viernes, 22 de febrero de 2019

Club Lectura Mediteca Anabel Segura, Alcobendas - Coordinadora Maribel Orgaz


Maribel Orgaz -info@leerenmadrid.com
Me incorporo como coordinadora una temporada más al Club de Lectura de la Mediateca Anabel Segura de Alcobendas. Si quieres leer los resúmenes de nuestras temporadas anteriores, aquí.

El Club está completo con lista de espera. Las reuniones comienzan a las 19h. Más información aquí.

En nuestra primera reunión y aunque algunos asistentes son veteranos, comentamos de nuevo que un Club de Lectura no son clases de literatura y que nosotros no somos filólogos. Nuestro objetivo es disfrutar de la lectura y convertirnos en lectores curiosos y apasionados; conocer a otros lectores, descubrir autores y géneros y disfrutar de una charla amena aprendiendo a mejorar nuestras habilidades lectoras. En resumen, "se trata de la cantidad de vida que un libro puede atraer". 

Para ampliar estas ideas, escribí un pequeño manual Cómo coordinar un club de lectura
21 de marzo. Cuentos para cambiar los papeles. Selva Almada y Patricio Pron; un poema de Ángeles Mora. 

Cerramos esta primera temporada con dos lecturas que propone a una mujer escribiendo sobre un partido de fútbol y un hombre escribiendo sobre la anorexia y la depresión de una mujer.

En nuestro club tenemos la suerte de contar con Marcela que ha nacido en Argentina y nos lee en voz alta La camadería del deporte  de Selva Almada que se incluye en su libro El desapego es una manera de querernos.

Además de leerlo cuando es necesario, nos indica el significado de algunas palabras. El cuento a veces nos hace sonreír y otras, nos produce un poco de melancolía por el destino de un grupo de mujeres que trabajan en una fábrica de pollos y se cuentan una a otras el partido de fútbol del fin de semana. La descripción de la evisceración de los animales nos hace preguntarnos cómo se ha documentado Selva Almada sobre el proceso. 


Después leemos, también por turnos, el relato En tránsito de Patricio Pron, incluido en su libro, La vida interior de las plantas de interior. 

Charlamos acerca de si Selva Almada hace del partido de fútbol el centro de su relato o las chicas trabajadores de la fábrica y nos llama la atención que en el relato de Patricio Pron sea él y no ella, quien deja todo para proponer a su novia que vivan juntos. Lo habitual, coincidimos todos, es que ella sea la que deja todo para estar con él.

Algunos de nosotros opinamos que sabrían, si se hubieran ocultado los autores, cuál de ellos estaba escrito por una mujer y cuál por un hombre. Que es fácil adivinarlo en este caso.

Elegía y postal de Ángeles Mora.

Elegía y postal

No es fácil cambiar de casa,
de costumbres, de amigos,
de lunes, de balcón.
Pequeños ritos que nos fueron
haciendo como somos, nuestra vieja
taberna, cerveza
para dos.
Hay cosas que no arrastra el equipaje:
el cielo que levanta una persiana,
el olor a tabaco de un deseo,
los caminos trillados de nuestro corazón.
No es fácil deshacer las maletas un día
en otra lluvia,
cambiar sin más de luna,
de niebla, de periódico, de voces,
de ascensor.
Y salir a una calle que nunca has presentido,
con otros gorriones que ya
no te preguntan, otros gatos
que no saben tu nombre, otros besos
que no te ven venir.
No, no es fácil cambiar ahora de llaves.

Y mucho menos fácil,
ya sabes,
cambiar de amor.


De Elegía y postales, 1994


14 de marzo. Cuentos de premio y un poema de Anne Carson

En nuestra penúltima sesión de esta temporada, nos proponemos participar en el concurso Relatos en Cadena y leemos el ganador y veinte finalistas de sucesivas semanas.

Se trata de un concurso de microrrelatos de 100 palabras como máximo, en el que la última frase del finalista ha de ser la primera de la siguiente semana para concursar, de esta forma se van encadenando las sucesivas narraciones.

