jueves, 13 de abril de 2023

Club de Lectura Parque Conde de Orgaz - Octubre-Diciembre 2023 - Coordinadora, Maribel Orgaz

 




PRÓXIMAS FECHAS 
14 DICIEMBRE, 10h.
La costumbre de amar. Doris Lessing
21 diciembre, 10h.
A la caza del amor. Nancy Mitford




A la caza del amor. Nancy Mitford. Poemas de diferente autores.

En nuestra última reunión del año, ponemos en común A la caza del amor de Nancy Mirford. Una novela que se nutre, en buena parte, de la vida de la autora.

Desde su publicación, A la caza del amor, sigue teniendo un gran éxito de lectores. Coincidimos en que las peripecias de una familia de aristócratas ingleses están narradas con un sentido del humor que nos han hecho reír.

Charlamos acerca de si A la caza del amor es una mirada nostálgica sobre una época y una clase social a punto de desaparecer: la antigua nobleza rural en contraposición a la mentalidad burguesa y todo lo que traen los nuevos tiempos: el papel de la educación formal frente al autodidactismo en la estructuración de una personalidad, los matrimonios fallidos, los hijos no queridos y rechazados abiertamente.

Leemos algunos párrafos en voz alta y coincidimos en que las anécdotas sobre los bailes, los trajes de novia, las fantasías infantiles sobre el amor están llenas de viveza y autenticidad.




Cerramos nuestra reunión con varios poemas de diferentes autores. Uno de los que más nos ha gustado es de José Antonio Muñoz Rojas.

Señor que me has perdido las gafas,
¿por qué no me las encuentras?
Me paso la vida buscándomelas
y tú siempre perdiéndomelas,
me has traído al mundo para esto,
para pasarme la vida buscando unas gafas,
que siempre están perdiéndoseme?
Para que aparezca este tonto
que está siempre perdiendo sus gafas,
porque tú eres, Señor, el que me las pierdes
y me haces ir por la vida a trompicones,
y nos das los ojos y nos pierdes las gafas,
y así vamos por el mundo. con unas gafas
que nos pierdes y unos ojos que nos das,
dando trompicones, buscando unas gafas
que nos pierdes y unos ojos que no nos sirven.
Y no vemos, Señor, no vemos,
no vemos Señor.


De objetos perdidos (1998)


La costumbre de amar. Doris Lessing. Un poema de Ángeles Mora. 

En nuestra reunión de diciembre leemos el cuento más conocido de la Premio Nobel de Literatura Doris Lessing, La costumbre de amar.

Esta narración trata de un hombre de sesenta años, casado dos veces, que ha tenido múltiples aventuras con otras mujeres y que un día, al encontrarse solo, intenta recuperar a sus anteriores esposas que no quieren volver con él y que han rehecho sus vidas.

Enfermo, se casa con la enfermera que le cuida, y reconocemos algunos datos biográficos de la autora, cuya madre se casó con su padre, tras cuidarle siendo enfermera.

Lo que comienza siendo el último matrimonio de un hombre al borde de la vejez, con alguien mucho más joven, se va transformando en una relación de pareja con múltiples situaciones en las que un hombre mayor reconoce que su joven esposa siente atracción por otros hombres incluso de menos edad que ella. 

De que la vejez y todo lo que eso significa, se presenta un día de repente, cuando su mujer decide que ha entrado en la madurez y no va a cuidar su aspecto.

Leemos en voz alta la última página de este cuento para detenernos en su cierre y charlamos acerca de una narración, en cierta forma terrible, sobre la incapacidad de amar, la soledad, el fin de la sensualidad y las relaciones de pareja fallidas. 

Para finalizar leemos un poema de Ángeles Mora.





Elegía y postal

No es fácil cambiar de casa,
de costumbres, de amigos,
de lunes, de balcón.
Pequeños ritos que nos fueron
haciendo como somos, nuestra vieja
taberna, cerveza
para dos.
Hay cosas que no arrastra el equipaje:
el cielo que levanta una persiana,
el olor a tabaco de un deseo,
los caminos trillados de nuestro corazón.
No es fácil deshacer las maletas un día
en otra lluvia,
cambiar sin más de luna,
de niebla, de periódico, de voces,
de ascensor.
Y salir a una calle que nunca has presentido,
con otros gorriones que ya
no te preguntan, otros gatos
que no saben tu nombre, otros besos
que no te ven venir.
No, no es fácil cambiar ahora de llaves.

Y mucho menos fácil,
ya sabes,
cambiar de amor.

