lunes, 15 de abril de 2019

Club Lectura Mediateca Anabel Segura, Alcobendas (Madrid) - Coordinadora, Maribel Orgaz


Maribel Orgaz- info@leerenmadrid.com
Comenzamos una nueva temporada en el Club de Lectura de la Biblioteca Anabel Segura, Alcobendas (Madrid).



            TEMPORADA Otoño 2021               
               Cuentos de esperanza y amistad    

Para inscribirse, Mediateca Anabel Segura. Teléfono: 914 84 16 85

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Cuentos, 2019 -   Abril-Junio, 2018 -   Cuentos, 2018 -   Octubre-Noviembre,2017 -   Mayo-Junio, 2017

Si tienes interés, puedes leer mi libro Cómo organizar un club de lectura. 


7 octubre - Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura 1991
21 octubre - Stephen Crane
4 noviembre - Julio R. Ribeyro
18 noviembre - Alice Bradley Sheldon (James Tiptree) 
2 diciembre - Carmen Laforet
 
Jueves de 19 a 20:30 horas. Presencial

2 diciembre - Carmen Laforet y un poema de Luis Feria.

Cerramos nuestra última sesión del club de lectura de esta temporada con tres cuentos de Carmen Laforet, de quien celebramos este año su centenario.

Los tres relatos son El regreso, La muerta y Al colegio

Comenzamos la reunión con algunos datos sobre la vida de esta escritora que quizá no pudo llegar a desarrollar todo su talento. Obtuvo muy joven el Premio Nadal lo que para ella significó por un lado, ser reconocida pero también dificultades para asumir la España de su tiempo: que fuera madre de familia y escritora, que la acusaran de que la escritura le impidiera hacerse cargo de los hijos, que su pareja tuviera sus propias ambiciones literarias, el tipo de amigas con las que se relacionaba. En suma, un ambiente muy difícil en el que se necesitaba una personalidad de hierro para lograr un objetivo personal.

Sobre los cuentos, el primero, El regreso nos parece el más logrado y sentimos que a ratos, nos ponemos de parte de un hombre que llega a enloquecer porque a pesar de trabajar no puede ni mantener a su familia. Escrito hacia finales de los años cuarenta, su mujer tan solo podía fregar escaleras para ayudar a la economía familiar pero todos, incluido los niños, pasan hambre. Una gran compasión y tristeza embarga al lector cuando se describe cómo este hombre prefería estar en un manicomio a volver al punto de partida: trabajar para llevar a casa un salario de miseria.

Intentamos conectar esto con nuestros tiempos y el ejemplo sobre el que hablamos es la crisis de opiáceos en Estados Unidos. La pérdida del trabajo industrial que afecta sobre todo a los hombres está conectada, según los expertos a ésta y otras adicciones y también los índices de violencia (en nuestro cuento, enloquecido, el protagonista un día quiere matar a su esposa y a su suegra y por eso le internan) y suicidio. Un calmante es, al fin y al cabo, la búsqueda de apagar un dolor; la violencia es la incapacidad de dar respuesta por la vía pacífica a un problema.

El segundo cuento, La muerta trata de una mujer que está enferma durante veinte años y en el texto no está muy claro si es quizá una enfermedad que comienza con una depresión y acaba siendo sólo física. Hablamos acerca de cómo en otros tiempos, las enfermedades de la mente eran poco conocidas y mal diagnosticadas. Charlamos sobre los tumbados, de los que Luis Landero y Caballero Bonald han escrito artículos y cuentos. 

Para finalizar, cerramos la sesión con un cuento lleno de ternura: una madre lleva el primer día al colegio a su hija de cuatro años. Es probable que Al colegio sea autobiográfico y señalamos en el último párrafo, la habilidad que demuestra el gran talento de Carmen Laforet, de convertir en apenas unas líneas, un hecho presente en su propio recuerdo. Cómo efectúa la transición sin que el lector se pierda. Ese día de colegio de la niña es como si ella volviera a la escuela. 

Cerramos nuestra sesión con un poema del poeta canario Luis Feria.


No es mejor este día, Luis Feria, Santa Cruz de Tenerife;  1927- 1998

No es mejor este día
que el de ayer
o los que hayan de venir…
No es tarde ni temprano.
No soy mejor que nadie
ni peor que cualquiera.
No vale más la dicha           
que el dolor, ni la tierra
es más que el mar.
Quien pierde gana,
quien está solo
está con todos
y viceversa.
De pronto, y con el ánimo
igual, se acepta el mundo.
Bellas pero mortales,
han de morir las rosas.
El pájaro que canta
ha de morir.
Mi propio corazón,
ni tarde ni temprano,
sino en su hora justa,
ha de morir.
Ahora sé qué es ser hombre,
y yo te doy las gracias,
madurez de mi vida…


18 de noviembre - Las mujeres que los hombres no ven, Alice Bradley Sheldon (James Tiptree) y un poema de Ray Bradbury.

En nuestra penúltima sesión del club de lectura leemos una rareza, un cuento de ciencia ficción de Alice Sheldon que escribió bajo seudónimo masculino.
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El texto está lleno de notas de humor que en ocasiones, aligeran lo que podría ser pesado de leer: cuando se quiere introducir una idea en un texto si no se es hábil se acaba haciendo literatura de tesis. Todo se estropea porque el lugar y los personajes están condicionados a lo que el autor quiere que hagan bajo esa idea que quiere expresar.

Nos sorprende que a lo largo de la narración, los protagonistas que no tienen ni agua para beber tras su accidente de avión, tengan medicamentos o libretas con lápices. Pero la narración continúa a buen ritmo y como lectores, lo pasamos por alto.

También comentamos que Sheldon tiene la habilidad de contar todo desde el punto de vista de un personaje por lo que en ocasiones, dudamos de lo que cuenta o incrementa lo humorístico de sus pensamientos.

Para finalizar leemos un poema de Ray Bradbury, uno de los autores de ciencia ficción más famosos.


Somos los carpinteros de una catedral invisible, Ray Bradbury

Somos los carpinteros de una catedral invisible
¿Nuestro taller?
Cañaveral.
¿Nuestros carpinteros?
Los astronautas y todos los que construyen para enviarlos a tejer
una telaraña de luz, sonido y vida entre el tiempo y el espacio.


No sabemos por qué construimos y aun así construimos.
¿Tendré que explicarte por qué?
Nuestro último medio de transporte, el cohete.
Nuestro último destino,
la Luna. Marte. El Universo.
¿Nuestro mejor escenario?
Cabo Kennedy. El edificio de ensamblaje de vehículos espaciales.

Tan grande o más que la catedral de San Pedro de Roma.
Donde el Big Ben pudiera dar la hora de los sistemas estelares y de las nebulosas.

¿Por qué deberíamos ir al Espacio?
¿Por qué posarnos en la Luna para visitar Marte y soñar con Alfa Centauri?
Déjame explicarte las razones.
Déjame mostrarte por qué.

 

4 noviembre - Julio R. Ribeyro y dos poemas de Josefa Parra y Alfred Tennyson.

En esta tercera sesión de nuestro club de lectura, compartimos la lectura de dos narraciones de Julio R. Ribeyro. La primera de ellas, Sólo para fumadores, es autobiográfica y es una de las más conocidas de este escritor peruano tan admirado por Antonio Muñoz Molina.
Solo para fumadores explica la adicción al tabaco que terminaría acabando con su vida. En nuestra reunión hay algunos fumadores y exfumadores que alaban la fidelidad en la descripción de este, al comenzar, placer para finalizar como dependencia.

Ribeyro, y uno de nosotros las ha contabilizado, traza su peripecia vital en torno a 17 marcas de tabaco que fluctúan según tenga más o menos dinero.

En general, podría resumirse, fuma cualquier cosa, sea de mayor o menor calidad, es incapaz de abandonar el cigarrillo a pesar de estar a los 40 años al borde de la muerte y decide que seguirá fumando aunque pague con ello su vida.

Charlamos sobre las posibles causas de esta adicción que Ribeyro explica en su texto: ¿hábito social? ¿dependencia de la nicotina? ¿encender un cigarrillo y sostenerlo en la mano como un gesto adquirido? Nos preguntamos si esto es comparable a mirar al móvil o si, su detallado razonamiento: el cigarrillo es la sustitución del dominio del fuego de tiempos primitivos, no es más que una construcción de Ribeyro para justificar su dependencia.

Coincidimos en que si, como afirma el autor, escribir y fumar para él son inseparables, en su caso esta adicción está arraigada en algo mucho más profundo.

Sin autocompasión y sin patetismo, logra, a pesar de todo, impresionarnos con su descripción del sanatorio en el que le ingresan prácticamente desahuciado y cómo logra salir gracias a que engaña a los médicos. Al poco tiempo y ya en casa, retoma de nuevo el tabaco.

Según los expertos, Ribeyro es además de un gran cuentista, el que ha introducido el género diarista en las letras latinoamericanas ya que es un género que carece de tradición sólida en lengua española. 


Citamos varios autores que explican el motivo por el que biografías y diarios apenas se dan en nuestra literatura. La profesora Ana Gallego afirma que la tradición protestante con su insistencia en el autoexamen de conciencia, ya que el creyente se conecta directamente con Dios y es instado a la lectura directa de la Biblia, promoverían este tipo de escritura. 
En cambio, los católicos van a confesarse a un sacerdote. 

Para Galdós, el teatro de la vida pública tiene, entre nosotros, demasiada distancia con la vida privada y por eso, se oculta demasiada sinceridad, se guarda para uno mismo. 

