"La clave de la lectura", intervino el crítico Ramón R. Lafuente en un encuentro sobre literatura en la Fundación Ramón Areces, "son dos elementos pero son caros: tiempo y silencio, y el silencio es carísimo en estos momentos". (55´)
Lafuente ejerció de moderador en un diálogo entre los escritores Pilar Adón y David Uclés cuyo título era Las artes y las letras en España pero se desarrolló casi en su totalidad en torno a la reflexión de estos autores sobre su obra y algunas impresiones personales acerca de lo que se estaba escribiendo y leyendo en esos momentos en España.
En la conversación, al plantearse qué condiciones se necesitan para leer, Lafuente aportó una idea tomada de George Steiner: hace falta tiempo y hace falta silencio.
Y si ambos son un lujo, ya que quien tiene tiempo no tiene dinero pero al menos tiene bibliotecas públicas en las que leer gratuitamente, el silencio es, como bien afirmó Areces, mucho más caro, carísimo.
Si esta afirmación causa sorpresa, no hay más que teclear ruido y leer para encontrar una cascada de experiencias personales, posibles soluciones y consejos para quienes vecinos ruidosos, el móvil en altavoz en el transporte público, aviones que no respetan la altura sobre los núcleos urbanos y bares en bajos de edificios de viviendas obligan a mudarse o desesperarse si no se tienen recursos. El silencio es como bien dijo Lafuente, un lujo carísimo.
En 2024, la Agencia Europea de Medioambiente publicó un informe que no tuvo demasiado eco en España, El efecto del ruido ambiental en la capacidad y el comportamiento lector de los niños en Europa. Según sus datos, 500.000 niños europeos tienen problemas de lectura por el ruido del transporte: tráfico rodado, trenes, aviones.
Mientras, los adultos se dan consejos para sobrevivir a entornos acústicamente contaminados. En la comunidad Reddit, una cascada de lectores ofrece su ayuda a quien es incapaz de leer con ruido: auriculares, ruido blanco, tapones, entrenarse para ser capaz de aislarse.
"Nuestra sociedad está acostumbrada a convivir con el ruido. Creemos que es el precio que hay que pagar por el progreso y la manera de vivir moderna. Sin embargo esta mentalidad está cambiando, afirman en Abogados contra el Ruido.
dormidos o despiertos
ponen su equipo a todo volumen
dejando las puertas y ventanas abiertas
tienen los dos 18, casados
(...)
ese es el problema
de ser pobres: tenemos que compartir
nuestros ruidos
la semana pasada me tocó a mí.
(...)
algún día estarán
los dos muertos
algún día tendrá
cada uno su propio ataúd
y habrá tranquilidad.