De Elegía y postales, 1994



30 de noviembre. El amante de Marguerite Duras. Un poema de Madmud Darwish 


En nuestra reunión que cierra el mes de noviembre de nuestro club de lectura parque Conde de Orgaz leemos, El amante de Marguerite Duras. Éste es el libro más famoso de la autora y el más leído, publicada en 1984, cuando ella tenía setenta años, lleva vendidos hasta ahora tres millones de ejemplares, habiendo sido traducida a más de cuarenta lenguas. 

Coincidimos en que la historia de una joven de apenas dieciséis años con un hombre adulto vertebra la narración y es la línea más clara de lectura. A la par, la situación de la familia de la chica nos hace preguntarnos si es la causante de que busque refugio en una relación tan dispar de edad y que como sabe él, le podría llevar a la cárcel.

Según Marguerite Duras, esta obra es prácticamente autobiográfica y como afirma al comienzo, si hasta ahora había escrito de aspectos luminosos de su infancia y juventud, es aquí en donde narra las zonas oscuras. El amor negligente de su madre por su hermano mayor, la ruina familiar, una pobreza material con grandes privaciones.

Duras es confusa y difícil en los párrafos en los que se refiere a la actitud de su madre cuando sabe de la relación de su hija con un banquero, del comportamiento violento y abusivo del hermano que tiraniza a toda la familia o de ella misma y sus sentimientos. 

Leemos algunos párrafos sobre el hermano pequeño, al que tan pronto atribuye casi minusvalía mental como afirma que puede ganarse la vida como contable.

Para finalizar leemos un poema de Mahmud Darwish.




La golondrina de los tártaros 
 Mahmud Darwish
A la medida de mis caballos será el cielo.
He soñado con lo que sucederá después del mediodía.
Los tártaros avanzaban por debajo de mí
y del cielo. No soñaban detrás de sus tiendas
alzadas ni conocían el destino de nuestras
cabras a merced del invierno próximo.
A la medida de mis caballos será la tarde.
Los tártaros escondían sus nombres en los
tejados de las aldeas, cual golondrinas,
dormían con placidez entre nuestras espigas
y no soñaban con lo que sucederá después del mediodía,
cuando el cielo vuelva poco a poco
con los suyos por la tarde.
 
Tenemos un solo sueño: que el viento pase
como amigo y esparza el perfume del café árabe
por las colinas que rodean el verano y los extraños.
Yo soy mi sueño. Cada vez que la tierra se estrecha
la agrando con un ala de golondrina y me agrando.
(…) 
Nosotros, los habitantes de las noches antiguas,
tenemos nuestras costumbres.
Creemos a nuestros sueños y mentimos a nuestros días.
Dentro de poco nos posaremos sobre nuestra edad
en los campos y haremos nuestras banderas de
sábanas blancas. Si la bandera es necesaria,
que esté desnuda de símbolos que la arrugan,
y seamos apacibles para que nuestros sueños no vuelen
detrás de la caravana de los extranjeros.
 Tenemos un solo sueño: encontrar
el sueño que nos llevaba
como la estrella lleva a sus muertos. (…)


16 de noviembre. Cuentos de Sara Mesa - Un poema de Gioconda Belli. 

En noviembre, comenzamos nuestro club de lectura con tres cuentos de la escritora Sara Mesa: Escarabajos, Picabueyes y Tomar el aire. La escritora ha comentado que si escribe algo excepcional será en el formato cuento y no en el de novela.

En nuestra reunión, reconocemos los temas, la atmósfera y los protagonistas habituales de sus otras narraciones: mujeres, adolescentes o incluso niñas siempre alrededor de hombres, en este acaso adultos a pesar de que ellas apenas hayan salido de la infancia.

En Escarabajos y Tomar el aire las protagonistas son preadolescentes y no mujeres adultas, probablemente chicas de familias desestructuradas que buscan en una relación con alguien más mayor, quizá afecto, proponemos, quizá cariño o que las hagan caso. 

En Tomar el aire, salir de un ambiente opresor se confunde con la falsa libertad de convertirse en un juguete para un anciano. 

En Picabueyes, la habilidad de la escritora nos lleva a preguntarnos que ha ocurrido exactamente, si tan sólo ha sido la pérdida de una bicicleta por irse a una zona que sus tías le prohibían ir o por el encuentro, desafortunado, con unos chicos del pueblo.

Leemos algunos párrafos en los que Mesa despliega su gran habilidad: los vaivenes emocionales y los distintos estados psicológicos de los protagonistas. La ambigüedad de las situaciones y los hechos que describe.

