jueves, 30 de noviembre de 2023

La invisibilidad y gratuidad del trabajo doméstico y los cuidados es el gran objetivo a derribar - Virginia Baudino, socióloga

 


Virginia Baudino analiza en esta entrevista la revolución social más importante de nuestro tiempo junto a las luchas obreras, la igualdad de mujeres y hombres, el feminismo. Según Baudino hay, al menos, un aspecto universal en la que se encuentra inmersa, la eliminación de la gratuidad del trabajo doméstico y de los cuidados que el sistema explota con la excusa de que se realizan por amor. Este trabajo invisible no se cuantifica en el PIB como sí lo hacen la prostitución o el narcotráfico. 

En este sentido, y al igual que los anteriores autores, Mark Fisher, Byung-Chul HanSlajov Zizek y Didier Eribon; el objetivo del feminismo, la igualdad de mujeres y hombres, contribuye a una crítica profunda del capitalismo, un sistema intrínsecamente desigual.


El feminismo, la igualdad de hombres y mujeres, está en fase de globalización. ¿Algún gobierno de algún país puede negar, al margen de que no implemente políticas al respecto, que esta corriente de pensamiento existe?

Desde hace algunos años, podemos decir que el feminismo se ha instalado en las sociedades y en las agendas de los gobiernos. Sin embargo, esto no quiere decir que indefectible se haya producido una revolución en el ámbito social, político, económico e individual de tal forma que las mujeres se encuentren en una situación de igualdad.

El feminismo es tendencia, podría decirse. Por un lado, es interesante que se haya instalado la reflexión acerca del rol de las mujeres en las sociedades occidentales y sus demandas de igualdad. Por el otro, es un arma de doble filo que el feminismo se haya vuelto parte de la cultura dominante y una moda. 

Porque, como explicaba Mark Fisher, una de las trampas del realismo capitalista es que coopta y normaliza toda forma de disidencia. Al final, la protesta se reformula para así no erradicar el capitalismo sino para, de ser posible, intentar mitigar sus excesos. Pareciera ser en lo que el feminismo universal o institucional se ha convertido.

Si el feminismo ha sido siempre una cultura marginal, un grupo reducido de activistas que, con sus ideas y acciones, obligaban a la sociedad a avanzar en otras direcciones, hoy observamos apesadumbradas cómo ha perdido su fuerza originaria. 

Creo que si queremos que el feminismo resulte aceptable en todas partes, habrá que asegurarse que no incomode a nadie, y así nos ponemos una camiseta que dice "soy feminista" y que, eso no significa odiar a los hombres, que eres femenina y triunfas laboralmente. Te has convertido en alguien más de este perfecto sistema de explotación capitalista.  Ese es el feminismo que ahora está de moda.

Por suerte, no hay un feminismo sino muchos, y aunque un feminismo sea ahora una moda, la auténtica labor feminista de crear una sociedad más justa sigue estando fuera de moda, como siempre lo ha estado. Porque romper con el sistema de valores y las metas de la cultura dominante siempre será dramático y el feminismo actual no nos pide tanto. 

Si lo hiciéramos deberíamos analizar a fondo el sistema con el que estamos colaborando, deberíamos reflexionar sobre nuestra complicidad con el sistema de opresión y sufrimiento, y deberíamos actuar. Las mujeres, como otros grupos sociales, han debido pelear por sus derechos y por los de todos aquellos grupos que han sido marginados y dominados.


El feminismo es la gran revolución que no usó la violencia para cambiarlo todo, junto a qué otros grandes hitos podría compararse.

Yo lo asocio con la magnitud de las luchas de la clase trabajadora del siglo XIX y principios del siglo XX, y sus conquistas sociales y políticas. 

Para mí, si el feminismo se mantiene cerca de sus objetivos originarios como son los de transformar el sistema de desigualdad social, entonces es el grupo que mejor encarna la lucha social y política del siglo XXI. Lamentablemente, y de nuevo vuelvo a Fisher, pareciera que va adaptándose y acomodándose al capitalismo muy rápidamente. Es lo que tiene el pertenecer, que tiene su encanto.

No se puede hacer un repaso exhaustivo de la lucha feminista aquí, pero si podemos marcar algunos de los hitos, o batallas, que se fueron sucediendo, como son la lucha por el voto, por el trabajo, por la contracepción y por la batalla del género. Muchas son las que aún faltan. 


Y ahora en qué momento estamos. 

En el reconocimiento de la explotación de las mujeres a través del trabajo doméstico y de cuidado en el capitalismo. Se dice mucho pero se conoce poco en cuanto a los datos.

El PIB, aquello que se construyó para medir la economía,  no se lleva bien con las mujeres, dice Caroline Criado. Y no lo hace porque el trabajo doméstico no remunerado – cocinar, limpiar, cuidar, criar, amar – está ignorado. Excluir este trabajo de las mujeres distorsiona las cifras.

Nuestro papel como mujeres es no tener salario pero ser felices. Al ser transformado en un atributo natural de las mujeres, no se lo reconoce como trabajo. Y si no te gusta este trabajo, es tu problema, eres culpable y una bruja gruñona. 