Otros intelectuales como la historiadora Elvira Roca Barea proponen una voluntad de los católicos de modestia y uno de nuestros asistentes propone que quizá pueda resumirse en “No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”, refiriéndose a una cita del Evangelio de San Mateo, capítulo 6, versículo 3.

La segunda narración, un cuento, El banquete, es un contrapunto a esta primera y que cumple las diez recomendaciones que el propio Ribeyra da sobre cómo escribir un buen cuento.

Para finalizar leemos dos poemas. De Josefa Parra y Alfred Tennyson.

Poemas de Josefa Parra y Alfred Tennyson.

Del olfato
Josefa Parra (1965, Jerez de la Frontera)

    La vainilla; el espliego; el verdín; la canela.
A veces un aroma delgado como de agua, 
como de nube o lluvia; a veces un violento
perfume que recuerda la piel de una gacela,
el sudor y la sangre de un animal en celo.
Pero siempre, al final, la vainilla, el espliego...

 



                            Circunstancias -  Alfred Tennyson (1809-1892)

En vecinas aldeas, dos chiquillos, jugando

como locos, en medio de los brezos; en una

fiesta dos forasteros que se encuentran; bajito,

junto al muro de un huerto, dos amantes hablando;

dos vidas enlazadas con dorada ventura;

junto a la torre gris, dos tumbas, con el césped

que limpian mansas lluvias y donde margaritas

florecen; dos chiquillos en una misma aldea.

Así va, de hora en hora, la ronda de la vida.   

                                                               

21 de octubre - Stephen Crane y un poema de Esperanza Ortega. 


En esta segunda sesión de la temporada de nuestro club de lectura habíamos propuesto leer a Stephen Crane, un autor poco valorado en general aunque con un par de narraciones conocidas: El rojo emblema del valor y Maggie, una chica de la calle.

Nuestra propuesta incluye cuatro cuentos, La novia llega a Yellow Sky, Un misterio de heroísmo, Un gran error, Con la cara hacia arriba. 

Durante nuestra sesión comentamos que casualmente, Paul Auster ha escrito una biografía del autor, cuya traducción al español está promocionando desde el mes de septiembre. Nuestra biblioteca ha adquirido un ejemplar, así que si después de la charla tenemos interés en leerla, la tendremos a nuestra disposición con el carnet de biblioteca.

Charlamos acerca de la ironía que impregna La novia llega a Yellow Sky que nos parece un relato de frontera, como una película del Oeste que tantas veces hemos visto en nuestras televisiones. En la narración, el vecino problemático del pueblo de vez en cuando se emborracha, sale con la pistola a disparar por todos lados y el único que es capaz de pararle es el sheriff. Los comentarios acerca del problema que le supone casarse con una forastera, de que la novia va a cocinar mucho de ahora en adelante o las manos de color ladrillo del protagonista nos llaman la atención.

En la segunda narración, Un misterio de heroísmo, quizá nuestra preferida, está contenida su novela más famosa, El rojo emblema del valor. Los jóvenes soldados, casi niños, el infierno de la lucha.

La descripción de los sonidos en los campos de batalla nos dan pie a charlar acerca del oído musical que tendría Crane y los caballos reventados (en la guerra civil americana los caballos no servían ya como arma de choque por las ametralladoras) destacan en el texto. También su habilidad para detener la narración y hacer una reflexión sobre el heroísmo que consiste, según él, en acciones de la gente común que no es consciente de que en ese momento, está llevando a cabo grandes hazañas.

Acerca de un niño hambriento, Un gran error,  que contempla extasiado un puesto de fruta, “los dones del mundo”, nos parece un contrapunto y otra visión de la escritura de Crane: era capaz de narrar muy bien lo anodino, un niño robando un limón. 

Por último, Con la cara hacia arriba nos hace elaborar posibles explicaciones a la trama. Cada uno de nosotros tiene su propia interpretación del cuento. Porqué entierran a ese hombre con tanta suspicacia si parece que es un soldado más, muerto en un campo de batalla. ¿Es correcto que los soldados registren y se queden lo que un compañero lleva en sus bolsillos cuando fallece?

Para finalizar leemos un poema de Esperanza Ortega.


Veo pasar los hombres los muchachos algunos...

Veo pasar los hombres los muchachos algunos
tan hermosos
con sus sacos de arena

pero son de otra especie aquellos que amo yo

no me importa que oculten su sombra en el armario
ni que olviden mi nombre en el perchero de un café

aquél lleva una caja
de muerto sobre los hombros y está ausente
éstos escarban en las dunas
o sonríen cansados
como príncipes

ellos sí se merecen un saludo

sobre todo el que acude al final del banquete
-nunca había llegado así de bien vestido-
como si viera un gesto que flotaba en el aire
sus ojos se extasían
quisieran ir tras él

luego se ha desplomado
sin revelar una palabra
de la herida que esconde bajo el pecho

los hombres
cuando mueran del todo
asomará un reguero de sangre en sus solapas

ese día serán mis semejantes

De Hilo solo, 1995



7 octubre - Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura 1991 y dos poemas de Darío Jaramillo. 

En nuestra primera reunión, y ya presencial, del Club de Lectura de la Mediateca Anabel Segura, leemos tres cuentos de Nadine Gordimer, la autora sudafricana Premio Nobel en 1991. Por una feliz coincidencia, se anuncia este mismo jueves, el día de nuestra reunión, que el Premio Nobel de Literatura de 2021 ha recaído en otro autor también africano, Abdulrazak Gurnah y eso nos da pie a charlar acerca de las dificultades que los autores situados en las periferias de la gran industrial editorial tienen para poder ser reconocidos en su valía.

Si escribes en lenguas minoritarias y no has sido traducido al español, inglés, francés o alemán tienes mucho más difícil acceder al conocimiento general y entonces, siempre hay que tener en cuenta que muchos escritores muy valiosos escapan, por así decir, a nuestro radar de lectores.

En este encuentro coincidimos en que nos han gustado los cuentos de Gordimer, escritos en la década de los 90 que es considerada, la mejor época de la producción de la escritora. El primer cuento, El último safari, nos impresiona a todos y reconocemos que gracias a que es narrado por una niña de alrededor de 9 ó 10 años no es mucho más terrible. Quizá esta misma narración, de la emigración forzosa del lugar en el que uno nace por la violencia y el hambre, podría ser la de los judíos durante la persecución nazi o la de tantos pueblos arrasados por los conflictos.

Leemos cómo Gordimer detalla paso a paso, el sufrimiento del deambular de la familia de nuestra protagonista hasta llegar a una misión en la que se recuperan de nuevo poco a poco. Nos fijamos en los detalles que provocan tanto impacto en lo narrado: las personas se vuelven casi animales, ellos padecen un hambre terrible mientras otros comen y disfrutan de un entorno natural que parece un paraíso. 

En la segunda narración, una familia que suponemos vive en el período del apartheid, va atrincherando cada vez más su espléndida casa y su vida, enmurallándose dentro mientras los disturbios y la pobreza les cercan cada vez más en su vida idílica. Lo que parece levantado como una defensa frente a la amenaza de los otros, se transforma en la propia destrucción, en una enorme desgracia.

Por último, sobre la tercera narración, nos parece un contrapunto excelente para la dureza de las dos primeras. La ironía con la que se narra cómo un hombre se casa por tercera vez y las hermosas descripciones de la playa nos parecen un alivio que cierra muy bien esta sesión.

Para finalizar y ya que el poeta Darío Jaramillo ha sido uno de los grandes autores que han estado en la Feria del Libro de Madrid de esta última edición, leemos dos poemas de amor. Jaramillo, según los críticos, es el renovador de la poesía amorosa colombiana.




          Dos poemas de Darío Jaramillo


Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
no contestar tus llamadas,
no abrirte la puerta de la casa, no pensarte,,
no desearte, no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte,
circular por calles por donde sé que no pasas,
eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido,
cada recuerdo de tu recuerdo,
olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte,
responder con evasivas cuando me pregunten por ti,
y hacer como si no hubieras existido nunca,
Pero te amo.

--- o ---


Atolondrado y confuso,
demasiado lleno de ruidos,
sin centro ni reposo,
desconectado del otro lado de la piel,
aturdido por el interminable crujir de este corazón,
– tierra cuarteada, ceniza gris en el pecho –,
así pasan estas noches de calor y duermevela,
estas noches en que no estoy contigo.




            SEGUNDA  TEMPORADA 2021               
               Cuentos - Literaturas inesperadas        

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Si tienes interés, puedes leer mi libro Cómo organizar un club de lectura. 

8   Abril. Cuentos. Rubén Bareiro. Paraguay
22 Abril. Cuentos. Emilio S. Belaval. Puerto Rico
6   Mayo. Cuentos. Teresa de la Parra. Venezuela
20 Mayo. Cuentos. Carmen Lyra. Costa Rica  



            PRIMERA  TEMPORADA 2021               
                        Cuentos Policíacos                           

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4 de marzo - La gota de sangre. Emilia Pardo Bazán
                                  
11 de marzo-La banda de lunares. Arthur Conan Doyle                                      

18 de marzo - Noche tranquila y Un objeto transportable. Patricia Highsmith 

25 de marzo - La pista del pelirrojo. George Simenon                                             



Segunda temporada 2020 - Cuentos en tiempos de Galdós - Cuentos, La fertilidad de la tierra.