Leemos en voz alta las recomendaciones sobre microrrelato que da la organización del concurso y tomando como frase la última de nuestra semana (Tengo pensado hacer varios peces de colores) también escribimos nuestro cuento.


Dulce venganza - Silvia Aguado 


Tengo pensado hacer varios peces de colores. Unos de azúcar vainillado, otros… no. Las galletas decoradas han sido mi válvula de escape. Hoy, en la comida de empresa, junto al pastel del aniversario, dejaré uno verde, que haga juego con el logo. Siempre fui muy detallista. Al pie de la foto corporativa pondré otro, cerca de la imagen de mi jefe, aficionado a pescar bajo faldas de volantes. Y, por último, en la mesa de bebidas gratis, dejaré el resto. Allí es donde los gorrones abrirán los ojos como besugos y morderán el anzuelo.  Ser una sirena en un mar de tiburones ha sido asfixiante. 

El último día de vacaciones - Silvia Aguado

Amaterasu  

El último día de vacaciones se armó de valor y decidió hablarle. Sentía un ahogo de amor. Nunca se había fijado en que el color negro tuviera tantos matices, hasta que observó sus ojos velados al nacer. Los ligeros destellos de luz ahora le estremecían, como si estuviera contemplando a la diosa del sol saliendo de la cueva celestial.  

Su respiración acelerada, acercándose por su espalda, le delató. Sin girarse, ella rasgó el silencio:  

- “Todos los atardeceres serán bonitos, si voy contigo de la mano”. Con delicado gesto le convirtió en Apolo. Nunca hubo lazarillo más fiel. 



Y arrodillada en la orilla del mar transparente me haré un corazón nuevo con sal y barro. Anne Carson


Una esposa está bajo las garras del ser.
Fácil es decir ¿Por qué no terminar con esto?
Pero supongamos que tu marido y cierta mujer oscura
suelen quedar en un bar por la tarde.
El amor no es condicional.
Vivir es muy condicional.
La mujer se instala en una terraza cerrada al otro lado de la calle.
Observa a la mujer oscura
que con la mano le toca la sien como si le estuviera metiendo algo.
Observa cómo
él se inclina un poco hacia la mujer y luego se vuelven atrás. Están serios.
Su seriedad la atormenta.
Las personas que pueden estar serias cuando están juntas es
porque tienen algo profundo.
Hay una botella de agua mineral sobre la mesa
y dos vasos.
¡No necesitan bebidas alcohólicas!
¿Desde cuándo tiene él
estos gustos puritanos?
Un barco frío
zarpa de algún lugar dentro de la esposa
y pone rumbo al horizonte plano y gris,
ni pájaro ni soplo a la vista.

7 de marzo. Escribir un cuento con cualquier cosa y un poema de Antonio Machado. El carrito, César Aira y La piedra mágica, Mamerto Menapace.

En nuestro tercer encuentro de esta temporada leemos dos cuentos:El carrito de César Aira y La piedra mágica de Mamerto Menapace.

Esta propuesta de lectura, surge a propósito de la anécdota sobre cómo escribía Chéjov sus cuentos: 
"¿Sabe usted cómo escribo yo mis cuentos? -le dijo a Korolenko, el periodista y narrador radical, cuando acababan de conocerse- Así." Echó una ojeada a la mesa -cuenta Korolenko- tomó el primer objeto que encontró, que resultó ser un cenicero, y poniéndomelo delante dijo: " Si usted quiere mañana tendrá un cuento. Se llamará El cenicero."Y en aquel mismo instante le pareció a Korolenko que aquel cenicero estaba experimentando una transformación mágica: "Ciertas situaciones indefinidas, aventuras que aún no habían hallado una forma concreta, estaban empezando a cristalizar en torno al cenicero". Vladimir Nabokov/"Chéjov". Espacio Chéjov Blog

y pretende demostrar con nuestra propia experiencia que los mitos de la inspiración y los grandes temas para escribir son eso, más mito que una necesidad imprescindible para ponerse a escribir

Así que, después de estas lecturas, escogemos alguno de los veinte objetos que he llevado a la reunión: collares, anillos, un abanico, una pluma, un monedero, un posavasos, una moneda dorada, un abrecartas, una pulsera, unos prismáticos, una piña...

