes clásicos de la ficción, los de la aventura, los de Dickens y los de Conrad. Por naturaleza, asumo esas lecturas y los de la narrativa argentina como algunos de los que cimentan mi cultura literaria y los que persigo para crear novelas robustas, inteligentes.




Falta un género que dé cuenta de la destrucción natural.

No. Lo que siempre hace falta es la buena literatura, el compromiso con el estilo propio, la alegría de una frase musical, la profundidad hecha con la belleza de la sencillez.


Profesor de escritura creativa, coordinador de clubes de lectura. ¿Qué buscamos aún en los libros, cuando su lugar en la cultura declina frente a internet?

Buscamos la pausa, el silencio, la necesidad de conectar con el momento en el que las palabras se enraízan dentro, hablan, acarician, nos hacen cosquillas. Los libros no tienen rival a la hora del abrazo humano, humanístico, lento y amoroso. 


Cómo es tu calendario de presentaciones.

El 10 de abril presento Sapukái en la Biblioteca Casa de la Cadena de Pinto y en julio en la Semana Negra de Gijón. Pero se confirmarán varias presentaciones más.

 


lunes, 11 de marzo de 2024

El tarot, una forma de conocimiento - Natalia M. Alcalde, escritora y tarotista - UP Miguel Delibes, Alcobendas (Madrid)

 


Ayer, en la Sala El Cubo de la UP Miguel Delibes de Alcobendas (Madrid), vino a presentarnos el Tarot, la escritora y tarotista Natalia M. Alcalde @nataliam.alcalde

Natalia es autora de la novela Delirio, que ya camina por su tercera edición y ha obtenido el premio Tuber melanosporum 2024 que otorga Morella (Castellón) en su festival sobre novela negra.

Pero también, es una experta tarotista que imparte cursos sobre lectura de tarot y utiliza las cartas para sus personajes e incluso, desarrollar sus tramas.

Lo que comenzó en Italia como un juego de naipes de la clase alta, explicó la escritora, se transformó en el Renacimiento en una forma de saber que no de adivinación como generalmente se cree.

Al igual que la ciencia disputó a la fe el monopolio del conocimiento del mundo, podría considerarse otras formas de iluminación sobre diferentes aspectos de nuestra vida. El tarot más habitual, que fue con el que Natalia nos explicó su origen y su funcionalidad, es el de Rider-Waite y está formado por una serie de cartas que se dividen en arcanos mayores y menores. Cada naipe contiene un dibujo, a la manera de ilustración condensada de lo que conocemos arquetípicamente sobre reyes, madres, viajes, la muerte o el nacimiento.

Según la psicología de Carl Gustav Jung la psique humana se estructura en el yo, el inconsciente y los arquetipos. Es aquí en donde las cartas del tarot, el experto en leerlas (el tarotista) y quien se dirige a ellas en busca de respuestas se entrecruzan en un intento de dilucidar los desafíos que en ocasiones no podemos solucionar por nosotros mismos. Desde conflictos en nuestro ámbito laboral, dudas sobre la carrera que más nos conviene o amistades que hay que dejar marchar. 

De esta forma, al igual que en una primera etapa, sólo la fe proporcionaba todo el conocimiento más allá de la experiencia personal, desde el movimiento de los astros a las enfermedades que nos aquejaban y fue progresivamente reducida por la ciencia al anhelo de trascendencia: el tarot puede considerarse un conocimiento que ocuparía un lugar en el espacio del misterio. En aquello que ni la ciencia ni la fe logran desvelar. 

Intuición, sincronicidad, la psicología arquetípica de Jung, un conjunto de teorías que plantean la insuficiencia de nuestras formas de conocimiento reconocidas hasta ahora. El tarot pretendería contribuir a todo ello, a ocupar un lugar desde el que proporcionar a cada persona la capacidad de decidir mejor sobre cambiar de trabajo, elegir otras amistades o rechazar una opción profesional.

Plantear una pregunta, y entablar un diálogo con las cartas y el tarotista, ese es el proceder habitual. "El mayor problema es dar con un charlatán", advertía Natalia, "con alguien que apenas tiene un conocimiento suficiente del tarot y que sólo quiere sacar dinero y engancha a las personas para que vuelvan una y otra vez".

"Yo sólo enseño a leer el tarot", explicó. ¿Y qué ocurre si las cartas son negativas?, le preguntaron al finalizar. "¿Es mejor no decirlo?"

"Si son negativas, son tan claras que no se pueden ocultar", aseveró, "si no dijeras la verdad, después te reprocharías el motivo de no haber sido sincera".

 


lunes, 4 de marzo de 2024

Profetas del desastre, la fascinación por el apocalipsis - Las distopías y 1984 de George Orwell - Curso "Libros visionarios" - UP Miguel Delibes, Alcobendas (Madrid). Maribel Orgaz, profesora de literatura

 


Maribel Orgaz - @leerenmadrid

El escritor George Orwell escribió en 1948, una novela que ha sido considerada el comienzo de una nuevo género independiente de la narrativa de ciencia-ficción, el distópico. 