Charlamos acerca de la calidad de la escritura de Sara Mesa, de cómo logra distinguir, caracterizando bien, a jovencitas de poca diferencia de edad y también nos preguntamos, si el mundosaramesa nos interesa como para seguir leyendo otras obras de la autora. 


Para finalizar leemos un poema de Gioconda Belli.


Culpas obsoletas

Un momento de soledad
de paz
y la tarde es mía.
Me puedo sentar a leer
sin sentirme culpable.
Sin pensar que debía salir
a comprar el líquido para desmanchar las alfombras
o bajar a jugar con la niña.

¿Cómo será, me pregunto,
no sentir incesantemente
que uno debería ocupar varios espacios al mismo
tiempo?

No pensar, mientras se tumba uno con un libro,
que se debería estar haciendo otra cosa.
Asumir, como hacen los hombres,
la importancia del tiempo
que dedicamos al propio enriquecimiento.

Las mujeres
tenazmente sentimos
que le estamos robando  tiempo a alguien.
Que quizás en ese preciso instante
se nos requiere
y no se cuenta con nosotras.
Precisamente
todo un entrenamiento
para no borrarnos, minimizarnos,
constantemente.

¡Ah!¡Mujeres, compañeras mías!
¿Cuándo nos convenceremos
de que fue sabio el gesto
de extenderle a Adán
la manzana?

19 de octubre. La casa de las bellas durmientes. Yasunari Kawabata. Selección de haikus.

En nuestra última reunión del mes de octubre, leemos uno de los libros más célebres del Premio Nobel de literatura japonés, Yasunari Kawabata.

Se trata de La casa de las bellas durmientes que aborda desde un argumento peculiar: ancianos que pagan por dormir junto mujeres jóvenes; los temas de la vejez, la ancianidad y el examen de la propia vida a partir de recuerdos que surgen de pequeñas imágenes del presente.

En primer lugar, nos preguntamos cuál es el planteamiento del libro acerca de esta circunstancia, si se condena o no en la narración y cómo una trama como ésta es capaz de soportar la melancolía y la tristeza por la belleza de un mundo del que muy pronto el protagonista tendrá que despedirse.

Leemos algunos párrafos para argumentar las diferentes opiniones que nos merece lo narrado y también comentamos acerca de la dificultad para comprender plenamente novelas de culturas tan extrañas como puede ser la oriental, nuestros límites para lograr un entendimiento pleno del texto no compartiendo o conociendo sólo de manera superficial la cultura desde la que se escribe.

Repasamos, durante nuestro encuentro, algunos datos biográficos del autor, si se puede establecer alguna relación entre su vida y el texto y cómo los géneros literarios de creación occidental se trasladan a culturas de las que no han surgido de manera orgánica, por así decir. Fruto de una evolución natural histórica.

La novela es un género que Occidente ha configurado y que otros países, escritores y sociedades han incorporado a sus culturas y que por tanto, tiene sus propias peculiaridades. Kawabata explicó que él construía sus narraciones imagen a imagen y que era esto y no el final o la psicología de los personajes, lo que le importaba desarrollar.

La casa de las bellas durmientes al ser una novela corta muestra, mejor que sus novelas más extensas, este concepto de escritura y explica su final abrupto. Algo así como un encadenamiento de haikus.





Para finalizar leemos una selección de poemas, haiku, de Basho e Issa.

Basho ( 1644 - 1694)        

El primer día del año:                              Que ya es verano
     recuerdo,                                                                    no le digas, tormenta,
una solitaria noche de otoño                                               a las cerezas


Issa  (1762 - 1826)

En cada puerta                                                                    La primavera ha llegado
la primavera ha empezado                                                     con toda sencillez
con el barro en los zuecos                                                  un ligero cielo amarillo




5 de octubre. Ver las orejas al lobo de Alice Munro. Un poema de Tumanbay Moldagalíev. 

Comenzamos una nueva temporada del Club de lectura Parque Conde de Orgaz y en nuestra primera reunión ponemos en común uno de los mejores relatos de la escritora canadiense Alice Munro, Ver las orejas al lobo. 

Alice Munro que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 2013 por la maestría de sus cuentos, aborda en Ver las orejas al lobo, la historia de una pareja, Fiona y Grant y su relación en la vejez. 

Desde las primeras líneas, coincidimos, comienzan las interpretaciones ambiguas que es una de las características de la escritura de Munro, las zonas grises en las que ocurren los hechos, la incomodidad ante el comportamiento contradictorio de un hombre que parece querer a su esposa pero le es infiel de manera compulsiva.

