Nueva temporada en el Club de Lectura de la Mediateca Anabel Segura Alcobendas (Madrid) del que soy Coordinadora.
Nuestro club de lectura comenzó su andadura en 2017 y temporada tras temporada ha estado completo y a menudo, con lista de espera.
Este club de lectura se dedica al cuento y los materiales se entregan fotocopiados en la biblioteca antes de cada sesión y se envían por correo electrónico.
¿Te gustaría asistir a una sesión como oyente? Escríbeme, info@leerenmadrid.com
¿Quieres coordinar tu propio club de lectura? echa un vistazo a este pequeño manual que publiqué en la editorial Bercimuel en versión digital. Cómo organizar un Club de Lectura.
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Temporada 2022
Ciclo otoño - invierno
El grupo está completo Información Mediateca Anabel Segura, Alcobendas - Tel. 91 484 16 90 y 673 22 05 88
15 de diciembre, Funes el memorioso y Pierre Menard autor de El Quijote, Jorge Luis Borges. Un poema de Mario Benedetti.
En esta primera reunión de noviembre y con motivo de la celebración del día de todos los santos, dedicamos nuestras lecturas a cuentos de suspense. En esta ocasión, de dos autores muy diferentes. en primer lugar, Los veraneantes de Shirley Jackson, una autora norteamericana fallecida con apenas cincuenta años, cada vez más leída y reconocida en lengua española gracias al incremento de su obra traducida y las diferentes versiones fílmicas de algunos de sus relatos, incluido un biopic.
Comienza la nueva temporada del club de lectura de cuentos de la Mediateca Anabel Segura. En esta primera reunión leemos dos cuentos españoles que han marcado un antes y un después: La velocidad de los jardines de Eloy Tizón y Mi hermana Elba de Cristina Fernández Cubas.
Desafío a la vejez
Cuando yo llegue a vieja
-si es que llego-
y me mire al espejo
y me cuente las arrugas
como una delicada orografía
de distendida piel.
Cuando pueda contar las marcas
que han dejado las lágrimas
y las preocupaciones,
y ya mi cuerpo responda despacio
a mis deseos,
cuando vea mi vida envuelta
en venas azules,
en profundas ojeras,
y suelte blanca mi cabellera
para dormirme temprano
-como corresponde-
cuando vengan mis nietos
a sentarse sobre mis rodillas
enmohecidas por el paso de muchos
inviernos,
sé que todavía mi corazón
estará -rebelde- tictaqueando
y las dudas y los anchos horizontes
también saludarán
mis mañanas.
Ciclo ABRIL-JUNIO
5 de Junio. El baile – Irene Nemirovsky. Un poema de Orlando Mondragón.
8 de Junio, La parábola de la gente sencilla - Pearl S. Buck y Niña abandonada de Mo Yan, un poema de Karmelo Iribarren.
En nuestra primera reunión del mes de junio leemos dos cuentos
de dos Premios Nobel de Literatura, Pearl S. Buck y Mo Yan, con una misma temática, las ancestrales
costumbres de los campesinos chinos.
Nuestra primera autora, Pearl S. Buck tuvo un gran éxito en
vida, enriqueciendo la opinión que se tenía en Estados Unidos sobre los orientales,
según los expertos, pero poco a poco es una escritora que se ha ido dejando de
lado y aunque se ha retomado como ejemplo de crítica a la situación de la mujer
en la estructura social de China, su interés continúa declinando.
Charlamos acerca de si la situación del protagonista, asfixiado por una burocracia que le impide vivir tranquilamente de su esfuerzo y con su familia es comparable a otras sociedades.
Leemos algunos párrafos acerca de lo que en el cuento
se denominan superiores y que vienen a sustituir el imperio del antiguo
emperador por el que el viejo campesino siente más simpatía que por los
diferentes hombres que ahora, desde el poder, le impiden que su prosperidad se
asiente y pueda disfrutar de sus hijos y nietos. El final nos parece demoledor
y el cuento una crítica al nuevo sistema político chino que tras la revolución
se impuso y que la autora vivió.