1984 fue escrita por un hombre enfermo de tuberculosis que murió pocos meses después con apenas 46 años y que hubo de celebrar su segundo matrimonio en la cama del hospital. Sus biógrafos afirman que era consciente de su agonía y este último texto pudo haber sido una despedida luminosa y agradecida por lo vivido pero Orwell escribió un adiós lleno de oscuridad y desesperanza. 

George Orwell fue policía en Birmania, una experiencia que le hizo tomar conciencia de la brutalidad de la colonización inglesa, combatió en la Guerra Civil española y fue herido de bala en el cuello. Conoció la pobreza casi mendicante en el París de Hemingway y en su Londres natal cuando intentó vivir de su escritura. 

1984 es maniquea y poco sutil, y no es un gran texto desde el punto de vista literario pero es absolutamente creíble y sus lectores continúan acudiendo a ella con interés renovado e indiferentes al ninguneo del establishment académico. La novela ha vendido más de 30 millones de ejemplares en todo el mundo y se ha traducido a 65 idiomas. 

Este negro futuro de la humanidad tiene, según sus editores ingleses, picos de venta significativos, ya sea porque Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos o porque millones de personas en decenas de países fuimos encerradas por un virus. 

La humanidad, en 1984, se reparte en un mundo dividido en tres grandes potencias que subyugan a su población con el control absoluto de un nivel de vida de apenas subsistencia con la excusa de costear una guerra de la que desconocen sus motivos y quiénes van a combatir en ella. Esa economía de guerra consume todos los recursos e impide una vida digna. 

En la vida diaria, las telepantallas controlan cada movimiento y cada gesto de los ciudadanos, las relaciones entre miembros del partido están prohibidas, los niños denuncian a los padres, las casas se caen a trozos, huele a repollo cocido y el jabón raspa la piel. 

En este mundo multipolar no hay diferencias en el ejercicio absoluto del poder en ninguno de los tres estados, a pesar de que la novela, a menudo, es objeto de una lectura limitada, como si sólo se tratara de un gran alegato en contra del comunismo. 

Orwell no pudo imaginar que en un futuro llevaríamos la telepantalla sin obligación, el teléfono móvil y acertó en que la escritura a mano sería una rareza.   

Las distopías, un género hipertrofiado por las series, afirma el filósofo Francisco Martorell Campos en su libro, Contra la distopía amplifican el desaliento y la desconfianza, son síntomas de la desesperanza social, el ascenso del individualismo neoliberal y la impotencia como emoción sobresaliente. 

1984 culpa al Estado y a la ingeniería social, continúa Martorell, de amargarnos la existencia y diluir nuestra individualidad en algún colectivo más basto, "pero ahora, la realidad, es al revés. La economía impone que cada uno se haga cargo de sí mismo, sin esperar socorro del Estado".

Cuáles son entonces, los motivos por los que esta novela continúa leyéndose si el escenario en el que vivimos no tiene el menor parecido y en general, es todo lo contrario: el Estado cada vez más reducido apenas protege de la lógica del mercado, del neoliberalismo, a sus ciudadanos: "el yo posmoderno necesita imaginar contextos hostiles e insuflarse miedo artificialmente para creerse héroe sedicioso y alimentar su narcisismo. Fantasear con malvados planificadores sociales", afirma Francisco Martorell.

El escritor argentino Juan Mattio en una mesa redonda sobre el género de las distopías afirmaba que al boom de las distopías ha contribuido también el mercado, "se venden mejor que las utopías y la realidad es que el mundo, estadísticamente, se va a la catástrofe. Cada vez es más difícil imaginar mundos mejores".

Lo interesante de las distopías, coinciden ambos, no es lo que anticipan, sino el análisis que hacen del ahora, su reflexión sobre el presente, y si existe la posibilidad de rebelión o resistencia.




1984 de George Orwell forma parte del curso que imparto hasta el mes de junio, Libros visionarios, en la UP Miguel Delibes de Alcobendas. 

En la Universidad Popular Miguel Delibes y destinado a adultos, he impartido hasta ahora varios cursos de literatura: Benito Pérez Galdós, Miguel Delibes, la literatura de la Guerra Civil española, Crónica periodística, Premios Nobel de literatura, el ciclo Una novela, una ciudadUna mujer, una obra, Escritores en el centro del margen, Narradoras españolas contemporáneas, etc. Todos ellos muy bien recibidos y siempre completos.

Puedes leer sobre algunas de las clases impartidas con anterioridad en el ciclo: Una novela, Una ciudad; en estos link:


                  Calles que quedan fuera de la historia - La Barcelona de Javier Pérez Andújar

                  El Aranjuez de José Luis Sampedro

 

Más información - UP Miguel Delibes, Av. de la Magia, 4, 28