Este club de lectura se dedica al cuento y los materiales se entregan fotocopiados en la biblioteca antes de cada sesión y se envían por correo electrónico.
¿Quieres coordinar tu propio club de lectura? echa un vistazo a este pequeño manual que publiqué en la editorial Bercimuel en versión digital. Cómo organizar un Club de Lectura.
16 de noviembre. Cuentos de Abdulrazak Gurnah, un poema de Euphrase Kezilahabi.
Cerramos nuestro mes de noviembre, dedicado a los premio Nobel africanos, con un texto autobiográfico de Abdulrazak Gurnahfinalizar, un cuento: Jaulas, y varias micronarraciones.
Leemos casi párrafo a párrafo la encrucijada de este autor, reflejada en Escritura y lugar, que como él mismo escribe, es una situación vital cada vez más frecuente en otras personas: su lengua materna es una, su educación escolar transcurrió en otra lengua distinta vehiculando una cultura que no existía en su vida cotidiana, en la calle o en la mezquita.
Gurnah se plantea como africano que ha estudiado su carrera universitaria en Gran Bretaña y que escribe en una lengua ajena, no sólo su situación individual como extranjero en otro país, también sobre qué temas puede escribir y para quién escribe, a qué lectores se dirige.
Esto nos ha dado pie a un debate con muchas preguntas, acerca de las lenguas y cómo se desarrollan en nosotros, cómo están ligadas a nuestra infancia o nuestra afectividad. También sobre los autores que se ven obligados a abandonar sus países de origen por la situación política y la inestabilidad social.
Del cuento, Jaulas, coincidimos que es muy duro. Un joven o quizá adulto, porque nos hemos dividido en cuanto a la posible edad del protagonista, vive en una tienda encerrado e incluso nos planteamos si puede decirse, esclavizado, desde niño, durmiendo en el suelo de tierra del patio. La miseria material es aún peor al narrarla con la miseria moral de su situación, la crueldad que le rodea y su destino, del que intuimos, nada va a cambiar. La decepción frente a las personas y situaciones es un tema de Gurnah y creemos que un ejemplo es esta narración.
Para finalizar, leemos dos poemas del también escritor tanzano, Euphrase Kezilahabi.
El
destino del pueblo
Cuando
los árboles se mecen
el
viento está silbando
cuando
se caen
un
huracán está pasando
y
la gente corre a sus casas.
Cuando
caen los dictadores
un
tornado está soplando
la
gente sale de sus casas.
Los
dictadores hablan de democracia
Dios
los creó y vio que eran buenos.
Y
descansó.
Para
dejar al pueblo manejar
su
destino en la tierra.
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Una y otra vez
El grillo vuela con su amante
como una astronave
a través de atajos y caminos
y aterriza con seguridad
en la hierba, del otro lado
evitando los ojos de los pájaros
y dejando pasar hocicos y cascos
de nubes de vacas que pastan
aunque no puede darle la vuelta al mundo
o aterrizar en la luna.
La vida de dos es única.
Si la serpiente pierde su amante
se priva de alimento hasta morir
y la paloma muere de tristeza.
El gorila
más allá del olor
vela sobre el cadáver
una semana.
La vida de los dos es única.
Tú y yo
contemos las estrellas
hasta olvidar
donde estamos,
empecemos de nuevo.
Una y otra vez, por siempre dos.
9 de noviembre. Cuentos de Naguib Mahfuz. Un poema de Iman Mersal.
En nuestra primera reunión de noviembre, mes dedicado a dos premios Nobel africanos, comenzamos con Naguib Mahfuz, un escritor que ya en vida fue muy querido por sus lectores. Y que a menudo se compara con Benito Pérez Galdós o Charles Dickens.
Ponemos en común tres cuentos: Una voz turbadora, El acusado y Pimienta. Los tres situados en Egipto, probablemente en un tiempo anterior a cuando fueron escritos. En torno a los años 40 ó 50. A pesar de estar publicados casi en los años 70 pero la situación del primer cuento, Una voz turbadora, nos lleva a preguntarnos si la adolescente que retrata, sería así en el Egipto actual.
Elogiamos en este primer cuento el uso del diálogo y nos preguntamos por esta escena cotidiana, en la que un hombre sentado en un café fantaseando con una vida de riqueza, contempla junto a su amante esporádica, el esfuerzo de un joven y pobre barquero.
Nuestro segundo cuento, El acusado nos ha causado un gran impacto. Un hombre acusado de un atropello del que no es culpable, es atrapado por unas circunstancias cada vez más oscuras. Aldeanos que quieren lincharle, la desidia policial y un fiscal que no aparece para aclarar los hechos a tiempo.
Leemos el párrafo en el que este viajante, un cobrador, se desquicia hasta perder los nervios y la cabeza y especulamos sobre su probable final.
El tercer cuento, Pimienta, trata de un chico de café, pobre, con una familia cuyo padre es encarcelado a menudo por pequeños huertos. El ambiente del café, la ingenuidad del chico y la manera en que Mahfuz lo retrata, lleno de simpatía, nos ha gustado especialmente.
Para finalizar leemos un poema de la escritora egipcia Iman Mersal.
Es
agradable
volver
a contemplar las fotos de mi infancia.
Poder
alejar la idea constante
de
que yo era un bonito proyecto de convertirme en otra persona,
pero
que ha sido desbaratado por mis acertadas decisiones.
****
¿Por
qué no olvidan que son de allí?
Expatriados
fracasados
ejercitan
los músculos de la boca para librarse del acento.
El
acento, esa sutil enfermedad hereditaria que los delata,
irrumpe
cuando se enfadan y olvidan cómo traducir sus penas a una lengua extranjera.
El
acento no queda enterrado a pesar de ser hábiles sepultureros.
Anotan
en la puerta del frigorífico los nombres de los familiares muertos
para
no equivocarse y telefonearlos por error.
Pagan
una cuarta parte de sus salarios a las compañías telefónicas
para
asegurarse de que viven en un lugar alejado de su infancia.
¿Por
qué no olvidan?
19 de octubre. Cuentos de Sara Mesa - Un poema de Gioconda Belli.
Cerramos octubre con dos cuentos de la escritora Sara Mesa: Escarabajos y Tomar el aire. La escritora ha comentado que si escribe algo excepcional será en el formato cuento y no en el de novela.
En nuestra reunión reconocemos los temas, la atmósfera y los protagonistas habituales en sus otras narraciones: mujeres, adolescentes o incluso niñas que orbitan alrededor de los hombres.
Mientras que ellos parecen comportarse de manera libre, rompiendo la relación ya sea erótica o sentimental, cuando lo deciden sin quedar atrapados en una dependencia emocional o se acercan a ellas sin falsas expectativas y por el propio interés; en su novelística y sus relatos, las mujeres, adolescentes o niñas quedan atrapadas en una tela de araña de emociones repleta de fantasías acerca de ellos.
En Escarabajos y Tomar el aire las protagonistas son niñas y adolescentes y no mujeres adultas, probablemente chicas de familias desestructuradas que buscan en una relación con alguien más mayor, quizá afecto, proponemos, quizá cariño o que las hagan caso.
En Tomar el aire, salir de un ambiente opresor se confunde con la falsa libertad de convertirse en un juguete para un anciano.
Leemos algunos párrafos en los que Mesa despliega su gran habilidad: los vaivenes emocionales y los distintos estados psicológicos de los protagonistas.
Charlamos acerca de la calidad de la escritura de Sara Mesa, de cómo logra distinguir, caracterizando bien, a jovencitas de poca diferencia de edad y también nos preguntamos, si el mundosaramesa nos interesa como para seguir leyendo otras obras de la autora.
Para finalizar leemos un poema de Gioconda Belli.
Culpas obsoletas
Un momento de soledad
de paz
y la tarde es mía.
Me puedo sentar a leer
sin sentirme culpable.
Sin pensar que debía salir
a comprar el líquido para desmanchar las alfombras
o bajar a jugar con la niña.
¿Cómo será, me pregunto,
no sentir incesantemente
que uno debería ocupar varios espacios al mismo
tiempo?
No pensar, mientras se tumba uno con un libro,
que se debería estar haciendo otra cosa.
Asumir, como hacen los hombres,
la importancia del tiempo
que dedicamos al propio enriquecimiento.
Las mujeres
tenazmente sentimos
que le estamos robando tiempo a alguien.
Que quizás en ese preciso instante
se nos requiere
y no se cuenta con nosotras.
Precisamente
todo un entrenamiento
para no borrarnos, minimizarnos,
constantemente.
¡Ah!¡Mujeres, compañeras mías!
¿Cuándo nos convenceremos
de que fue sabio el gesto
de extenderle a Adán
la manzana?
