Maribel Orgaz - www.leerenmadrid.com - info@leerenmadrid.com
Flotando en la penumbra de ese gabinete de maravillas que estos días expone La Casa Encendida surgen pequeños pedazos de papel con la miniescritura a lápiz de Robert Walser. Un escritor cuya obsesión era la huida de la escritura misma, según Vila-Matas.
Estos micro manuscritos atiborrados de palabras han sido denominados microgramas; anotaciones con las que el autor, trasladado a un psiquiátrico que no le gustaba, parece querer apuntar lo mínimo posible hasta casi no escribir.
"Sólo quiero un lugar blando en el que me dejen en paz", afirmaba Charles Bukowski y ese afán en alguien que amaba la ciudad y las lecturas públicas multitudinarias es de una paradójica coincidencia con su homólogo sueco: Robert Walser, el escritor de los paseos en la Naturaleza que hubo de recurrir a refugiarse en un manicomio para habitar un lugar amable, un lugar blando, en el que por fin, incluso su propia escritura, se olvidara de él. +Exposiciones
La Casa Encendida
Hasta el 11 de enero
Acceso libre
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