martes, 30 de noviembre de 2021

El Aranjuez de José Luis Sampedro - Una novela, una ciudad - Maribel Orgaz, Curso UP Miguel Delibes (Alcobendas, Madrid)

 


El Aranjuez de José Luis Sampedro era y es, en sus propias palabras, un paraíso. El escritor pasó allí su adolescencia cuando el padre, médico militar, fue trasladado desde el hospital español de Tánger a ocupar un nuevo puesto.

En Aranjuez, Sampedro empezó a escribir y sus jardines y su palacio, su mezcla de lugar señorial y vida de pueblo le cautivó. Años después publicaría, Real Sitio, una novela que cruza dos tramas: la vida palaciega que tenía lugar en 1807 con Godoy y Carlos IV y la de 1930, justo antes de la proclamación de la República. Para Sampedro ambos períodos significaron un antes y un después en la historia de España.

Esta visita ha formado parte del nuevo curso de literatura que con el epígrafe Una novela, Una ciudad imparto esta temporada en la UP Miguel Delibes de Alcobendas (Madrid). 

Hasta ahora, hemos abordado el Valladolid de El hereje de Miguel Delibes y el Madrid de Barrio de Maravillas de Rosa Chacel. Hasta febrero, el programa incluye La Coruña de Emilia Pardo Bazán, la Barcelona de Paseos con mi madre de Javier Pérez Andújar o el Bilbao de Félix Modroño.

La propuesta de este curso incluye las visitas a los lugares de las novelas y también algunas presentaciones como la de Tánger, ciudad idealizada por José Luis Sampedro y en la que transcurrió su infancia.

Con algunos alumnos del curso hemos recorrido varios lugares citados en Real Sitio: las castañuelas, las pequeñas cascadas sobre las que se abren las ventanas del palacio, cuya música acuática amenizaba las habitaciones, el jardín del Rey el único que se conserva de Carlos I y el embarcadero en donde las falúas de Farinelli y la reina Bárbara de Braganza terminaban su recorrido festivo.

El jardín del Príncipe, antigua huerta de primavera con Felipe II, o la Plaza de Parejas en donde se hizo volar un globo el 28 de noviembre de 1783. Un hecho que para el escritor fue símbolo de una nueva sociedad que de la mano de la ciencia quería elevarse, dejar atrás el oscurantismo y las supersticiones. 

Aranjuez es un lugar privilegiado en el secarral de la meseta porque confluyen dos ríos, el Jarama y el Tajo y lo que ahora podemos visitar es una parte muy pequeña de una enorme finca real que se extendió, en sucesivas compras de Carlos I y Felipe II y durante el siglo XVII, desde los montes de Toledo hasta Colmenar de Oreja. 

Esta inmensidad era necesaria para que la caza mayor pudiera moverse en lo que ahora sería denominado corredores ecológicos y en su tiempo, a través de los cursos de agua y sus lugares de cría y comederos. 

El Palacio Real también fue creciendo y ampliándose y José Luis Sampedro recoge en su novela detalles tan significativos como el intento de plantar una araucaria en el Jardín del Parterre que no ha llegado hasta nuestros días pero que demuestra la flora diversa que albergaba el lugar con plantas traídas desde América y Filipinas.

Este Real Sitio no tenía población estable hasta que Carlos III lo autorizó y fue usado por los sucesivos reyes como alojamiento de primavera. En verano, la corte se trasladaba a La Granja (Segovia). 

Aranjuez tenía molinos y batanes de los que la monarquía obtenía rentas, huertas magníficas, cientos de árboles frutales y animales exóticos. Allí vivieron elefantes y camellos. Los elefantes como rarezas, los camellos porque la forma de sus pezuñas no estropeaba los jardines y eran idóneos para el trabajo, por ser más delicados en su pisada que los caballos.

El elefante, que José Luis Sampedro cita en Real Sitio tras ser alojado en palacio, se escapó y fue llevado a la Casa de Vacas y allí convivió con ellas en el establo. Murió a los cuatro años porque los conocimientos sobre su alimentación y cuidados eran escasos. Hoy en día puede contemplarse naturalizado en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Los camellos llegaron a ser 400, algunos regalados por monarcas de otros reinos. 

Los sucesivos reyes embellecieron Aranjuez, domaron el río, construyeron presas y plantaron cientos de miles de árboles. Tantos como los que adornan las calles de nuestra Madrid actual. Los bosques rodeaban el Palacio en una gran espesura.

Durante nuestro paseo, con un cielo azul porcelana y una temperatura otoñal suave, hemos hablado también sobre la segunda trama. La de 1930, que nos parecía aún más memorable que la del siglo XIX, quizá porque el autor la había vivido y se deleita en la novela en multitud de detalles. Desde los bailes a las pensiones, la horchata de la valenciana, el homenaje al pintor Santiago Rusiñol que tanto amó Aranjuez, el ómnibus bisemanal en el que llegó Marta, la protagonista, bibliotecaria del palacio o la cucaña que en la plaza de Parejas se instalaba en las fiestas para que los mozos pudieran trepar y coger el premio.

