viernes, 28 de enero de 2022

Club Lectura Parque Conde de Orgaz - Grupo de Mañana

 


El Club de Lectura Parque Conde de Orgaz abre temporada con dos grupos, de mañana y tarde. 

El horario de la mañana es de 10h. a 12h. y el de las tardes, de 19h. a 21h. 

Nos reuniremos dos veces al mes, segundos y cuartos jueves. Infórmarte aquí.

El grupo de tarde retoma temporada en septiembre - Puede leer aquí un resumen de todas sus reuniones


21 de abril - El africano de J.M. Le Clezio y un poema de Orlando Mondragón.

Cerramos nuestro trimestre de lecturas con un libro autobiográfico del Premio Nobel francés, J.M. Le Clezio, El africano.

Esta obra trata del padre del escritor que fue médico en África durante más de dos décadas y fue escrita al margen de toda la producción novelística de Le Clezio. Los recuerdos sobre su padre marcaron una tercera etapa, por así decir, en su escritura. Desde El Africano, Le Clezio ha publicado otros textos de contenido autobiográfico.

Durante nuestra reunión, abordamos algunos de los temas que propone la narración: el colonialismo en África, el ejercicio de la medicina entre carencias de todo tipo, desde antibióticos a medicamentos más allá de un botiquín básico por no decir reducidísimo; y la rígida educación paterna de aquel tiempo. Le Clezio conoció a su padre a los 8 años y tanto él como su hermano se habían criado en un ambiente de cariño y caprichos entre abuelos, tíos y una madre que era "el encanto y la dulzura".

 Leemos algunos párrafos que describen la belleza del paisaje africano y especialmente las descripciones de una infancia de libertad corriendo entre la hierba y disfrutando de una vida diferente a la Francia fría y triste que habian dejado atrás y que estaba sumida en la posguerra.

¿Tiene el padre pocos amigos en África, indica algo de su carácter? ¿Fueron consecuencias esperables de alguien que rechazó a su propia cultura y sociedad? ¿Cómo fue su vuelta a Francia, una vez jubilado y cómo pudo haber sido? ¿Se comportaba con sus hijos con la dura disciplina propia de un hombre de su tiempo o puede afirmarse que fue excesiva? 

Charlamos acerca de cómo el autor intenta comprender a su padre, a un hombre aún joven, separado por la guerra de su familia, que acaba incluso físicamente destrozado y anímicamente amargado en un continente y una cultura, en años de incertidumbre, intentado llevar a cabo una tarea enorme sin recursos. 

Para finalizar leemos un poema de Orlando Mondragón, Premio Loewe de Poesía 2021.




Desearía regalarle a mi padre

un hijo que no esté roto.

Un hijo

sin defectos de fábrica,

con piezas de repuesto para sus enojos,

hábil con los balones o las distancias.

Un hijo que pueda presentarles

una muchacha hermosa en la cena,

sin esta cruz de soledades en la espalda.

Un hijo pared

en el que pueda apoyarse sin miedo.

Un hijo bonsái

que crezca bajo su sombra.

Un hijo gato que no pierda el camino a casa.

Un hijo con todos los ladrillos que planeaste, papá.

No este hijo de papel,

no este hijo de vidrio

que se corta con sus propios bordes.



6 de abril - Los crisantemos de John Steinbeck y Las lunas de Júpiter de Alice Munro. Un poema de Wislawa Szymborska 

En nuestra primera reunión del mes de abril leemos dos cuentos de los Premios Nobel de Literatura, John Steinbeck y la canadiense, Alice Munro.

Los crisantemos narra la vida sin otra ocupación ni horizonte de una mujer de mediana edad en la América rural que plantar flores y vivir al margen de toda decisión en la granja que gestiona su marido. 

Nos preguntamos acerca de cuántas mujeres de talento y gran energía no han podido desarrollar todas sus capacidades porque lo único que se esperaba de ellas era que cuidaran de su jardín. ¿Esto puede afirmarse también de otras personas que no tienen la oportunidad quizá por nacer en la pobreza o con pocos recursos? 

Nuestra protagonista estaría muy orgullosa de ocuparse de los manzanos de la finca pero su marido desecha muy pronto la idea. Su frustración se pone de relieve cuando un buhonero llega a la casa y ella fantasea con deambular por los caminos como hace él y con una vida en libertad sin un futuro cerrado como es el suyo. 

Steinbeck está, coincidimos, del lado de ella por quien el lector siente compasión. Su marido es atento y viven, según parece, sin problemas económicos pero es la falta de opciones lo que ella sufre.

