Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
Byron Barón es el alma mater del proyecto Contacto Japón. Una iniciativa que pretende difundir los valores de la cultura japonesa en el mundo hispanohablante. Acaba de inaugurar el I Seminario sobre el clásico japonés Genji Monogatari. Se puede acudir al Seminario al completo o hacer una selección personal de los temas. Tiene lugar sábados alternos en la Casa del Libro de la calle Alcalá. El proyecto ha tenido desde su comienzo el apoyo entusiasta de la librería: "Iñaki Echarte y sus compañeros de equipo se han volcado con nosotros", explica. Fotografías: Contacto Japón.
En su opinión y más allá del enriquecimiento que supone cualquier cultura, qué aporta, en el sentido de equilibrio o diferencia, la cultura japonesa a la española como singularidad.
Byron Baron, director y cofundador de Contacto Japón. La
primera y principal aportación es la oportunidad de aprender el idioma japonés,
con todo el enriquecimiento cultural y personal que trae el aprendizaje de
cualquier lengua y cultura. Con esta formación, servimos de apoyo a quienes
desean continuar sus estudios o hacer turismo en Japón.
Luego, la que más nos
compromete ahora es proveer a los niños de confianza y fortaleza física y
mental, a través de la práctica y los múltiples beneficios de las artes
marciales japonesas; y con esto restar víctimas de Acoso Escolar, un drama ante
el que no podemos quedarnos de brazos cruzados.
Y
en el día a día, la aportación cultural, específicamente de las artes, por ser
el área de formación en común de la mayoría de nuestro equipo. En un principio
quisimos abarcar muchos más campos, pero preferirnos atender ahora lo que mejor
conocemos y podemos brindar con absoluta confianza en calidad y contenido.
Igual no descartamos nada, seguiremos creciendo a medida que vayamos
incorporando profesionales en cada área.
A veces los residentes nipones en España lamentan que su cultura quede reducida a geishas y samuráis.
¡Y al Anime! Se quejan con toda razón. Es lo
que debe sentir un español cuando sólo se les asocia con el flamenco, dos
equipos de fútbol y el jamón. Comentaba la periodista Rosa María Calaf en un
simposio celebrado recientemente en la Universidad Complutense de Madrid,“cada
vez se atiende más a lo que impacta en deterioro de lo que importa”, y en parte
es responsabilidad de los medios por no proveer contenidos de mayor calidad, y
de los usuarios, por consumirlos sin mayor exigencia.
Y lo vemos a diario en
nuestras redes: un meme animado de Pikachu puede tener decenas de miles de
"Me Gusta", pero una pieza Noh, un concurso de Haiku o la invitación
a una charla de literatura, con suerte unos centenares. Y esto es una tendencia
universal, de allí nuestra misión de contribuir con contenidos y servicios con
la mayor calidad posible, y seguir presentando los diversos valores de esta
cultura de la que tanto podemos aprender.
La
vinculación con España de la cultura japonesa es sorprendente: tienen la única
revista de guitarra española del mundo.
El
flamenco es probablemente el producto cultural más conocido y fervientemente
seguido por los japoneses interesados en la cultura española, con lo que es de
esperar que además de esta revista, tengan muchos sitios web, concursos,
escuelas e incluso programas de inmersión en España. Se conocen cantaores y
bailaores nipones reconocidos por eminencias del flamenco español, y es que
cuando un japonés se conecta con algo que le mueve, se dedica con pasión y
máxima disciplina a lograr el mejor nivel posible, en las artes, la tecnología,
la cocina, el deporte. Y de cualquier parte del mundo, así vemos campeones
mundiales de tango, béisbol, salsa o barismo. Y de vuelta a España, pensamos
que aún faltan iniciativas oficiales y privadas más concretas y duraderas, para
promover y enriquecer el intercambio cultural entre ambas naciones.
Para
cualquier interesado en la cultura japonesa, cuál debería ser el primer
acercamiento: aprender la lengua, leer su literatura, viajar al país.
Por
la experiencia personal de más de la mitad de nuestros alumnos, el primer
acercamiento fue desde el Anime, pero como influencia externa que luego les
cautivó, y les llevó a querer conocer más de la cultura japonesa. Si en cambio
pensamos en quienes puedan sentir curiosidad por esta cultura (obviando el
Anime) y desean conocerla mejor, pienso que la escritura, la pintura, la
literatura, y el cine podrían ser las puertas más sutiles para comenzar; luego
la cocina, las artes marciales, la música y el idioma. Y ya con un cierto
recorrido en cualquiera de estos campos, pues por supuesto que ir a Japón será
el mejor y más completo acercamiento que se pueda tener.
En
su seminario actual sobre Genji, llama la atención que uno de los ítem es juegos y entretenimientos de la Corte: el
aburrimiento.
Resumo
lo que Ana Romero, a cargo de este seminario y con quien preparamos nuestro próximo curso de literatura nos dice al respecto: el
aburrimiento como aparece en la Historia del Principe Genji no se debía
precisamente a la falta de actividad sino a la banalidad de muchos de los detalles, las obligaciones, y mil consideraciones protocolarias que un cortesano acumulaba en su vida
cotidiana.
Cuando no estaban realizando interminables ceremoniales de corte,
recibiendo cargos y títulos, haciendo entregas de regalos, celebrando ritos
budistas o sintoistas, fiestas y banquetes o simplemente tramando encuentros
sexuales o matrimoniales secretos en las noches sin luna, los cortesanos y
cortesanas tenían aún tiempo de dedicarse a lo que hoy llamaríamos juegos y
entretenimientos.
Influidos
por las modas de la corte china, habían
cuatro disciplinas que el perfecto caballero o dama debía
practicar para
refinar la personalidad, que en versión japonesa
eran: tocar el koto, pintar rollos o abanicos, trazar caligrafía y jugar a
cartas (o al go).
Como actividades habituales en la corte de Genji, eran las formas más comunes de socializar el aburrimiento o evitarlo. Pero
también eran aficiones las
visitas, los paseos en barca o carros, jugar a temari, ver libros ilustrados, componer
poemas, recitar sutras, el baile, hacer bolitas de incienso, ir
a
escuchar
al cuco cantar, perseguir el momiji, jugar a muñecas, leer monogataris,
encuadernar libros, hacer recopilaciones y copias de poemas, llevar diarios
personales, etc.
Se
hace difícil pensar que la gente de esta época pudiera estar aburrida con tanto
trajín. En el palacio de Heian-Kyo había
espacio y tiempo para todo, incluso para el aburrimiento o la ociosidad.
Por último, me gustaría invitarles a que visiten nuestra página WEB en donde podrán ampliar toda la información que deseen y contactar con nosotros.
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