Damos treinta minutos de tiempo y escribimos una historia sobre él. Después compartimos en voz alta lo escrito y surgen algunas reflexiones al hilo de nuestra comprobación: cualquier cosa sirve para disparar nuestra imaginación y encontrar un temala inspiración es mucho menos importante que ponerse a escribir.

Entendemos mejor ahora, la frase que muchos escritores responden cuando se les pregunta qué se necesita para ser escritor y afirman: ¡ponerse a escribir!. 


Al finalizar solicité a quien quisiera compartir aquí su relato y estos son tres de ellos. 

Un anillo, Gema Herrera
  Amanecía en Granada, 27 de abril de 1958, se espera un día cálido para la época. Martina madrugó para poder recorrer a solas las calles del Albaicín y subir andando hasta la Alhambra respirando primavera. Aún no habían abierto todas aquellas tiendecitas de la calle Elmira que el día anterior había recorrido, de pronto, al doblar una esquina le vio a él, moreno de piel y pelo, sus ojos verdes y aquellos brazos remangados llamaron su atención. Su escasa mercancía sobre una mesa eran una veintena de collares y pulseras y otros tantos anillos.
   Llegó y aunque Martina prefería seguir mirando sus ojos tuvos que disimular desviando su mirada hacia aquellas baratijas.

 ¿Un anillo?- le ofreció con una gran sonrisa de vértigo.

  A partir de ahí, Granada fue aún más misteriosa y mágica. Las callejas y la Alhambra terminaron de conquistarla y la soledad profunda de Martina se transformó en una hermosa flor de primavera.

 Pasó la vida como por parte de magia y con la vida los años, su pelo se tiñó de gris y sus ojos centelleantes se llenaron de preciosas arrugas.
  Un día, mientras ordenaba sus armarios descubrió aquella chaqueta de lana gastada que de joven la sentaba tan bien. Decidió que era hora de tirarla pero antes quiso ponérsela, necesitaba despedirse de ella. Se la puso, respiró su propio olor y al meter la mano en el bolsillo izquierdo descubrió... su anillo. Con él, en la mano recordó como si el tiempo no hubiera pasado, el paraíso en la tierra y continuó sonriendo.


Un abanico rojo, Lolita
Nací en España y me identifico con el abanico.

Que el abanico tiene algo que apacienta, tiene alma.
¿Cuántos amores se han escondido detrás de un abanico?
¿Cuántas lágrimas se han ocultado detrás de un abanico?
...y cuánta alegría representa un baile andaluz con un abanico.

Me encanta el abanico porque soy española y además, me refresca cuando tengo calor.

Un móvil estropeado. Marcela

Me curé ese día…

8 A.M. Alarma. Notificación. Correo. Whatsapp. Noticias. Llamadas. Buzón de voz. Y vuelta a empezar.

Cada 30 segundos, un minuto mi mano tantea el bolsillo dónde está guardado. Lo he dejado en silencio. Vibra, no puedo evitar mirarlo. Correos y mensajes del curro, de los amigos, en distintas latitudes y con distintos horarios. Duermo con él, con los cascos en mis oídos, se ha vuelto esa voz que susurra y me duerme por las noches. A veces, los vídeos se mezclan con los sueños y no sé porqué he soñado tal o cual cosa. Luego, recuerdo el vídeo de turno. No lo llevo a la ducha, temo que se estropee mojándose.

Estos días Tess ha estado nerviosa. Ella un perro de presa andaluz, merodea la casa buscando. Sin acomodarse todavía. Lleva dos días en casa y aún intenta ajustarse a los nuevos ritos de la familia. Es una perrilla de Cortijo de un pueblecito famoso por sus mantecados a cien kilómetros de Granada.