En menos de una veintena de páginas, se desarrollan las biografías y las vidas completas de varios personajes, hay espacio para otros secundarios y la residencia en la que es ingresada Fiona, de la que nunca se nos dice qué tipo de demencia le ocurre exactamente, es descrita por Munro tan fielmente que reconocemos este lugar a pesar de esté situado en Canadá y no en nuestro país.


Durante nuestra reunión nos preguntamos por los motivos de Fiona para continuar con su marido, si ella sabía o no de sus aventuras con sus alumnas, por su sentido del humor, por el amor que parece existir entre ambos pese a todo.

Leemos algunos párrafos, como el final con el que Munro cierra el relato, sobre los que no tenemos una opinión común.

Para finalizar leemos un poema de Tumanbay Moldagalíev  (1935-2011)


Botas

En una carretera pesada y rota

transcurrió mi infancia en la región natal.

Estábamos en guerra.

Mi madre y yo nos quedamos

solos en la choza de barro vacía.

Los enemigos nos quitaron el sosiego y el pan

pero recuerdo los pasos familiares:

mi madre se acercaba a mi cama

y en silencio me ataba las botas.

¡Cuánta fuerza en unas manos suaves!

¡Qué dulce miedo de los cuentos a medianoche!

Por la mañana temprano iba a la escuela

en sus grandes y cómodas botas.

Luego corría a casa

sin sentir las piernas.

No podía decepcionar a mi madre descalza.

Así día tras día nos sirvió bien

ese par de botas desgastadas de mujer.

Pero yo crecí,

y se movió grande

para el calzado

mi pie.

No llores, dijo mi madre, para primavera,

puede ser,

que esperemos las botas de tu padre.

Yo no pedía mucho a la vida.

Esperé a la primavera. La esperé con todas mis fuerzas.

Terminé de esperar... solo que en vano.

Ni una vez en mi vida

me puse las botas de mi padre.




25 de mayo. Un invierno en Sokcho de Élisa Shua Dusapin. Un poema de Karmelo Iribarren. 
  
Cerramos nuestra temporada del Club de lectura Parque Conde de Orgaz con la segunda novela más reconocida de la literatura coreana, Un invierno en Sokcho de Élisa Shua Dusapin.

Dusapin había estado en Madrid hacía un par de semanas, en el festival de literatura que celebra anualmente La Casa del Lector en Matadero.

De madre coreana y padre francés, escribió esta novela breve con apenas veinte años y es probable que muchos de los rasgos de la protagonista sean autobiográficos: una joven que tras sus estudios en Seúl decide quedarse a vivir en la desangelada ciudad de Sokcho trabajando en una decrépita pensión en la que apenas hay clientes. La novela ha sido muy premiada y reconocida internacionalmente.

La narración nos parece en general, construida sobre una atmósfera extraña, en la que los motivos de la protagonista para permanecer en un lugar inhóspito y con poco futuro nunca quedan aclarados. Tampoco logramos saber si la visita del dibujante francés es para ella un antes y un después, si quiere irse con él a Francia, si le gustaría que fuera tan sólo un romance durante el invierno hasta que la ciudad y las playas reciban el sol y los turistas.

Leemos algunos párrafos en los que Dusapin contrapone la elaboración de la comida, eviscerar peces, preparar platos de verduras, en los que hay sangre y por así decir, violencia con el invierno y su temperatura gélida. Con la inmovilidad de ella y la poca interacción que tiene ese huésped europeo que se aloja en la pensión para dibujar un cómic. 

Algunas descripciones nos parecen muy hermosas a pesar de estar narradas de manera muy sintética y el ritmo seco de la prosa transmite con este recurso aún más frialdad. 

Tenemos diferentes opiniones sobre el final de la narración, abierto y ambiguo. Creemos que encaja bien en todo lo narrado y nos da pie a especular sobre qué ocurre exactamente.

Para finalizar leemos un poema de Karmelo Iribarren.



Esos días

Hay días
en los que levantarte de la cama
suele terminar siendo
más que un acto rutinario
un gesto épico. 
Y no me refiero ahora a las resacas
ni a que caigan
chuzos de punta ahí fuera
ni a que hayas roto con ella.

Me refiero
a cuando te quieren y hace sol
y no te duele nada,
a cuando tienes el mundo
rendido a tus pies,
y no te basta. 



11 de mayo. La vegetariana de Han Kang - Un poema de Pak Chaesam. 