Nuestro segundo cuento, del también Premio Nobel Mo Yan, nos
parece un ejemplo de toda su escritura que brota en cascada en sus narraciones,
hay una trama central, un hombre encuentra a una niña abandonada en un campo de
girasoles y se la lleva a casa pero el recibimiento es de hostilidad total.
Sumidos en la política del hijo único, esta buena acción no es comprendida ni
compartida por nadie.
Coincidimos en que este cuento es el que más nos ha impactado y la sesión se alarga tanto que no terminamos de poner en común todos los aspectos que surgen en esta narración que incluye un vistazo sociológico al abandono de niños, un análisis de otras narraciones con el mismo tema, una reflexión acerca del desastre que significa obligar a no tener un más de un hijo en un campesinado que sólo valora tener niños varones e incluso microcuentos chinos.
Nos preguntamos si
el autor critica a la gente o al partido y su calidad humana es tal que logra
ponerse en la situación de unos y otros, y señalar que las víctimas absolutas
en este despropósito son otras personas que no deciden nada, los niños recién nacidos. Esta narración repleta de todo tipo de géneros y subgéneros,
incluyendo picaresca y humor a veces truculento es la forma habitual de
escribir de Mo Yan, un gran admirador de Gabriel García Márquez.
Para finalizar leemos un poema de Karmelo Iribarren.
Me gustan las ciudades, sus plazas,
sus calles, sus esquinas,
sentarme en la terraza de un bar
con un café delante
y dejar que pase el tiempo,
sin hacer nada, sin prisa,
observando esto y aquello,
y luego ir a alguna librería y revolver
un poco en los estantes,
y si hay río cruzar el puente
y repetir la misma operación al otro lado.
Me gusta estar solo entre la gente,
no ser nadie, no tener que ir a ningún sitio
pero poder ir a todos.
Me gusta la primera vez que me asomo
al espejo del baño del hotel,
ese momento de suspense,
recién llegado, cuando
no sabes si va a aparecer tu rostro
o el del último huésped, atrapado aún
en la memoria del azogue.
Me gustan los parques y los ríos
urbanos, pasear por ellos, a su lado,
especialmente en otoño.
Me gustan las ciudades, sí: andar,
mirar, vivir, enamorarme
de esa mujer del vestido rojo…
18 Mayo Carta de una desconocida - Stefan Zweig y un poema de Mario Benedetti.
Nuestra lectura de esta sesión, Carta de una desconocida de Stefan Zweig es para todos nosotros quizá un buen ejemplo de cómo ha cambiado nuestra sensibilidad con respecto a la época en la que fue escrito. Hoy en día creemos que una mujer con una obsesión tan absorbente para un hombre tendría que consultar a un psicólogo.
Algunos de los participantes han sentido rechazo leyendo la entrega, hasta acabar con su vida, de una chica joven al amor idealizado de un hombre casi quince años mayor que ella.
Nuestra protagonista conoce a este hombre cuando es apenas una adolescente y durante los siguientes diez años de su vida, estará pendiente de él, incluso tendrá relaciones íntimas con él y se quedará embarazada a pesar de que en ningún momento ese hombre se habrá fijado en ella y ni siquiera sabrá su nombre.
Coincidimos en que él no es presentado como un conquistador ni como un hombre que desprecie a las mujeres: se dedica a su profesión con todo rigor y después, su vida sentimental es libre y sin compromisos. No hace falsas promesas ni trata mal a sus parejas.
También charlamos acerca de si este comportamiento obsesivo era visto como normal en su tiempo y en cambio ahora, nos parece enfermizo y que ella debería haber estudiado y abrirse a otras personas puesto que su familia tenía la posibilidad de darle un buen futuro y enriquecer su horizonte para no hacer de una única persona, de un amor no correspondido, la ruina de su vida.
Para finalizar leemos un poema de Mario Benedetti.
Mario Benedetti -
casi tres horas nos dejó su niño,
indefenso, sonriente, millonario,
un angelito gordo y sin palabras.
Lo sentamos allí, frente a la máquina
y él se puso a romper su patrimonio.
