miércoles, 15 de mayo de 2019

Las golondrinas de Bécquer y los ruiseñores de Keats - Aves en Madrid, Manuel Andrés y Quercus

Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
"Me crié en Atocha", comenzó el ornitólgo y naturalista, experto en aves de ciudad, Manuel Andrés Moreno;  "y ahora que estoy en Azuqueca de Henares, son ya 30 años conociendo los pájaros". 

"Que haya cetia ruiseñores en Madrid Río cada doscientos metros o que haya cientos de aviones, las golondrinas de Bécquer, en el nudo de Ventas... eso era impensable hace unos años".

Manuel Andrés (en el centro de la fotografía) fue el invitado del mes de mayo en la presentación de la Revista Quercus, la única revista de naturaleza que en España se edita sólo gracias a sus suscriptores, sin publicidad, y cuyo prestigio desde hace décadas, continúa intacto. Cada mes, Quercus presenta su nueva edición en el Gabinete de Historia Natural con la charla de un experto en el medio natural.

"Ahora mismo, si quieres ver algunas aves, lo mejor que puedes hacer en Madrid es quedarte quieto. Ellas vendrán a ti. Esta es la paradoja. Si sales al campo quizá las veas o no, pero si vas al Metro de Moncloa verás cómo sobrevuela el halcón peregrino que anida allí cerca y en el Metro de Ópera te pasarán las centenares de palomas torcaces que van a dormir al Palacio Real".

"Animo", continuó Andrés Moreno, "a que se abra el foco a cómo los pájaros salen adelante en la ciudad de una manera que los científicos no tienen en cuenta".

"En la M30 gracias a los jardines lineales proliferan los mirlos y las lavanderas blancas usan rotondas o incluso gasolineras como dormideros porque el ruido y la luz les da igual a los pájaros. Lo que no quieren es que les molesten".

"Los pájaros son el canario en la mina de la situación ambiental de nuestra ciudad. Necesitan insectos, aunque algunos han sido capaces de adaptarse a otras alternativas de alimentación cuando sacan adelante a sus crías y por decir algo en concreto, necesitan barro para hacer sus nidos. ¿Cuántos kilos de barro hacen falta para un nido de avión?"

Entre el público, ornitólogos y aficionados pajareros añadieron más lugares en los que en nuestra preciosa Madrid podían verse halcones, buitres, jilgueros... Aunque la propuesta más sencilla fue acercarse a Madrid Río para disfrutar estos días de mayo del canto de verdecillos y carboneros.


Uno de los tramos más espectaculares, en el que se aúnan recursos naturales y arte, es el denominado Tramo 1, El Parque Lineal del Manzanares, junto a la M30, con su escultura de 14 metros, La Atalaya, de Manolo Valdés. Agua, sombra abundante, mesas y bancos a sus pies y una gran pirámide desde la que los madrileños contemplan la ciudad, tomando el sol, leyendo y disfrutando de las vistas.

... y para que la excursión sea completa, un libro de poemas seleccionados por el poeta José María Álvarez, Ruiseñores de Inglaterra que continúa reeditándosePuede leerse una entrevista aquí.



¡Oíd ahora! Empieza el ruiseñor su canto,
de las aves el más «sonoro y melancólico».
¿Melancólico, dices? ¡Oh pensamiento vano!
en la naturaleza no hay nada melancólico. 
    Keats


Cantará el ruiseñor
en la cima del ansia
  Jorge Gillén

Siento cantar un ruiseñor, a veces,
sobre una rama, y es sólo mi sangre
que está pensando en ti sin que lo sepa. 
         Daniel Devoto

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