En nuestra primera reunión de mayo leemos, extraído como un relato, La vegetariana de Han Kang. En realidad es una novela corta que se compone de tres narraciones de un mismo hecho: las consecuencias que desata la decisión de no comer carne de una joven esposa y cómo su entorno familiar quiere obligarla a que vuelva a comerla.

Comenzamos nuestra reunión con un vistazo a la cultura coreana que en música y cine ha logrado tantos éxitos. El momento en el que este país asiático toma la decisión de convertir su cultura en una industria que sea tan rentable como otras áreas económicas.

Sobre nuestra narración, a todos nos ha causado una gran impresión y creemos que la recordaremos durante bastante tiempo. Aunque el tema parecía en principio, anodino, la autora logra sin tremendismo, que el lector asista al horror de una sociedad que vive en la modernidad pero cuyas estructuras sociales parecen no haber evolucionado en el tiempo, así que cuando alguno de sus miembros se sale de la norma, como nuestra protagonista, todo su grupo familiar intenta que rectifique aunque esto la lleve incluso al borde de la muerte. 
Ni siquiera cuando se está recuperando en el hospital dejan de intentar que vuelva a comer carne. Esta excepcionalidad nos llama la atención porque el cuñado de esta mujer parece vivir sin trabajar de su mujer, que saca adelante un negocio y el cuidado de los niños sin que nadie le reproche nada.

También charlamos acerca de la situación de las mujeres en Corea y nos planteamos si es así en general, en la cultura asiática. La sumisión a los dictados de la familia y del marido que no interviene cuando el padre golpea a su esposa en una comida familiar porque se empeña en continuar con su decisión de no comer carne.

Durante la reunión algunos creemos que quizá la protagonista, debido a los malos tratos del padre y un incidente con un perro en su infancia, podía haber comenzado a desarrollar algún problema mental y que ahora, al querer ser vegetariana, emerge por la presión que todo su entorno ejerce sobre ella. 





Para finalizar leemos un poema de Pak Chaesam.


             El camino de regreso              

Sobre  el helado camino,

la madre vuelve  al amanecer

empapada del rocío nocturno

después de un día de ventas.

 

No hay tarro de miel en la alacena,

sólo el polvo gris acumulado.

Mientras tanto los niños, tan pequeños para el trabajo,

sin culpas, duermen tendidos aquí, allá.


Nadie ve, nadie comprende cuando ella sacude

la lluvia de estrellas que trae en la frente.

Cuando de sus mangas

se desprende la luz de la luna. 


27 de abril. El baile – Irene Nemirovsky. Un poema de Javier Egea. 

En nuestra última reunión del mes de abril, en el Club de Lectura Parque Conde de Orgaz, leemos El baile de Irene Nemirovsky.

Al comenzar comentamos la vida de la escritora, nacida en una familia acaudalada que le dio una educación exquisita y logró  publicar con éxito pero que acabó trágicamente fallecida en un campo de concentración debido a que era judía. Se atribuye a esta novela muchos rasgos autobiográficos como es la desatención que una frívola madre tiene con su hija a la que desprecia y un padre que se mantiene al margen dedicado a sus negocios.

Coincidimos en que ningún personaje, ni siquiera la protagonista, se alza por encima del ambiente de arribistas, nuevos ricos, frivolidad e hipocresía que impera en todas las situaciones. Los protagonistas de esta novela no tienen límite en su ambición y la hija, de 14 años, sueña con encontrar un amor al ser rechazada por todos, al no ser querida por nadie.

Humillada por su madre, abofeteada incluso en público, tratada como una niña, es lógico que se sienta muy desgraciada. 

Sobre la madre de la protagonista leemos algunos párrafos en los que dará de lado sin miramientos a su propia hija para impresionar a los invitados que están por llegar a su fiesta y también para que no la eclipse a ella que espera encontrar en el baile que ha organizado, un amante joven. Por si no fuera suficiente, ordenará que cene sobre una tabla de planchar y la enviará a dormir a una especie de trastero mientras los adultos disfrutarán de una gran cena con músicos en un salón adornado con flores.

El desenlace, en el que, por un momento, todos se revelan como son, se insultan y faltan al respeto se muestra crudamente al lector. Toda la comedia que venían representado se ha venido abajo.

Para finalizar leemos un poema de Javier Egea.