Este trabajo no remunerado, es lo que Silvia Federici llama el punto cero. Bajo el nombre de amor se esconde un fraude, el del trabajo doméstico que es naturalizado y sexualizado. 

El trabajo no remunerado de cuidados puede llegar a representar hasta la mitad del PIB de un país y en países de menos recursos hasta el 80% . Los números son apabullantes, incluso si son aproximativos, porque ningún país recopila estos datos de forma sistemática. Medir el trabajo no remunerado de las mujeres no es una prioridad para los gobiernos pero debería empezar a serlo.

Multitud de voces alerta sobre ello como la economista Nancy Folbre cuando denuncia que en prácticamente todos los países, las mujeres realizan una parte desproporcionada de trabajo que está fuera del mercado laboral y no está contabilizado. 



Los países, al menos en la Unión Europea sí han incluido en su PIB el tráfico de drogas y la prostitución como generadores de riqueza. Pero como dices sustraen la contabilización del trabajo de las mujeres o el de los niños y jóvenes en su escolarización.

No hay mujeres que no trabajan. Hay mujeres que no cobran un salario por su trabajo y es la contribución no remunerada de las mujeres al PIB mundial.

Por eso es tan revolucionaria la demanda del salario doméstico, porque reclamar ese salario significa rechazar ese trabajo como expresión de nuestra naturaleza para, a partir de ahí, rechazar el rol que el capital ha destinado a las mujeres. 

Luchamos directamente contra nuestro rol social, no para así entrar dentro del entramado de relaciones capitalistas, sino para destruir el rol que el capitalismo ha asignado a las mujeres.

Decir que queremos un salario por el trabajo doméstico que llevamos a cabo, siguiendo el argumentario de Federici, es exponer el hecho de que este trabajo es dinero para el capital, que ha obtenido de lo que limpiamos, cocinamos, cuidamos y amamos. Lo hemos hecho, no porque fuera algo que quisiéramos, sino porque no teníamos otra opción. El mensaje es claro: tienen que empezar a pagarnos.

Adquirir un segundo trabajo fuera de casa, como nos han hecho creer, no cambia ese rol, sino que aumenta nuestra explotación porque un segundo empleo nunca nos ha liberado del primero. Solo ha significado que tendremos menos tiempo y fuerza para luchar contra ambos.

La lucha por el salario es compleja. Simplemente decir aquí que luchar por el salario se convierte en un ataque directo a los beneficios del capital y a su capacidad de extraer ganancias del trabajo de las mujeres. Por ello, la lucha por el salario es simultáneamente una lucha contra el salario, contra los medios que utiliza y contra la relación capitalista que encarna. Nuestra lucha por el salario supone un ataque contra el capital y sus beneficios a costa de nuestro trabajo.

En Estados Unidos, un minero del carbón cobra unos sesenta mil dólares anuales, una empleada doméstica apenas supera los veinte mil. La pobreza tiene cara de mujer y no sólo es injusto, es una lacra universal. En la pobreza, se es aún más pobre por el hecho de ser mujer. 

La ironía es que además, las mujeres tienen como prioridad de gasto sus hijos y los estados las perjudican claramente, declarando impuestos con sus maridos o parejas. Es un tema con muchas ramificaciones. 


Al ser mujer ¿se está en una posición de mayor vulnerabilidad en el sistema?

No quisiera entrar aquí en definiciones sobre lo que significa el feminismo o qué significa ser feminista, simplemente decir que de lo que se trata es de construir un mundo basado en la justicia y en la igualdad.

Esto puede parecer muy simplista, pero creo que es bastante sencilla la idea: cambiar el mundo tal cual es para construir uno mejor. No es nada fácil. 

Sería demasiado ingenuo de mi parte pedirle a un sistema construido con el propósito de dominar que deje de hacerlo. Sin embargo, quisiera resaltar el hecho de que aunque este sistema permita entrar a las mujeres a ciertos lugares tradicionalmente asignados a los varones, esto no nos hace revolucionarias.  Tener más mujeres en empresas, en el ejército, en los espacios de decisiones políticas, sociales y económicas, no nos asegura el cambio. Lo que quiero decir es que ese no es el cambio. El cambio es otro.

Algunos de los errores en los que cae esta tendencia actual es la de creer que las mujeres no participan en las políticas de dominación como perpetradoras y como víctimas. Dominamos y somos dominadas. Se suele también pensar que si las mujeres ocupan posiciones de poder, no dominarán porque son buenas. Una CEO puede declararse feminista mientras sigue manteniendo la producción de su empresa en fábricas donde mujeres y niños trabajan en condiciones de esclavitud.

A todo esto se le agrega otro problema. Por lo general, se nos ha dado como modelo feminista una mujer de clase media, blanca y con estudios. Sus ambiciones no coinciden necesariamente con las ambiciones y necesidades de otros grupos de mujeres. A pesar de esto, en la historia del feminismo occidental, nos hemos centrado en hacer posibles los sueños de éxito y poder: conseguir igualdad salarial, eliminar las trabas para acceder a la educación superior, retrasar la maternidad. Lo que quiero decir es que hay que escuchar a un rango más amplio de mujeres, porque esto no es necesariamente el deseo de todas las mujeres.