Cómo un experto desgarró la cinta
y le gustaron efes y paréntesis.
Nosotros, satisfechos como tías,
lo dejamos hacer. Después de todo,
sólo dice «papá». El año que viene
dirá estádespedido y noseaidiota.
11 Mayo – Eliezer y Rebeca de Pedro Gómez Valderrama y La señorita Perla de Guy de Mapussant y un poema de Adam Zagajewski.
En nuestra primera reunión de la segunda temporada del club de lectura de la mediateca Anabel Segura leemos dos cuentos de autores que son la transición de una época a otra de la literatura.
En primer lugar, el singular cuento Eliezer y Rebeca del colombiano Pedro Gómez Valderrama - un escritor que representa la generación anterior a García Márquez- que a menudo elaboró relatos a partir de hechos históricos o, como en este caso, de episodios bíblicos. Leemos primero el origen de esta romántica historia de un amor imposible, que se basa en un relato del Génesis y charlamos acerca del "cabo suelto" por así decir, que Gómez Valderrama usa para fantasear sobre un siervo que ha de entregar una mujer a su señor y de la que tiene la desgracia de enamorarse.
Leemos en voz alta algunos párrafos porque tenemos diferentes opiniones acerca del significado del texto, ¿qué clase de relación tuvieron? ¿era posible que el amor de dos personas en sus situaciones sociales tan diferentes, triunfara?
Algunas frases nos gustan especialmente y nos compadecemos del destino trágico de ambos, ella entregada a un hombre que no quiere y él con su vida arruinada vagando por una taberna en Alejandría. Nos preguntamos si esta situación es habitual en otras circunstancias y culturas incluso hoy en día, y si las diferencias sociales condicionan a las personas mucho más de lo que pudiera parecer.
Nuestro segundo cuento, La señorita Perla de Guy de Mapussant pertenece al comienzo del nuevo género de terror que autores como Lovecraft o Ambrose Bierce desarrollarían después plenamente.
El realismo ya no era suficiente para hablar de la época, había que ir más allá de narrar la vida de la nueva clase social, la burguesía: los escritores empezaron a pensar que no todo se explicaba a través de la razón y Mapussant elabora un relato que es una mezcla de misterio y realismo convencional, un cuento que nos parece doble porque tiene un pie en el nuevo género de terror sin abandonar del todo la realidad.
Por un lado, una familia burguesa que intenta casar a sus hijas y cómo se cría una niña abandonada entre ellos y con ellos pero sin ser igual a ellos, y por otro, el modo misterioso en el que esta niña es recogida cuando era un bebé, cómo la encuentran en la noche, en el campo, para que sea acogida por el primero que llegue.
El final de nuestro cuento nos lleva a preguntarnos si es adecuado o no que el amor hasta ese momento secreto o desconocido del señor y la joven recogida, ha de ser expuesto a la luz. Cómo condicionará sus vidas de ahí en adelante y si no era mejor que hubiera seguido siendo secreto, algo oculto a todos, algo que incluso no se habían declarado el uno al otro, que cada uno de ellos mantenía encerrado en sí mismo sin manifestarlo.
Para finalizar cerramos nuestra reunión con un poema de Adam Zagajewski
Cambios
Hace meses que no escribo
ni un solo poema.
Vivía humildemente leyendo los
periódicos,
pensando en el enigma del poder
y en las causas de la obediencia.
Contemplaba puestas de sol
(escarlatas, muy inquietantes),
sentía cómo callaban los pájaros
y cómo la noche iba enmudeciendo.
Veía girasoles que agachaban
la cabeza al ocaso, como si un
desatento
verdugo paseara por los jardines.
En el alféizar se iba acumulando
el polvo dulce de septiembre
mientras las lagartijas se escondían
en los salientes de los muros.
Salía a dar largos paseos,
y deseaba tan sólo una cosa:
relámpagos,
cambios,
a ti.
Marzo - Abril
Miércoles - 16, 23
31 de marzo, 10h. Salida Museo Africano
Miércoles - 6 y 20 de abril
20 de abril. El negro artificial de Flannery O'Connor, Optimistas de Richard Ford y un poema de Wendell Berry.