A modo de anécdota, personal y como escritor, Sampedro ha relatado que fue en Aranjuez en donde vio la maderada: los árboles que cortados en el invierno en las zonas de Guadalajara y Cuenca llegaban en verano por el Tajo para ser recogidos y llevados al aserradero. Esta experiencia dio lugar, años después, a la que probablemente sea la mejor novela del autor: El río que nos lleva. En Real Sitio, Sampedro introduce este recuerdo haciendo que Marta y sus amigos vayan a bañarse al río pero se lo impide la masa de troncos. 

Sobre el Motín de Aranjuez, ocurrido en 1808 en el que José Luis Sampedro detiene la trama palaciega, insiste a lo largo de la obra en su significado para España. Al igual que para Francia la Revolución Francesa, el pueblo español se dio cuenta, al asaltar la casa de Godoy y el Palacio, que los reyes no eran intocables.


Una novela, una ciudad
Maribel Orgaz, profesora de Literatura
UP Miguel Delibes, Alcobendas (Madrid)
El curso está completo 





viernes, 26 de noviembre de 2021

Yo espero al final, morir de vida plena - Homenaje a María Victoria Reyzabal, poeta

 


...y cómo saber del frío
para abrigarse a tiempo
con qué seguros
asegurar el amor
cuando llegue la nada.

Ayer, en la Biblioteca Pública Mario Vargas LLosa, en donde tantas veces tuvo lugar la tertulia literaria en la que conocí a María Victoria Reyzabal tuvo lugar su homenaje.

Desde hacía años, la enfermedad le había traído tratamientos rigurosos, dolores y como refleja su poesía, días oscuros que dado su carácter, intensificaron aún más su tenacidad en la intensidad de vivir.

Amigos y admiradores nos reunimos para leer algunos de sus poemas y compartir recuerdos de esta poeta y escritora, educadora y mujer de personalidad enérgica. Autora de una obra inmensa que incluye novelas, manuales de lengua y literatura, poemarios, cuentos y sus célebres grageas: una suerte de aforismos nacidos día a día y que compartía generosamente en su blog.

Aunque ella se sentía y quería ser reconocida como poeta. En uno de nuestros últimos encuentros me explicaba cómo hacía posible compaginar la enormidad de su escritura con su actividad profesional, María Victoria diseñó la asignatura de Lengua y Literatura impartida en la enseñanza secundaria y el bachillerato en España: "escribiendo cada día", decía sin darle mucha importancia, "y al final, son muchos días y página a página suman unas cuantas".

"María Victoria escribió mucho y hay mucha obra inédita", reveló ayer su amiga María Antonia Casanova que prepara una edición de sus grageas y un poemario completo que dejó también sin publicar.




Hace un sol radiante
que escarba en los bolsillos
se cuela por los huesos
y redime el hígado
serpentea por el desdén de la ciudad
en diásporas del cielo a la tierra
ingrávido y sonriente aspa los rincones
los ventila de sombras
se estrella sobre los charcos
ajeno al poder adquisitivo de sus beneficiarios
por la tarde
ya cuajado en el mesetario ocaso
augura su generosos retorno matutino
adrede lo contemplo sin pestañear
hasta que todo se tiñe de rojo
los árboles los pájaros los olores
mi voz la melancolía
mi adoración pagana de siembras y cosechas
los topos que ya empiezan 
a cavarme.


Gloría Díez, amiga y directora de la tertulia poética, organizó este acto entrañable en el que se nos invitó a relatar una anécdota personal sobre María Victoria. Sus amigos allí presentes recordamos su sentido del humor, su compañerismo, su generosidad. Todas las cualidades que nos convocaron a despedirla con emoción.


escucha
tu nunca has sido fusilado
no has residido de inmigrante entre hienas
ni por asomo has bajado a los infiernos
entonces
a qué inventas experiencias traumáticas
dolores de muelas
humillaciones
o desahucios
escucha a nuestros líderes
ellos sí han pasado por todo
para evitarnos la lluvia ácida
para devolvernos los tiranías sin rieles
para garantizar el chocolate caliente
para distraernos bondadosamente





jueves, 18 de noviembre de 2021

Escribir ha sido una gran sorpresa que me ha dado la vida - Javier Garrigues, diplomático y escritor


Javier Garrigues ha sido embajador y ahora es escritor. Su primera novela, El último capítulo trata de un encargo, un desenvuelto gaditano y un viejo diplomático que apura sus últimos días en Asturias. Garrigues, que también es autor de la pintura que ilustra la portada, se ha divertido mucho escribiendo y en esta entrevista cree que, de ahora en adelante, escribirá más y quizá pintará menos. El último capítulo ha sido prologada por Josep Piqué que pone en la pista al lector sobre algunas reflexiones geopolíticas de la novela, quizá inevitables para quien ha ejercido su carrera en Suecia, Sídney o Ámsterdam. 


