Para acercarse a un río, detalla la escritora Agustina Atrio, hay que arrastrar los pies al entrar al agua "para no pisar una raya que pudiera enojarse y clavar su aguijón"; no adentrarse en "los camalotes" por si hubiera víboras; no tirarse al agua sin antes tantear la la profundidad "con un remo o con un palo". Estos comportamientos fluviales allá en su tierra natal, aclara, "son transmitidos de generación en generación".
Atrio es autora de un pequeño libro, Tres formas de atravesar un río, quizá crónica, quizá narración, del viaje desde su Paraná natal (Rosario, Argentina) hasta su nuevo destino: el río Limago (Suiza) dejando atrás el Manzanares (Madrid, España).
"¿Cómo influye la geografía en nuestra forma de nombrar?, se pregunta a lo largo de esta hermosa reflexión acerca de la migración, los lugares marcados por la sed o el trópico y cómo haber crecido en la abundancia encamina sus pasos, de las aguas dulces que transcurren durante infinitos kilómetros, de los ríos navegables a vela de su Argentina natal a los domesticados manzanares europeos.
Horacio Quiroga y su deriva, Claudio Magris y su Danubio. Los ríos de allá que ocupan y desbordan con su gran caudal y sus peligros tragándose escritores y destinos frente a los europeos obstruidos, achicados por culturas, encauces, usos. Y de la misma manera, de la narración se apodera esta geografía de la abundancia o la escasez. Un Paraná arrastra las palabras con su fuerza mientras que un Sil apenas emerge en esta crónica sepultado bajo cientos de años de historia. Ya sea Alemania o España o Suiza, la dimensión marca la narrativa del viaje: "en Madrid más que conectarme con lo acuático me aproximé a lo terrestre, practicando el arte de caminar".
Es probable que las ciudades, continúa Atrio, puedan conocerse de la misma manera que su río natal porque han de abordarse con atención, evitar sus lugares más inciertos y antes de anegarse en ellas y lograr salir a flote, tener presente las palabras de Magris: "adquirir otra identidad consiste en enriquecer a la persona con un alma nueva no de tracionar a la primera".
Tres formas de atravesar un río de Austina Atrio forma parte del proyecto de Ediciones Menguantes sobre mujeres viajeras. Hasta el momento se han editado otros dos títulos: La pureza de Ruth Miguel Franco y El año que no viajé a Buenos aires de Saray Encinoso Brito.
De Menguantes y sus cuidadas ediciones puedes leer otra referencia, Breve atlas de los faros del fin del mundo.
Gracias, Maribel, por una reseña tan bella.
ResponderEliminarCreo que muchos lectores que han ido y venido entre diferentes geografías encontrarán mucha sintonía en sus reflexiones. Una preciosa narración de "viajes de agua", en palabras de la autora. Un cordial saludo. Maribel
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