Nuestra última reunión de este ciclo del club de lectura de la Mediateca Anabel Segura está dedicada a dos escritores sureños de Estados Unidos: la escritora Flannery O´Connor y el escritor Richard Ford.
De O´Connor leemos, El negro artificial que ella considera su mejor cuento y su narración preferida. Coincidimos en que sus referencias al pecado, la misericordia y en general, sus firmes creencias católicas son lo que nos produce más extrañeza en el texto. Nos preguntamos si a pesar estos párrafos excesivos, la narración soporta esta injerencia de las creencias de la escritora y no disminuyen nuestro interés por este cuento acerca de cómo se enseña en el racismo y cómo se es abandonado, rechazado, por la propia familia, por el abuelo que le cuida, en un incidente sin importancia en plena calle: ¿actúa así por cobardía? ¿por miedo?
Charlamos acerca de cómo un hombre que tenía un buen concepto de sí mismo, se reconoce capaz de cualquier otra vileza, en palabras de la autora, de cualquier pecado después de renegar de su nieto, un niño de diez años, huérfano de madre y abandonado por su padre, al que cuida.
Sobre Optimistas de Richard Ford que quizá nos haya gustado más en general que el de Flannery O´Connor, nos preguntamos si ambos cuentos tienen un punto en común: el ser abandonado por quien más se ama por maldad o negligencia, quizá por simple cobardía o ignorancia. El protagonista de Optimistas es un adolescente que ve cómo su mundo se derrumba cuando su padre actúa de manera impulsiva y violenta. Este chico ve cómo su familia se destruye y tiene que salir al mundo, comenzar una vida nueva, en soledad, sin otras capacidades o recursos que pensar, que es mejor librarse del lastre de adultos desastrosos que no saben conducir adecuadamente sus vidas.
Cerramos nuestro club de lectura con un poema del también autor sureño, el poeta y granjero Wendell Berry.
LA PAZ DE LAS COSAS SALVAJES
Cuando me crece una desesperación por el mundo
y me
despierto de noche al menor ruido
asustado por
lo que será de mi vida y la de mis hijos,
voy y me
tiendo donde descansa el pato salvaje,
hermoso
sobre el agua, y donde come la fabulosa garza.
Entro en la
paz de las cosas salvajes
que no le
imponen a sus vidas la previsión
de las penas
futuras.
Entro en la
presencia del agua quieta.
Y siento por
encima de mí las estrellas
esperando
con su luz.
Durante un
tiempo
descanso en
la gracia del mundo,
y soy libre.
6 de abril. Cordero asado de Roald Dahl y La célebre rana saltarina del distrito de Calaveras de Mark Twain. Un poema de Wislawa Szymborska.
Para nuestra reunión de abril ponemos en común dos cuentos de humor, Cordero asado de Roald Dhal y La célebre rana saltarina del distrito de Calaveras de Mark Twain que nos impregnan de jovialidad y buen humor a todos.
Nuestro preferido es Cordero asado del célebre autor de literatura infantil, Roald Dahl. Admiramos, al leer con detalle, la construcción de este relato aparentemente fácil y cómo esta supuesta facilidad está hecha por alguien que domina bien el arte de la escritura.
Una modélica ama de casa embarazada, esposa de un policía, tiene una reacción inesperada y se convierte en una mujer peligrosa que es capaz de vengarse de su adorado esposo sin pensárselo dos veces y sin sentir arrepentimiento. Buscamos en el texto el punto en el que la idílica situación hogareña se transforma en el escenario de un crimen y cómo provoca en el lector estupefacción e incluso carcajadas. ¿Estamos de parte de la protagonista a pesar de que sabemos de lo que es capaz?, nos preguntamos y coincidimos en que, frente a todos los compañeros del marido y casi "el mundo" que quiere ajusticiarla, ella actúa con toda la razón cuando lo que ama y cuida con total entrega le es arrebatado por el comportamiento estúpido de su marido.