La novela comienza con esta casi sentencia: las memorias de un diplomático no tendrían de por sí mucho interés…

Las memorias de diplomáticos no me suelen gustar. Me resultan aburridas y, a menudo, pretenciosas. Por eso, he intentado que la parte autobiográfica de El último capítulo, en la que describo mi trayectoria profesional, resultara desmitificadora. No quería que fueran unas memorias al uso, sino unas “antimemorias”, y que quedara claro que, pese a haber vivido momentos históricos y conocido a personajes famosos e interesantes, la verdad es que no me enteré de nada, no supe calibrar la importancia de los acontecimientos presenciados ni predecir cuales serían sus consecuencias. 

Al escribir este libro, también me pareció esencial introducir elementos de “autoficción” y de intriga, que le dieran más interés y obligaran al lector a preguntarse a cada paso que hay de verdad y de mentira en tal o cual secuencia. Quise que mis recuerdos profesionales y mis confidencias personales formaran parte de un relato de ficción, una historia entretenida, con elementos de suspense y de humor, que tuviera vida propia y trascendiera la autobiografía. Creo que ahí radica su originalidad.


Un gaditano coqueto viaja a Madrid con el encargo de sonsacar a un diplomático anciano retirado en Asturias. Por qué estos escenarios tan diferentes. 

Casi diría que, en esta novela, el personaje principal es el paisaje, más concretamente la sierra del Cuera. Considero que los escenarios son siempre determinantes. A mi, en todo caso, me influye enormemente el entorno. De hecho, donde más y mejor escribo es en el campo, en un lugar muy parecido a La Vega de mi novela, perdido entre el mar y la montaña. 

El joven gaditano, que se desplaza a Asturias para hacer de “negro” y escribir las memorias de un diplomático retirado, se ve afectado por el paraje. Al principio, no es consciente de ello, pero el paisaje asturiano le impacta profundamente y contribuye a acelerar su total transformación.

Por otra parte, en las faldas del Cuera, al amparo de esa imponente sierra, se forja entre el joven escritor y el viejo embajador una relación muy intensa, de confianza y amistad, que cambiara sus vidas radicalmente. El Cuera, siempre majestuoso, a veces amable y otras amenazador, acompaña la acción, marca las distintas fases de esa relación y determina el desenlace de una historia que constituye, si se me permite decirlo, el corazón mismo o el alma de mi libro.




A qué hace alusión el título de la novela, El último capítulo.

El título es una doble referencia, como doble es el relato de la novela.

La más evidente tiene mucho que ver con la trama. La verdadera misión del joven negro es lograr que en sus memorias el viejo diplomático revele el escándalo, que descubrió durante el tiempo que trabajó en Presidencia del Gobierno, para que la oposición pueda utilizarlo como arma arrojadiza contra el gobierno. En un primer momento, el embajador se resiste a divulgar las razones por las que dimitió de su alto cargo, pero, finalmente, lo que ocurrió en Moncloa queda recogido en el último capítulo de las memorias. El CNI, sin embargo, se esforzará por evitar que el libro sea publicado. La intriga en torno a ese último capítulo hace avanzar la narración hasta su desenlace. 

La segunda referencia es más sutil y tiene que ver con el estado anímico del diplomático, que parece presentir su muerte y considera estar escribiendo, junto al joven gaditano y al amparo del Cuera, el último capítulo de su vida. Será un capítulo lleno de sorpresas que le llevará a volver a enamorarse de la vida y a querer hacer algo que cambie el destino de su joven compañero y amigo.


Tu carrera profesional te permite una perspectiva al vuelo sobre la deriva mundial.

Efectivamente, la carrera diplomática te permite ser, sobre todo, observador, pero también a veces, protagonista de la actualidad internacional. El seguimiento de los acontecimientos políticos del momento constituye una de las tareas esenciales del diplomático, que debe, además de informar sobre lo que ocurre, aportar su propia valoración de los hechos. El análisis político representa uno de los mayores desafíos para cualquier diplomático. 

A toro pasado no hay dificultad alguna, por supuesto, y muchos son los brillantes analistas que aseguran haber previsto la caída del muro de Berlín o la desintegración de la ex Yugoslavia. Pero el diplomático tiene que opinar y actuar en caliente, y ese es otro cantar. No es fácil, como dice el ministro Josep Piqué en su magnífico prólogo, calibrar el alcance real y las consecuencias de los acontecimientos que nos ha tocado vivir. Entender la dinámica del cambio geopolítico global es complicado, sobre todo en un mundo tan fluido como el actual. 

