Maribel Orgaz - info@leerenmadrid.com
Hay algo conmovedor en esta película a la que asistí en su pase de prensa: el que tiene que cambiar para que la relación salga adelante es él.
María - María León- prepara una audición con La gaviota de Chejov. Es una aspirante a actriz, botarate, alegre y espontánea. Y un raruno, Javier se ha fijado en ella al coincidir a menudo en el autobús. Él es tímido, introvertido, incapaz de demostrar afecto, tiene una rata como mascota y le encanta chatarrear en cualquier contenedor que ve por la calle porque además es sobrenaturalmente inteligente. Temerario por una vez en su vida y contra toda lógica, se enamora de ella. María le llama Trigo, en un guiño de la película a uno de los protagonistas de la obra de teatro de Chejov.
Tiempo después, viven juntos. Él entregado a su trabajo y ella sin ocupación, amistades, leer, aprender un idioma o cocina vegana, practicar un deporte o lo que sea que enriquezca, divierta, entusiasme o abra su vida; cae en una depresión porque mientras ella vive para él; él vive para su obra, trabajo, misión o destino; sus cosas, en una palabra; y luego después y además, sin duda, la quiere.
Javier vuelve del futuro para recuperar una relación que se ha ido a pique y advertirse sobre la pérdida del amor de su vida pero es inevitable preguntarse como espectadora del Siglo XXI - Chejov hablaba de mujeres felices que son atrapadas por hombres que después se encargan de hundirlas allá por el siglo XIX- si en esta relación, es él quién tiene que cambiar... ese hombre que es capaz de viajar en el tiempo porque ansía volver a quererla para mis secretos quereres.
Sin Fin
Estreno, 31 de octubre
ÁLVARO REINA
ResponderEliminarEl cine y la importancia del doblaje van de la mano, permitiendo que las películas trasciendan fronteras y lleguen a distintas culturas. Voces talentosas y bien sincronizadas dan vida a historias inolvidables. ¡Un arte que conecta al mundo!