En nuestra sociedad, las personas sobrellevan simultáneamente diferentes formas de discriminación como son la raza, la clase y el género. Por tanto, no hay un feminismo, un único y homogéneo sujeto político, sino muchos feminismos. Por suerte. 




La maternidad, un gran tema para las mujeres, ¿en qué punto se encuentra?

Desde Simone de Beauvoir hasta Yvonne Knibiehler puede recorrerse toda una reflexión durante décadas. Con todas las nuevas configuraciones familiares actuales, las mujeres pueden decidir ahora si quieren o no ser madres. El imperativo de la reproducción está siendo cuestionado desde todos los frentes, podemos decidir ser o no ser madres y una obra que causó gran impacto fue el de socióloga israelí Orna Donath y su libro, Madres arrepentidas. 


Cuál sería, en tu opinión, el tema aún por reflexionar.

Queda mucho por abordar y reflexionar, como por ejemplo, el cuerpo de las mujeres, el campo de batalla de la dominación de lo íntimo; la sexualidad femenina, el trabajo, la institucionalización del feminismo, feminismo y capitalismo, ecofeminismo y cambio climático.


Confundir el conflicto de género con clase social, ¿es uno de los mayores desafíos? ¿el sistema intenta deliberadamente llevar a esta confusión?

Sí, quizás es uno de los desafíos de los diferentes feminismos.  Si perteneces a las clases más favorecidas, tienes los medios para escapar a los peores efectos del patriarcado: el dinero.

Así, accederás a trabajos bien remunerados, estudiarás en las mejores universidades, escaparás a los trabajos domésticos y de cuidado porque podrás pagarle a otras mujeres para que lo hagan por ti. En este sentido, se puede afirmar que buena parte de los mecanismos que controlan a las mujeres pueden esquivarse económicamente.

El sistema capitalista va más allá del patriarcado, se sirve de él para que los poderosos estén en posición de controlar los medios de opresión. Escribe Jessa Crispin que, la misoginia, la homofobia, el racismo y cualquier otro término que se nos ocurra para catalogar el miedo y el odio hacia los pobres es una extensión natural del patriarcado y por ende, del capitalismo.

En este sentido, los trabajos sobre sexo, clase social y racismo de Bell Hooks, alertan de la complejidad del estatus de la mujer y de los sistemas de dominación que determinan hasta qué punto las mujeres serán dominadas o tendrán el poder de dominar a otros. 

Es indispensable comenzar a debatir sobre la forma en que las mujeres más desfavorecidas viven oprimidas por las razones que mujeres en situaciones más favorecidas consideran empoderadoras.

Son especialmente interesantes sus críticas a las teorías y prácticas feministas por ignorar el racismo y el clasismo. Es decir, cómo se facilita que unas sean explotadoras y opresoras de otras mujeres, especialmente por su raza o ser migrantes y son referencia, los trabajos de Audre Lorde, Adrienne Rich y Gloria Anzalúa.

Las acciones de colectivos feministas latinoamericanos como Ni una Menos, en Argentina, o Mujeres Creando en Bolivia, o los trabajos de la activista mapuche Moira Millán, son indispensables para hacer dialogar los feminismos en sus contextos y las acciones que se llevan a cabo en diferentes lugares. Por supuesto, hay muchísimo más.


Necesitamos una selección de autoras y lecturas.   

La filósofa y activista italiana, muy comprometida con las luchas feministas, Silvia Federici, especialmente centrada en las demandas del salario para el trabajo doméstico y en el análisis del impacto de las políticas de ajustes económicos sobre las mujeres.

La filósofa e investigadora francesa Camille Froidevaux Metterie que se adentra en la batalla de lo íntimo, del cuerpo de las mujeres. En este sentido, el libro de Naomi Woolf , El mito de la belleza es un clásico respecto a la dominación que oprime a las mujeres en ámbitos del trabajo, de lo público y de lo privado. El libro de la estadounidense Iris Marion Young, ¿Qué significa hacer algo como una chica? Es sumamente interesante y también Jessa Crispin y su Por qué no soy feminista, en el que hace visibles algunas de las contradicciones del movimiento feminista actual. 

Tengo también que citar a la gran socióloga marroquí Fatema Mernissi, una de las más reconocidas feministas del mundo árabe-musulmán, que trabaja sobre el status de la mujer en el Islam y para finalizar, porque la lista sería demasiado amplia, Yayo Herrero en España, la francesa Mona Cholet y su libro Reinventar el amor o la socióloga franco-israelí Eva Illouz con El fin del amor.


Sigue leyendo la serie de entrevistas a Virginia Baudino, socióloga.


La meritocracia es una trampa - Regreso a Reims, Didier Eribon 

Una sociedad profundamente cansada - Byung-Chul Han, La sociedad del cansancio.  

Las enfermedades mentales son también una consecuencia de este capitalismo - Realismo Capitalista de Mark Fisher.