El viejo diplomático, protagonista de la novela, al igual que yo, siente que ha fracasado en esa tarea y lo quiere reconocer así en sus memorias, con crudeza y sin tapujos. En ese último capítulo de su vida ya no tiene nada que perder ni nada que ocultar. Decir la verdad de lo que piensa le hará libre.


Además de escribir, la pintura es otra dedicación y la portada del libro es obra tuya. Cuándo tomas el pincel y cuándo la pluma.

Desde muy joven he pintado un poco. Nunca lo he hecho demasiado bien, pero me ha gustado. La imagen que sale en la portada del libro es, en efecto, un detalle de un cuadro mío. Me alegró que la editorial accediera a incluirlo porque creo que servirá para que el lector sitúe visualmente donde transcurre la mayor parte de la novela.

La escritura es una afición sobrevenida. Me llegó mucho más tarde. Ha sido la gran sorpresa que me ha dado la vida estos últimos años. Había escrito muchos informes a lo largo de mi carrera, pero no sentía interés alguno por seguir escribiendo una vez jubilado. No me parecía que tuviera nada interesante que decir y no pensaba que fuera a tener facilidad alguna a la hora de coger la pluma. 

Ahora confieso que escribir es lo que más me gusta del mundo. No sé si lo hago bien, pero disfruto intentándolo. Acabo de finalizar una segunda novela, sin publicar de momento, y estoy enfrascado en la escritura de una serie de relatos o cuentos cortos que me tienen entusiasmado. No tengo, por ahora, intención de volver a coger los pinceles, pero quién sabe lo que le espera a uno en el próximo capítulo de su vida.


Qué has dado al personaje de la novela que no ha seguido con lo que planeabas. 

Al personaje que me representa en la novela, le he dado mi afición por los paseos y por la comida. En eso no me ha defraudado. En lo que sí se ha apartado de mi camino y no ha querido hacerme caso es en la mala relación que tiene con sus hermanos. Nada que ver con lo que me ocurre a mí en la vida real. Me interesa decirlo porque en la novela, los hermanos del protagonista son dos personajes despreciables que no tienen ningún parecido con los míos. Pero él se empeñó en hacer de ellos los villanos de la historia y no pude disuadirle. Ya se sabe que los personajes literarios pueden cobrar vida propia y a este, en particular, se le subió el protagonismo a la cabeza.



Javier Garrigues
Colección Valija Diplomática
Editorial, Cuadernos del Laberinto



domingo, 14 de noviembre de 2021

Para escribir hace falta concentración y continuidad - Antonio Perán Elvira, escritor y poeta

 Antonio Perán Elvira publica nuevo poemario, Discurso de Blanda y firme que, en cierta manera, rinde homenaje a la tradición poética clásica, un lugar del que nunca se fue, según afirma en esta entrevista. Autor de dos libros sobre dominó, Una partida de dominó y Escuela de dominó, Perán obtuvo recientemente una mención de honor en el Concurso Internacional Puente de Palabras y ha sido  premiado con el Tiflos de Poesía, convocado por la ONCE; y el El Arka de Colombia. Es autor de los poemarios, Diálogos con mi perro Sancho, En la Mansión de los Céfiros, Vía crucis y Discurso de Blanda y Firme.


Lo femenino y lo masculino, lo blando y lo firme. ¿Aún podemos categorizar de esta manera? 

Desde luego que no, pero hay que tener en cuenta que éstas son dos posiciones ante las cosas, de las muchísimas que hay, tan válidas como las demás.


En una entrevista anterior afirmabas que el concepto del ritmo en la poesía había cambiado. En tu caso ¿la opción es volver a las formas clásicas? A las décimas dobles. ¿Crees que hay algún cambio en este sentido? 

No puedo volver a aquello de lo que nunca me fui, pero, curiosamente, utilizo la décima doble de quince sílabas por verso, precisamente, para diluir el efecto de la rima. En cuanto al ritmo y después del lenguaje poético, para mí es algo irrenunciable.


En esta conversación, fluyen metáforas, conceptos filosóficos, ¿en búsqueda de una orientación entre tanta confusión? ¿de una verdad? 

Blanda y Firme, como todos nosotros, están convencidos de lo que dicen; al menos, de lo que creen, por lo que la confusión no es algo que les hagamos admitir con facilidad. Somos los que les conocemos los que tenemos que decidir con quién y cuándo estamos, y en qué casos; sin que el decantarnos nos haga aproximarnos a más realidad que la que ya nos rige.


Has explicado que para escribir hace falta concentración y continuidad pero que tu vida profesional te lo había impedido.

Efectivamente es así, lo que no significa que me arrepienta de mi vida profesional. He tenido una vida profesional muy plena, de la que le estoy agradecido a todos los que la hicieron posible, Ahora me toca a mí buscar la plenitud en otras actividades.