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OCTUBRE – Cuentos, maestros del XIX, Galdós
15,22,29

NOVIEMBRE- Cuentos, La Fertilidad de la Tierra
5 - Los crisantemos. John Steinbeck
12-Invierno de moras. Robert Pen Warren
19-La guerra de los yacarés- Horacio Quiroga
26-La tortuga - Patricia Higsmith

DICIEMBRE
10 Diciembre Entre cielo y tierra de Jon Kalman Stefansson

10 Diciembre Entre cielo y tierra de Jon Kalman Stefansson y un poema de Steinunn Sigurðardóttir.

En nuestra última reunión de la temporada abordamos la primera novela, Entre cielo y tierra, de la llamada trilogía del muchacho de Jon Kalman Stefansson.

Es la historia de un chico que sale a pescar bacalao en una barca de remos en la Islandia de finales del siglo XIX. Es un relato muy duro pero escrito de una manera muy bella, casi en prosa poética.

El autor, Stefansson ha obtenido fama internacional con estas novelas que él dice que quizá sean cuentos más que novelas entendidas como grandes narraciones con multitud de personajes principales y secundarios.

Para empezar, charlamos acerca de cómo es la literatura islandesa, el motivo por el que se subvenciona escritores para que no se pierda la lengua al ser un país tan pequeño (poco más de 300.000 habitantes) ya que, según parece, la gente joven lee en inglés casi prioritariamente. También comentamos cuáles serían los temas de los novelistas islandeses y hablamos del Premio Nobel, Halldor Laxness y su gran obra, Gente independiente.

Las ovejas, la pesca del bacalao y el ser independiente  quizá sean algunos de sus temas recurrentes. Stefansson tiene párrafos muy hermosos acerca del clima tan duro y cómo esto condiciona la vida de la gente. Debido a la oscuridad y el frío compensan tanta privación con un gran amor a la lectura y con las pequeñas cosas. En nuestra novela se bebe con verdadero placer el café o se hace hincapié en unas buenas botas para salir a pescar.

Distinguimos dos partes en el libro, la primera que es el motor de la historia, lo que ocurre cuando uno de los hombres por memorizar un poema de El paraíso perdido de Milton se olvida su chaquetón para embarcarse. En la segunda parte, el muchacho afronta la vida sin su amigo y es el motivo para describir las vidas de sus vecinos. Cómo se casan, cómo crecen sus hijos, cómo abren tiendas o beben cerveza para alegrarse. 

Para finalizar leemos un poema de Steinunn Sigurðardóttir tomado de aquí.




La tortuga - Patricia Higsmith y un poema de Nicanor Parra.

En nuestra última reunión de noviembre, hemos leído un cuento muy conocido de Patricia Highsmith: La tortuga.  Un niño de once años es tratado por su madre de manera humillante y degradante hasta el punto de que coincidimos, se puede considerar que es maltratado tanto psíquica como psicológicamente. A pesar de tener once años, le pone pantalones cortos, zapatos demasiado grandes porque ni se preocupa de comprarle su talla y le exhibe delante de las visitas como si fuera una mascota. 

En el cuento, el niño es muy inteligente y lee libros acerca de casos clínicos psiquiátricos, llega a decir que envidia a la gente que está en un manicomio porque es libre. 

Durante nuestro encuentro, charlamos acerca de los rasgos propios que la autora ha dado al personaje: ella tuvo toda su vida un trato conflictivo con su propia madre, afirmó que escribía para no volverse loca y en general, el dibujo que hace de su infancia es tan oscuro como el de este cuento.

Charlamos acerca de la novela negra y la atmósfera que Highsmith es capaz de reflejar en sus obras: perturbadora, malsana, oscura. Nos preguntamos si su obra hubiera sido una buena lectura durante el encierro. También nos preguntamos cómo podía escribir de esta manera con la vida tan extraña que llevaba, bebiendo mucho, mudándose de Estados Unidos a Inglaterra, Francia y finalmente Suiza. 

Nos fijamos en la habilidad técnica del cuento, en el que cuando leemos el final, nos damos cuenta de que había indicios de que el niño era capaz de cualquier cosa. Este comportamiento lo desencadena la crueldad con la que la madre mata a una tortuga para hacer un guiso. Según parece, Highsmith llevaba un año dándole vueltas a la idea de un niño asfixiado por su madre y cuando leyó una receta de un guiso de tortuga, se dio cuenta de que era el detonante para que el niño se revelara.

Para finalizar leemos un poema de Nicanor Parra.


Cuando pasen los años
y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó, 
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!


La guerra de los yacarés- Horacio Quiroga y un poema de Francisco Brines  

Nos hemos reunido esta semana para compartir la lectura de uno de los gigantes del cuento en lengua española: Horacio Quiroga. Él marcó un antes y un después en la narración corta, sacó al cuento del anticuado molde del XIX y abrió nuevos caminos temáticos.

Empezamos charlando del momento literario que le tocó vivir, el modernismo y cómo un viaje a la salvaje le transformó: de un dandy intelectual y culto pasó a intentar vivir a la manera primitiva, con más instinto que razón, en una naturaleza que no tenía nada de romántica ni idílica. En algunos momentos, nos horrorizamos de cómo pudo escribir rodeado de tanta desgracia.

El cuento que hemos elegido, que está incluido en los Cuentos de la selva, solicita en primer lugar del lector la llamada “suspensión de incredulidad”, los animales hablan y se enfrentan a los humanos e incluso, les vencen. El cuento avanza con la capacidad expresiva de Quiroga que sacrifica sin dudar una frase bella para envolver al lector en una trama que atrapa de inmediato la atención.

Nos gustan sus toques de humor, nos sorprende la crueldad del cuento supuestamente para niños y comentamos que tras la corriente denominada realismo mágico, este cuento ha abandonado la clasificación para niños y va ganando cada vez más lectores entre público adulto.

Durante la reunión, leemos el decálogo de Quiroga del perfecto cuentista, hablamos de su fundación y la muy probable recuperación de este autor en nuestros días debido a la manera en la que abordó la naturaleza y el hombre.

Él creía que en el medio natural, la razón del hombre apenas valía y que si se empeñaba en domar animales y plantas, sería aniquilado de manera inevitable o incluso azarosa: en su ceguera y soberbia sucumbiría por hechos accidentales (deshidratado porque infravaloró la dureza del desierto, envenenado por una víbora porque se quedó dormido en cualquier lugar, etc.)

Para finalizar leemos un poema de Francisco Brines, Premio Cervantes 2020.


Aquel verano de mi juventud

Y qué es lo que quedó de aquel viejo verano
en las costas de Grecia?
¿Qué resta en mí del único verano de mi vida?
Si pudiera elegir de todo lo vivido
algún lugar, y el tiempo que lo ata,
su milagrosa compañía me arrastra allí,
en donde ser feliz era la natural razón de estar con vida.

Perdura la experiencia, como un cuarto cerrado de la infancia;
no queda ya el recuerdo de días sucesivos
en esta sucesión mediocre de los años.
Hoy vivo esta carencia,
y apuro del engaño algún rescate
que me permita aún mirar el mundo
con amor necesario;
y así saberme digno del sueño de la vida.

De cuanto fue ventura, de aquel sitio de dicha,
saqueo avaramente
siempre una misma imagen:
sus cabellos movidos por el aire,
y la mirada fija dentro del mar.
Tan sólo ese momento indiferente.
Sellada en él, la vida.

Invierno de moras. Robert Pen Warren y un poema de Nigar Rafibeyli- Azerbaiyán (azerbaycan)

Esta semana hemos leído un cuento extraordinario del autor de Todos los hombres del Rey, Robert Pen Warren. Este autor americano tiene en su haber dos premios Pulitzer, uno por su obra en narrativa y otro por su poesía. Es bastante singular porque los autores suelen dedicarse con intensidad a sólo un género o alcanzan la excelencia en sólo uno de ellos. El grueso de la obra de Warren es poesía y también escribió algunos ensayos. Es un autor bastante prolífico. 

Invierno moras narra un incidente cotidiano en la granja familiar.  Un hombre con mal aspecto llega para pedir trabajo, hay una crecida del río que arrasa con animales y tierras, un niño es abofeteado con excesiva dureza, un hombre pronuncia palabras casi proféticas.

Charlamos acerca de la extraña belleza de esta narración que sin duda se beneficia de la calidad del lenguaje poético del autor. El punto de vista, un niño de 9 años, permite un juego entre el peligro que percibe y la responsabilidad que en la situación tienen los adultos. El niño se va tranquilamente a ver a su padre y a jugar después de ver cómo el forastero saca un navaja dispuesto a acuchillar a los perros que le salen al encuentro. 

Reparamos en las distintas capas que tiene la narración: la trama principal, la corriente subyacente de pobreza y crítica social del texto, la futura voz de adulto que recuerda el niño que fue, el devenir de todos los personajes.

Nos fijamos en los detalles que a modo de simetrías trazan resonancias en el texto y así ayudan a que haya una unidad emocional: los pies deslcalzos del niño que se enfrían tanto que casi le hacen enfermar, el frío a destiempo en junio, las palabras apocalípticas casi bíblicas del anciano que en la mente del lector reconfiguran el significado de la inundación como si fuese un castigo divino.

Para cerrar esta reunión leemos un poema de Nigar Rafibeyli, poetisa azerbayana. 


Una flor naciente entre las ruinas

me hizo preguntarme:

¿Por qué los hombres dicen que en medio de tanta desolación

ninguna flor puede crecer?

Los muros de la pequeña casa estaban rotos,

el tejado se había derruido.

Llegó a ser el lugar de residencia

de feroces vientos y nieve invernal.

Los vientos indomables habían echado a perder

el querido confort de este hogar, alguna vez amado.

Y habían traspasado a los transeúntes

con un lamento melancólico.

Las cortinas, tan amorosamente bordadas y cosidas

por suaves manos de mujeres,

colgaban harapientas como trozos de conchas desgarradas

sobre la desolación de la ciudad.

En medio de un montón de piedras y guijarros

brotó la hermosa flor.

Y esa flor llenó todos mis pensamientos

con una cuestión crucial.

Me pregunté: ¿qué jardinero te plantó y nutrió

aquí, delicada flor?

Cuéntame tu historia, el cuento persa de tu vida,

y te escucharé.

Quizás, a pesar de que este lugar no vibre más

con la canción del ruiseñor,

abandonada por pájaros, ¿aun así fuiste llamada

a ser

por el primer hálito de la primavera?

“Soy la voz de la Tierra”,

contestó la flor con lengua humana.

“Soy esa Vida más Grande

que siempre debe triunfar sobre la Muerte”.  

                                                        Nigar Xudadat qızı Rəfibəyli

 

Los crisantemos de John Steinbeck y un poema de Marcos Ricardo Barnatán. 


En esta primera reunión del siguiente ciclo de cuentos, La Fertilidad de la Tierra, del mes de noviembre leemos un cuento del Premio Nobel de Literatura, John Steinbeck, Los crisantemos, considerado uno de los mejores cuentos del Siglo XX. 

Charlamos acerca de lo que supuso un cuento como éste en Estados Unidos en 1938, una rareza con un tema completamente inusual: la simpatía por las mujeres que inteligentes, enérgicas y fuertes eran completamente relegadas por la sociedad. Nuestra protagonista, casada con un buen hombre que apenas le hace caso, planta cristantemos porque no tiene ninguna otra ocupación. No se le permite participar en las tareas del rancho o tomar decisiones. Ni siquiera tiene hijos. Cuando llega un desconocido, un buhonero o quincallero, despierta en ella el ansia de libertad y por unos momentos, cree posible retomar los caminos de su vida.

Reparamos en los detalles que Steinbeck utiliza para señalar un matrimonio sin pasión, una vida en la que no se pueden desarrollar las propias cualidades, la atracción física, la fortaleza de carácter. Cómo el primer párrafo ya da la pauta de toda la narración y cómo, pese a estar narrado con un autor omnisciente, el autor se posiciona del lado de ella. 

Creemos que este cuento demuestra que la buena literatura y el buen arte es capaz de atravesar el tiempo con sus valores por así decir. En este cuento, una persona, una mujer, no va a poder saber de lo que es capaz porque su tiempo y la sociedad en la que vive no se lo permiten. Simplemente porque es una mujer. 

Para finalizar, leemos un poema de Marcos Ricardo Barnatán.
 

Rosencrantz habla con el ángel
Marcos Ricardo Barnatán

Cada hombre tiene su canción
Y cada hombre tiene su sombra.
La estrella blanca te anuncia:
Arderá nuestra ciudad inmóvil.
Dejadme volver a la noche profunda
Que la muerte encuentre mi alma cantando.

29 octubre - La mujer del filósofo de Benito Pérez Galdós  y un poema de Olvido García Valdés.


Esta última sesión del mes de octubre, la dedicamos a una pequeña narración o texto también de Galdós. Se trata de La mujer del filósofo que aborda uno de los temas recurrentes en su obra: los matrimonios entre personas de distintas naturalezas y que están abocados o bien a que ella le sea infiel o que se resigne al carácter del esposo.

En este cuento, una mujer alegre y llena de vida, se casa con un hombre que sólo vive de cuello para arriba. Ni siquiera tienen hijos y él vive enterrado en sus libros y abstraído en sus excelsas ideas abstractas. 

El texto está lleno de humor y simpatía por el destino que espera en general, a las mujeres que de la clase media de su tiempo no tenía opción alguna para escapar a un matrimonio que había sido un desacierto. Quizá por eso, Galdós hace que el filósofo fallezca completamente consumido entre sus pensamientos y ella viuda, se case de nuevo con un hombre apropiado a su temperamento. Quizá no un intelectual pero alguien que le da muchos hijos y "está"en la vida.

Charlamos acerca de otras obras en las que Galdós se ocupa de este tema: desde Fortunata y Jacinta a La de Bringas o El amigo manso. 

También leemos algunos párrafos que nos han hecho sonreír y cómo en el primer párrafo, Galdós aún no tiene vocabulario para describir lo que él acertadamente explica sobre temperamento y carácter.

Para finalizar leemos un poema de Olvido García Valdés. 


Cuando voy a trabajar es de noche...

 Cuando voy a trabajar es de noche,

después amanece poco a poco,

hace mucho frío aún.

A menudo en el cine

me parece oír lluvia azotando el tejado,

como si no hubiese lugar

donde guarecerse.

Hoy alguien en un sueño dijo:

ten, en esta garrafa

hay agua limpia, por si toma moho

la del corazón.


22 octubre - El verano de Galdós  y dos poemas: Gloria Fuertes y Ángel Valente.

Este segundo cuento de Galdós, el Verano nos ha gustado a todos. Desde las descripciones de paisajes casi boscosos, el recorrido del tren de Cádiz a Santander "acompañado" por el verano y la manera en la que Galdós describe las características de la estación utilizando a una mujer guapa que irradia tanto calor que el protagonista llega a perder el conocimiento. Sin embargo, no es hasta cuando ambos llegan al Norte, en donde el carácter de fuego de ella se aplaca, que puede disfrutar de su compañía. El "verano" es sofocante en Sevilla, irrespirable en Madrid y una bendición en el mar, bajo los árboles.

Galdós escribió apenas veinte cuentos en toda su trayectoria de escritura y éste, al igual que Celín que leímos la semana pasada, es un relato con tintes fantásticos. Mientras que él ve a esta bella mujer en túnica, al resto de pasajeros del tren les parece bien vestida y si acaso, con una mirada pícara.

Charlamos acerca de cómo los seres fantásticos de Galdós nunca son terroríficos, más bien son bondadosos y amables y cómo el autor echa mano de recursos fáciles para hacer la transición entre fantasía y realidad: emborracharse o soñar.

También comentamos que al usar la primera persona, Galdós introduce deliberadamente la subjetividad: ¿lo ve sólo él? ¿está seguro de que no ha sido producto del alcohol?

Leemos algunos párrafos en voz alta y nos divierte, que cuando el "verano", esta dama que lo encarna, beba de más en el Retiro se transforme en una tormenta y vuelque mesas y levante los bordes de las faldas de las señoras.

Para finalizar, leemos dos poemas breves de Gloria Fuertes y Ángel Valente. Cada uno de nosotros prefiere uno u otro.

Gloria Fuertes y Ángel Valente


La gente dice
 Gloria Fuertes 

                                               La gente dice:                                                                   
«Pobres tiene que haber siempre»
y se quedan tan anchos
tan estrechos de miras,
tan vacíos de espíritu,
tan llenos de comodidad.
Yo aseguro
con emoción
que en un próximo futuro
sólo habrá pobres de vocación.



Cae la noche                  
Ángel Valente Orense
                   
                            El corazón desciende                                
infinitos peldaños, 
enormes galerías,
hasta encontrar la pena.
Allí descansa, yace,
allí, vencido,
yace su propio ser.

                    El hombre puede
cargarlo a sus espaldas
para ascender de nuevo
hacia la luz penosamente:
puede caminar para siempre,
caminar…
                     ¡Tú que puedes,
danos nuestra resurrección de cada día! 



15 octubre - Celín, Galdós y Crepúsculo un poema de Louise Glück. 

En esta primera sesión del Club de lectura leemos Celín, un cuento de Benito Pérez Galdós (1843-1920), del cual celebramos este año su centenario. 

A lo largo de su vida, Galdós escribió una veintena de cuentos y no es esta su producción más conocida. Durante nuestro encuentro charlamos acerca del motivo de escribir Celín, un encargo para un volumen de cuentos dedicados a los meses de año. Según esto, el cuento de Galdós sería el del mes de noviembre. Es como él miso afirmó "una extravagancia" en un autor enmarcado en la corriente denominada realista pero este tipo de narraciones, entre lo maravilloso y lo fantástico, tenían mucho éxito de público y debían suponerle un ejercicio refrescante al escribir.

En Celín, un elogio a la vida, a la real, a la tangible, charlamos sobre qué rasgos galdosianos podemos encontrar: el sentido del humor, la protagonista es una mujer mirada con gran simpatía, un niño que se va transformando en un joven muy guapo, en el amor más allá de las diferencias de clase social, el amor por la Naturaleza y la descripción de ropas y ambiente.

Algunos aspectos del texto nos sirven para echar un vistazo a lo que ocurría en la vida "real", en el contexto en el que fue escrito. Desde el suicidio a la bebida, los ideales románticos o la ropa de Diana, la protagonista, a través de la cual Galdós hace una crítica a la opresión física y mental que sufrían las mujeres de su tiempo. En un momento dado, la joven se descalza y quita las medias y pisa los charcos alegremente.

A todos nos gusta que Galdós llame la atención sobre la belleza de la vida, sobre las segundas oportunidades y cómo la vida es muy larga para traernos nuevas alegrías en situaciones que parecen tristes y definitivas. Diana que quiere suicidarse por la muerte de su prometido, atraviesa la noche para darse cuenta de que siempre amanece y de que hay que dar oportunidad a la vida para que vuelva a sorprendernos.

Para finalizar, leemos un poema de la Premio Nobel de  Literatura, Louis Glück.



Un poema de Louis Glück, Crepúsculo

Crepúsculo 
Trabaja todo el día en el molino del primo, 
así que al llegar a casa, en la noche, 
siempre se sienta junto a la ventana, 
observa ese momento del día, el crepúsculo.
Debería haber más tiempo así,  para sentarse y soñar. 
Es como dice su primo:
Vivir-vivir te impide sentarte.
En la ventana, no el mundo,
sino un paisaje enmarcado que representa el mundo.
Las estaciones cambian, 
cada una visible apenas unas horas al día. 
Cosas verdes seguidas por cosas doradas seguidas por blancura,
abstracciones de las que provienen placeres intensos, como higos en la mesa. 
Al atardecer, el sol cae entre dos álamos, en una bruma de fuego rojo.
Cae tarde en el verano, a veces cuesta mantenerse despierto. 
Entonces todo se desmorona. 
Por un rato más, el mundo es algo que ver, luego solo algo que escuchar,
grillos, cigarras. 
O algo que oler, a veces, aroma de limoneros, de naranjos.
Entonces el sueño también roba esto. 
Pero es fácil renunciar a las cosas así, 
experimentalmente por una cuestión de horas. 
Abro mis dedos, 
dejo que todo se vaya.
Mundo visual, lenguaje, 
susurro de hojas en la noche 
el olor de la hierba alta, de las fogatas. 
Lo dejo ir. 
Entonces enciendo la vela. 


Primera temporada 2020 - Cuentos en tiempos de Galdós

Estas son nuestras fechas de reunión:

27 febrero - La princesa y el granuja, Galdós.
5 marzo - ¡Adiós Cordera!, Clarín  y ¿Dónde está mi cabeza?, Galdós.
Quedó interrumpido

Si quieres consultar las temporadas anteriores, pincha aquí:

Cuentos, 2019 -   Abril-Junio, 2018 -   Cuentos, 2018 -   Octubre-Noviembre,2017 -   Mayo-Junio, 2017


Si tienes interés, puedes leer mi libro Cómo organizar un club de lectura. 




En nuestra primera reunión y aunque algunos asistentes son veteranos, comentamos de nuevo que un Club de Lectura no son clases de literatura y que nosotros no somos filólogos. Nuestro objetivo es disfrutar de la lectura y convertirnos en lectores curiosos y apasionados; conocer a otros lectores, descubrir autores y géneros y disfrutar de una charla amena aprendiendo a mejorar nuestras habilidades lectoras. En resumen, "se trata de la cantidad de vida que un libro puede atraer".

Para ampliar estas ideas, escribí un pequeño manual Cómo coordinar un club de lectura. 

5 de marzo. ¡Adiós cordera! de Clarín y ¿Dónde está mi cabeza? de Galdós. Un poema de Wislawa Szymborska

En esta segunda reunión, leemos en primer lugar, ¡Adiós cordera! de Leopoldos Alas Clarín. Un cuento que todos conocíamos con anterioridad por haber sido una lectura de nuestra formación como escolares. Al releerlo, nos conmueve de nuevo su ternura.

Cordera es mucho más que una vaca, es una madre sustituta de dos niños huérfanos y pobres, una diosa de bondad. Sin embargo, el padre se ve obligada a venderla para carne si no quieren ser desahuciados de la casucha en la que viven por impago.

El telégrafo y el tren, que atraviesan los pastos simbolizan una modernidad que en lugar de traer prosperidad, arruina aún más a la familia. El tren se lleva a la vaca y también al chico a las guerras carlistas. El cuento se transforma así en una denuncia social y en una obra maestra.

Destacamos algunas frases de gran belleza o cómo la palabra porrazo, que resume cómo será sacrificada la vaca, sacude al lector en el texto. Charlamos sobre los métodos de sacrificio aquel tiempo en los mataderos. En la actualidad, Joaquín Barrero, otro gran cronista de nuestra ciudad. ha entrevistado a los últimos matarifes del antiguo Matadero de Madrid para documentar, entre otras, su novela, La niebla herida. 


Nuestra segunda lectura de esta tarde es ¿Dónde está mi cabeza? de Benito Pérez Galdós. Este cuento, que se publicó en dos entregas y quedó para siempre inacabado, a la espera de que Galdós escribiera la tercera y última parte; nos recuerda a Kafka pero con una gran diferencia: su humor.

Absurdo, sarcástico e incluso castizo en algunas expresiones; estos cuentos fantásticos de Galdós son una sorpresa para todos nosotros. Él que se impuso como objetivo reflejar la vida, también abordó pequeñas piezas llenas de situaciones grotescas.

Charlamos acerca de cómo un lector de nuestros días está, probablemente, mejor preparado para leer este cuento: admite un final que quizá en su día exigía un cierre adecuado por parte del lector; tiene en su memoria las obras de Kafka, el surrealismo y hasta los cuadros de Magritte.

Para finalizar leemos un poema de la Premio Nobel polaca, Wislawa Szymborska. De la que comentamos algunos fragmentos de su libro, impregnado de su peculiar humor, Correo literario. 

En elogio de mi hermana, Wislawa Szymborska



En elogio de mi hermana

Mi hermana no escribe poemas
y es improbable que de pronto se ponga a escribir poemas.
Le viene de mi madre, que no escribió poemas,
y de su padre, que tampoco escribió poemas.
Me siento a salvo bajo el techo de mi hermana:
nada pondrá al esposo de mi hermana a escribir poemas.
Y aunque la cosa suena a poema de Adam Macedonski,
a ninguno de mis parientes le da por escribir poemas.

En el escritorio de mi hermana no hay poemas viejos
ni poemas nuevos en su bolsa.
Y cuando mi hermana me invita a comer,
sé que no es con la intención de leerme poemas.
Cocina sopas soberbias con facilidad,
y su café no se derrama sobre manuscritos.
En muchas familias nadie escribe poemas,
pero cuando no es así, rara vez es uno solo.
A veces la poesía fluye en cascadas de generaciones,
lo cual instala temibles remolinos en las relaciones familiares.
Mi hermana cultiva una decente prosa hablada,
toda su producción literaria está en tarjetas postales
que prometen la mismo cada año:
que cuando vuelva,
nos va a contar todo,
todo,

todo.


27 febrero. La princesa y el granuja, Benito Pérez Galdós y un poema de Ángel González.

En nuestra primera reunión tras las navidades, comenzamos el ciclo de cuentos del Club de Lectura de esta mediateca, Anabel Segura.
Durante este año se celebra el centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós y Alcobendas se ha volcado en un programa de conferencias, lecturas, cine-forum, presentaciones y eventos en torno a su figura. Todos los meses tanto las asociaciones como las áreas de cultura del Ayuntamiento, convocan diferentes actos para todas las edades y todos los públicos.


Nuestro club de lectura se ha celebrado, en esta primera reunión en abierto, con un cuento conmovedor sobre un niño abandonado en las calles de Madrid del Siglo XIX, La princesa y el granuja. 

Además de su ingente obra literaria, Galdós publicaba piezas menores: cuentos y artículos periodísticos. Así que, en este primer encuentro, hemos leído, La princesa y el granuja. 

La princesa y el granuja (1877) es la historia de Pacorrito, un niño que se gana el sustento voceando periódicos y vendiendo cerillas y otras cosas pequeñas por las calles madrileñas. El cuento forma parte de una docena de narraciones que Galdós publicó entre 1865 y 1897 y es denominado por los galdosistas como inverosímil. 

¿Se duerme Pacorrito o ha muerto? Es uno de los temas de nuestra reunión. Aunque el título dice, el granuja, el texto no insinúa en el niño (7 años) comportamientos propios de un adulto, pícaros o doble intención en su conducta. Es un niño miserable tratado con la dignidad habitual con la que el escritor aborda la pobreza y a los más desfavorecidos.

Destacamos el humor galdosiano, la transición de la realidad al sueño o la profunda compasión que siente el lector ante el destino, convertirse en una figura de adorno, del protagonista.

Para finalizar, leemos un poema de Ángel González.


Quédate quieto - Ángel González



Deja para mañana
lo que podrías haber hecho hoy
(y comenzaste ayer sin saber cómo).
Y que mañana sea mañana siempre;
que la pereza deje inacabado
lo destinado a ser perecedero;
que no intervenga el tiempo,
que no tenga materia en que ensañarse.
Evita que mañana te deshaga
todo lo que tu mismo
pudiste no haber hecho ayer.



Reuniones otoño 2019                                                                              

Si tienes interés, puedes leer mi libro Cómo organizar un club de lectura. 


3 octubre.  84, Charing Cross Road,  Helene Hanff
17 octubre. El callejón de los milagros, Naguib Mahfuz
7 noviembre. Barrio de maravillas, Rosa Chacel
21 noviembre. La ciudad de la alegría,  Dominique Lapierre
12 diciembre. El dios de las pequeñas cosas,  Arundhati Roy

12 diciembre. El dios de las pequeñas cosas,  Arundhati Roy y un poema de R. Tagore. 

En esta última reunión del año, continuamos en la India pero con una lectura muy diferente. Se trata de la novela El dios de las pequeñas cosas de la escritora Arundhati Roy. Arquitecta de formación, Roy ha dedicado buena parte de su actividad a escribir ensayos, rodar películas y ser activista social. La escritura de novelas no es su dedicación principal y durante nuestro encuentro comentamos que es una pena por la calidad de su escritura.

El dios de las pequeñas cosas es la historia de dos gemelos en el marco de una familia de tocables de la nueva burguesía medio-alta que se formó en la India desde su industrialización o desigual desindustrialización. La madre de los niños, divorciada, ha de regresar al entorno familiar para poder seguir adelante. Sus planes de independencia económica junto a sus hijos son apenas una fantasía y una relación con un intocable desencadena los mecanismo de represión sutiles o brutales hasta acabar con quien se atreve, en la India de finales de los setenta, a romper con prejuicios de casta o una estructura fuertemente patriarcal.