Para emanciparse hay que ser intolerante, crítico y aprovechar los momentos de oportunidad - Slajov Zizek. 



domingo, 26 de noviembre de 2023

Peregrinar te pone en contacto contigo mismo - Andar es vivir - Aida Herreros Ara, periodista y escritora

 


Aida Herreros Ara es periodista y escritora pero si algo la define es su curiosidad y tenacidad que como explica en esta entrevista le lleva a completar aunque sea en ocho años el camino de Santiago y a retomar el dibujo que de niña no pudo aprender. Así, han nacido casi uno detrás de otro, sus últimos libros, Andar es vivir, Diario de una viajera en tren de cercanías, Diarios de una arbularia y el que está a punto de publicar, Diarios de una pintora aprendiza. En ediciones muy cuidadas, les acompaña en las ilustraciones de Sonia Piñeiro. Cuando Aida echa a andar, en todos los sentidos, emprende su particular camino al sol. 


Andar es vivir y ¿escribir?

También  escribir es vivir, como decía José Luis Sampedro en ese ensayo maravilloso, Escribir es vivir. Vivir y revivir porque, en el caso de los viajes, yo los vivo tres veces, cuando los preparo, cuando los hago y cuando los escribo/revivo.


En los autores de libros de viajes, hay dos categorías, los que toman notas cada día y los que defienden que la memoria hace el filtro de lo viajado.

A la primera, escribo mientras camino. Al final del día; si no, no me acordaría de nada. Escribo cuando una idea se repite con las mismas palabras dos veces, cuando algo me sorprende a la vista, al oído, o al olfato; cuando algo me emociona; cuando unas palabras me llaman la atención.


La Iglesia echa a andar a sus creyentes, a tierra Santa, a Santiago, ¿hay una conexión entre el peregrinar, la fe y el yo?

Creo que el peregrinar te pone en contacto contigo mismo: es un tiempo que te dedicas  a ti en la vorágine del día a día: quizá por eso sigue siendo importante hoy.

Creo que cada persona peregrina por diferentes motivos. En el origen “per-ager”, de donde viene “peregrino”, era “ir por el campo”. En mi caso el motivo no es religioso, pero sí hay algo en ver tantas pisadas a lo largo de los siglos  por los mismos caminos, una energía, una comunión. Y, además, como  ya no puedo hacer senderos de gran recorrido o subir montañas altas, es un camino señalizado con muchos alojamientos que a mí me permite andar.



"Tener pocas cosas ayuda a partir", citas en Andar es vivir. ¿Se trata de dejar atrás y no tanto de llegar?

Bueno, esa es una de las muchas citas, de otras personas, que incitan a la reflexión.  Ir ligero de equipaje hace que te concentres en cosas más importantes, sí.


En la publicación estás acompañada de las hermosas ilustraciones de Sonia Piñerio. 

Sonia Piñeiro es mi profesora de dibujo en Unate, la Universidad permanente. Con ella he hecho casi diez cursos de dibujo y pintura, una asignatura que tenía pendiente desde mis 7 años.  Ya me había hecho alguna ilustración para algún relato breve y le pedí la portada de Andar es vivir. Luego, el resto de las ilustraciones por cada uno de los 8 años que me llevó llegar a Santiago. Y hemos seguido colaborando, en los siguientes libros: Diario de una viajera en tren de Cercanías y Diarios de una arbularia; y lo hará , en 2024, para Diarios de una pintora aprendiza. Me conoce muy bien e interpreta mis palabras y mis emociones con su creatividad.


Aída Herreros Ara 

 https://quefluyalainformacion.blogspot.com 

https://ficcionesdeloreal.blogspot.com


Presentaciones

Andar es vivir

https://www.youtube.com/watch?v=VSIXkPsNHe0. Librería Gil de Santander. 25 junio 2021.

https://www.youtube.com/watch?v=vl8umSnviss. Fundación Santa María La Real. 25 noviembre 2021.

Diarios de una arbularia Biblioteca Central de Cantabria, Santander. 15 noviembre 2023. Encuentro con nuestros autores: Aída Herreros Ara 

Puedes adquirirlos en la Librería Desnivel





jueves, 23 de noviembre de 2023

27 noviembre, lunes. - Qué es editar un libro - Alicia Ares, editora. Cuadernos del Laberinto

 




El pasado 27 de noviembre a las 17.30h. estuvo en la Sala El Cubo de la UP Miguel Delibes de Alcobendas, la editora Alicia Arés de Cuadernos del Laberinto.

En el marco del curso que imparto, narradoras españolas contemporáneas, teníamos mucho interés en esta presentación acerca del papel de las editoras en la publicación de textos de escritoras.

En este encuentro, abierto al público en general, Ares compartió con nosotros cómo selecciona los originales que le llegan a la editorial, el proceso de edición y publicación y otras tareas propias de una editorial.

Cuadernos del Laberinto, la editorial propiedad de Alicia Ares, está especializada en novela negra y poesía pero también alberga dos sellos dedicados a la publicación de la Asociación de Diplomáticos españoles y el instituto cultural de Taiwan.

Otorga dos premios anuales internacionales de Biografía e Historia y de Ensayo y está presente en las ferias del sector, siendo además invitada por el Instituto Francés, el Instituto Italiano o K-Content en diferentes jornadas y congresos.



