viernes, 29 de noviembre de 2019

El humor y la ironía son necesarios para vivir - Joaquín Álvarez Barrientos, escritor

Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
Joaquín Álvarez Barrientos ha publicado Una historia de impostores en Cuadernos del Laberinto. En cierta forma, una continuación de su fascinación por la impostura. Investigador del CSIC, distinguido con los Premios Leandro Fernández de Moratín y Menéndez Pelayo, cree que  "nos apasiona la figura de los impostores porque son capaces de construir un mundo, una realidad paralela y hacérnosla creer".

En Una historia de impostores, un grupo de ciudadanos se unen para mejorar el mundo, ¿en estos tiempos individualistas, qué es más difícil, creer que se puede mejorar el mundo o asociarse para ello?

No sé cuándo no ha habido épocas individualistas. Creo que siempre se han dado las dos tendencias, la asociacionista, por así decir, y la individualista. De hecho, una parte de las luchas sociales muestran la dinámica para defender la intimidad y la privacidad de los intereses gremiales, generales o políticos que quieren controlar a las personas diciendo qué deben pensar y hacer. Mejorar el mundo es una aspiración antigua y seguramente se toman iniciativas para ello, aunque se vean pocos resultados, quizá porque haga falta antes ponerse de acuerdo en qué significa mejorar el mundo y una vez que se llegara a un acuerdo (cosa seguramente imposible, dados los intereses diversos), se podrían elegir los mejores mecanismos y estrategias para hacer realidad esa mejora. Pero creo que esto es imposible.


Una historia de impostores se abre con una descripción de reliquias, esos despieces a los que se atribuían propiedades mágicas. ¿El hombre moderno se ha librado, realmente, de la creencia en los talismanes?

Creo que no. El pensamiento mágico o como se lo quiera llamar no ha desaparecido ni creo que desaparezca porque la ciencia ni la religión dan respuestas a las preguntas de los individuos. Mientras no las haya, mientras sigamos con miedo al futuro y a la incertidumbre, mientras seamos conscientes de que no controlamos el entorno, imagino que seguiremos depositando en cualquier cosa la esperanza de que eso nos salve. Pero las reliquias no tenían poderes mágicos. Magia y religión son cosas distintas.

De todos los que forman esa Sociedad para la Mejora de la Sociedad, qué personaje le gusta más.

Conozco mejor a Constantino Simonidis y a Menéndez Pelayo, pero también me cae bien Paul Lafargue.

Una historia de impostores está llena de sentido del humor y de ironía, ¿es un imprescindible para los escritores en nuestro tiempo?

No lo sé. Pero creo que en la actualidad son más las novelas que no tienen humor ni ironía que al contrario. En todo caso, tanto uno como otra me parecen necesarios para vivir, para no aburrirse y para percibir mejor el entorno.


Su especialización es el siglo XVIII, qué oportunidades sociales permitió este tiempo que continuaron fructificando después.

A la Ilustración le debemos mucho de lo que somos, para lo bueno y para lo malo. Nuestro lenguaje emocional, nuestro lenguaje político, la idea del progreso como referencia. Muchas estructuras e instituciones económicas y culturales se ponen en marcha entonces; el tiempo posterior dialoga con ese periodo y no con los anteriores. Heredamos de entonces la forma que tenemos hoy de entender al Hombre.

Ha publicado un trabajo acerca de los escritores del XVIII que en realidad eran políticos. Qué forma o en qué lugar se situaría hoy en día alguien que también persiguiera los mismos fines.

La vinculación entre escritura y política se establece muy claramente en el XVIII. Los intelectuales necesitan justificar su existencia y emplean diferentes mecanismos. Uno es hacerse necesarios a los políticos; otro, serlo a los ciudadanos escribiendo para ellos en periódicos y creando opinión pública. Pero para medrar en política creo que lo mejor es adoptar los discursos dominantes de cada momento, se crea o no en ellos, y apoyarse en un partido. Esos discursos hoy son ecologistas, animalistas y feministas sobre todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario