Maribel Orgaz - www.leerenmadrid.com
Miguel de Unamuno llegó a Madrid a estudiar en la Universidad y de entrada, no le hizo tilín; sin embargo, Madrid tuvo efectos benéficos sorprendentes.
En sus memorias de infancia y juventud cuenta con humor que llegó dispuesto, junto a su amigo del alma, Práxedes Diego Altuna, a escribir una historia del pueblo vasco en "dieciséis o veinte tomos en folio". Y añade con regocijo: "¡Veinte tomos en folio!".
¿Qué hubiera sido del escritor de San Manuel Bueno y Martir o La Tía Tula si no hubiera llegado a la universidad madrileña, a las nuevas amistades y a los teatros, a los cafés y, en definitiva, a otras tareas que le disuadieron de este empeño titánico?
Madrid no olvida a Unamuno dando nombre a centros escolares e institutos, organizando exposiciones y rutas guiadas por la ciudad que el escritor habitó y disfrutó tanto.
Hoy, 1 de octubre se ha propuesto otro acto para conmemorar su nacimiento (aunque fue el 29 de septiembre de 1864), en La Casa del Lector con la proyección y coloquio posterior del documental Unamuno apasionado.
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