En Villalar de los Comuneros, en la plaza del Ayuntamiento, dos grabados de granito recuerdan a María Pacheco y al hispanista francés Joseph Pérez, Premio Príncipe de Asturias 2014, cuyo libro, Los comuneros marcó un antes y un después en el significado de la revuelta castellana contra el absolutismo real en el siglo XVI y que tuvo su punto culminante en esta localidad vallisoletana.
Al margen de sus investigaciones como historiador, Pérez tuvo el acierto de escribir un libro de Historia accesible para el gran público que pudo leer una propuesta insólita, el plantear que aquella revuelta tuvo mucha más importancia que una protesta violenta contra unos impuestos o el reparto de cargos de un rey extranjero entre sus favoritos. Según Pérez, la lucha de los rebeldes contra Carlos V fue una oportunidad para cambiar el rumbo de un país. Fue la lucha de las ciudades, la lucha del reino contra el poder real.
Durante la lectura de Los comuneros, es inevitable hacer recuento de los intentos fallidos de torcer el rumbo autoritario que se impone una y otra vez sobre España y que aplastó desde el Cádiz constitucional a la II República.
La historia la escriben los vencedores, así que hay que esperar décadas o siglos para lecturas históricas rigurosas, comprometidas y generosas de los intentos de algunos hombres y mujeres de nuestro pasado, y la segunda placa en este pueblo de apenas cuatrocientos habitantes, dedicada María Pacheco que encabezó también la revuelta y era esposa de uno de sus líderes Juan de Padilla, así lo atestigua; por otra tierra, otra historia, más próspera, más culta, más libre.
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