UP Miguel Delibes Alcobendas, Madrid
27 noviembre, lunes. 17.30h. Entrada libre
Avenida de la Magia, 4





domingo, 19 de noviembre de 2023

Un viaje es una historia de amor con el mundo - El alma en los viajes, Sonsoles Sánchez-Reyes Peñamaría


Sonsoles Sánchez-Reyes comenzó a publicar en Tribuna Ávila historias sobre sus viajes, pequeñas narraciones de hechos singulares que la sorprendieron al recorrer Amberes, Amiens o Reims. La celebridad de este blog, la decidió a publicarlo en papel y ahora ve la luz en una hermosa edición de Cuadernos del Laberinto con el título, El alma en los viajes. Sánchez-Reyes, profesora de filología inglesa en la Universidad de Salamanca, ha querido que le acompañe con su obra fotográfica, Gabriela Torregrosa. Un total de 28 narraciones se suceden "pobladas por ángeles risueños, promesas que atraviesan siglos, héroes y heroínas anónimos, estatuas que parecen hablar", detalla en el prólogo Carlos del Amor. 


Estos 28 textos nacen de un blog, Cuaderno de bitácora. Quizá la materialidad de un libro sigue siendo insustituible.

La seducción del libro como objeto es innegable. La belleza de su edición lo hace atractivo de por sí y en este caso, Cuadernos del Laberinto ha conseguido un resultado óptimo: el tacto de sus páginas o el olor del papel ligan la experiencia lectora a recuerdos personales y la enriquecen al abrir todo un universo de sensaciones paralelas que se suman al propio contenido de la obra. Por eso el libro como realidad material no ha desaparecido tras el surgimiento de las plataformas digitales; cada uno ocupa su espacio definido.


Decenas de historias curiosas que parecen conformar un mundo enjoyado de misterio y asombro. 

Lo esencial de viajar no es haber estado en un lugar, sino que el lugar haya estado en ti. La sospecha de que se ha sido testigo presencial de algo perenne se reafirma cuando, tras el retorno a casa, la vivencia se ha instalado en las entretelas de la memoria. A eso apela este libro. Al placer de atesorar escenas que parecerían relatos si no hubieran ocurrido, o sucesos que aún logran estremecer por muchas veces que se oigan.


Si tuvieras que señalar un punto común en todas estas historias que forman El alma en los viajes, cuál sería, ¿recomendarías alguna en especial? 

Todas ellas son historias que me han fascinado o me han conmovido primero a mí, cuyos pedacitos de espejo he ido recogiendo a lo largo del tiempo para recomponerlas, con el deseo de contagiar en el lector el pálpito que me ha producido primero encontrarlas y después narrarlas. Muchas, inexplicablemente, son extensamente conocidas entre los habitantes de un lugar muy concreto, pero ignoradas por el público en general en cuanto uno se aleja unos kilómetros. 

Animaría al lector a dejar que sea el libro el que le encuentre, a comenzar leyendo la historia cuyo título o tema le haya atraído más. Las historias permiten ser abordadas en el orden que se elija, así el lector puede determinar su propio itinerario, diferente del de cualquier otro. Son historias breves e intensas que se leen en pocos minutos pero que se quedan contigo después por mucho tiempo, acompañadas por preciosas fotos, muy certeras y expresivas, obras de Gabriela Torregrosa.


Tenemos referencias en imágenes, gracias a Internet, de casi todos los rincones del mundo. Cuál podría ser hoy en día, la forma de viajar. ¿Tienes una propuesta personal?

Viajar sin lastres preconcebidos, con la capacidad de asombrarse intacta. Ceder al placer de maravillarse, de cuestionarse, hacer del viaje un momento de crecimiento y transformación personal del que regresar cambiado. Perderse en vericuetos que no estén en las guías, salirse del camino trillado. Disfrutar de los descubrimientos, hablar con las personas, probar las comidas, aventurarse por rutas de primeras veces con actitud de valorar la diferencia.




En el proceso de escritura, cuál fue la mayor dificultad.

Me ha costado mucho seleccionar un número limitado de historias de entre el acervo que he ido custodiando en la mochila del corazón desde hace muchos años. 

He pretendido rescatar del olvido aquellos jirones de alma que se me quedaron prendidos en sitios lejanos al mezclar la propia vida con otras, presentes y pasadas. Reconocerlos e incorporarlos al equipaje personal incita a que surjan muchos otros por rincones aún inexplorados, en un afán que jamás termina, mientras quede un hálito vital.


Podrías recomendar algún escritor de viajes que te guste especialmente y un lugar al que viajar con tu libro.

El mejor escritor de viajes somos cada uno de nosotros, cuando reelaboramos el episodio para contárnoslo a nosotros mismos y a las personas de nuestro entorno. Ese relato se sucede en tres planos, el previo a partir, que tiene mucho de ensoñación o suposición, los momentos que se viven durante el itinerario, que semejan más una historia de aventuras emocionantes, y la narración posterior a la llegada, en la que los hechos se aderezan con sentimientos, se embellecen y dulcifican con el paso de los días al acomodarse a la evocación y convertirse en domésticos. Igual que ningún amor literario es tan genuino ni deja un regusto tan perenne como el que cada uno ha sentido en sí, ocurre lo mismo con los viajes, que al fin y al cabo pueden concebirse como historias de amor con el mundo.

Un lugar al que viajar es cualquiera que permita contemplarlo a otra luz, con una mirada limpia y nueva; reinterpretar conceptos largamente asumidos para después vincular todo eso a uno de manera individual. Este libro busca despertar la autenticidad de la percepción, trata de que el lector sienta que, aún sin moverse de su ámbito cotidiano, ha visto con sus propios ojos la trastienda de algunos lugares y aspectos más humanos y entrañables de personajes célebres que se los acercan para siempre. Pretende no solo invitar a mirar; también a pensar.


El alma en los viajes
Sonsoles Sánchez-Reyes
Editorial Cuadernos del Laberinto


miércoles, 15 de noviembre de 2023

La imaginación narrativa, el combustible de las industrias culturales - II Edición Adapta Book Madrid - Hasta el 16 de noviembre

 



Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com

El lunes 13 de noviembre comenzó la segunda edición de una feria singular, Adapta Book Madrid, un punto de encuentro de creadores, desde novelistas a dramaturgos, y las diferentes industrias audiovisuales y de artes escénicas.

Durante varios días, se abrirán espacios y encuentros a la posibilidad de transformar a diferentes lenguajes artísticos, la imaginación narrativa de los autores que es el combustible de todas las industrias culturales.

El programa de este encuentro se completa con presentaciones y estudios de casos concretos como el del largometraje con el que arrancaron las jornadas, en la Biblioteca Iván de Vargas: No mires a los ojos (Tornasol, S.L., Desde la sombra del árbol A.I.E., Entre Chien Et Loup, Belga Productions, RTVE, Movistar +, 2022). El director y guionista Félix Viscarret y David Muñoz, también guionista, hablaron sobre el proceso de adaptación de la novela de Juan José Millás a la pantalla.

El programa que puede consultarse aquí dedica el jueves 16 de noviembre, a la presentación de 10 obras literarias de autoras y autores menores de 35 años, Pitch de book, a diferentes agentes profesionales de cine, teatro y el sector audiovisual. Por su parte, Pitch a Escena, novedad en esta edición, presentará seis textos. 

El proceso de selección tiene en cuenta la posible proyección de las carreras profesionales de los autores, seleccionando talentos emergentes, "que fundamenten su escritura a partir de la experimentación y aproximación a nuevos formatos y estilos, generando  imaginarios y abordando temáticas diversas, novedosas e inclusivas", explican desde el área de comunicación de la organización del festival.

"En el caso de la Sección Adapta Escena, la convocatoria no tiene límite de edad, es para socias y socios de SGAE y las obras de teatro deben haberse estrenado. Son también elegidas por el comité organizador del Festival, con la colaboración de SGAE".

El Centro Cultural Galileo, el Palacio Longoria que es la sede de la SGAE, la mencionada Biblioteca Iván de Vargas en el Parque de El Retiro, la Escuela de Artes Tai y la Casa de las Alhajas son las sedes en las que se desarrollará Adapta Book Madrid.



Las obras literarias que forman parte de Pitch de Book 2023 son:

§  Antes de que caiga el telón (Plataforma Neo), de Gema Cantos. Romance.

§  Gazania (Roomie Ediciones), de Sofía Parra. Thriller.

§  Imperio (TBR Editorial), de Iria G. Parente y Selene M. Pascual. Distopía.

§  La noche que perdí a La Chica del Pop (Penguin Random House Grupo Editorial), de Adriano Moreno Abellán. Young Adult.

§  Leo y Robert. Antes de tiempo (Penguin Random House Grupo Editorial), de Marcos Bueno. Comedia romántica.

§  Llévame a cualquier lugar (Plataforma Neo), de Alice Kellen. Romance.

§  Por verte sonreír (autopublicación), de Esmeralda Romero. Novela romántica.

§  Solo queda el verano (Editorial Egales), de Alex Ygoa. Comedia romántica LGTBI.

§  Tierra yerma (Círculo Rojo), de Paulo García Conde. Thriller dramático.

§  Tres días de enero (Ediciones Versátil), de Noelia Hontoria. Novela romántica.

 

Pitch a Escena

En Pitch a Escena, acción promovida por el Consejo Territorial de SGAE en Madrid, participarán seis obras dramatúrgicas estrenadas y escritas por autoras/es socias/os de SGAE:

§  Arde ya la yedra, de Francisco Javier Suarez Lema. Dramedia.

§  Clic (Cuando todo cambia), de Itziar Pascual y Amaranta Osorio. Drama.

§  Gólosa, de Ángel Velasco. Comedia.

§  Hasta Palomares, de Adrián Perea. Comedia.

§  Inquilino (Numancia 9, 2ºA), de Paco Gámez. Comedia social.

§  La omisión del si bemol tres, de Denise Despeyroux. Comedia de terror.

  

 


miércoles, 8 de noviembre de 2023

El capitalismo del desastre, una oportunidad para arrasar con los países - La Doctrina del Shock, Naomi Klein - Virgina Baudino, socióloga

 



Tras el realismo capitalista del inglés de Mark Fisher, la sociedad del cansancio del coreano afincado en Alemania, Byung-Chul Han,  la trampa de la meritocracia del francés Didier Eribon o el pensamiento tumultuoso del esloveno Zizek, le llega el turno a la periodista y escritora canadiense Naomi Klein, una advertencia sobre los métodos del capitalismo depredador. 