Antes de dar tus versos a la edición, a la luz. ¿Hay un lector de confianza? Alguien a quien pidas opinión.

Sin duda. Tengo algún amigo que se ocupa de eso, pero fundamentalmente es mi mujer la que lo hace.


Cómo va el dominó…

Lamentablemente no puedo dedicarle el tiempo que me gustaría, pero de vez en cuando vuelvo a las andadas del juego. Aunque no lo parezca, y según mi opinión, por supuesto, el dominó es un juego que debería practicarse  con más frecuencia, porque nos ayuda a conocer y conocernos.


Discurso de Blanda y Firme
Antonio Perán Elvira
Editorial, Cuadernos del Laberinto

 


Pasaban por allí..., y a nadie Firme reconoce
que fuera autor del trazo de la imperceptible raya,
que separó la gloria de la vida que soslaya,
y la actuación consciente de la que se desconoce...;
ni que la culpa tenga nada que decir del goce
que muchos asociaron a su ser indisoluble... 
(Fragmento, Discurso de Blanda y Firme)



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martes, 9 de noviembre de 2021

Si no se tiene voz propia, no se es poeta - Welcome to mí, el nuevo poemario de Eduardo Herrera Baullosa





Eduardo Herrera Baullosa cree que la poesía es tan poderosa como frágil. Baullosa ha obtenido, entre otros reconocimientos, los premios «World National Writers Union» (2019), el internacional de poesía «El mundo lleva Alas» (2016), el de poesía fantástica «Oscar Hurtado» (2010) y el «Premio Internacional Arturo Cuadrado» (Uruguay, 2018). Además, fue finalista en el «Premio de Poesía David» de la UNEAC (Cuba). Autor de una extensa obra, entre la que destacan los poemarios Pequeñas estatuas transparentes, Ciudad, sexo y otros bichos Los animales que hablan por mis manos; invitado asiduo en las Ferias Internacionales del Libro de Miami, Madrid, São Paulo o La Habana o en eventos como «Al Encuentro de Jóvenes Escritores de Iberoamérica y el Caribe» (Cuba), su poesía se ha publicado en Cuba, EE.UU, México, España y Brasil. En esta entrevista, con motivo de la publicación de su nuevo poemario, Welcome to mí, reflexiona sobre el quehacer poético y la muerte de su madre, la palabra que surge de nuestras zonas oscuras y la razón de ser de una obra que es encontrar lectores. 

En tu trayectoria como poeta, qué significa este nuevo poemario.

Maribel, antes de comenzar quiero aprovechar la oportunidad que me das, para agradecerte tu invitación, así como el magnifico trabajo de la Editorial madrileña Cuadernos del Laberinto, en particular el de Alicia Arés, ––madre editora–– de éste, mi último poemario.

¿Qué significa este nuevo poemario? Excelente pregunta para comenzar. En toda mi obra, de una manera o de otra, siempre está presente la misma angustia existencial, lo que ella representa, su trascendencia, la complejidad mística del estar y el ser. Eso que nos sucede a todos y que yo concibo como el tiempo hacía adelante que es el vivir; lenguaje activo del amar y del morir. De la misma manera se expresa mi identidad y el universo dentro del cual se fomenta: feminidad, masculinidad, pensamiento, emociones, y más adentro ¡el otro!, la otredad que no se explicita por su condición de enigma.

 Welcome to mí es todo eso, y por ser mi último trabajo publicado, pone en manos del lector, el casi instante de lo que he vivido, la última bienvenida hasta que sea capaz de ofrecer otra. 

Terrores insolubles, la memoria familiar, la perdida de mi madre, el vivir, se aposentan, drena desde lo más íntimo ––muchas veces adverso–– para alimentar mi verdad. Lengua activa de palabras y sensaciones en búsqueda de ese punto de equilibrio. Patria firme y tibia que se me niega. Purificación, como definición de todo lo dicho.  


Uno de tus versos dice, No tengo nada en contra de darse por vencido. ¿Lo que hay que saber es cuándo?

El verso que mencionas, da comienzo al poema Ceniza de horno y está incluido en el primer capítulo del libro, donde mi Madre es la protagonista.

Sin lugar a dudas, saber cuándo darse por vencido es una necesidad, un pensamiento lógico que debería aflorar en el minuto correcto como parte del instinto de conservación.

Cuando lo escribí, no pensaba en el sentido más literal de la expresión, asociada con la rendición o esa carga sombría y castrante que suscita. La muerte física de mi madre, la muerte que no termina con la desaparición física del que muere, que es infinita y se prolonga en los vivos; no implicaba conformidad pasiva o rendición. Al decir “No tengo nada en contra de darse por vencido”, buscaba la aceptación de la muerte como continuidad, como natural evolución de la vida. Sin ninguna implicación mágica-religiosa es un punto de partida firme y seguro, un salvoconducto para continúa la andanza. 