De nuestro segundo cuento, La célebre rana saltarina del distrito de Calaveras de Mark Twain, coincidimos en que quizá al ser leído junto al de Dahl sale por así decir perdiendo aunque también nos parece cómico y divertido. Twain comenzó su carrera como escritor y su por fin, salida de la pobreza con este cuento que le hizo muy famoso y que ha dado lugar a un festival de la rana saltarina que se viene celebrando en California, en el pueblo en donde él ambientó su narración, desde el siglo XIX.
Para finalizar y continuar con esta reunión llena de risas, leemos un poema de la Premio Nobel polaca, Wislawa Szymborska cuya bondadosa ironía cierra muy bien nuestra sesión de abril.
23 de marzo. Cuentos africanos y un poema de Albert Aoussine.
En nuestra segunda reunión de la nueva temporada del Club de Lectura de la mediateca Anabel Segura, leemos cuatro cuentos africanos: Dulzura de Toni Morrison, Las aventuras de Sowe que es anónimo, Una experiencia privada de Chimamanda Ngozi Adichie y una simpática fábula, podríamos decir, de la literatura oral de Benin, Por qué las gallinas escarban la tierra.
Empezamos eligiendo nuestra narración favorita que coincidimos, es el cuento de Chimamanda Ngozi, Una experiencia privada en el que dos mujeres, una vendedora de cebollas con varios hijos y una moderna doctora con mejor nivel de vida, han de refugiarse de los disturbios callejos que la lucha entre musulmanes y cristianos desata por un rumor en las calles de Nigeria. Los gobernantes lejos de calmar a la población, atizan las diferencias para que obligados a vivir en la violencia no puedan reclamar mejores condiciones de vida a sus responsables políticos, divide y vencerás. Nuestro cuento, coincidimos, tiene muchos detalles que invitan a profundizar en las relaciones humanas y en las circunstancias de vida que nos condicionan más allá de nuestras decisiones individuales. Mientras fuera los hombres se matan, ellas encuentran en una mutua ayuda la manera de sobrevivir, apreciarse y preocuparse por el bienestar de la otra. Un ejemplo sobre el que reflexionar acerca de cuáles son en realidad, las diferencias más allá de la raza, las creencias religiosas o el nivel de vida.
Nuestro segundo cuento, Dulzura es una descripción terrible de cómo los oprimidos asumen y a su vez se convierten en parte del engranaje que les condiciona su vida. Cuando una mujer de piel más clara tiene una hija más oscura, no sólo es abandonada por su marido, si no que ella misma la rechaza y convierte su infancia y adolescencia en un tormento. Toni Morrison, coincidimos, no escribe este cuento desde el arrepentimiento de la protagonista, si no más bien desde la auto-justificación y nos preguntamos si volviera a repetirse el tener una hija más oscura, si se comportaría con la niña de igual manera, creemos que sí y también nos preguntamos ¿qué otra cosa puede hacer? El final desolador es una abuela que vaticina para su hija que va a dar a luz, un destino similar porque cuando sea madre vivirá más profundamente, como ella vivió, todo el peso social de la exclusión, de ser diferente.
Cerramos nuestra reunión comentando Las aventuras de Sowe, un cuento sobre madrastras que en nuestra tradición europea es también un tema que ha dado lugar a narraciones tan oscuras como ésta.
Para finalizar leemos Pueblo natal, un poema del autor camerunés Albert Aoussine.
Pueblo natal
Cuando mis
pensamientos
me trasladan
a mi pueblo natal,
escenas
ricas en colores,
avivan mi
emoción.
Allá, bajo
los trópicos,
se vive bien
en cualquier estación.
Los espacios
son extensos, vastos
hechos a la
medida de mi respiración.
Los arboles
están rodeados de espeso follaje
los
poderosos baobabs, sirven de abrigo
y lugares de
encuentros
cuando el
sol en el cenit, lanza sus rayos.
Las chozas
agrupadas, sabiamente espaciadas,
triunfalmente
saliendo de la tierra
muestran con
orgullo, sus tocados de paja.
Allá, a lo
lejos, contemplo
encantado,
la sabana salvaje
mi sueño de
inmensidad.