Nuestro segundo cuento, Las lunas de Júpiter de Alice Munro contiene algunas de las características habituales en sus narraciones: el foco sobre las relaciones familiares y los vaivenes del corazón, las relaciones entre hijos y padres, los orígenes rurales, los matrimonios anodinos que sumen a la gente en la desesperanza.

¿Es fría la escritura de Alice Munro?, nos preguntamos en un determinado momento o dice lo que a veces pensamos de nuestras personas cercanas y que sería mejor callar: los rasgos que no nos gustan, la crítica a algunos de sus comportamientos. Es un debate interesante que nos conduce a cómo lo vivido en las familias nos marca en nuestra vida, la preferencia de unos hijos sobre otros.

Leemos en voz alta algunos párrafos en los que Alice Munro desarrolla toda su capacidad de escritura: los objetos físicos dan paso a narrar una situación emocional y a veces, testimonian toda una vida. 

Para finalizar leemos un poema de la Premio Nobel polaca, Wislawa Szymborska.



No lectura 

A las obras de Proust
no les añaden en la librería un mando a distancia,
no podemos cambiar
a un partido de fútbol
o a un concurso donde ganar un volvo.
Vivimos más,
pero menos precisos
y con frases cortas.
Viajamos más rápido, más a menudo, más lejos,
aunque en lugar de recuerdos volvemos con fotos.
Aquí yo con un tío.
Aquel creo que es mi ex.
Aquí todos en pelotas,
así que seguramente es una playa.
Siete tomos: piedad.
¿No se podría resumir, abreviar,
o mejor mostrar en imágenes todo eso?
Una vez pasaron una serie que se titulaba La muñeca
pero mi cuñada dice que era de otro que también empezaba por P.
Además, seamos sinceros, quién es ese.
Al parecer escribió en la cama un montón de años.
Página tras página,
a una velocidad limitada.
Y nosotros con la quinta puesta
y — toquemos madera — saludables.



24 marzo- La vida del pintor viajero, César Aira y un poema de Ángel González.

En nuestra última reunión del mes de marzo, leemos una novela de César Aira, La vida del pintor viajero. Una de las mas apreciada de toda su obra que ya alcanza los 100 títulos. 

Aira rescató, por así decir, para el público en general, al pintor alemán Johann Moritz Rugendas con esta narración y le ha dado una popularidad que no tenía antes de que él publicara su novela. Se da el caso de que, incluso la académica francesa Lucile Magnin realizó una tesis doctoral sobre Rugendas después de leer este texto y recorrió buena parte de su viaje en los Andres para conocer mejor el itinerario del pintor y su compañero, también pintor, Robert Krause. 

En general, coincidimos, Aira ha conseguido transmitirnos la magnitud de una empresa que nos parece, a día de hoy, con nuestra tecnología que nos facilita tanto nuestro día a día, de gran arrojo. J.M. Rugendas y su ayudante, Robert Krause viajaron por varios países de Hispanoamérica para reflejar sus paisajes bajo el impacto de las ideas del naturalista y explorador, Alexander von Humboldt. 

Charlamos acerca de que esta novela invita a viajar a Argentina para conocer de primera mano los lugares que Rugendas reflejó en su pintura y que tan bien han sido descritos por César Aira en toda su inmensidad y salvaje belleza. Leemos en voz alta algunos párrafos casi poéticos, de gran lirismo y en especial, el impacto que nos ha causado la descripción del accidente de Rugendas que enganchado en el estribo del caballo es arrastrado por el suelo, lo que le provocará grandes heridas en el rostro.

Comparamos los datos que según Magnin son reflejados con total fidelidad por Aira y también los que ella afirma pueden ser imaginación del escritor: la insinuación de la amistad entre ambos pintores o que la medicación que hubo de tomar para mitigar sus dolores atroces tras el accidente fue lo que hizo de Rugendas un pintor adelantado en casi 50 años al impresionismo e incluso precursor de Cezanne. 

Aira propone al lector que las limitaciones de dibujar al aire libre, el estar siempre cabalgando, y los delirios de los calmantes fueron determinantes para su cambio en la manera de pintar. 



Para finalizar leemos un poema de Ángel González 


Muerte en el olvido
Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
oscuro, torpe, malo
el que la habita.




10 de marzo - Cuentos de J.R. Ribeyro y Pedro G. Valderrama- Dos poemas de Darío Jaramillo. 24 de marzo -

En nuestra primera reunión del mes de marzo leemos dos cuentos de dos autores hispanoamericanos, el peruano Julio Ramón Ribeyro y el colombiano Pedro G. Valderrama.