Virginia Baudino, socióloga, habla en esta entrevista de Naomi Klein y la contradicción inherente entre el lugar desde el que habla y el que ocupan quienes son llamados a resistir y rebelarse.


Quién es Naomi Klein

Es una periodista de investigación canadiense que colabora habitualmente en periódicos como The GuardianThe Nation o la revista Harper´s Bazar y autora de varios ensayos de gran impacto. Muy comprometida social y políticamente y una de las intelectuales más interesantes de las últimas décadas. 

Diría que su núcleo principal es su bien fundamentada crítica al capitalismo. Sus trabajos están muy bien documentados y han marcado un antes y un después en la forma de hacer investigación periodística que es indispensable para descifrar los desafíos actuales y futuros.

Desde su primer libro, No logo. El poder de las marcas (1999)  a La Doctrina del Shock (2017), Esto lo cambia todo (2015), Decir No no basta (2017) y Doppelganger (2023), entre otros, todos han tenido una gran impacto.


Cuál es su aportación.

El nudo de su contribución está en lo que ella llama el capitalismo del desastre y que desarrolla en profundidad en su libro central La Doctrina del Shock, publicado en 2007. 

Klein constató que después de una gran crisis, de desastres naturales – tsunamis o huracanes- o guerras, que sumieran a la población en estado de shock, se actuaba de la manera más rápida posible, mientras los ciudadanos estaban sumidos en el trauma, para imponer cambios rápidos e irreversibles que permitieran instaurar una versión fundamentalista del capitalismo. 

Para Klein, la crisis financiera del 2008, el huracán Katrina (2005), el tsunami del Índico (2004), los atentados de las Torres Gemelas (2001), la invasión de Irak (2003) o la Guerra de Malvinas (1982) entre otros tantos ejemplos que  analizó, generaron unas condiciones de shock en la población local para que permitieron la implementación de medidas económicas de libre mercado.

Estas medidas, que representan la versión fundamentalista de un tipo de capitalismo, también llamado neoliberalismo, tienen a su máximo ideólogo en Milton Friedman y sus discípulos de la Escuela de Chicago.

Friedman, gurú del capitalismo de libre mercado, vio en cada crisis, guerra y desastre una oportunidad inestimable para recortar derechos sociales e implementar medidas económicas, políticas y sociales que permitieran al mercado actuar a su antojo sin restricciones. La idea de aprovechar las crisis era su modus operandi porque la forma fundamentalista de capitalismo siempre necesita de catástrofes para desplegarse.

Según Naomi Klein, él es el propulsor y defensor acérrimo de la economía global e hipermóvil en la que vivimos actualmente. Él fue quien articuló el núcleo de la panacea táctica del capitalismo contemporáneo, según la autora canadiense, la doctrina del shock.

Además, hay que recordar que Milton Friedman y sus chicago boys aprendieron la importancia de actuar rápidamente en una situación de crisis en Chile, con el dictador chileno Augusto Pinochet. Después, lo exportaron a otros países como Argentina, durante el gobierno militar de Jorge Videla. 


Si Slajov Zizek afirma que el capitalismo necesita de su base política indispensable, la democracia, ¿es un contrasentido que el gurú del libre mercado, Friedman, encuentra el lugar idóneo en gobiernos dictatoriales y juntas militares?

Klein es contundente en sus argumentaciones. Ella defiende que para realizar una transformación radical de la estructura social, política y económica de los países – especialmente latinoamericanos - era indispensable aplicar una terapia de shock en forma de campos de tortura de la población. De esa manera, cortaban de raíz toda posible resistencia social a los cambios y se podía favorecer el despliegue del libre mercado. ¿De qué otra forma se puede hacer para mantener la estructura de desigualdad social brutal, que atravesaban a estas sociedades, sino es mediante el terror de las torturas.

Muchos observadores en Latinoamérica se dieron cuenta de que existía una conexión directa entre los shocks económicos que empobrecían a millones de personas y la epidemia de torturas que castigaban a cientos de miles que creían en una sociedad distinta, escribía Klein y yo creo que de manera acertada.

Año tras año somos espectadores, o experimentamos, las crisis, las guerras o los desastres que se suceden y el posterior desmantelamiento social y económico para así reproducir las estructuras de desigualdad social tan características del capitalismo del desastre. Unos grupos minoritarios, el 1% de la población, hacen caja con las crisis, los desastres y las guerras, frente al empobrecimiento del 99% restante. 

En el 2020 hemos vivido a nivel planetario, un virus. Un desastre en toda regla. ¿Quiénes han sacado los mayores beneficios? Según Naomi Klein, los dueños de las empresas tecnológicas y las farmacéuticas. Quien más ganó fue Jeff Bezos, el dueño de Amazon, y Google. ¿Qué tipos de cambios sociales, políticos y económicos habrá de soportar la población mundial? 

Muchos intelectuales, incluido Zizek y Byung Chun Hal, se lanzaron a la carrera de intentar explicar porqué un virus fue una oportunidad para cambiar el estado de las cosas. Otros han considerado que esto no hará más que encadenar mayores recortes de derechos sociales y políticos y profundas transformaciones económicas que empobrecerán aún más a la población. Con la excusa del virus, argumentan, se comenzaron a normalizar, gracias a la tecnología, los instrumentos de vigilancia masivos que encierran las sociedades totalitarias y que, en otro contexto, no lo hubiésemos aceptado.