Leemos en voz alta varios párrafos de la novela que a veces son poemas más que prosa, admiramos cómo es capaz de comprimir ideas o reflexiones en apenas diez líneas: desde el papel del comunismo que no cuestiona en la India el sistema de castas, la sumisión feudal de los situados en las escalas más bajas de su sociedad a los considerados superiores e incluso una reflexión sobre los clásicos en literatura.



El dios de las pequeñas cosas vendió más de 6 millones de ejemplares y fue traducido a decenas de idiomas, además de recibir diferentes premios. Coincidimos en que la novela lo merece. Roy, que acaba de publicar su segunda novel después de más de veinte años, introdujo algunos elementos en esta, según parece biográficos como la madre de los gemelos que tendría rasgos de su propia madre. 

Nuestra anterior lectura, La ciudad de la alegría es en opinión de algunos asistentes una lectura preferida a esta, refiriéndose al mismo país, por su estilo ágil y la variedad de situaciones y personajes.

Por último leemos dos poemas de Tagore, el gran poeta y Premio Nobel nacido en Calcuta.

Juguetes y Las flores de primavera salen. Rabindranath Tagore




Juguetes

¡Qué feliz eres, niño, sentado en el polvo,
divirtiéndote toda la mañana con una ramita rota!
Sonrío al verte jugar con este trocito de madera.
Estoy ocupado haciendo cuentas,
y me paso horas y horas sumando cifras.
Tal vez me miras con el rabillo del ojo y piensas:
«¡Qué necesidad perder la tarde con un juego como ese!»

Niño, los bastones y las tortas de barro
ya no me divierten; he olvidado tu arte.
Persigo entretenimientos costosos
y amontono oro y plata.
Tú juegas con el corazón alegre con todo cuanto encuentras.
Yo dedico mis fuerzas y mi tiempo
a la conquista de cosas que nunca podré obtener.
En mi frágil esquife pretendo cruzar el mar de la ambición,
y llego a olvidar que también mi trabajo es sólo un juego.


Las flores de la primavera salen...

Las flores de la primavera salen,
como el apasionado dolor del amor no dicho;
y con su aliento, vuelve el recuerdo de mis canciones antiguas.
Mi corazón, de improviso, se ha vestido de hojas verdes de deseo.
No vino mi amor, pero su contacto está en mi cuerpo
y su voz me llega a través de los campos fragantes.
Su mirar está en la triste profundidad del cielo, pero
¿dónde están sus ojos? Sus besos zigzaguean por el aire,

pero sus labios, ¿dónde están?


21 noviembre. La ciudad de la alegría,  Dominique Lapierre y un poema de Javier Bozalongo.  

En esta ocasión, leemos un libro que a pesar de los años transcurridos desde que se editó, nos impresiona como si hablara de hechos ocurridos hoy en día. La ciudad de alegría de Dominique Lapierre ha vendido millones de ejemplares, ha sido llevado al cine y traducido a decenas de lenguas.

Coincidimos en que hemos podido leer este libro sobre la pobreza más absoluta de los suburbios miserables de Calculta porque junto a ella existe la solidaridad y la compasión, ayudar al otro y consolarlo. Incluso, a veces, belleza.

Nos conmueve y nos horroriza a partes iguales las historias de Hasari y su familia, un campesino que emigra junto a su mujer y sus hijos buscando alguna oportunidad en Calcuta en donde encuentra al menos, el poder tirar de un rickshaw. Las descripciones del olor pestilente de las miles de chabolas de La Ciudad de la Alegría, los insectos, las ratas y las inmundicias en las que viven estos desheredados de la tierra nos lleva a preguntarnos por qué las autoridades de su país no hacen algo por ellos.

¿Sería posible sumergirse en este lugar si no fuera con la fe del sacerdote Paul Lambert o del médico americano que por su profesión, ayuda a leprosos, niños desnutridos y hombres y mujeres atacados por la tuberculosis. ¿Si no es con una ideología o una fe o el sentido de una misión, puede soportarse ver cómo cientos de personas mueren sin salir nunca de una existencia en la más absoluta de las miserias?

A la reunión llevamos recortes de prensa, que denuncian hoy en día que hay más de tres millones de eunucos, que la pobreza de los suburbios sigue siendo terrible, que las mujeres continúan en una discriminación inimaginable.



Nos preguntamos acerca de cómo podría clasificarse este libro, ¿reportaje periodístico? ¿crónica novelada? La ciudad de la alegría continúa en la senda abierta por el llamado nuevo periodismo que ha recibido con el premio Nobel al trabajo de la biolorrusa Svetlana Alexievich por fin, el reconocimiento que merecía. Una crónica de hechos reales que utiliza los recursos de la literatura para transmitir a su audiencia un tema con profundidad y emoción.

Para finalizar leemos un poema de Javier Bozalongo.

Mundo vegetal de Javier Bozalongo



MUNDO VEGETAL
Cuando alguien de mi edad
cuenta cómo robaban nidos
al salir de la escuela,
nunca pienso en los pájaros
sino en mi propia infancia,
niño en ninguna parte satisfecho:
ajeno a la ciudad de los inviernos
y ajeno a los veranos en el pueblo.
Los árboles que guardo en la memoria
no custodian un río,
están en una plaza dando sombra,
hacen de portería en el colegio,
esconden los primeros besos.
Si son muchos, desde la ventanilla
confundimos sus nombres,
no hablen al conductor,
no escupan, no blasfemen,
rezaban los carteles de aquellos autobuses.

Mi mundo, vegetal, no es de este reino.

7 noviembre. Barrio de maravillas, Rosa Chacel con Ana Rossetti 


Esta sesión de nuestro club de lectura ha sido muy especial. Invitamos a la poetisa Ana Rossetti a que viniera a nuestra reunión a charlar sobre el Barrio de maravillas, ahora Malasaña, del que es vecina y también de Rosa Chacel, una de sus escritoras favoritas a la que conoció personalmente.

Ana nos habló de la escritura de Chacel, que es la definición de lo que consideramos literatura, de su dificultad para el lector y de la necesidad de leerla muy despacio e incluso volver a leerla varias veces para apreciar su singularidad. "Es una escritura sin anécdotas en la que aparentemente no pasa nada pero cuando vuelves sobre el texto te das cuenta de lo que, de manera elusiva está diciendo".

El carácter siempre irreductible de Chacel que no le favoreció nunca en su vida social, "y era así desde los diez años", la confianza de hierro en su vocación de escritura o su negativa a ser integrada en grupos, camarillas o etiquetas que la hubieran favorecido para ser más conocida en vida. 

"Ella estuvo fuera de España cuando aquí la Generación del 27 a la que pertenecía estaba escribiendo y dándose a conocer. Después, se fue a Grecia para acabar en el exilio en Brasil y allí se negó a ser etiquetada como exiliada".




Ana habló de sus otras novelas, Memorias de Leticia Valle o La sinrazón y dio la clave para apreciar a Chacel: simplemente disfrutar de su lenguaje. Hay que olvidarse de ir persiguiendo qué va a pasar, cuál es la trama.

Para finalizar, le pedimos que leyera uno de sus poemas y le dimos las gracias por su amabilidad al venir y su generosidad al compartir con nosotros su fascinación por Rosa Chacel. Cerramos la sesión con un gran aplauso. Éste fue el poema que nos leyó. 


Qué será ser tú
Qué será ser tú.
Éste es el enigma, la atracción sobrecogedora
de conocer, el irresistible afán de echar el ancla
en ti, de poseerte.
Qué será la perplejidad de ser tú.
Qué, el misterio, la dolencia de ser tú y saber.
Qué, el estupor de ser tú, verdaderamente tú y,
con tus ojos, verme.
Qué será percibir que yo te ame.
Qué será, siendo tú, oírmelo decir.
Qué, entonces, sentir lo que sentirías tú.

Ana Rossetti
(Punto umbrío, 1996)


El callejón de los milagros, Naguib Mahfuz y un poema de Juan Bonilla 
En esta ocasión, leemos y para muchos de nosotros es una relectura que no ha perdido con el tiempo, al gran novelista egipcio y Premio Nobel Naguib Mahfuz. El callejón de los milagros es una de sus novelas más reconocidas que fue incluso, llevada al cine.

Esta callejuela en donde conviven el dueño del café, los panaderos, un hacedor de mendigos, un joven aprendiz de barbero y un buen puñado de personajes, se presentan ante el lector con la habitual simpatía con que Mahfuz trata las vidas minúsculas, insignificantes de la gente. Sus conflictos, sus amores, su lucha por sobrevivir se despliegan ante el lector con los atributos que le dieron fama: extraordinaria precisión psicológica, un lenguaje a menudo poético, unos diálogos vivos y un profundo lamento acerca de la incapacidad del moderno Egipto para ofrecer vidas más dignas a sus empobrecidos habitantes.

En nuestra reunión elegimos nuestro personaje preferido: el bueno de Abbas o la ambiciosa Hamida, el doctor Bushi o Zaita el deformador, la coqueta señora Afifi, el botarate Housaini.

Leemos en voz alta algunos párrafos en donde Mahfuz explica el estado psicológico por el que el enamorado Abbas finalmente, desea vengarse de su amada o las esperanzas de la señora Afifi al volver a casarse con 50 años, el viejo Salim Alwan que tras un infarto se vuelve un amargado que rechaza a los hijos y a su esposa.