Abrimos nuestra sesión con Eliezer y Rebeca el cuento del diplomático y posteriormente, ministro colombiano Pedro Gómez Valderrama, muy querido en su país ya que llevó a cabo la reforma de la universidad con una nueva legislación.
Eliezer y Rebeca se basa en un capítulo del Génesis que primero leemos para después comparar cómo a partir del encargo de Abraham a su siervo, buscar una mujer que no fuera cananea en otra región para casarla con su hijo; Gómez Valderrama elabora su propia narración con los mismos personajes.

Nos fijamos en qué ha respetado el autor de la cita bíblica y en qué momento ha fabulado un destino diferente para Rebeca y el siervo. De un texto elaborado hace miles de años a otro construido en el siglo XX que nos lleva a charlar sobre las fuentes de inspiración de los escritores, del amor romántico y de otras formas que en otras culturas creen mejores para que una pareja forme una familia. 

Sólo para fumadoresEl banquete son comentados en nuestra segunda parte de la reunión. Ambos son muy diferentes y dan una idea de la variedad de registro de Ribeyro. El primero de ellos es autobiográfico y quizá por eso nos impresiona aún más la honestidad y lucidez con la que un fumador relata su vida de adicción que le lleva, tras varias operaciones y hospitalizaciones, a la muerte prematura.

Leemos algunos detalles humorísticos del texto y varios asistentes que también han sido fumadores coinciden en que muchas de las reflexiones y situaciones que plantea el autor son las mismas que ellos vivieron. Los intentos de dejar el tabaco, fumar como elemento de socialización que muy pronto se vuelve una tiranía de la que se intenta escapar, la necesidad de tener siempre varias cajetillas de tabaco a disposición o el momento en el que decidieron abandonar el tabaco y liberarse. 
También reconocemos algunas de las más de diez marcas de tabaco que Ribeyro dice haber fumado a lo largo de su vida, incluido tabaco de picadura muy barato o lleno de impurezas.

Para finalizar leemos un poema de Darío Jaramillo que fue invitado a la última edición de la Feria del Libro de Madrid y que está considerado uno de los mejores poetas colombianos vivos. 


Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
no contestar tus llamadas,
no abrirte la puerta de la casa, no pensarte,,
no desearte, no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte,
circular por calles por donde sé que no pasas,
eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido,
cada recuerdo de tu recuerdo,
olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte,
responder con evasivas cuando me pregunten por ti,
y hacer como si no hubieras existido nunca,
Pero te amo.

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Atolondrado y confuso,
demasiado lleno de ruidos,
sin centro ni reposo,
desconectado del otro lado de la piel,
aturdido por el interminable crujir de este corazón,
– tierra cuarteada, ceniza gris en el pecho –,
así pasan estas noches de calor y duermevela,
estas noches en que no estoy contigo.


24 de febrero - Cuentos género negro, George Simenon, Patricia Highsmith, Ernest Hemingway. 

En nuestra última reunión de este mes de febrero leemos cuatro cuentos de diferentes autores. 

Los asesinos de Ernest Hemingway que ha sido llevado cuatro veces al cine y que en general, no ha sido nuestro cuento favorito aunque nos da pie a hablar de la incursión en el género negro y policial de autores que quizá, como fue su caso, lo hicieron porque tenían un mercado que pagaba muy bien este tipo de narrativa. Hemingway cobró al equivalente en nuestros días de unos 3.000 dólares por este cuento basado en la técnica del dato escondido. Nos preguntamos durante la reunión cuál es la causa de que dos sicarios quieran matar a un boxeador y coincidimos en que los diálogos son de gran eficacia, muy bien construidos que llevan el peso de la trama porque, puede decirse, no hay apenas descripciones. 

La pista del pelirrojo de George Simenon, nuestro segundo cuento, ha sido uno de los favoritos junto a Un objeto de cama transportable de Patricia Higshmith. 

Simenon construye un relato clásico en el que un hombre corriente se ve involucrado por un asunto de faldas, en una trama criminal de dos vividores que sólo pretendían robar a la víctima pero a los que finalmente, la situación se les va de las manos. Charlamos acerca de si hemos logrado saber el desenlace antes de que la narración acabe y las pistas falsas que Simenon va dejando por el texto que tiene a veces, momentos líricos como la descripción de los hermosos bulevares parisinos.

Simenon ya adelanta, por así decir, algunos rasgos de psicología criminal en los protagonistas que nuestra siguiente autora, Patricia Higshmith desarrolla hasta convertirlos en lo más importante de sus novelas, alcanzando una maestría que parece no haber logrado ningún otro autor.

