Maribel Orgaz - www.leerenmadrid.com
Más de 16 millones de euros habría tenido que pagar nuestra ciudad para publicitarse en medios de comunicación si hubiera tenido que comprar el espacio que la noticia de la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes le ha proporcionado. Esta cantidad es un cálculo que el Ayuntamiento de Madrid ha realizado mientras avanza en la localización del enterramiento, ya circunscrito a una cripta en la que se han encontrado 30 nichos.
El Quijote es uno de los libros más vendidos en el mundo y su figura y la de su escudero Sancho, la escultura de un escritor más visitada en Madrid, sin comparación posible con las visitas a la de García Lorca, quizá nuestro segundo autor más conocido. En la Plaza de España, lectores de todo el mundo esperan pacientes su turno para fotografiarse entre las patas de Rocinante.
Miguel de Cervantes tuvo éxito en vida con su novela, fue también dramaturgo y escribió poemas y novelas pequeñas. Nada de esto le proporcionó unos ingresos suficientes para vivir de la pluma. Su obra fue plagiada por otro autor, editada sin control y por tanto, sin reportarle un justo beneficio. Murió en la pobreza en 1616.
Algunos de los recursos a los que tuvo que recurrir para ganarse la vida es probable que no hubieran sido necesarios si su escritura hubiera sido honestamente remunerada.
"Este oficio me contentara mucho si no fuera por una falta que tiene. Los melindres que hacen cuando compran un privilegio de un libro, y la burla que hacen a su autor si acaso le imprime a su costa, pues en lugar de mil quinientos, imprimen tres mil libros, y cuando el autor piensa que se venden los suyos, se despachan los ajenos." El Licenciado Vidriera
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