Hoy es el gran día, luego del puente se quedará sola en la casa. Toda una nueva experiencia. ¿Cómo se portará? ¿Intentará huir, otra vez? Estos días ha hecho más de una travesura, nada grave.
El móvil queda en la mesilla del salón frente a la TV y al programa de la mañana. El café y la tostada al lado.

Cinco, diez, quince minutos en la ducha cuando me lavo el cabello tardo más de lo habitual intentado que no se inunde demasiado el baño. El agua caliente ha empañado los espejos. La puerta del baño se abre despacio, llamó: ¿F..., eres tú? No veo a nadie por allí, de pronto, sobre mis pies en el agua de la ducha cae algo pesado. Se me ha metido champú y jabón en los ojos del susto. Cuándo logró quitarme el jabón, veo a Tess echada en la alfombra del baño. Me mira atenta, feliz y nadando en el agua de la ducha, mi móvil.

Me curé ese día de mi adicción a la tecnología. Me curó Tess, de pronto y en un solo día. Ella creyó que el móvil era una presa y yo su cazador a quien agradar. Vino a ofrecerme su tesoro.

Corriendo fuimos a la clínica veterinaria, nada había quedado en su estómago. Ni un pedacito del móvil, inservible con la batería destrozada y cascado el cristal. Desde ese día supe que estaba a salvo de mi adicción y todo gracias a mi Tess y a ese móvil que NUNCA volvió a funcionar.


Tus ojos me recuerdan de Antonio Antonio Machado

Para finalizar con los hermanos Machado, con motivo de la exposición que se está celebrando en Sevilla, leemos el hermoso poema que compuso a su primera esposa, Leonor Izquierdo.



Tus ojos me recuerdan

Tus ojos me recuerdan
las noches de verano,
negra noche sin luna,
orilla al mar salado,
y un chispear de estrellas
de un cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena cara,
los trigos requemados
de un suspirar de fuego
de los maduros campos.

Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.

De tu morena cara,
de tu soñar gitano,
de tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Me embriagaré una noche
de un cielo negro y bajo,
para cantar contigo,
orilla al mar salado,
una canción que deje
cenizas en los labios...
De tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.

Tus ojos me recuerdan

las noches de verano.

28 de Febrero. Cómo acabar bien un buen cuento. Cordero asado, Roald Dahl y un poema de Manuel Machado.

En nuestro segundo encuentro de esta temporada abordamos un cuento del escritor Roald Dahl reconocido por ser uno de los mejores escritores de literatura infantil de todos los tiempos.

Dahl escribió también cuentos para adultos, muchos de ellos llevados al cine como ha sido el caso del que hemos leído en esta sesión y que pertenece al volumen, Relatos de lo inesperado.

Comenzamos nuestra reunión leyendo en voz alta y por turnos el texto para después comentar la habilidad de Dahl para construir una trama sobre una mujer entregada a su marido, al que espera cada tarde en casa con la cena preparada y cómo un relato de hechos cotidianos se transforma en un cuento de humor negro.
Dahl tiene la habilidad de convertir los rasgos de la protagonista en buenas cualidades o en instrumento para el asesinato. Charlamos sobre si la abnegada esposa no estaba en realidad, medio chiflada o si tanta sumisión no se transforma de manera lógica en odio.

La sencillez de la coartada, cómo Dahl acelera o remansa la narración para jugar con el lector o cómo incluye detalles para que compadezcamos a la esposa, embarazada en una época, los años cincuenta, en los que aún existía, según parece, pena de muerte para algunos delitos.

Alfred Hitchcock llevó varias historias del libro, incluido, Cordero asado a la pantalla. También mencionamos que Almodóvar tiene una escena parecida en una de sus películas, Qué he hecho yo para merecer esto.

Castilla de Manuel Machado 

Para finalizar leemos un poema de Manuel Machado que junto a su hermano Antonio protagonizan una exposición en Sevilla que permanecerá abierta hasta el 24 de mayo. 


Castilla

A Manuel Reina. Gran poeta  - Manuel Machado

El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.

El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos,
polvo, sudor y hierro
el Cid cabalga.