Con respecto a Un objeto de cama transportable comentamos la habilidad de la autora para hacer que como lectores lleguemos a pensar que la víctima y su torpeza es la causante de acabar de la peor manera posible. Reparamos en cómo la joven sabe con certeza que su valor como mujer de compañía se acaba cuando cumpla 25 años, edad a la que llegará muy pronto. También en cómo su declive se manifiesta en la deriva de los bolsillos de los hombres con los que se va encontrando. En un momento dado uno de ellos, quizá muy simpático y joven como ella, tan solo tiene una caravana y nuestra protagonista quiere hoteles y viajes y no le importa qué tipo de hombre puede dárselos.

El último de nuestros cuentos, La tortuga también de Patricia Highsmith, narra la historia de un niño maltratado por su madre, emocional e incluso físicamente. Comparamos los niños del cuento de George Simenon con los de este cuento. Aquellos son narradores honestos de lo que ven, a los que el detective no duda en tomar testimonio; en cambio aquí, el protagonista habita un mundo oscuro en el que la infancia es una pesadilla porque supone la dependencia de una madre que le menosprecia y humilla. Un infierno del que no puede huir. 

Para finalizar leemos un poema de Astrid Hjertenaes Andersen,Noruega, 1915-1985



Caballos bajo la lluvia  

Cuando mi mente está llena de sueños,

más oscuros, más remotos

que lo que puede explicar mi pensamiento,

más salvajes, más ardientes

que lo que puede comprender mi corazón,

quiero sólo quedarme bajo la lluvia

como los caballos permanecen bajo la lluvia

en una llanura extensa y jugosa

entre pesadas montañas, como las de aquí.


Estar inmóvil y sentir que el cuerpo mama

este frescor, esta fuerza, esta humedad,

que en torrentes impetuosos me chorrea

por la cara, el pelo y las manos.

 

Parecerme al bosque que mama,

como un niño, los pechos del cielo.


Parecerme a la planicie, desbordante de dulzura,

palpitante de píos deseos.

 

Como están los caballos bajo la lluvia

inclinados, con los flancos mojados,

dejando que el olor a tierra y humedad

les recorra con fuerza y dulzura la mente,

y dejar que caiga la llovizna del cielo,

hasta que el pensamiento libre ya de fiebre

lleve los sueños a la claridad

en una calma resistente y silenciosa.


10 de febrero - Cuentos policíacos, Arthur Conan Doyle y Emilia Pardo Bazán. Un poema de Minnie Bruce Pratt.



En nuestra segunda reunión del club de lectura abordamos dos cuentos policíacos, La banda de los lunares y La gota de sangre de Emilia Pardo Bazán, pioneros en el denominado género policiaco o detectivesco que comenzó con un personaje de Edgar Allan Poe y que muy pronto dio lugar a un nuevo género literario, la novela negra.

Charlamos acerca del entusiasmo que despertó, y aún despierta, las narraciones que proponen desentrañar el misterio de un crimen e ir descubriendo junto al detective protagonista el posible culpable y reconocer las pistas que los autores van dejando en el texto para que el lector se sienta también parte activa en la resolución del caso.

En general, nuestro encuentro se ha referido más a Emilia Pardo Bazán que plantea en La Gota de sangre el asesinato de un malagueño para robarle una gran suma de dinero que tenía intención de ingresar en un banco. 

Los protagonistas son de clase alta y reconocemos el Madrid del siglo XIX en muchos detalles, a pesar de que fue publicado en 1911: el corpiño con cintas de la protagonista, el simón que Selva, el detective, llama al salir del teatro, el sereno que recorre las calles y que abre los portales a los vecinos por la noche o que la ley parece distinta para la clase alta. 

Otros detalles de ese tiempo son el perfume con olor a gardenias que usa la protagonista, la pistola Browning que lleva el detective o que el fallecido fuera muerto con un estoque muy fino. 

Se da la circunstancia de que Emilia Pardo Bazán escribió la primera novela policíaca española aunque nos referimos a El clavo de Pedro Antonio de Alarcón que para algunos expertos sería verdaderamente el pionero del género. Sin embargo, según otros, al no desenmascarar al asesino mediante la lógica y la deducción y hacerlo sólo por casualidad, sería más bien un folletín romántico. 

Comentamos las diferencias entre novela policíaca y novela negra y si una nos parece, como lectores, más interesante que la otra. También, la vida tan singular de Pardo Bazán y cómo las referencias a los médicos que se tuercen en su profesión son una referencia por así decir biográfica del autor ya que Arthur Conan Doyle también ejerció la medicina.  