5 de octubre - Ver las orejas al lobo de Alice Munro - Un poema de Mukhtar Shakhanov
Comenzamos una nueva temporada del Club de lectura de la Mediateca Anabel Segura que está dedicado al relato y en nuestra primera reunión ponemos en común uno de los mejores cuentos de la escritora canadiense Alice Munro, Ver las orejas al lobo.
Alice Munro que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 2013 por la maestría de sus relatos, de una extensión que no son novelas cortas pero se extienden más allá de lo que habitualmente otros autores trabajan en el "formato cuento", por así decir; aborda en Ver las orejas al lobo, la historia de una pareja, Fiona y Grant y su relación en la vejez.
Desde las primeras líneas, coincidimos, comienzan las interpretaciones ambiguas que es una de las características de la escritura de Munro, las zonas grises en las que ocurren los hechos, la incomodidad ante el comportamiento contradictorio de un hombre que parece querer a su esposa y habla honestamente sobre sus múltiples relaciones con sus estudiantes a lo largo de su vida como profesor universitario. Charlamos acerca de si esposa sabe de estas relaciones, si es consciente de ellas intentando buscar párrafos en el texto que nos lleven a pensarlo y leyéndolos en voz alta.
En este cuento, cuyo contenido, coincidimos es muy denso, se desarrollan las biografías y las vidas completas de varios personaje e incluso caben otros secundarios llenos de vida, conflictos y coincidimos, hasta valentía en el día a día como la enfermera Kristy abandonada por su marido y con cuatro hijos.
También nos planteamos cómo está reflejada la residencia en la que es ingresada Fiona, de la que nunca se nos dice qué tipo de demencia o enfermedad mental le aqueja. Esta residencia es descrita por Munro tan fielmente que reconocemos este lugar a pesar de esté situado en Canadá y no en nuestro país.
Para finalizar, leemos un poema de un autor kazajo, Mukhtar Shakhanov
Séptimo sentido
Te has casado, y me alegro por ti.
Pero no sólo los seres humanos,
incluso lobos con lobas y monos graciosos,
escapando de la soledad conectan sus destinos
para convertirse en un apoyo adecuado.
Uno para el otro.
Casarse como todos los demás,
y engendrar un hijo.
para esto no necesitas una mente grande.
La pregunta es, cuál de las dos caras de tu esposa
verás mañana.
Desde tiempos inmemoriales,
la gente confundía
sus calientes y tormentosos pasatiempos fugaces
con el amor.
Esta pasión también da chispas.
Pero no todos pueden entender
que en el mundo nuestro,
tan humano y tan olvidadizo,
el amor es el pico más alto
al cuando pueden subir sólo unos pocos afortunados.
Y tal vez, ¡ay!, de decenas de miles
solo dos son capaces de aferrarse
en el borde afilado de esta increíble,
cautivante y emocionante fiesta de felicidad.
Fiesta de la eterna, incesante admiración.
La intimidad corporal,
sin la cercanía del espíritu,
es una tristeza inconmensurable.
Por eso en el mundo mucha gente está sola,
sufriendo porque a su media naranja le faltan alas.
Ellos nunca viven los vuelos irrepetibles
y las fiestas inexplicables.
Completamente privados de esta suerte son infelices
y sonriendo a los ojos, a menudo en secreto están limpiando lágrimas amargas.
Y en cualquier encrucijada del camino de la vida
siempre encuentras la inexorable pregunta:
¿acaso tu esposa se ha convertido
en la verdadera amiga de los motivos más ocultos de tu alma?
¿Siente ella tus tormentas y alegrías
con su séptimo sentido?
Y si no,
entonces, todas tus aspiraciones
son iguales a intentar encender el fuego en un día ventoso.
Y eso significa que tu estás muy lejos de la fatídica meta.
Demasiado lejos...
¡Así de inalcanzable y misterioso,
de selectivo y voluble es este Amor!
Mukhtar Shakhanov, 1942
22 de junio. Encender una hoguera de Jack London. Un poema de Czesław Miłosz.
Cerramos nuestra temporada del club de lectura de la Mediateca Anabel Segura con un gran clásico, Encender una hoguera del autor norteamericano Jack London.
En general, a todos nos ha impactado esta narración acerca de un hombre que tras inspeccionar un terreno para su explotación maderera ha de regresar al campamento de sus compañeros acompañado de un perro.
Leemos algunos párrafos en voz alta para analizar mejor cómo London ha construido una obra maestra del género y el motivo por el que este cuento está considerado su mejor narración breve.
