domingo, 17 de marzo de 2024

Quiero escribir novelas robustas, inteligentes - Sapukái, Guillermo Roz - Editorial, Hoja de Lata

 


El escritor Guillermo Roz presenta estos días su novela Sapukái, una crónica de avaricia y destrucción. En 1906, la compañía La Forestal comenzó la tala de los bosques argentinos de Santa Fe, la mayor reserva de tanino del mundo. Se fundaron pueblos, se emplearon miles de trabajadores y las luchas sindicales fueron aplastadas con ferocidad. Roz es autor de varias novelas y narraciones breves premiadas que su editorial, Hoja de Lata, detalla en su web. Admirador de Julio Cortázar, lector apasionado de la Divina Comedia, cree que la literatura es ante todo, lenguaje. En una hermosa y sincera entrevista, respondía a Juan Cruz que todo mejoró cuando su actitud fue simplemente "caminar hacia donde uno quiere". En los años 60, agotada la madera argentina, La Forestal se trasladó a Sudáfrica para explotar la acacia. El próximo 10 de abril, Guillermo Roz presentará Sapukái en Pinto, en la biblioteca municipal. 


Sapukái es la historia de un saqueo, una masacre, ¿y un fracaso?

Es la historia de todo eso, sí, pero sobre todas las cosas es un drama social y medio ambiental, auspiciada por la más cruel y extravagante de las versiones del colonialismo económico del principio del siglo XX. Sapúkái es la historia de La Forestal, una empresa británica que llegó a los bosques de quebracho en Argentina, una superficie tan grande como dos barcelonas y media, y montó un Estado adentro del Estado. Dictatorial, esclavista, extravagante. Convertí en una novela algo que parece una película. 


¿Cómo se logra distanciar el texto para que no sea un panfleto o esté ahogado en rabia?

No me importa que el texto tenga una fuerte carga ideológica, porque creo que la novela demuestra con claridad la conciencia y la justicia social que se debe defender, incluso con la ficción. Me importa sí, que no sea un panfleto y para eso trabajo con todo el rigor artístico del que soy posible, el valor de la palabra justa.


¿Qué cualidad tiene la ficción y la estructura narrativa clásica para abordar algo como lo narrado en Sapukái?

Creo en los moldes clásicos de la ficción, los de la aventura, los de Dickens y los de Conrad. Por naturaleza, asumo esas lecturas y los de la narrativa argentina como algunos de los que cimentan mi cultura literaria y los que persigo para crear novelas robustas, inteligentes.




Falta un género que dé cuenta de la destrucción natural.

No. Lo que siempre hace falta es la buena literatura, el compromiso con el estilo propio, la alegría de una frase musical, la profundidad hecha con la belleza de la sencillez.


Profesor de escritura creativa, coordinador de clubes de lectura. ¿Qué buscamos aún en los libros, cuando su lugar en la cultura declina frente a internet?

Buscamos la pausa, el silencio, la necesidad de conectar con el momento en el que las palabras se enraízan dentro, hablan, acarician, nos hacen cosquillas. Los libros no tienen rival a la hora del abrazo humano, humanístico, lento y amoroso. 


Cómo es tu calendario de presentaciones.

El 10 de abril presento Sapukái en la Biblioteca Casa de la Cadena de Pinto y en julio en la Semana Negra de Gijón. Pero se confirmarán varias presentaciones más.

 


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