Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
Luis Araújo, dramaturgo, imparte en la actualidad, clases en la Universidad de Estrasburgo, "sobre mi obra", explica, en dos Máster y además de interpretación sobre otros autores de teatro contemporáneo españoles. El público no ha olvidado su último estreno, Kafka enamorado en el Centro Dramático Nacional. Araújo estrena regularmente fuera de España. Foto: Marisa G. Leonarte.
En la actualidad
trabaja de manera estable fuera de España, cuál es la aportación a su mirada sobre
el teatro que se estrena aquí.
Luis Araújo, dramaturgo - Bueno, lo primero es
que no trabajo de manera estable. Tengo un contrato del Ministerio de Educación
francés por unos años y luego seguiré buscando trabajo, de momento aquí, donde
hay posibilidades para alguien como yo, que en España no existen gracias a la
política desastrosa de austeridad acordada por nuestro gobierno con los poderes
financieros.
En cuanto a la mirada sobre el Teatro Español, el problema
es que, claro, llevo tres años fuera de España, lo que quiere decir que hace
tres años que no veo el teatro que se está haciendo allí. Pero me llegan
noticias de que incluso directores prestigiosos y consagrados se ven obligados
a montar sus espectáculos en cooperativa con la compañía, donde todos corren el
riesgo por falta de financiación. Así nunca podrá haber una profesión estable y la creación
siempre será apresurada y deficiente.
Aunque hay algunas buenas noticias como
el Teatro del Barrio o el nuevo Pavón de Kamikaze.
Me parece todo demasiado salvaje, es un sálvese el que pueda donde el respeto por los creadores brilla por su ausencia, tanto por parte de los gestores políticos como de buena parte de la sociedad. Es bastante triste. Cuando vemos cómo se cuida la creación en otros países, uno solo puede sentir vergüenza.
Me parece todo demasiado salvaje, es un sálvese el que pueda donde el respeto por los creadores brilla por su ausencia, tanto por parte de los gestores políticos como de buena parte de la sociedad. Es bastante triste. Cuando vemos cómo se cuida la creación en otros países, uno solo puede sentir vergüenza.
En literatura tiene cada vez menos sentido hablar de literatura española y sí de literatura en lengua española. ¿Ocurre algo similar en el teatro?
Bueno el teatro, del país que sea, solo lo leen los profesionales o los estudiosos universitarios. El público en general no lee teatro. Sin embargo sí es cierto que la dramaturgia en lengua española está teniendo una repercusión internacional que era impensable hace unos 20 años. Yo estreno regularmente fuera de España y no soy de los autores más representados, el caso de Mayorga es interesantísimo porque demuestra que con el conveniente apoyo y voluntad política, los autores pueden tener un recorrido muchísimo más interesante que luchando de franco-tiradores con sus propias fuerzas.
Con respecto a Kafka
enamorado, ¿qué clase de renuncia es la de
Kafka?
Siempre ha habido personas que han creído que valía la pena
sacrificar determinados aspectos de la vida por un ideal. El dilema de Kafka
entre su escritura y una vida « normal » es un dilema vigente para muchos
creadores, si bien se nos intenta convencer cada vez más insistentemente de que
lo único que importa en la vida es ganar dinero para vivir confortablemente.
Hay mucha gente que no piensa así y, dada la injusta situación en que se encuentran
los creadores en sociedades que, prácticamente, los desprecian, no parece que
ese dilema tenga pronta solución.
Por una parte mucha gente cree que los artistas son puros
diletantes que quieren vivir del cuento (esto lo oigo en las calles de España
continuamente), y por otra parte hay quienes se ocupan de « pasar » por
artistas consiguiendo el favor de los despachos institucionales, lo que crea
aún mayor confusión y un deterioro considerable de la calidad artística que llega
al público.
Las instituciones no apoyan a los artistas, sino a los gestores,
empresarios, etc. que se dedican a explotar a los artistas (no todos, naturalmente, hay productores muy valiosos y responsables pero no son legión porque la guerra por la supervivencia es despiadada). Es una absoluta
sinrazón. Para ser apoyado por el estado hay que abandonar la creación y
dedicar la jornada laboral a la gestión. En ese estado de cosas, abandonar la
seguridad y la subsistencia por mantener la creación es una hazaña épica que
todavía afronta mucha gente a costa de vivir en la vergüenza de nunca tener
medios, de pedir prestado, de vivir de la familia o los amigos...