Un día feliz 


¿Qué pasa en esta calle que el ciego de la esquina
regala los cupones y el de la barbería
olvidó a Maradona y el viejo que gruñía
por el ojo de patio hoy entona en sordina
baladas de Los Panchos y de Joaquín Sabina
y vino el fontanero y hasta la policía
hace la vista gorda con Luis “El Carafría”
que arregla transistores y pasa cocaína
y paran los taxistas en los pasos de cebra
y la dulce pareja por fin encuentra piso
y es el barrio un desorden lavado por la lluvia?
¿Por qué sirve Bernardo de marca la ginebra?
Porque nadie esperaba tan pronto el paraíso.
Porque ha venido a verme Consuelo de la Rubia.









13 de abril. Intérprete de emociones. Jhumpa Lahiri. Un poema de Pablo Neruda

En nuestra primera reunión del mes de abril, leemos un cuento de la autora anglo-india, Jumpa Lahiri, Interpréte de emociones que pertenece a un volumen de cuentos del mismo título y que obtuvo el premio Pulitzer en el año 2000.

Este relato trata del universo sobre el que Lahiri siempre escribe, la tensión de integrarse en otras culturas, la mirada a los lugares de origen, las confusiones, la perplejidad y en sus propias palabras "la alienación" que sufren quienes se ven obligados a dejar sus raíces para vivir en otros lugares.

Durante nuestro encuentro charlamos acerca de las vidas que se desarrollan a través de matrimonios mal avenidos, expectativas sobre el trabajo que nunca llegan a cumplirse, el desconocimiento que se tiene sobre los propios orígenes. Las dudas sobre la cultura a la que realmente se pertenece. 

El chófer indio que lleva de un lado a otro a una joven pareja y sus tres hijos, fantasea con una posible amistad con la esposa que parece haberle tenido en cuenta, admirarle, frente a su propia mujer con la que no tiene afinidad. 

El ataque de los monos, un animal sagrado en la cultura india, a uno de los niños por el descuido de la madre y un padre ocupado en tomar fotografías está a punto de volverse una tragedia que no llega a desencadenarse quizá en consonancia con las propias vidas de los protagonistas de este cuento. Sobrellevan sin un sentido de tragedia muchas esperanzas frustradas y desengaños que afrontan cada día.

Admiramos que los personajes de Lahiri, aunque trazados sobre un oscuro fondo no lo parezcan tanto y son descritos con indulgencia y empatía y sin emitir juicios sobre ellos. El chófer y sus fantasías le acercan a la inmadurez que él critica en el comportamiento de los padres de los niños; la mirada nueva de la esposa que es poco simpática para el lector, le devuelve, sin embargo, por un momento, la dignidad y la estimación propia, elogiando la manera en la que se gana la vida.

Para finalizar, leemos un poema de Pablo Neruda. Oda a las cosas. 




AMO las cosas loca,
locamente.
Me gustan las tenazas,
las tijeras,
adoro
las tazas,
las argollas,
las soperas,
sin hablar, por supuesto,
del sombrero.

Amo
todas las cosas,
no sólo
las supremas,
sino
las
infinita-
mente
chicas,
el dedal,
las espuelas,
los platos,
los floreros.

Ay, alma mía,
hermoso
es el planeta,
lleno
de pipas
por la mano
conducidas
en el humo,
de llaves,
de saleros,
en fin,
todo
lo que se hizo
por la mano del hombre, toda cosa:
las curvas del zapato,
el tejido,
el nuevo nacimiento
del oro
sin la sangre,
los anteojos,
los clavos,
las escobas,
los relojes, las brújulas,
las monedas, la suave
suavidad de las sillas.

Ay cuántas
cosas
puras
ha construido
el hombre:
de lana,
de madera,
de cristal,
de cordeles,
mesas
maravillosas,
navíos, escaleras.

Amo
todas
las cosas,
no porque sean
ardientes
o fragantes,
sino porque
no sé,
porque
este océano es el tuyo,
es el mío:
los botones,
las ruedas,
los pequeños
tesoros
olvidados,
los abanicos en
cuyos plumajes
desvaneció el amor
sus azahares,
las copas, los cuchillos,
las tijeras,
todo tiene
en el mango, en el contorno,
la huella
de unos dedos,
de una remota mano
perdida
en lo más olvidado del olvido.

Yo voy por casas,
calles,
ascensores,
tocando cosas,
divisando objetos
que en secreto ambiciono:
uno porque repica,
otro porque
es tan suave
como la suavidad de una cadera,
otro por su color de agua profunda,
otro por su espesor de terciopelo.