Cerrado está el mesón a piedra y lodo...
Nadie responde. Al pomo de la espada
y al cuento de las picas, el postigo
va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!

A los terribles golpes,
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal, responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca,
en el umbral. Es toda
ojos azules; y en los ojos, lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.

«¡Buen Cid! Pasad... El rey nos dará muerte,
arruinará la casa
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...

Idos. El Cielo os colme de venturas...
En nuestro mal, ioh Cid!, no ganáis nada».

Calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita: «¡En marcha!»

El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
polvo, sudor y hierro, el Cid cabalga.



21 de Febrero, Cómo empezar bien un buen cuento. La venganza de Cisco Kid, O´Henry - Un poema de Luis García Montero.

En nuestra primera reunión de la temporada nos presentamos por turnos y se da la feliz coincidencia de contar con lectores de diferentes países y varios de ellos son además, políglotas. Esto enriquecerá mucho más nuestras charlas en torno a las lecturas.

Además del cuento, he llevado varios ejemplos de buen comienzo y mal comienzo de un cuento. Todos coincidimos en el ejemplo de comienzo desafortunado que no es capaz de hacer que se continúe leyendo.

Después de comentar la importancia de cuidar los arranques de una narración con unas líneas que consigan atrapar la atención del lector, leemos en voz alta por turnos La venganza de Cisco Kid del escritor O´Henry considerado un maestro en el género.

Charlamos sobre nuestras simpatías por los diferentes personajes y cómo el autor tiene la habilidad de que Cisco Kid nos resulte atractivo a pesar de ser un asesino. Hablamos sobre la época y el tono del cuento y cómo ellos dotan al cuento de la suficiente comicidad para que se hable con ligereza sobre muerte y venganza.


Trasladamos el argumento y los personajes a hoy en día y comentamos cómo habría de escribirse sobre un ciscokid y una chica que se enamorara de un hombre así.

Algunos términos de la narración como jacal o cacto nos llevan a hablar sobre el llamado español neutro y la polémica con el doblaje de la película Roma.

Para finalizar leemos un poema, porque la poesía enseña que cada palabra es importante.

La recompensa. Luis García Montero


La recompensa

Aunque no sea verdad,
porque el tiempo hace mundos igual que se hace daño,
déjame que aproveche este calor final
de la tarde imprecisa.

Quiero sentirme dueño de las horas.

Para encontrarme a mí
he aprendido a seguirte.

Salgo por la memoria y no llego a un recuerdo,
sino a este modo de vivir despacio
las cosas que me das.

Todavía camino por la ciudad aquella
y soy el habitante de lo que sucedió
la semana que viene,
de los hechos que pueden ocurrir
hace ya muchos siglos,
cuando los pies del tiempo que nos falta
escriban junto al mar
la orilla laboriosa del pasado.

Todo está en ti. Y todo permanece
mientras rueda en el cielo
la luna primitiva.

Cada intuición es una huella,
cada recuerdo el porvenir,
hoy es ayer para decir mañana.
            Luis García Montero





4 comentarios:

  1. Gracias Maribel! Por este entretenido cuento. Leí la vida de O'Henry, y ya lo creo que fue tortuosa. Ahora gracias a ti, sabré encontrar a los ciscokid en el cine y en la literatura

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    1. Hola Carmen, me alegra que te gustara el cuento, espero que los siguientes también te sorprendan como éste. Un abrazo. Maribel

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  2. De nuevo estoy encantada, con lo que nos ofreces en tu club Maribel. El cuento de Dahl, me ha parecido super ingenioso, además de divertido, claro que estamos hablando de un crimen, por eso me parece perfecto ejemplo de humor negro, como tú dices. Qué imaginación la de R. Dahl, y me encanta tanto por lo que dice explícitamente, como cuando silencia palabras. Y gracias de nuevo Maribel, por relacionarnos cine y literatura, estoy deseando ver el cuento dirigido por Hitchcock

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    1. Gracias Carmen por tus comentarios. Espero que el corto también te guste tanto como el cuento original. Un abrazo.

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