Espero que no
se extingan, ellos son la conciencia real de nuestra sociedad cada vez más
alienada.
Kazan decía que se dedicó
al cine porque era incapaz de trabajar de noche como exigía el teatro. Pero en
su caso, desde el teatro también ha llegado al cine.
Sí, hice algo de cine, como actor y como guionista, y
también televisión. Pero realmente mi vocación ha sido siempre el teatro, desde
niño. Naturalmente me gustan mucho los otros lenguajes, pero el directo, la
inmediata comunicación con el público y el aspecto artesanal del montaje
escénico me han fascinado siempre. Los horarios nunca me han preocupado, aunque
a veces me han creado conflictos con mi pareja, pero nunca me ha molestado
trabajar de noche o de madrugada, siempre que pueda descansar razonablemente.
De hecho, cuando estoy realmente metido en un montaje, o en la escritura de un
texto, a menudo no sé en qué día vivo, ni qué hora es, se me olvida muchas
veces comer, vivo abducido por perfeccionar lo que tengo entre manos. Y es una
sensación muy gratificante, aunque te deja exhausto, claro, hay que descansar
después.
Al leer
biografías de directores de cine o teatro, parece que pueden
dividirse en los que no les queda más remedio que trabajar con actores y los
que sienten por ellos admiración y cariño.
A mí me encanta trabajar con los actores, son una gente
maravillosa, capaces de desaprender y re-aprender cuanto sea necesario para
llegar a construir su personaje o realizar cosas que nunca hubieran imaginado.
Se atreven a casi todo y eso es muy de agradecer, tanto como autor o director,
como para cualquier ciudadano en general.
Se habla muy poco de la enorme generosidad de los actores y
la sociedad debería ser consciente de que ponen a menudo en peligro su propia
estabilidad personal y emocional para llevarnos a territorios insospechados
donde nos emocionan o nos hacen reflexionar.
Dirigir actores es uno de los aspectos más emocionantes de
ese trabajo artesanal que antes mencionaba sobre la puesta en escena. El
trabajo con los actores es la esencia, tanto del teatro como del cine. Pero
desgraciadamente no son muchos los directores de cine que le dan a este aspecto
la importancia que tiene. Aunque los hay y magníficos.
Foto: http://juandesalazar.org. |
El teatro no inspira
otra atmósfera que la del país, afirmaba Fritz Kortner.
El teatro es una emanación de la propia sociedad. Los que lo
hacemos somos ciudadanos como cualquiera y vivimos en el mismo entorno social,
cultural, económico, etc. El teatro es un laboratorio social donde vemos qué
pasa con las relaciones humanas, con la ecuación individuo/ sociedad.
Abordar
ese laboratorio desde diferentes ángulos (comedia, drama, performance...) no
quita un ápice a su significado de experimentación social, de reflexión delas
sociedades sobre sus mecanismos de funcionamiento, sus relaciones, sus
motivaciones...
Vivimos un momento de globalidad en que las sociedades
occidentales se parecen cada vez más entre sí. En ese sentido el teatro español
refleja muy bien la mentalidad española, cada vez más preocupada de reírse y no
pensar en lo que realmente le está ocurriendo. Es el teatro que paga el
público, y por tanto el mayoritario en las carteleras.
Existe otro teatro que
también tiene su público, el de los que quieren plantearse cuáles son las
encrucijadas que vivimos. El equilibrio entre estas dos actitudes es mucho
mayor en los países de larga tradición democrática, y mucho menor en
democracias aún inestables y manipuladas como la española.
Interesante entrevista. Me alegra que el amigo Luis tenga éxito y trabajo... lástima que no sea en España, pero él se explica sobre ello con sus respuestas.
ResponderEliminarLos que nos enamoramos de tu maravilloso Kafka queremos que vuelvas y nos regales más trabajos de esa categoría. Saludos
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