Cuál sería el contrapeso a estos grupos depredadores que parecen calibrar bien a los países en donde pueden desatarse.

Klein despliega una documentación impresionante para mostrar la intrínseca relación entre las catástrofes y las crisis con el capitalismo del desastre y defiende que las formas de resistencia que funcionaron, tras un shock, estuvieron basadas en la colaboración y la resistencia popular. 

La gente, los ciudadanos, los pueblos son quienes tienen la capacidad de cambiar el estado de las cosas. Para avalar esta aseveración, Klein recurre a todos los ejemplos de organización popular como recuperación y reconstrucción de fábricas quebradas por las crisis económicas, reinventándolas.

Esto se puede ver en el documental que realizó, La Toma (2004), en el que narra cómo un grupo de trabajadores argentinos recuperaron en forma de cooperativas, las fábricas cerradas por la crisis del 2001.

O cómo, posteriormente al tsunami del 2004, y a diferencia de lo que sucedió en Shri Lanka, en Tailandia, una herramienta eficaz de resistencia contra las grandes corporaciones turísticas, fue la re-invasión de sus tierras por los lugareños. La reivindicación más importante la llevaron a cabo los pueblos de pescadores indígenas, los moken, que se reunieron y volvieron a sus tierras, recuperándolas de las grandes corporaciones del turismo.

Los movimientos de renovación populares locales son un recordatorio de que, pasado el shock, dice Klein, la gente puede resistir y construir alternativas. Y escribe que “toman lo que encuentran, lo arreglan reforzándolo, haciéndolo mejor y más equitativo. Sobre todo hacen acopio de resiliencia. Para cuando llegue el próximo shock.”

Naomi Klein nos da un atisbo de esperanza al recordarnos que todos aquellos que, de una forma u otra, estuvieron relacionados con la implementación de las medidas de libre mercado, a partir de la década de 1970, especialmente de América Latina, para el 2006 habían sido juzgados por genocidios, corrupción, enriquecimiento ilícito y varios cargos más o, estaban en la cárcel. 

Por lo tanto, así como nos relata el desastre y lo que ha sucedido a posteriori, también nos da cuenta de todas aquellas formas de resistencia populares que se han ido sucediendo.




Ahora que estamos sometidos a un shock tras otro, cuál es la deriva según Klein que puede darse.

Para la autora, existen dos alternativas. Como bien describió en La Doctrina del Shock, una de ellas es la expansión y desarrollo de la ideología del libre mercado que arrasa con todo junto con las terapias del shock que tan detalladamente analiza.

Sin embargo, en su libro Todo puede cambiar, publicado en el 2015, en el que aborda la relación entre capitalismo y cambio climático, considera que es tan urgente la necesidad de evitar la catástrofe climática que se nos presenta la oportunidad de hacerlo bien. Que seamos capaces es otra cosa.

La repuesta a la amenaza climática es tan apremiante que podría llevarnos hacia senderos cooperativos inimaginables. Es más, considera tan urgente la necesidad de actuar frente a esta crisis profunda, que propone una especie de Plan Marshall del clima, un New Deal climático, para transformar radicalmente nuestras sociedades en el plano político, económico y cultural. Así, escribe que, finalmente, el problema es menos técnico que político. Se trata de tomar las decisiones políticas necesarias para hacer frente a lo que se viene. 

Según Klein, es necesaria la transformación del orden actual y para ello, la gente que sufre los efectos del desastre climático deben imperiosamente unirse con el objetivo de crear una fuerza determinada y plural para romper con el sistema de poder dominante. Podría ser una gran oportunidad.


Klein quizá como los anteriores autores de los que hemos hablado parecen haber logrado acceso a la gente sin intermediar con el entramado académico. 

Creo que su capacidad se debe a la utilización de medios de comunicación fuera de la academia y muy masivos como Internet. Y, también, a su activismo político y su compromiso que la han llevado a ser muy visible para el público.

Mis inquietudes me siguen llevando más al terreno de Mark Fisher y de Didier Eribon. La primera de ellas es más personal ya que, finalmente, Naomi Klein puede permitirse este activismo y este trabajo porque proviene de los sectores más favorecidos. Creo que es importante saber desde dónde está reflexionando, cuál es su posición social.

Es la contradicción que señaló Zizek sobre una izquierda que habla sobre acontecimientos que sumen a las personas en un desastre, las impelen a rebelarse y luchar mientras que, debido a su clase social, algunos de estos pensadores, no se verán esencialmente afectados por ellos. 

La segunda cuestión, está muy ligada a los trabajos de Fisher y de Zizek, y tiene que ver con la protesta y la incógnita de ¿cómo hacer para crear alternativas que no sean cooptadas y normalizadas por el capitalismo? ¿Es la urgencia climática otro elemento del que el capitalismo va a apropiarse, aunque sea una gran contradicción, y sea demasiado tarde? 

Vuelvo sobre la frase de Zizek: "somos capaces de imaginar el fin del mundo pero no del capitalismo".

Mientras escribía las respuestas a esta entrevista, escuchaba a Lisandro Aristimuño



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