Hasta ahora, yo les había preguntado si querían leer lo que algunos autores habían imaginado o incluso vivido de manera similar: una fuerza ciega da un puñetazo en la mesa y saltan por los aires la compasión y la esperanza y se desata el miedo.
Aunque también, y no es precisamente en lo que inciden esos autores, es posible encontrar, entre tanta confusión, una reserva interior inagotable en cada uno de nosotros de calma, amabilidad y buen humor.
Me atreví a sugerir, para indagar en los infiernos sobre la Tierra, Diario del año de la peste de Daniel Defoe, La peste de Albert Camus o Apocalipsis de Stephen King y un vistazo al artículo de La Vanguardia sobre Dean R. Koontz. Aunque, quizá nos faltan escritores que hayan imaginado la dinámica económica, al fin y al cabo, catástrofe social que desatan acontecimientos como éste en sociedades tan sofisticadas como las nuestras.
Sin embargo, no son estas las lecturas que aguardando abril prefieren. Así que, aquí van, en cambio, algunas solares, esas que nos hacen amar aún más la vida:
1. A la caza del amor - Nancy Mitford
Lo que acabó con la aristocracia fue, ni más ni menos, la comodidad del mundo moderno.
2. En las antípodas - Bill Bryson
Australia, ese continente, del que tenían tales sospechas que sólo condenados consiguieron que fueran.
3.Aventuras y desventuras del chico centella - Bill Bryson
Cuando en tu pueblo, lo más emocionante es la variación del precio de la carne de cerdo.
4.Entre limones. Chris Stewart
Qué lugares hay en este bendito mundo, en el que al nuevo vecino le regalan ceremoniosamente envuelto un ladrillo.
5.El antropólogo inocente. Nigel Barley
Otro lugar interesante, en donde los dentistas son en realidad, tractoristas y cuando sales de allí, te echas a llorar viendo una civilizada mesa y una silla.
6. En busca del tiempo perdido. Marcel Proust
Siete tomos... no sé qué más decir.
7.Las ensoñaciones del paseante solitario. Jean-Jacques Rousseau
En sus descansos, pergeñadas las grandes obras para epatarnos, los filósofos sin darse cuenta escriben sus mejores textos.
8. Estambul: ciudad y recuerdos. Orhan Pamuk
La llave de la escritura densa y compleja de este Premio Nobel es el pequeño librito sobre su amada ciudad.
9. India. V.S. Naipul
Hay otra categoría en los libros de viajes, la del Premio Nobel Naipul.
10. La de Bringas. Benito Pérez Galdós
Es quizá la novela más divertida e incluso, cómica de Benito Pérez Galdós y como es su centenario, hay que incluir algo en esta lista.
Recomendaciones de los compañeros de los clubes de lectura
Carlos nos sugiere: La reina sin reino de Peridis; Diálogos de Platón; Julia retó a los dioses de Santiago Posteguillo y Los girasoles ciegos de Alberto Méndez.
Lola está leyendo La desaparición de Stephane Mailer de Joel Dicker; "me ha enganchado", dice.
Al cabo de unos días, quiere añadir esta aportación: tras leer la La desaparición de Stephane Mailer, que aunque es verdad que me enganchó, para mi gusto tiene excesivos personajes que el escritor desarrolla ampliamente; leí El libro de la señorita Buncle de D.E. Stevenson, que me pareció una delicia. Una lectura ligera, pero con un gran sentido del humor y de la cual he disfrutado mucho, más aún en estos momentos tan sombríos, donde el estado de animo no siempre está todo lo bien que nos gustaría.
Ahora estoy leyendo El mar cuando nos habla de Francisco Javier Rodenas y de momento los siguientes que están en lista de espera son: Las inquietudes de Shanti Andía de Pio Baroja e Historia de una maestra de Josefina Aldecoa y después, pues ya veremos.
Berta recomienda otra novela divertida, La tía Mame de Patrick Dennis "para reírnos que buena falta nos hace".
Iván está acabando El extranjero de Camus.
Augusto se ha lanzado a una gran lectura, los Episodios Nacionales y la trilogía de José Luis Corral, El Rey Felón.
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