Oh río
irrevocable
de las cosas,
no se dirá
que sólo
amé
los peces,
o las plantas de selva y de pradera,
que no sólo
amé
lo que salta, sube, sobrevive, suspira.
No es verdad:
muchas cosas
me lo dijeron todo.
No sólo me tocaron
o las tocó mi mano,
sino que acompañaron
de tal modo
mi existencia
que conmigo existieron
y fueron para mí tan existentes
que vivieron conmigo media vida
y morirán conmigo media muerte.

sábado, 8 de abril de 2023

Club Lectura Mediateca Anabel Segura, Alcobendas (Madrid) Temporada 2023 - Coordinadora, Maribel Orgaz

 


Nueva temporada en el Club de Lectura de la Mediateca Anabel Segura Alcobendas (Madrid) del que soy Coordinadora. 

Nuestro club de lectura comenzó su andadura en 2017 y temporada tras temporada ha estado completo y a menudo, con lista de espera. 

Información Mediateca Anabel Segura, Alcobendas - Tel. 91 484 16 90 y 673 22 05 88

Este club de lectura se dedica al cuento y los materiales se entregan fotocopiados en la biblioteca antes de cada sesión y se envían por correo electrónico. 

¿Quieres coordinar tu propio club de lectura? echa un vistazo a este pequeño manual que publiqué en la editorial Bercimuel en versión digital. Cómo organizar un Club de Lectura.


Reuniones en 1er. Cuatrimestre 2023, aquí 

Reuniones en 2022 aquí 

Reuniones en 2020 y 2021 aquí

Reuniones en 2019, aquí

Reuniones en 2018, aquí  y aquí

Reuniones en 2017, aquí  y aquí.


16 de noviembre. Cuentos de Abdulrazak Gurnah, un poema de Euphrase Kezilahabi.

Cerramos nuestro mes de noviembre, dedicado a los premio Nobel africanos, con un texto autobiográfico de Abdulrazak Gurnahfinalizar, un cuento: Jaulas, y varias micronarraciones. 

Leemos casi párrafo a párrafo la encrucijada de este autor, reflejada en Escritura y lugar, que como él mismo escribe, es una situación vital cada vez más frecuente en otras personas: su lengua materna es una, su educación escolar transcurrió en otra lengua distinta vehiculando una cultura que no existía en su vida cotidiana, en la calle o en la mezquita.

Gurnah se plantea como africano que ha estudiado su carrera universitaria en Gran Bretaña y que escribe en una lengua ajena, no sólo su situación individual como extranjero en otro país, también sobre qué temas puede escribir y para quién escribe, a qué lectores se dirige.

Esto nos ha dado pie a un debate con muchas preguntas, acerca de las lenguas y cómo se desarrollan en nosotros, cómo están ligadas a nuestra infancia o nuestra afectividad. También sobre los autores que se ven obligados a abandonar sus países de origen por la situación política y la inestabilidad social.

Del cuento, Jaulas, coincidimos que es muy duro. Un joven o quizá adulto, porque nos hemos dividido en cuanto a la posible edad del protagonista, vive en una tienda encerrado e incluso nos planteamos si puede decirse, esclavizado, desde niño, durmiendo en el suelo de tierra del patio. La miseria material es aún peor al narrarla con la miseria moral de su situación, la crueldad que le rodea y su destino, del que intuimos, nada va a cambiar. La decepción frente a las personas y situaciones es un tema de Gurnah y creemos que un ejemplo es esta narración.





Para finalizar, leemos dos poemas del también escritor tanzano, Euphrase Kezilahabi. 

El destino del pueblo

Cuando los árboles se mecen

el viento está silbando

cuando se caen

un huracán está pasando

y la gente corre a sus casas.

Cuando caen los dictadores

un tornado está soplando

la gente sale de sus casas.

Los dictadores hablan de democracia

Dios los creó y vio que eran buenos.

Y descansó.

Para dejar al pueblo manejar

su destino en la tierra.

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Una y otra vez

El grillo vuela con su amante
como una astronave
a través de atajos y caminos
y aterriza con seguridad
en la hierba, del otro lado
evitando los ojos de los pájaros
y dejando pasar hocicos y cascos
de nubes de vacas que pastan
aunque no puede darle la vuelta al mundo
o aterrizar en la luna.
La vida de dos es única.

Si la serpiente pierde su amante
se priva de alimento hasta morir
y la paloma muere de tristeza.

El gorila
más allá del olor
vela sobre el cadáver
una semana.
La vida de los dos es única.

Tú y yo
contemos las estrellas
hasta olvidar
donde estamos,
empecemos de nuevo.
Una y otra vez, por siempre dos.


9 de noviembre. Cuentos de Naguib Mahfuz. Un poema de Iman Mersal. 

