viernes, 4 de junio de 2021

Un testimonio del fin de un mundo - De José Rizal a Jesús Balmori - Literatura en español en Filipinas - Na linia secreto del horizonte. Instituto Cervantes Madrid (España)

 


Como ocurría con la mayoría de los cartógrafos, Juan González de Mendoza, que sí viajó entre México y España, fue con respecto a la obra que le dio celebridad, hombre de gabinete que jamás estuvo en Asia. Su fascinación por estas tierras le llevó a recopilar crónicas y testimonios de cuantos viajeros, mercaderes y evangelizadores llegaron a China. 

González Mendoza publicó, en 1585, Historia de las cosas más notables, ritos y costumbres del gran reyno de la China que fascinó a todos los hombres de su tiempo. Se hicieron 38 ediciones, se tradujo a siete lenguas y "determinó el inicio de la sinología moderna. Toda la historiografía sobre China hasta el siglo XVIII tuvo como referencia a Gónzalez Mendoza".

En el Instituto Cervantes y hasta el 20 de junio continúa abierta al público una exposición singular, Na linia secreto del horizonte. El legado de Filipinas al mundo hispánico: la literatura hispanofilipina.

Desde el siglo XVI, cuando comenzó la presencia de españoles en Filipinas y hasta lograr su independencia, en el siglo XIX, la lengua española introdujo un nuevo canon humanístico, la imprenta, la ciencia occidental y el sistema universitario "que entró en simbiosis con este nuevo mundo"  y que desembocaría en una clase Ilustrada que absorbió desde el Romanticismo europeo, ideas liberales y republicanas. Era frecuente que se apelara a los poetas para que respaldaran con su pluma, el nacionalismo filipino y su independencia. 

Desde José Rizal a Jesús Balmori, desde los primeros intentos de independencia hasta la II Guerra Mundial, Filipinas sufrió un tiempo convulso. Rizal, médico, escritor y poeta, fue ejecutado en uno de los episodios más negros de nuestra historia bajo la acusación falsa de sedición. Nos legó, entre otras obras, dos novelas, algunos poemas y una obra de teatro y está considerado un héroe de la patria.

Jesús Balmori (1886-1948), escritor y periodista, fue el puente hacia la modernidad en las letras filipinas y escribió entre otras obras, Pájaros de fuego "desde un punto de vista histórico-lingüístico, una autentica rara avis, ya que se trata de la única obra escrita en español por un asiático sobre la Guerra del Pacífico en contemporaneidad al conflicto", Toni Tena.

Balmori que había viajado a Japón, volvió rendido a un país y sus gentes y escribió poemas y textos sobre la extraordinaria cultura japonesa. En 1945, esos japoneses que idealizaba, invadieron Manila y desataron el horror: "uno de los mayores crímenes de guerra cometidos por el Ejército Imperial Japonés". El escritor vivió aquel infierno en primera persona y dejó testimonio de todo ello. 

"Durante cuatro años, el gobierno de ocupación japonés mantuvo a la población en un terror continúo, mataron a los intelectuales, convirtieron a las mujeres en esclavas sexuales", explica la cartela de la exposición. Y mientras, Jesús Balmori escribía, en un ejercicio de coraje extremo, su novela Pájaros de fuego: "el ejército japonés buscaba su máquina de escribir y él ocultaba el manuscrito en frascos de cristal bajo tierra, en su jardín".

Para liberar Filipinas de los japoneses, el ejército estadounidense arrasó la capital. Según algunos historiadores, Manila sería la segunda ciudad más destruida por los Aliados después de Dresde. 

"La última parte de la novela la finalizó Balmori tras la liberación de Manila. Arruinado y desahuciado, malvendió la obra al gobierno filipino con la promesa de que éste la publicaría. Tal promesa no se cumplió y la novela se perdió en algún archivo durante más de cincuenta años. Casualidades del destino quisieron que la obra volviera a aparecer para ser publicada por el Instituto Cervantes de Manila en 2011 en el marco de su colección Clásicos hispanofilipinosToni Tena.

Pájaros de fuego, se detalla en la exposición, es por tanto y tras la catástrofe de la guerra, el testimonio del fin de un mundo. 


¡Señor de los poetas, de los desventurados,

de todos los ausentes de libertad turbados,

de los que han hambre y sed de justicia en la tierra!

Señor de los esclavos, señor de las zagalas (...)

Jesús Balmori

  

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