En algunos poemas  Welcolme to mí parece un gran lamento sobre las pérdidas, de una madre, de algunas ilusiones.

De cierta manera ––y como bien dices–– Welcolme to mí es un lamento a la memoria, una suerte de incrustarme, hundirme, petrificarme; sin lágrimas de victimismo o de autocomplacencia.

Pero también es una bienvenida para matar el silencio, lo antiguo-cubierto. Si lo comparara con una pieza musical, Welcolme to mí sería un cántico de alabanza a lo que fui, a lo que otros hicieron de mí ––doloroso por momentos–– grato en lo honesto, sin que llegue a ser un paño que borré las malas memorias.

En cierto modo, este poemario también refunda el dolor, lo recubre de lenguaje, y como del dolor nos nutrimos lo mismo que del amor, aunque reconozco que nunca lo he visto así, también podría ser una trampa necesaria para seguir viviendo.


Escribes en lengua española, un idioma de tantos millones de hablantes que cada geografía, y habitas en varias, vivifican la poesía desde sus peculiaridades.

Me alegro que menciones que el castellano es la lengua de millones de personas, y como la lengua es la madre del pensamiento, visto así, todos los que la compartimos somos de una misma familia.

Como sabes, yo soy cubano, y como buen cubano, un crisol de mezclas: asturiana, andaluza, portuguesa, galesa, negra y asiática, determina lo que soy y lo que escribo, pero también permite que otros me identifiquen y desnuden. Compartiendo esa sensualidad casi física que es una lengua en común, entramos en el cuerpo del otro, vibramos y chispeamos para hacer de nuestro horizonte íntimo el horizonte de todos.

El poeta sea cual sea su lengua materna, vivifica sus características y peculiaridades; no existe otra manera de escribir, tampoco de existir. El espacio lúdico entre existencia y lenguaje se enriquece al incorporar el mundo en el que vives al de tu creación.

El fenómeno creativo es abierto y dinámico, analizarnos, incorporamos cada cosa que fuimos, cada cosa que somos, cada cosa que fueron y son los otros, desde lo particular-contradictorio hasta que se vuelva polisémico el yo en su mundo y la poesía sea un acto de promiscuidad sublime.

Para no salirme del contexto del libro, voy a mencionar a Alejandra Pizarnik poeta Argentina. Una gigante dentro de los llamados poetas malditos. Fragmentos de su poesía me sirvieron de exergos para introducir los capítulos de Welcolme to mí. 


Si la poesía es intensidad, ritmo y voz. En tu opinión, qué es la voz.

La voz no es otra cosa que el olor que se desprende de un poema, huella dactilar ––única e irrepetible–– que permite identificar a su autor.  En cada poeta hay una voz, una huella de su yo creativo, salta a la vista y es el resultado directo de la más descarnada sinceridad.

Cuando no se encuentra o no se tiene una voz propia simplemente no se es poeta. 


Cuál crees que es la principal dificultad para el quehacer poético hoy en día.

Pudiéramos hablar largo y tendido de las dificultades ––objetivas o subjetivas–– que hoy en día conspiran contra del quehacer poético. Amén del poco o nulo interés editorial por la poesía ––se esgrimen razones de índole lucrativo que yo francamente no comparto––, o de la falta de responsabilidad de los políticos a la hora de afrontar su ineludible compromiso con la educación de sus electores, algo que se traduce en el caso omiso que del arte hacen algunos gobiernos. En mi opinión el mayor peligro radica en la creación poética como tal.

¿Cómo se explica esto? El internet y su extraordinaria capacidad para darle voz y voto a cualquiera ––no hablo de libertad de expresión–– con total indiferencia del talento o del conocimiento, han permitido que un fenómeno tan pernicioso como la poesía de redes sociales y sus llamados poetas de Instagram, Facebook, Twitter, Tiktok y comparsa, se conviertan en los referentes futuros del quehacer poético. ¡Ojo! no todo lo que se lee en las redes es No-Poesía.

No nos llámenos a engaño, siempre ha existido estos falsos poetas. Así como los falsos profetas. La diferencia estriba en que sin la internet ––incluso en la era de la televisión y la radio–– era muy poco su alcance y, por consiguiente, poca su influencia o la huella.

Hoy en día el afán de éxito inmediato, sumado a los intereses lucrativos, ––pensemos por un momento en los premios y publicaciones de grandes casas editoriales donde se han entronizado algunos falsos poetas–– trastocan la evolución orgánica de la poesía y de muchas otras cosas más.

Quiero dejar claro que no soy un negacionista del Internet, por generación y por pensamiento dialectico, considero que es el más importante salto de la humanidad desde La Revolución Industrial.