Aunque utiliza elementos literarios, la mayor parte de la aventura del protagonista se articula con los recursos de una narración oral. Sin largas descripciones ni digresiones. Repitiendo de manera constante lo que a London le interesa que no se olvide: el frío mortal en el que casi, se puede decir, ingenuamente nuestro protagonista se atreve a desempeñar su tarea. Y también, recordando al lector el tiempo que va transcurriendo para que crezca nuestra angustia como lectores.
London indica las horas, el arco temporal, del que este hombre dispone para alcanzar a sus compañeros y cómo ha sido advertido por un veterano, por la voz de la sabiduría y la prudencia, que a esas temperaturas bajo cero no se puede ir solo.
Coincidimos en que su compañero, un perro, representa al igual que el paisaje, la propia naturaleza que es mucho más fuerte y poderosa que la soberbia humana que no reconoce que hay límites que no puede sobrepasar.
El desenlace, en el que nuestro protagonista acepta con coraje su destino, lejos de caer en la moraleja o la admonición apela, pese a todo, a la compasión del lector.
Para finalizar, leemos un poema del Premio Nobel polaco Czesław Miłosz.
Encuentro
Estuvimos paseando a través de los campos
en un vagón al amanecer.
Una herida rosa roja en la oscuridad.
Y de pronto una liebre atravesó la carretera.
Uno de nosotros la señaló con la mano.
Eso fue hace tiempos. Hoy ninguno de ellos está vivo,
Ni la liebre, ni el hombre que hizo el ademán.
¿Oh, amor mío, dónde están ellos, a dónde han ido?
El destello de una mano, la línea de un movimiento,
el susurro de los guijarros.
Pregunto no con tristeza, sino con asombro.
15 de junio. El quepis de Colette. Un poema de Bertolt Brecht.
En la penúltima semana de nuestro cierre del club de lectura de la Mediateca Anabel Segura leemos una autora francesa, Sidonie-Gabrielle Colette, algunos de cuyos cuentos se han reeditado en España.
En nuestra reunión ponemos en común sólo uno de ellos, El Quepis que trata de las relaciones de una mujer madura con un joven soldado.
El quepis está narrado por la amiga de Marco, la mujer de 45 años que separada de su marido, sobrevive escribiendo a un céntimo la línea. Nos preguntamos por la naturaleza de las relaciones de otros hombres que surgen en la narración y si algunos de los rasgos de ambas mujeres no son de la propia Colette: su pelo largo, la escritura como oficio muy mal pagado, la ambigüedad en los sentimientos de una amiga hacia la otra.
Planteamos si Colette, que en Francia es una escritora consagrada, tiene interés para los lectores españoles hasta el punto de volver a ser editada. Charlamos acerca de la serie de novelas que la llevó a la fama, sobre una jovencita estudiante y si los cuentos constituyen un aparte en su producción, si son lo que finalmente, al cabo de los años, continúan teniendo interés para un lector de nuestro tiempo.
Leemos algunos párrafos en voz alta en los que el círculo de amigos de la narradora detalla cruelmente los cambios físicos que una pasión amorosa desata en una mujer y la habilidad de Colette para mantener, en un encuentro que se sabe que durará poco, la sinceridad de sentimientos de una mujer mayor por un joven amante.
Para finalizar leemos un poema de Bertolt Brecht.
1. Lo sé,
amada: ahora se me cae el pelo por mi vida salvaje,
y me tumbo
en las piedras y bebo el aguardiente más
barato,
caminando desnudo al viento.
2. Pero hubo
un tiempo, amada, en que fui puro.
3. Tuve una
mujer que era más fuerte que yo, como la hierba
es más
fuerte que el toro: se vuelve a erguir.
4. Ella vio
que yo era malo, y me amó.
5. No
preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,
y quizás iba
hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:
esto es
todo. Y fue mi cuerpo.
6. Ahora ya
no está en ningún lado, desapareció como una
nube cuando
ha llovido.
7. Pero de
noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,
pálida en el
viento, fuerte y vuelta hacia mí,
y me inclino ante él.
8 de junio. La amante del demonio de Elizabeth Bowen, un poema de Karmelo Iribarren.
Nuestra primera reunión de junio tiene lugar con motivo del cuento, La amante del demonio de la escritora angloirlandesa, Elizabeth Bowen. Durante junio leeremos escritoras que por diferentes circunstancias quizá puedan caer en el olvido o poco a poco, ser cada vez menos leídas.
