jueves, 13 de junio de 2019

Casi todo lo que merece la pena en la vida mancha - Héctor Puertas, aforista


Héctor Puertas Castro, librero y concursante televisivo de vez en cuando, publica su primer libro de aforismos, Porque soy humano, Editorial Cuadernos del Laberinto. Ha firmado en la Feria del Libro el pasado 8 de junio y ha vuelto a Salamanca, en donde tiene su librería de viejo, Quercus en la calle Meléndez número 29. De la feria madrileña le asombró su tamaño y su fuerza, y confiesa entre risas que espera que algún día nadie sea capaz de sacarle de ella. 

Parece que hay una demanda creciente de libros de aforismos, a qué cree que se debe.

Creo que hay dos factores determinantes en este boom del aforismo: por un lado la cultura de lo efímero e inmediato en la que vivimos y por otro lado la influencia de las redes sociales en la manera de leer, escribir y expresarse en general. A su vez este último factor se manifiesta en dos vertientes, la moda de las frases resultonas de autoyuda de baja calidad literaria que se hacen casi virales y la necesidad de condensar los mensajes en las redes sociales. En todo caso no es este enfoque del aforismo con el que yo me identifico como autor, mi manera de entender el aforismo está más en la línea de los clásicos del género, que como todos los clásicos sobreviven y trascienden a modas. A día de hoy también existen grandes aforistas con un peso literario muy importante, sería injusto no mencionar su contribución al auge del género, pero está claro que son los factores antes mencionados, y no ellos, los que hacen el fenómeno masivo.

Ha firmado en la Feria del libro, cómo ha sido la experiencia.

Yo tengo una librería de viejo en Salamanca, Quercus, y salgo a la feria de libro antiguo de mi ciudad, aparte de conocerla desde hace mucho tiempo como cliente. La feria de libro nuevo, que también conozco como cliente, es muy similar, así que cuando llegué este año a Madrid llevaba una idea un poco condicionada por mi experiencia salmantina. Me sorprendió lo masivo que es todo, de hecho no habría elegido firmar un sábado por la tarde de haber sabido el tamaño y poder de convocatoria de la feria en tardes así. Personalmente prefiero la idiosincrasia de una feria como la salmantina para un escritor debutante, en Madrid pasamos prácticamente desapercibidos para el cliente medio. Está claro que para los escritores que ya se han hecho un nombre y tienen tirón mediático Madrid es infinitamente mejor que cualquier otra feria, si algún día estoy en esa posición no habrá quien me saque de la feria madrileña [risas].


Cómo se escribe un aforismo. Cuál es su proceso de escritura.

En mi caso el aforismo es afilar la punta de un lápiz, que sería la idea, una idea que surge y pide paso por sí misma. No me siento a crear aforismos de 5 a 8, la reflexión siempre surge por ella misma después de una vivencia, la idea asoma como un chorro de agua que se proyecta al exterior desde la tierra. En ese momento, como dije, sólo queda afilar el lápiz. 

Qué autor de aforismos le gusta especialmente.

De aforismo contemporáneo, por llamarlo de alguna manera, para mí el más grande es José Bergamín, un genio del género no tan conocido y valorado como merece. Baltasar Gracián debe ser considerado un Gran Padre por cualquier aforista, para mí el gran tapado del Siglo de Oro y un gigante del pensamiento al que tampoco valoramos en su justa medida. Del fragmento un poco más extenso nombraría a Nietzsche, por supuesto, y en mi línea de extensión y enfoque al gran Ernesto Sábato, bastante desconocido en su faceta de aforista. Otros como Chamfort o La Rochefoucauld también merecen ser nombrados.



Qué le comentan sus lectores sobre este libro.

Algunos de ellos, especialmente mis conocidos, que no me voy a hacer rico escribiendo este tipo de cosas [risas]. Fuera de bromas, la verdad es que el libro está teniendo una buena acogida por parte de los lectores, me hacen especial ilusión los comentarios positivos de las personas relacionadas con el mundo de la Literatura...y también me abruman un poco. De todas formas la obra prácticamente acaba de comenzar su recorrido, dentro de un poco de tiempo tendré una visión de conjunto más precisa y elocuente al respecto.

La poesía, si he entendido bien el aforismo: salva a la ciencia y a la filosofía de la condena del error…

Realmente lo que dice mi aforismo es que la poesía salva al error de la condena de la Filosofía y la Ciencia...en este caso sí que el orden de los factores altera el producto [risas]. Pero en ese aforismo me gusta aún más el término que acompaña a salvar, que es redimir. Desde el rigor en la conceptualización, la esclavitud hacia el concepto, el simplismo o el reduccionismo el mundo aprehensible que nos rodea resulta más pobre, peor. Desde estos enfoques error es un término negativo a evitar, sin más, y la poesía es algo innecesario. Pero dentro de una manera de entender nuestra trayectoria vital en la que es necesario abrazarlo todo para aprehender el mundo en su sencilla complejidad, totalmente distinta a la reduccionista simpleza, la poesía redime al error convirtiéndolo en experiencia y crecimiento a la vez que el error convierte en necesaria a su redentora precisamente por el hecho de que es esta es el ámbito ideal para que se manifieste. La Ciencia y la Filosofía, especialmente la sistemática, sólo pueden valorar el error como medio, y siempre ese valor viene dado por la consecución del resultado contrapuesto, es un valor a posteriori y condicionado por su contrario, mientras que la poesía le da un valor per se.
"La belleza salvará al mundo, pero para ello debemos dedicarnos a salvar la belleza (Dedicado a Dostoievski)".
"La primavera, la juventud y los sábados , tres antesalas temporales que acaban echándose de menos muchas veces durante el transcurso de aquello a lo que preceden".


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