Destacamos el humor bondadoso y también la ternura con la que Mahfuz describe a un niño de 14 años alcoholizado.



Sólo la guerra y los soldados ingleses representan una posibilidad de ganar algo más de dinero, tener agua corriente y electricidad. El barrio que es un microcosmos de Egipto, parece por contraste anclado en un tiempo sin tiempo en el que las vidas de sus habitantes apenas pueden ir más allá de sobrevivir al día a día, quizá casarse y sacar adelante a sus hijos.

¿Azar o destino? Nos preguntamos durante nuestra tertulia. Es decir, ¿una visión del mundo moderna, racional, en la que somos hacedores de nuestro destino o religiosa en la que todo está escrito y sólo cabe exponernos a lo que nos deparen los cielos? ¿Comparte Mahfuz-autor, la creencia de que ambicionar algo más que la pobre callejuela en donde uno nace es tentar a los dioses, salir del destino prefijado y por tanto, habitar un infierno?

Para finalizar, como es habitual en nuestros clubes de lectura, leemos un poema del jerezano Juan Bonilla que cierra en esta idea, nuestra lectura.

No volverás a ser joven de Juan Bonilla



No volverás a ser joven (ni falta que te hace) - Juan Bonilla

Imitación de Gil de Biedma

Que la vida no va en serio
lo empezamos a comprender muy pronto.
Como todos los jóvenes vinimos
fundamentalmente a hacer el tonto.

Ni dejar huella ni
domar el lento potro
del miedo a envejecer, morir. Morirse
una fea costumbre de los otros.

Pero ha pasado el tiempo
y no nos divertimos en la feria
del mundo. Sólo aprendimos esto:
que la vida no es seria.

De todos los que pudimos ser
en el espejo no nos queda nadie.
Eso es envejecer:
cualquier futuro ya nos viene grande.

84, Charing Cross Road,  Helene Hanff y un poema de Ángela Vallvey   


Empezamos la temporada otoñal con un libro pequeño que narra los pedidos que una escritora de guiones americana hace a una librería londinense de segunda mano en 1950. 84 Charing cross Road se reedita año tras año y en diferente formatos lo que da idea de su popularidad.

Ha sido lleva al cine y al teatro en versiones que también han sido muy bien acogidas por los lectores, que tampoco es muy habitual. Helene Hanff, su autora, parece que acertó cuando se le ocurrió dar a su editor parte de la correspondencia que mantuvo durante más de veinte años con su librero londinense.

En general, nos ha gustado el libro y nuestra primera pregunta surge cuando especulamos hasta qué punto, las cartas se han retocado literariamente. Desde luego, se hizo un trabajo de selección pero ¿se las pulió después? y, entonces ¿lo que hemos leído es también ficción?

Charlamos acerca de si hay una historia de amor o sólo afecto entre Helene y Frank, el empleado de la librería que la atiende y de la sorpresa que nos ha producido el racionamiento draconiano que sufrió Gran Bretaña tras la II Guerra Mundial.

Helene al saber que tienen tantas carencias de alimentos y aunque no gana mucho dinero como guionista, envía a los empleados de la librería desde un jamón de tres kilos a unas medias de nylon. A todos les conmueven su generosidad.




Intercambiamos opiniones acerca de qué es lo que hace que funcione tan bien este libro: la personalidad llena de humor y simpatía de Helene frente a la contención de Frank, su lenguaje sencillo, ser una historia real. Leemos en voz alta algunos párrafos e incluso algunas cartas completas para apoyar nuestras opiniones.

A la reunión llevamos el poema Miniver Cheevy de Edwin Arlington Robinson porque Helene dice, en una de sus últimas cartas que se siente una mini Cheevy, alguien fuera de la época en la que le ha tocado vivir.

Para finalizar, el próximo 25 de octubre, La Asociación Literaria Paréntesis celebra su cineforum a las 1830h. en Casa de las Asociaciones, calle Cáceres, 18 con la versión para el cine de este precioso libro.

Finalizamos la reunión, como es habitual, con un poema, en esta ocasión de Ángela Vallvey.



Campesina europea en tiempos de guerra,  Ángela Vallvey 




Campesina europea en tiempos de guerra
(mediados del siglo XX)

Sé cultivar la tierra como un hombre.
He criado cinco hijos,
y todos fueron a la escuela
para aprender lo que está bien y mal.
Al mediodía, tengo la comida preparada,
hago ganchillo y vuelvo a los campos
tirando de la vaca,
con un cántaro de leche vacío
y un fardo de jaras secas a la espalda.
En la casa, cuido de los críos
cada atardecer.
Remiendo la ropa y doy
de comer a cerdos y gallinas,
cocino la cena, lavo los platos,
meto a los niños en la cama,
pongo un poco de orden.
Cuando él estaba,
esperaba a mi marido junto al fuego y,
si era necesario,
en el lecho saciaba su sed.
Ahora, él lucha lejos y,
si la guerra termina y sólo yo quedo con vida,
seré el caballo, si hace falta,
seré el buey y la esposa,
el hombre de la casa
y el cielo azul tras la ventana.



Reuniones primavera-verano, 2019

11 de abril. La muerte de Ivan Illich. Lev Tolstoi
23 de abril. El guardián entre el centeno. La reunión tiene lugar en Centro de Arte, Alcobendas.
16 de mayo. Farándula. Marta Sanz
30 de mayo. Un jardín en brujas. Charles Bertin
Junio. Salida


Si tienes interés, puedes leer mi libro Cómo organizar un club de lectura. 


Un jardín en brujas de Charles Bertin y un poema de Anne Sexton 

En nuestra última sesión de esta temporada, leemos una miniatura: Un jardín en brujas de Charles Bertin editada por Errata Naturae. Un hombre en su vejez años rememora los veranos felices junto a su estrambótica abuela. De los 5 a los diez años, el autor pasó los meses estivales entre el frescor del jardín y su benevolente atención.

Bertin es un autor belga desconocido en España y este libro se ha traducido recientemente. Según parece, Charles Bertin tuvo una vida anodina como alto funcionario en el aparato del Estado francés pero es autor de una obra rara y exquisita.

En algunos momentos, a algunos de nosotros nos cuesta seguir las descripciones tan nostálgicas y poéticas del frescor del jardín, de la luz sobre la escalera, del olor del desván. Sin embargo, a todos nos parece conmovedora la relación entre la abuela y su nieto.

Al hilo de la lectura, señalamos cómo esta pequeña historia nos puede enseñar a escribir sobre nuestra biografía o marrar hechos que se han vivido en nuestra familia y que queremos rememorar.


En primer lugar, el libro comienza con su abuela tocando una trompeta subida a un taburete en el jardín para anunciar que es el cumpleaños de su nieto. Capta la atención del lector con mucho sentido del humor. Una constante en toda la obra.

Los pequeños hechos cotidianos como el traslado del abuelo, un ferroviario, son descritos con un enorme cariño pero utiliza palabras que dan a estas pequeñas zozobras cotidianas, la dimensión de una aventura épica. Y quizá sea así. ¿Acaso en la vida de la mayoría de nosotros no es un gran acontecimiento vivir en un lugar o en otro, tener un hijo o disfrutar junto a un nieto?

En una vida cotidiana que transcurre plácida, los momentos en que la rutina se rompe han de ser descritos con la significación que tienen. La abuela de Charles Bertin añadía en muchos casos, algo de teatralidad para intensificar algunos momentos. El mejor ejemplo es la excursión en bicicleta.

También charlamos acerca del estilo de su escritura. A pesar de que Bertín ha fallecido en 2002, parece escribir en una cadencia propia del Siglo XIX. Es un logro, puesto que el tiempo vivido con su abuela fue, efectivamente, antes de la II Guerra Mundial y ha sabido recrear muy bien la atmósfera de aquella época.

Nadando al desnudo, Anne Sexton

Para finalizar leemos un poema en prosa de Manuel Vilas y otro de Anne Sexton.

Nadando al desnudo
Anne Sexton
En el sudoeste de Capri
encontramos una pequeña gruta desconocida
donde no había nadie y
la penetramos completamente
y dejamos que nuestros cuerpos perdieran toda
su soledad.

Todo lo que hay de pez en nosotros
escapó por un minuto.
A los peces reales no les importó.
No perturbamos su vida personal.
Nos deslizamos tranquilamente sobre ellos
y debajo de ellos, soltando
burbujas de aire, pequeños
globos blancos que ascendían
hasta el sol junto al bote
donde el botero italiano dormía
con el sombrero sobre la cara. 
Un agua tan clara que se podía
leer un libro a través de ella.
Un agua tan viva y tan densa que se podía
flotar apoyando el codo en ella.
Me tendí allí como en un diván.

Me tendí allí como si fuera
la Odalisca roja de Matisse.

El agua era mi extraña flor.
Hay que imaginarse una mujer
sin toga ni faja
tendida sobre un sofá profundo
como una tumba.

Las paredes de esa gruta
eran de todos los azules y
dijiste: “¡Mira! Tus ojos son color mar. ¡Mira! Tus ojos
son color cielo”. Y mis ojos se cerraron como si sintieran
una súbita vergüenza.



Farándula de Marta Sanz y un poema de Juan Manuel Romero

Nuestra lectura de Farándula no nos ha dejado indiferentes. Algunos de los asistentes no han podido terminarlo, otros han terminado la novela sólo por debatir conociendo a fondo el texto. A una minoría les ha entusiasmado.

Es habitual que cuando planteamos textos premiados y que hayan causado impacto cuando los recibieron los lectores, Farándula es junto a Clavícula lo más leído de Marta Sanz; si no conseguimos conectar con el texto nos preguntemos el motivo.