(…)
Las mujeres,
con su tesón habitual,
se levantan
al nacer el alba,
vestidas con
simples paños…
con los
colores-de todas-las estaciones.
(Fragmento)
16 de marzo. La dama del perrito de Anton Chejov y Tres rosas amarillas de Raymond Carver. Un poema de R. Carver.
Comienza nuestra primera reunión de la temporada en el club de lectura de la mediateca Anabel segura con dos cuentos emblemáticos, dos obras maestras: La dama del perrito del gran escritor ruso Anton Chejov y el llamado chejov americano, Raymond Carver y su narración, Tres rosas amarillas que describe las últimas horas de Chejov, muerto de tuberculosis con poco más de 50 años.
Algunos de los asistentes conocían y habían leído con anterioridad, La dama del perrito pero es ahora, en esta segunda lectura cuando reparan en la cadencia de lo narrado y en aspectos que en una primera ocasión les han pasado desapercibidos.
En el ocaso de los grandes narradores rusos, desde Tolstoi a Dostoievski, con una formación en ciencia diferente a ellos y anunciando la aparición de una nueva clase social, la burguesía rusa que al igual que la europea, no tenía en la posesión de la tierra su riqueza; surge un médico que escribe pequeños relatos para revistas sobre gente anodina: funcionarios, comerciantes, damas de provincias, artistas, hombres de finanzas; los protagonistas de La Dama del perrito.
Cuestionamos, según la escritura de Chejov, la idea de que todo detalle en un cuento tiene que ser significativo. Como en la vida misma, a veces hay incidentes u objetos, y nos preguntamos por el perrito de Ana, que no existen en un segundo significado, ¿simboliza algo su mascota? ¿sólo da pie a que los amantes se encuentren?
Leemos algunos párrafos en los que Chejov hace una crítica social a las vidas anodinas que al enamorarse, al amar, transcienden la rutina cotidiana. ¿Condena el autor el adulterio? Coincidimos en que respeta los sentimientos de ambos, los presenta al lector como sinceros e interpretamos que ambos son víctimas de una época en la que era inconcebible, en su clase social, el divorcio. Chejov, y estamos también de acuerdo en esto, no moraliza sobre la infidelidad.
En este cuento no hay final sorpresa que dé un giro a lo narrado y acaba, quizá, más como narración que como posibilidad real, abriendo una esperanza al lector, ya que ambos amantes quieren encontrar una solución a su relación clandestina que se prolonga durante años.
El segundo cuento, Tres rosas amarillas del escritor estadounidense Raymond Carver es un homenaje al escritor ruso, al que consideraba su maestro. Este cuento y el volumen de relatos en el que se incluye causó tal impacto en los lectores que en Madrid hay una librería con el mismo nombre, especializada sólo en relato y los expertos advierten que a menudo, esta ficción sobre las últimas horas de vida de Chejov es tomada como real en todos los detalles y referenciada en la biografía del escritor ruso. Se da la peculiaridad de que Carver falleció también en la cincuentena.
Para finalizar, leemos un poema de Raymond Carver que consideraba a la poesía parte esencial de su quehacer como escritor, e incluso de mayor significación que sus cuentos.
Felicidad - Raymond Carver
Tan temprano que casi está oscuro todavía.
Me acerco a la ventana con una taza de café
y el atasco de siempre a estas horas de la mañana
en la cabeza.
Veo entonces al chico y a su amigo
calle arriba
repartiendo el periódico.
Llevan gorras y sudaderas,
uno de ellos con una bolsa al hombro.
Son tan felices
que no se dicen nada, estos chicos.
Creo que si pudieran, se cogerían
del brazo.
Es temprano por la mañana
y están haciendo esto juntos.
Se acercan, despacio.
El cielo empieza a cubrirse de luz,
aunque todavía cuelga pálida la luna sobre el agua.
Tanta belleza que, durante un instante,
la muerte o la ambición, incluso el amor,
no tienen cabida aquí.
Felicidad. Llega
de forma inesperada. Y sigue su camino, realmente.
Cualquier madrugada te lo dice.
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