Con respecto a Emilia Pardo Bazán, el texto en ocasiones nos parece escrito a vuelapluma y a la par que describe muy bien escenas y personajes, a veces es descuidada en algunas expresiones. Coincidimos en que la narración comienza muy bien y se gana al lector en la primera línea y en que el personaje femenino, Chulita, tiene todas las simpatías de la autora aunque a veces parece poco inteligente. 

Para finalizar leemos un poema de Minnie Bruce Pratt



Codos
Cúbrete los brazos.
No dejes que tus codos
se vean. 
Eso es lo que mis vecinos
allá en Alabama dicen
Minnie Bruce Pratt
Nacida en Alabama, 1946. Profesora y Poeta. 
a sus hijas
para que ningún codo
relleno o delgado
moreno o rosado
incite a otros 
a la pasión.
Pero si pensara
que mis flacos, bicolores
codos fueran a atraerte
si pensara
que mis enjutos, huesudos
codos pudieran retenerte
agitaría los brazos
como un pollo
como un pavo real
como una gallina de guinea
cuando volviera a verte
tesoro
me subiría
las mangas y
pecaría
pecaría
pecaría.



27 de enero - Cuentos de Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura en 1991


Fotografía, BBC

En nuestra primera reunión de la temporada, leemos tres cuentos de la Premio Nobel de Literatura Nadine Gordimer. Hasta la fecha es la única mujer africana distinguida con este galardón y debido a que en 2021, el Premio Nobel fue otorgado al autor también africano, Abdulrazak Gurnah, es una buena oportunidad para recuperar a esta escritora y charlar acerca de cómo es la trayectoria de los Nobel de literatura y África.

Antes de comenzar, nos presentamos y ponemos en común cómo serán la dinámica de nuestras reuniones, nuestras próximas citas y las aportaciones de todos que siempre serán muy bienvenidas para enriquecer los encuentros. 

De los tres cuentos que hemos leído en casa, El mejor safari, Érase una vez y  Un hallazgo nos ha impresionado más el primero: el relato de una familia que se ve obligada a huir de la guerra y encontrar un lugar en el que sobrevivir, en paz, en otro país.

La narración está hecha desde el punto de vista de una niña de unos 8 ó 9 años y coincidimos en que elegir este personaje y no un adulto, aligera la carga de dramatismo del texto y permite que el lector sepa del horror sin que éste sea descrito explícitamente. Además, el lector sabe más que la narradora, la propia niña.

Leemos párrafos en voz alta, en los que la situación de los niños huérfanos que consiguen salir adelante gracias a su abuela, va agravándose sin comida ni apenas ropa, entre animales cada vez más fieros y un destino incierto.

En nuestra reunión algunas asistentes conocen bien esta zona de África y es muy enriquecedora su aportación sobre la situación de la población, qué ocurre con las reservas de animales, las desigualdades sociales y cómo los gobiernos intentan que la riqueza de la fauna continúe siendo un bien del que poder lograr prosperidad.

Nuestro segundo cuento, Érase una vez que se transforma muy pronto en una amenaza para sus protagonistas nos lleva a charlar acerca de otras situaciones similares. Qué ocurre cuando una minoría diferente se siente intimidada porque la mayoría es de otra nacionalidad, otra raza e incluso otra ideología; cuál sería la respuesta apropiada ante lo que creemos una amenaza que nos rodea.

Por último, Un hallazgo nos parece un contrapunto refrescante a los dos cuentos anteriores de tanta carga dramática y otro registro, lleno de humor, de Nadine Gordimer acerca de un hombre que logra, al fin, una compañera, como quien haya un tesoro entre los restos del oleaje. 

Para finalizar, leemos un poema de la traductora y poetisa de origen armenio, Diana Der Hovanessian 




 

Cuando tu padre muere, dicen los irlandeses,

pierdes el paraguas que te protege del mal tiempo,

que su sol sea tu luz, dicen los armenios.

Cuando tu padre muere, dicen los galeses

te entierras un pie más adentro en la tierra

que heredes su luz, dicen los armenios.

Cuando tu padre muere, dicen los canadienses

se te acaban las excusas.

Que heredes su sol, dicen los armenios.

Cuando tu padre muere, dicen los hindúes,

él regresa como los truenos.

Que heredes su luz, dicen los armenios.

Cuando tu padre muere, dicen los rusos,

se lleva tu infancia con él.

Que heredes su luz, dicen los armenios.

Cuando tu padre muere, dicen los británicos

te asocias a su club al que juraste no entrar.

Que heredes su sol, dicen los armenios.

Cuando tu padre muere, dicen los armenios

tu sol se mueve para siempre.

Y tú caminas en su luz.




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