Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
Celia Astiz Carranza ha publicado su primer libro de relatos, El armario de los recuerdos y los sueños, con la Editorial Círculo Rojo, quizá pintora antes que escritora, cree que al igual que los árboles, lo importante son nuestras raíces.
Fotografía: CristinaDMoreno.
Éste es su primer libro, qué podría servir de su experiencia para otro escritor que comienza también a publicar.
Celia Astiz, escritora. Como consejo general: no perder nunca la ilusión y luchar. Habrá momentos de bajón pero si los sueños se persiguen se pueden alcanzar. Hay muchas editoriales de autoedición que han surgido por lo difícil de llegar a las convencionales, esta es la baza a jugar. escribir es muy difícil pero cuando tienes tu libro en las manos se te olvidan los malos ratos.
La promoción es, en estos tiempos, la parte más dura para un escritor.
El mío es un libro autopublicado. Sí, estoy de acuerdo. Si el libro tiene calidad te lo editan pero la difusión es cosa tuya, no de ellos. Las librerías no anuncian libros autoeditados, no les dan visibilidad. Hay que moverse, hacer presentaciones, conseguir entrevistas, el boca a boca, las redes. Tienes que escribir y tienes que vender. Apenas hay apoyos.
Según parece siempre había escrito pero nunca lo había hecho público. Cuál es la clave para saltar de un ámbito a otro.
Sus relatos están llenos de Madrid, desde el Museo del Prado a sus parques. ¿Qué tiene esta ciudad para
alimentar la fantasía de un escritor?
Madrid tiene de todo. Se nota que soy madrileña, ¿verdad?
Madrid es una ciudad muy viva, acogedora, hospitalaria. Creo que hay un Madrid
para cada persona. El mío es un libro de raíces. Madrid es mi casa, la quiero y
me da mucho, y siempre, siempre, me sorprende, por eso hablo de ella y lo
seguiré haciendo, por sus monumentos, sus edificios, sus parques y sus barrios.
Por eso el Museo del Prado, que dicho sea de paso creo que no lo valoramos como debiéramos, por
eso el Parque Berlin, por eso Chamartín, mi barrio y los recuerdos de mis vivencias.
En el libro también hay espacio para la poesía, ¿por qué poesía o por qué cuento?
Me planteé un libro de relatos y algo más, esa fue mi
licencia para incluir una carta, un poema. El poema lo escribí en 1993, al
morir mi madre, y lo guardé. Después he modificado algunas cosas. Yo elijo, la que creo mejor forma de
expresión en cada momento. Las historias, reales o ficticias tienen forma de
relato. Si llevan moraleja es un cuento, como es el caso de La nube
Paquita. Cuando son sentimientos muy muy fuertes, entonces, una
carta o un poema, es como un tú y yo, más cercano.
En uno de sus relatos, un castaño majestuoso en el Parque de Berlín acoge a los madrileños como un gran señor, ¿es real?
Es algo general. El hombre está unido a la tierra por las raíces. He pensado en mí misma. El castaño soy yo. Las raíces familiares directas las he perdido ya que fallecieron mis padres y hermanos; me aferro a las mías propias pero no olvido las de ellos, me alimentan el recuerdo. Así que me he plantado en el Parque de Berlín, por eso Chamartín, mi barrio, en donde he vivido 43 años. En el parque tengo buena convivencia y valores como el acercamiento y la amistad que se ponen de manifiesto en ese no olvidar: hay restos de lo que fue el muro de Berlín; aprender a no levantar fronteras, si no trazar caminos y construir puentes buscando lo que nos une y no lo que nos separa.
En uno de sus relatos, un castaño majestuoso en el Parque de Berlín acoge a los madrileños como un gran señor, ¿es real?
Es algo general. El hombre está unido a la tierra por las raíces. He pensado en mí misma. El castaño soy yo. Las raíces familiares directas las he perdido ya que fallecieron mis padres y hermanos; me aferro a las mías propias pero no olvido las de ellos, me alimentan el recuerdo. Así que me he plantado en el Parque de Berlín, por eso Chamartín, mi barrio, en donde he vivido 43 años. En el parque tengo buena convivencia y valores como el acercamiento y la amistad que se ponen de manifiesto en ese no olvidar: hay restos de lo que fue el muro de Berlín; aprender a no levantar fronteras, si no trazar caminos y construir puentes buscando lo que nos une y no lo que nos separa.
Celia Astiz Carranza
Editorial Círculo Rojo
Fotografías: Cristina DMoreno
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