En primer lugar está su manera de utilizar el lenguaje, amontonando descripciones, sinónimos, adjetivos... y que, sin embargo, no terminan de definir lo que se quiere decir. Es tarea del lector hacerlo. En algunas ocasiones, este exceso nos satura. Leemos en voz alta cuándo estas descripciones tumultuosas son un acierto.

Nos preguntamos si el acierto del texto es haber retratado de manera correcta el mundo del teatro y en concreto de los actores que apenas sobreviven en España ejerciendo su profesión. Aportamos algunos textos al respecto, el estudio de AISGE  y el realizado por Comess Group. La situación, concluimos, para los actores desde que Marta Sanz publicó Farándula es aún peor. En este sentido, la novela es fiel a la realidad.


Sobre la trama, nos hacemos la pregunta de qué va la novela, si tuviésemos que recomendarla a alguien ¿cómo la resumiríamos? Tenemos dudas. Descartamos que sea una novela coral. Sabemos el tema, podemos citar un personaje pero no describir una trama a la manera convencional como hacemos con otras novelas.

En la reunión, llevamos un extracto de entrevistas a la escritora en donde explica prolijamente el fondo de Farándula: la precariedad en la profesión, los excesos de los actores, si han de ser de escasa inteligencia para desempeñar su trabajo, sin han de tener buen físico, qué ocurre cuando se posicionan políticamente. Cómo el poder los tiene siempre bajo vigilancia. 

En esta posición ideológica que Marta Sanz siempre explica en sus entrevistas subyace en sus textos pero también en cómo intenta formarlos. Sanz renuncia en Farándula a la trama en la idea de que una manera de contar una historia es una manera de imponer una única forma de abordar un tema. De imponerse al otro con una sola visión. Recordamos a Chimamanda Ngozi Adichie quien lo ha explicado en una charla de manera atractiva. 

En ocasiones el texto nos entusiasma: la descripción, de un personaje atrapado en una rejilla en el suelo, de la puerta del Sol; la vieja dama del teatro y su manera de fastidiar a quien la cuida, los actores comprometidos que han luchado por la dignidad de la profesión y su vida cotidiana.

Igual que quien injerta... un poema de Juan Manuel Romero

Para finalizar y como es habitual en nuestros clubes de lectura, leemos un poema que contrasta con el tono del texto de Marta Sanz, para darnos un bello respiro.


Igual que quien injerta
sobre la rama abierta el brote nuevo,
así te llevo en brazos al dormirte.

Me ha pesado entender que dando vida
estás atándote a la vida,
y creces cuando ayudas a crecer.

Cada día me ato más a ti
para que corra el tiempo por nosotros.

Te llevo en brazos
pero eres tú quien me sostiene.

  El guardián entre el centeno, J.D. Salinger y un poema de Robert Burns 

En esta ocasión, celebramos nuestra reunión sobre El guardián entre el centeno en el Centro de Arte, en su sala de exposiciones, repleta de obras de arte y con una luz natural extraordinaria porque la pared en donde están nuestras sillas es de cristal. Es un lugar precioso y lo comentamos antes de empezar.

Esta lectura, en abierto, a la que acuden otros lectores que no pertenecen al club de lectura, se incluyó en la programación de la Semana del Libro de Alcobendas.

Como es habitual, se ha preparado en fotocopias para los asistentes una entrevista del autor y algunos datos en torno a la novela, además de los versos del poeta romántico escocés Robert Burns del que J.D. Salinger toma el título.

Para empezar comentamos de manera breve la biografía del autor y la fecha de la publicación del libro. También algunas anécdotas en torno a este texto que es prácticamente una leyenda en la que hay lectores que afirmaron asesinar por él, negativas a que se lleve al cine, más de 60 millones de copias vendidas al año y unas 250.000 al mes hoy en día.

En cuanto a las cifras de ventas, surge la pregunta de si no seguirás siendo tan altas porque es texto obligatorio en muchos institutos de Estados Unidos. Algunos de los asistentes comentan que también aquí, en algunos centros de secundaria o bien es lectura obligatoria o, al menos recomendada.

Nos planteamos si el libro también tiene como mérito haber captado por primera vez la voz de un adolescente. Si la infancia es visible a partir del Siglo XVIII -antes los niños en el Arte eran adultitos y no niños-, la Sociología considera que la adolescencia es una etapa vital nueva de experiencias compartidas comunes después de la II Guerra Mundial por tres razones: la educación secundaria masiva, la legislación laboral que deja fuera a esta edad del trabajo nocturno y las jornadas extenuantes; y las nuevas leyes penales que los separan de los adultos.

Otros aspectos del libro nos llevan a valorar la calidad del texto: cómo refleja la pérdida de la inocencia, las repeticiones del lenguaje de Holden que son las de cualquier adolescente, su comportamiento a ratos infantil y a ratos como un adulto, el encuentro con su hermana pequeña, su deseo de salir al mundo y volver a casa, su relación ambivalente con sus profesores.

Comentamos también, los diferentes títulos que tuvo la obra antes del definitivo y cuál nos parece más apropiado.


Intentamos separar si este libro es para nosotros, adultos y lectores, un texto sin interés pero con mérito para merecer la pena su lectura o consideramos que, finalmente, está sobrevalorado.

Salinger, puede afirmarse, es autor de un solo libro de cuyos derechos vivió toda su vida. Su comportamiento excéntrico, aislado en una zona apartada, ¿fue por que no tenía nada más que decir? o ¿ese encierro le apartó de la posibilidad de la escritura sumiéndole en una auto-contemplación estéril hasta su fallecimiento?

A lo largo de la reunión, charlamos sobre cómo es posible escribir un texto como éste, con su ternura y sus imágenes poéticas, mientras se lucha en una guerra tan atroz como la II Guerra Mundial, una participación que le supuso al soldado J.D. Salinger estrés postraumático del que nunca, según sus biógrafos, se recuperó. Una paradoja que, apreciemos o no el texto, es digna de mencionar.

A través del centeno, Robert Burns

Para finalizar, leemos el poema del que J.D. Salinger extrae el título de su novela, aunque el episodio al que se refiere, no es una interpretación literal del texto.



A través del centeno, pobre chica,
A través del centeno,
Arrastraba las enaguas.
A través del centeno.
Si dos personas se encuentran
A través del centeno,
Si dos personas se besan.
¿Tiene alguien que llorar?
Si dos personas se encuentran
A través de la cañada;
Si dos personas se besan,
¿Tiene el mundo que saberlo?
Jenny es una pobre chica empapada;
Jenny casi nunca esta seca;
Arrastraba las enaguas,
A través del centeno.
La muerte de Ivan Illich de Lev Tolstoi y poemas de Anna Ajmátova y Marina Tsvetáyeva 

Esta primera reunión de nuestro club de lectura es toda una prueba para un lector ya que nos enfrentaremos a uno de los más angustiosos textos que ha dado la literatura: un hombre moribundo es consciente de que su vida, entregada a lo que la sociedad espera de él, es una impostura.

El protagonista nos inspira a veces compasión y otras, nos resulta antipático por su única preocupación vital: ser miembro de éxito de los altos funcionarios del estado.

Nos preguntamos acerca del motivo de Tolstoi para comenzar la narración anticipando que el protagonista ha fallecido. Comentamos que nos recuerda a Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez y que quizá, de esta manera, al invertir el orden lógico de los hechos, el lector queda atrapado en la lectura porque quiere saber el motivo del fastidio que la muerte de un hombre provoca en su familia y sus amigos sin que, al menos uno de ellos tenga un pensamiento caritativo.

Reparamos en la habilidad de Tolstoi para presentar en apenas un comentario y nada más comenzar el texto, a la única persona que le trató con humanidad en su agonía, un criado. Este siervo tendrá después, en la narración gran importancia.

Intercambiamos opiniones sobre la enfermedad que causa la muerte de Illich, según parece, una pancreatitis causada por el golpe que se da al caerse, mientras cuelga las cortinas nuevas. Este salón y su mobiliario son su gran orgullo y los cuida con esmero.

Algunos de nosotros habíamos leído con anterioridad, Toda una vida de Robert Seethaler, una pequeña novela en la que un campesino pobre austriaco, tras una infancia de maltrato y una vida durísima, muere tranquilamente y con agradecimiento. El contraste con el relato de Tolstoi no puede ser mayor.

En nuestra reunión, hablamos sobre los problemas de la traducción de la literatura rusa al español, de Emilia Pardo Bazán que fue la introductora de la literatura rusa en España con sus artículos y su conferencia en el Ateno sobre los grandes novelistas rusos del Siglo XIX. Charlamos sobre la labor de Selma Ancira, una de las mejores traductoras de Tolstoi al español y repasamos de manera somera algunos de los datos de la biografía de Tolstoi.



Poemas de Anna Ajmátova y Marina Tsvetáyeva 

Finalizamos nuestra reunión con dos poemas de dos grandes autoras rusas.

Cuando escuches el trueno me recordarás...

Cuando escuches el trueno me recordarás
y tal vez pienses que amaba la tormenta...
El rayado del cielo se verá fuertemente carmesí
y el corazón, como entonces, estará en el fuego.

Esto sucederá un día en Moscú
cuando abandone la ciudad para siempre
y me precipite hacia el puerto deseado
dejando entre vosotros apenas mi sombra.



                                         Marina Tsvetáyeva

Abandonados en el polvo de la tienda
(¡donde nadie los compraba ni los compra!)
mis poemas, como vinos exquisitos,
esperan su tiempo.                                 



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