De la misma manera que identificamos y desechamos los males de aquella revolución, estamos obligados por compromiso de supervivencia y en defensa de la verdadera poesía a no esperar y buscar soluciones para un fenómeno que terminará dañando irremediablemente la conciencia colectiva.

La poesía es tan poderosa como frágil, de continuar desnuda, a pan y a agua, otro será el lenguaje universal del pensamiento. Con cada frase, comprada, vendida, premiada, divulgada de No-Poesía, poco o nada se podrá hacer cuando nos quedemos en silencio.


Rogación de una cabeza 
Nada en mi cabeza recuerda el agua de coco: nada pasa,
vuela el Ibú-Kolé, vuela la mujer que eres, el aura que soy y nada pasa;
aun así dejo que Iyalosha empuje mi cuerpo dentro de otro: ––adimú,
rogación de una cabeza como último recurso,
bi(loca)ción de las damas solitarias en la lengua de todos los hombres
como una anemia de agua.


Eduardo Herrera Baullosa
Editorial Cuadernos del Laberinto

domingo, 7 de noviembre de 2021

El beso perfecto se sabe cuándo empieza pero no cuando termina - La república de los hermanos Lumière, Álvaro Fierro Clavero

 


Un mundo repartido entre estudios cinematográficos, una distopía en la que se ha de asistir obligatoriamente al cine y se ha de formar parte de los rodajes. El poeta y escritor Álvaro Fierro Clavero presenta La república de los hermanos Lumière, una novela acerca de una oligarquía de empresas que impone su ley en el continente Pangea. Sólo un grupo de jueces, y este detalle reverbera hasta nuestros días con mayor significado, se opone a esta vida en blanco y negro. 


Un mundo de cine pero en blanco y negro, ¿Cuándo dejamos de ser capaces de imaginar utopías?

La creación de utopías se ha desarrollado a lo largo de muchos siglos, y en la actualidad parece haber recibido un importante impulso cuyos motivos acaso estén relacionados con la creciente influencia de China, el Islam y Oriente en general. En esa zona del mundo predomina el autoritarismo, que es uno de los principios inspiradores de las utopías. Recordemos que Islam significa sumisión a Dios, y las utopías implican siempre la sumisión a una idea.


En Pangea, el espectador es también actor. ¿Es una secreta aspiración de todo cinéfilo que se ha visto cumplida con youtube o tiktok?

El cinéfilo es en general un mitómano, y cuando lo oyes hablar a menudo entra en éxtasis ante un determinado gesto de un actor o una cierta escena de una película. Las nuevas redes sociales eliminan (a veces para bien, a veces para mal) los intermediarios que existían entre los creadores de contenidos y los consumidores, y ahora constatamos que mucha gente está deseosa de ofrecer su intimidad a los demás. Como todo fenómeno nuevo, imagino que estará siendo estudiado por psicólogos, sociólogos y —lo que tiene sus implicaciones— numerosas instancias deseosas de vendernos algo. Hay una aplicación cuyo nombre desconozco que reemplaza con tu cara el rostro de un intérprete en el fotograma de una película. A juzgar por la frecuencia con que se ve en la foto de perfil de Whatsapp, la pregunta da en el clavo.


De todas las películas referenciadas, citadas, de esta novela, recomiéndanos una.

Sin duda Encadenados, donde Cary Grant e Ingrid Bergman componen una pareja inolvidable. Pero también M, el vampiro de Düsseldorf. 


La fotografía, el cine, ¿cuál es el nuevo “arte” que no estamos siendo capaces de ver?

Decía Joseph Beuys que todo ser humano es un artista. Vas por la calle ahora y te encuentras muy a menudo a los chavales ejecutando coreografías. Intuyo que la gente ha comprendido que la fama está a su alcance y se esfuerza por encontrar caminos que le resuelvan la vida al margen de lo que venía siendo tradicional, que es estudiar y trabajar según los cauces convencionales. Siempre ha habido gente que ha intentado hacerse famosa a través del cine, el deporte o la canción, pero sólo ahora eso parece una aspiración universal entre los jóvenes. Quizá la nueva arte sea la espontaneidad.



En el prólogo se afirma que las novelas sobre cine son una rareza en España con la excepción de Cinelandia de Ramón Gómez de la Serna. 

Pues habría que preguntarle a José Joaquín Bermúdez, que es el autor del prólogo. No sé: en España no se ha desarrollado una cinematografía equivalente a la de otros países, y supongo que eso ha tenido sus consecuencias en la literatura. Por otra parte, en España amplias capas de población no son seguidoras del cine hecho en el propio país, lo cual seguramente se debe a errores estratégicos de los productores que a mi entender tienen que ver con el aire kitsch de mucho cine español de la segunda mitad del siglo XX y con un cierto sesgo sectario desde la Transición que, por lo que alcanzo a ver, está en vías de solucionarse, pero aún debe hacerse un importante esfuerzo de calidad en todos los ámbitos para que el cine español deje de ser algo principalmente orientado al consumo interno: hacen falta mejores historias, mejores intérpretes, mejores medios, y debería llegar más gente al cine que no esté tan sesgada políticamente hacia la izquierda. No sé si las subvenciones están ayudando.

En los países anglosajones y nórdicos el teatro es parte importante de la enseñanza, lo cual me parece un acierto, pero aquí no se ha seguido históricamente ese modelo. A lo mejor, tanto cambio en las leyes de educación podía servir para que hubiera una asignatura de teatro en los colegios. Autores tenemos.


 Según el Código Hays, cuánto duraban los besos perfectos…

 [Ríe a carcajadas]. En la novela se recoge una determinada ley cuya pretensión es regular todos los aspectos de la interpretación que está inspirada en la ley que mencionas. El beso perfecto se sabe cuándo empieza, pero no cuándo termina.



Álvaro Fierro Clavero - Editorial Cuadernos del Laberinto

Álvaro Fierro Clavero ha publicado los siguientes libros de poesía: Con esa misma espalda (premio Rafael Morales, 1994), Tan callando (accésit Adonáis, 1999), Los versos inútiles (2009), el libro de piropos literarios Colonizado corazón (2011), El sentido de lo que no sucede (2013), Palabras a la música (2017), Los otros mundos (2020), Libro del rey Aniel o libro de los ugros (2020) y La luz completa (2021). También es autor del libro de cuentos El peso de los sueños (2005) y coautor del libro de poemas para niños Los Meagrada (2011).

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Todos los tiempos son igualmente poéticos, Álvaro Fierro Clavero - Entrevista en LeerenMadrid




IV Ciclo de Talleres poéticos - Coordina, Maribel Orgaz - Ayuntamiento de Alcobendas (Madrid)

 


El ciclo de talleres poéticos que coordino para el área de Mediatecas del Ayuntamiento de Alcobendas se cierra con tres poetas singulares.

David Foronda, Irene Domínguez y Jorge Pascual impartirán sus talleres a jóvenes en sesiones matinales en los institutos del municipio. 

Los ciclos anteriores, que puedes consultar aquí  I Ciclo, II Ciclo y III Ciclo  se realizaron en la Mediateca Centro de Arte con acceso libre y hasta completar aforo. 


David Foronda es Biólogo y Doctor en Ciencias; investigador, docente e ilustrador científico (y no científico); miembro de la ONG “Drosáfrica”, socio fundador de la Asociación Cultural "Art Calima" y miembro del consejo editorial de la revista “A(rte, caos y Literatura)-Manual de instrucciones”. Es autor de los poemarios "Salen las naves" (Poeta de Cabra, 2001), "Animalario secreto o El Libro Rojo de los viajes" (Ars Poetica, 2018) y ha participado en antologías como "54 poetas que corrieron la Maratón de Boston", "Aula 010" o “Laberinto breve de la imaginación”. Dirigió el ciclo poético “Ante el viento no duda el trigo”, coordinado por Hipólito “Bolo” García, y es co-director y presentador junto a Vega Alonso del podcast de Poesía “Todo es Verso”.

(...) el sueño conserva
la piedad de las playas,
el amanecer sobre la arena,
la voz premonitoria
............................de las gaviotas.

Irene Domínguez es autora del poemario Presuntamente nuestros (2019), Premio Internacional de Málaga Ciudad del Paraíso. Aparte, ha colaborado con sus poemas en distintas revistas y medios digitales (Maremágnum, Zenda Libros). Actualmente también investiga sobre la relación entre literatura y música.


Hay que darle a la vida
un voto en blanco.
Se me caen las palabras de la boca,
las mentiras, los discursos pedantes,
las greguerías
y las historias en pie de guerra.


Jorge Pascual  es poeta y actor. Ha publicado los poemarios Morir de Viento (Leteo, 2001. Manual de Ultramarinos, 2015) Caminan las nubes descalzas (Eolas, 2016) y El viento ya está escrito (Ed.Menguantes); proyecto de creación poética en la naturaleza, durante más de un año a través de caminatas. Ha realizado diversas performances y en colaboración con otros artistas. Recientemente ha recibido una beca artística de la diputación de Guipúzcoa, sobre los límites de la ciudad, proyecto “Periferias caminadas”. 


Queda nocturno el silencio en el árbol,
                                     (hay sueño en sus quehaceres)....
Queda silencio al tocar su tronco...
Queda silencio oscuro en cada tronco en su rostro, en cada hoja...
Pasan tanto tiempo dolientes... sus raíces.
Lo que acecha la muerte al árbol en su simetría,
lo que vive su ser en su estar vivo,
lo que mueven a oscuras sus alabanzas.
Lo que mueve la tierra al ser de madera.

Lo que mueve moribunda la tierra al ser de madera y hojas verdes.