martes, 7 de febrero de 2017

La primera novela del mundo escrita por una mujer - Genji Monogatari y Contacto Japón

Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
Byron Barón es el alma mater del proyecto Contacto Japón. Una iniciativa que pretende difundir los valores de la cultura japonesa en el mundo hispanohablante. Acaba de inaugurar el I Seminario sobre el clásico japonés Genji Monogatari. Se puede acudir al Seminario al completo o hacer una selección personal de los temas. Tiene lugar sábados alternos en la Casa del Libro de la calle Alcalá. El proyecto ha tenido desde su comienzo el apoyo entusiasta de la librería: "Iñaki Echarte y sus compañeros de equipo se han volcado con nosotros", explica. Fotografías: Contacto Japón.

En su opinión y más allá del enriquecimiento que supone cualquier cultura, qué aporta, en el sentido de equilibrio o diferencia, la cultura japonesa a la española como singularidad.  

Byron Baron, director y cofundador de Contacto Japón. La primera y principal aportación es la oportunidad de aprender el idioma japonés, con todo el enriquecimiento cultural y personal que trae el aprendizaje de cualquier lengua y cultura. Con esta formación, servimos de apoyo a quienes desean continuar sus estudios o hacer turismo en Japón. 

Luego, la que más nos compromete ahora es proveer a los niños de confianza y fortaleza física y mental, a través de la práctica y los múltiples beneficios de las artes marciales japonesas; y con esto restar víctimas de Acoso Escolar, un drama ante el que no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Y en el día a día, la aportación cultural, específicamente de las artes, por ser el área de formación en común de la mayoría de nuestro equipo. En un principio quisimos abarcar muchos más campos, pero preferirnos atender ahora lo que mejor conocemos y podemos brindar con absoluta confianza en calidad y contenido. Igual no descartamos nada, seguiremos creciendo a medida que vayamos incorporando profesionales en cada área. 



A veces los residentes nipones en España lamentan que su cultura quede reducida a geishas y samuráis.

 ¡Y al Anime! Se quejan con toda razón. Es lo que debe sentir un español cuando sólo se les asocia con el flamenco, dos equipos de fútbol y el jamón. Comentaba la periodista Rosa María Calaf en un simposio celebrado recientemente en la Universidad Complutense de Madrid,“cada vez se atiende más a lo que impacta en deterioro de lo que importa”, y en parte es responsabilidad de los medios por no proveer contenidos de mayor calidad, y de los usuarios, por consumirlos sin mayor exigencia. 

Y lo vemos a diario en nuestras redes: un meme animado de Pikachu puede tener decenas de miles de "Me Gusta", pero una pieza Noh, un concurso de Haiku o la invitación a una charla de literatura, con suerte unos centenares. Y esto es una tendencia universal, de allí nuestra misión de contribuir con contenidos y servicios con la mayor calidad posible, y seguir presentando los diversos valores de esta cultura de la que tanto podemos aprender.

La vinculación con España de la cultura japonesa es sorprendente: tienen la única revista de guitarra española del mundo.

El flamenco es probablemente el producto cultural más conocido y fervientemente seguido por los japoneses interesados en la cultura española, con lo que es de esperar que además de esta revista, tengan muchos sitios web, concursos, escuelas e incluso programas de inmersión en España. Se conocen cantaores y bailaores nipones reconocidos por eminencias del flamenco español, y es que cuando un japonés se conecta con algo que le mueve, se dedica con pasión y máxima disciplina a lograr el mejor nivel posible, en las artes, la tecnología, la cocina, el deporte. Y de cualquier parte del mundo, así vemos campeones mundiales de tango, béisbol, salsa o barismo. Y de vuelta a España, pensamos que aún faltan iniciativas oficiales y privadas más concretas y duraderas, para promover y enriquecer el intercambio cultural entre ambas naciones.



Para cualquier interesado en la cultura japonesa, cuál debería ser el primer acercamiento: aprender la lengua, leer su literatura, viajar al país.

Por la experiencia personal de más de la mitad de nuestros alumnos, el primer acercamiento fue desde el Anime, pero como influencia externa que luego les cautivó, y les llevó a querer conocer más de la cultura japonesa. Si en cambio pensamos en quienes puedan sentir curiosidad por esta cultura (obviando el Anime) y desean conocerla mejor, pienso que la escritura, la pintura, la literatura, y el cine podrían ser las puertas más sutiles para comenzar; luego la cocina, las artes marciales, la música y el idioma. Y ya con un cierto recorrido en cualquiera de estos campos, pues por supuesto que ir a Japón será el mejor y más completo acercamiento que se pueda tener.



En su seminario actual sobre Genji, llama la atención que uno de los ítem es  juegos y entretenimientos de la Corte: el aburrimiento. 

Resumo lo que Ana Romero, a cargo de este seminario y con quien preparamos nuestro próximo curso de literatura nos dice al respecto: el aburrimiento como aparece en la Historia del Principe Genji no se debía precisamente a la falta de actividad sino a la banalidad de muchos de los detalles, las obligaciones, y mil consideraciones protocolarias que un cortesano acumulaba en su vida cotidiana. 

Cuando no estaban realizando interminables ceremoniales de corte, recibiendo cargos y títulos, haciendo entregas de regalos, celebrando ritos budistas o sintoistas, fiestas y banquetes o simplemente tramando encuentros sexuales o matrimoniales secretos en las noches sin luna, los cortesanos y cortesanas tenían aún tiempo de dedicarse a lo que hoy llamaríamos juegos y entretenimientos.

Influidos por las modas de la corte china, habían cuatro disciplinas que el perfecto caballero o dama debía practicar para refinar la personalidad, que en versión japonesa eran: tocar el koto, pintar rollos o abanicos, trazar caligrafía y jugar a cartas (o al go).

Como actividades habituales en la corte de Genji, eran las formas más comunes de socializar el aburrimiento o evitarlo. Pero también eran aficiones las visitas, los paseos en barca o carros, jugar a temari, ver libros ilustrados, componer poemas, recitar sutras, el baile, hacer bolitas de incienso, ir a
escuchar al cuco cantar, perseguir el momiji, jugar a muñecas, leer monogataris, encuadernar libros, hacer recopilaciones y copias de poemas, llevar diarios personales, etc.

Se hace difícil pensar que la gente de esta época pudiera estar aburrida con tanto trajín. En el palacio de Heian-Kyo había espacio y tiempo para todo, incluso para el aburrimiento o la ociosidad.

Por último, me gustaría invitarles a que visiten nuestra página WEB en donde podrán ampliar toda la información que deseen y contactar con nosotros. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario