miércoles, 11 de enero de 2023

Club de Lectura Parque Conde de Orgaz - Nueva temporada 2023 - Coordinadora, Maribel Orgaz


El Club de Lectura Parque Conde de Orgaz comienza nueva temporada.

El horario de la mañana es de 10h. a 12h. 

Lecturas anteriores de septiembre - diciembre 2022

Lecturas anteriores de la temporada mayo y junio 2022

 Puedes leer aquí un resumen de todas las reuniones anteriores del grupo de mañana

 Puede leer aquí un resumen de todas las reunionesdel grupo de tarde



23 de marzo. Una mujer de Annie Ernaux. Un poema de Manuel Rivas. 

Cerramos el mes de marzo con la lectura de una de novelas de la Premio Nobel francesa, Annie Ernaux: Una mujer que comienza con el fallecimiento de la madre de la escritora.

Hablamos sobre su manera de escribir, distanciada quizá hasta cruda a a veces pero honesta y valiente, que a menudo contiene una gran emoción.

Ernaux habla sobre su origen campesino, de su madre que tanto hizo por lograr que ella tuviera una buena educación y tuviera un destino más allá de su pueblo. 

Coincidimos en que no hay idealización de su lugar de nacimiento, ni tampoco un tono elegiaco para describir la vida de su madre, habla sobre cómo logró escapar del alcoholismo en el que casi todas sus hermanas y hermanos cayeron, de cómo fue el pilar de su familia y su gusto por aprender y leer novelas. 

Leemos párrafos en los que la escritora a través del devenir de su madre y su propia familia, habla del entorno social y su época. Su abuela no pudo ser maestra porque la familia se lo impidió, su madre logró abrir una tienda y ella logra ser profesora de instituto y finalmente, una gran escritora.

La enfermedad mental de los últimos años de su madre es descrita, por así decir, de manera implacable y cómo la autora se debate entre querer cuidarla siempre y su aceptación de que sólo en una residencia pueden hacerse cargo de su progresivo y enorme deterioro.

Charlamos acerca del género que Ernaux ha casi inventado o ha elevado a una excelencia de la que carecía anteriormente: la autoficción o autosociobiografía. Somos lo que somos porque habitamos en un tiempo concreto y una época concreta. Y que las vidas corrientes, lo que pasa a cualquier persona, por muy corriente que pueda parecer, es digna materia de la literatura. 


Para finalizar leemos un poema de Manuel Vilas. 



Redención 
Dime una palabra amable antes de que termine el día.
Me dijiste “cariño, tienes que ser fuerte, no puedes
depender de esa gente, estás muy cansado,
olvídalos, ayúdame a recoger el lavavajillas”,
y yo miraba la noche de octubre con sus estrellas
entrar en nuestra casa, iluminar nuestros cuerpos,
vaciar nuestras almas, y tú dijiste “cena algo,
hay un poco de arroz en el horno, cena algo, cariño,
come algo, y olvídate de todas esas ideas absurdas
sobre el odio y el fracaso, ese arroz está divino”.
Dime una palabra amable antes de que termine el día. 

9 de Marzo, Lavandería Ángel e Inmanejable de Lucía Berlin. Un poema de Robert Graves.


En nuestra primera reunión del mes de marzo, leemos dos cuentos de Lucia Berlin, Inmanejable y Lavandería Ángel.

El primero de nuestros cuentos, de muy pocas páginas, Inmanejable, describe a una mujer alcohólica, madre de varios niños, que se despierta con síndrome de abstinencia y el segundo, Lavandería Ángel trata de una mujer que va a hacer la colada semanal en una lavandería de un barrio pobre.  

Elogiamos que Lucia Berlin no recurra a lo sórdido o la miseria moral, que sería muy fácil en ambos cuentos y que en cambio las narraciones estén salpicadas de toques de humor e instantes de belleza. 

También nos gusta su estilo sencillo, cómo evita siempre caer en la autocompasión o el victimismo y cómo en cualquier circunstancia, sus protagonistas mantienen la dignidad pese a que una madre camina tambaleante por la calle para lograr un poco de alcohol que le quite los temblores o que un hombre la invite a ir a su furgoneta mientras ambos esperan a que se lave la ropa.

El indio de Lavandería Ángel no puede ni echar unas monedas en la lavadora por el temblor de sus manos y llega a perder el conocimiento en el asiento de la lavandería pero en ningún momento es juzgado por Lucia Berlín. 

En Inmanejable, un chico de 13 años le dice a su madre que sólo un hospital la sacará del alcoholismo, el tono del diálogo es sombrío pero no de miseria moral.

En ambas narraciones hay breves descripciones de belleza, el color del pelo de una chica joven tan bonito como un cuadro, el tono turquesa de un barreño.

En cualquier momento, parece reconocer la escritora, puede surgir algo hermoso y todas las personas tienen algo bueno: el ama de casa alcoholizada no deja de limpiar su casa y atender a sus hijos, sus manos con manchas y poco cuidadas son toda una biografía. El indio que dice ser un gran jefe de la tribu lava humildemente su ropa cada semana.

Para finalizar, leemos un poema de Robert Graves. 




¿Debiera inquietarme?

«¿Debiera inquietarme?», preguntó ella, «siendo mío su corazón,
si su cuerpo es de otra?—
¿Debo anhelar niños y un cordel de ropa tendida?
Los niños, por supuesto, necesitan madres,
¿pero aún necesitan padres?
Y ahora que el dinero lo gobierna todo

debe un país necesitar un rey?»


23 de Febrero, Escucha la canción del viento de Haruki Murakami. Un poema de Carlos Marzal.

En nuestra última reunión del mes de febrero, leemos la primera novela que publicó Haruki Marukami, Escucha la canción del viento. 

Es una novela breve en la que el universo Murakami está, por así decir, prefigurado. Mujeres con un comportamiento incomprensible, la cultura americana injertada en la cultura japonesa, las referencias musicales, la combinación de elementos realistas y por así decir, fantásticos o extraños.

Charlamos acerca de esta novela que escrita a finales de los setenta se lee hoy como si se hubiera escrito ahora. 

Leemos párrafos en los que el protagonista, de veinte años, y su amigo, se pasan el día bebiendo cerveza en un bar, conocen chicas, intentan escribir. Son estudiantes a un paso de convertirse en adultos. 

La voz narrativa nos parece la de un adolescente o alguien muy joven, con mucho sentido del humor que finalmente se casa y parece encontrar su lugar en la vida junto a su esposa. 

Intercambiamos opiniones acerca de si Murakami ha logrado elaborar una literatura universal que es superventas en España, China, Estados Unidos o Reino Unido y los motivos de este éxito. Lo diferente que es su voz narrativa y su literatura a otros autores japoneses como los Premio Nobel Yasunari Kawabata o Kenzaburo Oe.

La estructura de la novela también nos llama la atención, cómo alterna párrafos largos con microhistorias o el dibujo de su camiseta, diálogos humorísticos con reflexiones acerca del proceso de escritura, o cómo la contención de los sentimientos lleva finalmente a no sentir.

Para finalizar, leemos un poema de Carlos Marzal. 




La Lluvia En Regent´s Park
Debe de estar lloviendo en Regent's Park
Y una suave neblina hará que se extravíe
la hierba en el perfil del horizonte,
los robles a lo lejos, las flores, los arriates.
Pausada, compasiva, descenderá la lluvia
hoy sobre el corazón de la ciudad,
su angustia, su estruendo,
sobre el mínimo infierno inabarcable
de cada pobre diablo.
Igual que aquella tarde en la que fui feliz,
igual que aquella lluvia
que me purificó, caritativa.
En las horas peores,
cuando el desierto avanza,
y no hay robles, ni hay hierba, cuando pienso
que no saldré jamás del laberinto,
y siento el alma sucia,
y el cuerpo, que se arrastra,
cobarde, entre la biografía,
la lluvia, en el recuerdo, me limpia, me acaricia,
me vuelve a hacer aún digno,
aún merecedor
de algún día de gloria de la vida.
La amable, la misericordiosa,
la dulce lluvia inglesa.



9 de Febrero, Mientras ellas duermen Lo que dijo el mayordomo de Javier Marías. Un poema de Henrik Nordbrandt. 


En nuestra primera reunión de febrero leemos dos cuentos de Javier Marías que ahora, al fallecer, han comenzado obtener quizá más reconocimiento frente a las novelas que quizá, se hacen en ocasiones difíciles de abordar. 

El estilo de Javier Marías es mucho más conciso en los cuentos que ganan por tanto en concentración conservando todo el universo habitual del autor.

Quizá preferimos el segundo cuento al primero, una historia inquietante sobre un mayordomo neoyorquino del que dudamos que esté en su sano juicio, o que quizá odia de manera patológica a la señora de la casa en la que trabaja. 

Charlamos acerca de si el amante entregado de nuestro primer cuento, Mientras ellas duermen, es un hombre peligroso, al borde de la enfermedad mental, si es un asesino cuando afirma que antes de que su amada se deteriore por el paso del tiempo, prefiere acabar con ella. Leemos algunos párrafos en los que Marías ha multiplicado en una escena en una piscina de noche, de manera muy hábil el progresivo oscurecimiento de un personaje que en principio parecía digno de compasión, filmando a su joven compañera en la playa obsesivamente.

A lo largo de nuestra reunión retomamos la idea de que estos cuentos se adscriben a lo que fue llamado, postcuento por el escritor Eloy Tizón del que habíamos leído, La velocidad de los jardines. 

Nuestro segundo cuento, Lo que dijo el mayordomo, parte de una hecho real. Javier Marías se quedó encerrado en Nueva York con un mayordomo en un ascensor y charlaron esperando a que funcionara de nuevo hasta poder salir. Al igual que en nuestro cuento anterior, un hombre que en principio parece un buen profesional lamentándose, se transforma paso a paso, en la mente del lector, en alguien trastornado, quizá loco o que fabula una gran mentira extraña y siniestra.  

En toda esta confesión, hay un bebé enfermo al que ni su propia madre cuida, una incineración en lo alto de un rascacielos, un funeral al que sólo acude el mayordomo. Lo que parecía una vida de lujo en una ciudad glamurosa, se transforma en este relato en una pesadilla. 


Para finalizar leemos un poema de Henrik Nordbrandt 

Seriedad
Cómo habrías amado este lugar
las piedras calientes en el límite de la playa
ahora que sol y luna
brillan con la misma fuerza
y la misma dulzura.
Y en verdad lo amarías
-pero más ahora
cuando ya no estás-
porque yo lo amo
con una nueva seriedad: aquella
con la que podría haberte amado
más que a mi propia vida.


26 de enero. Elizabeth y su jardín alemán de Elizabeth von Arnim. Un poema de Ounsi el-Hajj.

En nuestra última reunión del mes de enero, leemos Elizabeth y su jardín alemán de la australiana Elizabeth von Arnim casada con un alemán del que tomó su apellido y con el que en adelante firmaría toda su obra literaria, a pesar de volver a casarse en una segunda ocasión.

En general, nos ha gustado más la segunda parte que la primera en la que se nos hace monótona la descripción de las flores de su jardín, listados que finalmente nos soltamos porque apenas superan el formato de un inventario.

La narración es autobiográfica y narra un año en el jardín de la gran casa familiar en la que Elizabeth von Arnim encuentra belleza, tranquilidad y serenidad de espíritu. Pequeños incidentes como unas terneras que pastan sus rosas o el cochero que disfruta tanto como ella de las excursiones al mar Báltico helado salpican la narración llena de humor e ironía a veces bondadosa pero a veces, maliciosa.

Este libro publicado en 1898 supuso el comienzo de una carrera literaria reconocida en vida de la autora y sigue editándose hoy en día quizá porque la voz de la narradora es plenamente moderna. Ante las diatribas de su esposo, un patriarcal alemán sin imaginación, Elizabeth despliega un humor inteligente que a menudo hace reír al lector.

Los regalos que intercambia con su amiga año tras año, la dura vida de los campesinos polacos y rusos que aran las tierras de la familia, sus hijas llamadas por sus meses de nacimiento y no sus nombres reales componen un panorama en el que el jardín es uno de los grandes protagonistas y cómo su esplendor ayuda a nuestra autora a buscar la benevolencia, la paciencia y la dicha.

Para finalizar leemos un poema de Ounsi el-Hajj. 


La luna del reposo de Ounsi el-Hajj 


Como otros tienen un cielo y una casa
yo tengo una mujer.

Tengo una mujer como otros tienen niños.

Como los niños tienen pastores
como los pastores tienen sombra.

Tengo una mujer
como otros tienen un camino en el tiempo
y como las luces lejanas tienen una esperanza.

Vago preguntando
dónde está
como pregunta 
un hombre en los campos al sol:
dónde está.

A solas caigo con el rocío
me levanto solo con el viento
y nunca se acaba la luna de mi reposo.


12 de enero. El hombre que plantaba árboles de J. Giono y un poema de Julio LLamazares. 26 de enero. 

Comienza la nueva temporada del club de lectura Parque Conde de Orgaz con un cuento emblemático del género denominado, naturaleza escrita: El hombre que plantaba árboles del escritor francés Jean Giono que apenas es conocido en español por otra obra que no sea este relato.

Durante nuestra reunión leemos en voz alta algunos párrafos para captar el antes y el después en la manera de vivir en una región francesa en principio desolada y sin árboles y su transformación en un lugar amable y acogedor tras ser reforestado.

El protagonista del cuento es un pastor de ovejas analfabeto, viudo y que ha perdido a su único hijo y que decide plantar árboles en una tarea que le llevará toda su vida. Lo hace sin ayuda de nadie, sin hacerlo público y en una constancia que tiene sus frutos al cabo de varias décadas. 

La casa sólida en la que vive este pastor es como su tenacidad y fe en su tarea a la que se entrega de tal manera que tras vivir dos guerras mundiales continúa sin desfallecer sembrando bellotas y  plantando hayas y abedules. De esta manera, cada día ve la pequeña recompensa a su labor que se enmarca en un proyecto a largo plazo. 

Charlamos acerca de si esto es una vida llena de sentido y "contenido" y la dificultad que encontramos todos acerca del compromiso con un proyecto, de que nos entreguemos a algo más grande que nosotros mismos, por así decir. La generosidad y confianza que se necesitan para ello.

Sobre el género de naturaleza escrita que tiene un auge creciente en la actualidad, comentamos sus orígenes y algunos de sus autores emblemáticos como es el norteamericano Barry López, recientemente fallecido, de quien leemos una página de una de sus obras. En España nuestro representante más significativo sería Miguel Delibes. 

Para finalizar leemos un poema de Julio Llamazares que está considerado un poeta de la Galicia rural. 

 

De nuevo llega el mes de las avellanas y el silencio...
De nuevo llega el mes de las avellanas y
el silencio.
 
Otra vez se alargan las sombras de las torres
la plenitud azul del huerto familiar.
 
Y en la noche se escucha el grito desolado
de las frutas silvestres.
 
Sé muy bien que éste es el mes de
la desesperanza.
 
Sé muy bien que, tras los mimbres lánguidos
del río, acecha un animal de nieve.
 
Pero era en este mes cuando buscábamos orégano
y genciana, flores moradas para aliviar
las piernas abrasadas de las madres.
 
Y recibo el recuerdo como una lenta lluvia
de avellanas y silencio.




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