Es uno de los temas que abordamos durante la reunión, que en ocasiones no es por la calidad de la obra por la que los escritores y escritoras son relegados, puede deberse a que otro contemporáneo suyo es cada vez más leído o que escribieron sobre temas que consideramos de poco interés.
Nuestro cuento, quizá el mejor de todos los que escribió, es una pequeña obra maestra de virtuosismo o, como lo denominamos en nuestro encuentro, de orfebrería. A lo largo del texto traza correspondencias entre palabras, insinuaciones o frases que en la mente del lector van creando la atmósfera inquietante, misteriosa y hasta maléfica que Bowen pretendía.
Nos preguntamos cuál es el límite en el que puedes dejar al lector con interrogantes: ¿quién es, en realidad, el soldado con el que ella tuvo una relación y que finalmente desapareció durante 25 años? , ¿un ser demoníaco? ¿un hombre extraño del que se enamoró por completo?
Nos fijamos en palabras que sugieren, sin decir claramente, oscuridad y temor, las referencias a sonidos y olores y las reacciones de nuestra protagonista, una mujer casada y con tres hijos que si bien tiene un temperamento "prosaico", en palabras de la autora, está aquejada de un tic nervioso producto de una enfermedad que desconocemos.
Especulamos acerca de si ella cayó en una depresión cuando él tuvo que marcharse a la guerra y fue dado por muerto y si la familia sólo le apreció cuando supo que había fallecido.
Elizabeth Bowen ha sido recuperada por así decir, por la editorial Impedimenta que ha publicado con éxito su novela más reconocida, La muerte del corazón para traducir y publicar posteriormente, porque estaba inédita, El fragor del día.
Para finalizar, leemos dos poemas de Karmelo Iribarren.
LOS SUEÑOS
Lo fueron todo
y ya los ves
ahora,
abatidos por los días
iguales,
como pasquines en los charcos.
Vivir
se reduce
a esquivarlos.
VUELVE A INTENTARLO
Esas mañanas de domingo,
en invierno,
a primera hora:
las calles recién regadas,
el aire fresco,
limpio,
el olor a cruasán de las cafeterías,
la locura
de los pájaros…
Como si la vida
te dijese:
mira, aquí me tienes,
vuelve a intentarlo.
27 de abril. El hombre que amaba las flores y El asesino de Stephen King. Un poema de Pablo Neruda.
En nuestra primera reunión de la nueva temporada del club de lectura de la Mediateca Anabel Segura leemos dos cuentos de Stephen King, El hombre que amaba las flores y El asesino.
Comenzamos nuestra reunión preguntándonos por el éxito mundial de un autor como Stephen King que ha vendido más de cuatrocientos millones de libros y también por la petición de tantos lectores de que se le otorgue el Premio Nobel de literatura como se ha hecho con Bob Dylan por ejemplo.
Los dos cuentos tienen muchas características del universo de este escritor, del escalofrío que provocan sus personajes y las situaciones que King describe.
Hacemos, en primer lugar, una lectura sólo de la trama que en ambos es muy ágil y acaba sorpresivamente. En el primero de ellos, El hombre que amaba las flores, algunos de nosotros sí hemos anticipado el final y localizamos en el texto los detalles a partir de los cuales puede deducirse. Comentamos si podríamos hacer un segundo nivel de interpretación, atender al subtexto por así decir. Nuestro joven y enamorado protagonista ha quedado con su enamorada entre gente que le contempla con simpatía pero que hace tiempo vive desilusionada con sus relaciones de pareja.
En el segundo cuento, El asesino, el título, al igual que en el anterior, forma parte de la narración. En esta ocasión, trata de un robot que trabaja en una cadena de montaje. En apenas un par de páginas, se desarrolla un cuento que nos hace preguntarnos si los deshumanizados no serán los hombres que trabajan en fábricas como la que describe el autor y hasta qué punto puede influir en una persona, trabajar fabricando en cadena armamento.
Charlamos acerca de lo que Stephen King suprime del cuento: no sabemos los motivos por los que un joven es un asesino en serie, no se hace un retrato psicológico del mismo y tampoco si el robot del segundo cuento se despierta de un desmayo, sufre un recableado o qué le ocurre exactamente. Pero todos estos elementos que podrían estar presentes nos han provocado preguntas y seguir dándole vueltas al argumento de los cuentos.
Para finalizar, leemos un poema de Pablo Neruda. Oda a las cosas.
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