En nuestra primera reunión de noviembre, mes dedicado a dos premios Nobel africanos, comenzamos con Naguib Mahfuz, un escritor que ya en vida fue muy querido por sus lectores. Y que a menudo se compara con Benito Pérez Galdós o Charles Dickens. 

Ponemos en común tres cuentos: Una voz turbadora, El acusado y Pimienta. Los tres situados en Egipto, probablemente en un tiempo anterior a cuando fueron escritos. En torno a los años 40 ó 50. A pesar de estar publicados casi en los años 70 pero la situación del primer cuento, Una voz turbadora, nos lleva a preguntarnos si la adolescente que retrata, sería así en el Egipto actual.

Elogiamos en este primer cuento el uso del diálogo y nos preguntamos por esta escena cotidiana, en la que un hombre sentado en un café fantaseando con una vida de riqueza, contempla junto a su amante esporádica, el esfuerzo de un joven y pobre barquero.

Nuestro segundo cuento, El acusado nos ha causado un gran impacto. Un hombre acusado de un atropello del que no es culpable, es atrapado por unas circunstancias cada vez más oscuras. Aldeanos que quieren lincharle, la desidia policial y un fiscal que no aparece para aclarar los hechos a tiempo.

Leemos el párrafo en el que este viajante, un cobrador, se desquicia hasta perder los nervios y la cabeza y especulamos sobre su probable final.

El tercer cuento, Pimienta, trata de un chico de café, pobre, con una familia cuyo padre es encarcelado a menudo por pequeños huertos. El ambiente del café, la ingenuidad del chico y la manera en que Mahfuz lo retrata, lleno de simpatía, nos ha gustado especialmente.

Para finalizar leemos un poema de la escritora egipcia Iman Mersal.





Es agradable

volver a contemplar las fotos de mi infancia.

Poder alejar la idea constante

de que yo era un bonito proyecto de convertirme en otra persona,

pero que ha sido desbaratado por mis acertadas decisiones.


****

 ¿Por qué no olvidan que son de allí?

 

Expatriados fracasados

ejercitan los músculos de la boca para librarse del acento.

 

El acento, esa sutil enfermedad hereditaria que los delata,

irrumpe cuando se enfadan y olvidan cómo traducir sus penas a una lengua extranjera.

 

El acento no queda enterrado a pesar de ser hábiles sepultureros.

 

Anotan en la puerta del frigorífico los nombres de los familiares muertos

para no equivocarse y telefonearlos por error.

 

Pagan una cuarta parte de sus salarios a las compañías telefónicas

para asegurarse de que viven en un lugar alejado de su infancia.

 

¿Por qué no olvidan?




19 de octubre. Cuentos de Sara Mesa - Un poema de Gioconda Belli. 
Cerramos octubre con dos cuentos de la escritora Sara Mesa: Escarabajos y Tomar el aire. La escritora ha comentado que si escribe algo excepcional será en el formato cuento y no en el de novela.

En nuestra reunión reconocemos los temas, la atmósfera y los protagonistas habituales en sus otras narraciones: mujeres, adolescentes o incluso niñas que orbitan alrededor de los hombres. 

Mientras que ellos parecen comportarse de manera libre, rompiendo la relación ya sea erótica o sentimental, cuando lo deciden sin quedar atrapados en una dependencia emocional o se acercan a ellas sin falsas expectativas y por el propio interés; en su novelística y sus relatos, las mujeres, adolescentes o niñas quedan atrapadas en una tela de araña de emociones repleta de fantasías acerca de ellos.

En Escarabajos y Tomar el aire las protagonistas son niñas y adolescentes y no mujeres adultas, probablemente chicas de familias desestructuradas que buscan en una relación con alguien más mayor, quizá afecto, proponemos, quizá cariño o que las hagan caso. 

En Tomar el aire, salir de un ambiente opresor se confunde con la falsa libertad de convertirse en un juguete para un anciano. 

Leemos algunos párrafos en los que Mesa despliega su gran habilidad: los vaivenes emocionales y los distintos estados psicológicos de los protagonistas.

Charlamos acerca de la calidad de la escritura de Sara Mesa, de cómo logra distinguir, caracterizando bien, a jovencitas de poca diferencia de edad y también nos preguntamos, si el mundosaramesa nos interesa como para seguir leyendo otras obras de la autora. 


Para finalizar leemos un poema de Gioconda Belli.
 
Culpas obsoletas

Un momento de soledad
de paz
y la tarde es mía.
Me puedo sentar a leer
sin sentirme culpable.
Sin pensar que debía salir
a comprar el líquido para desmanchar las alfombras
o bajar a jugar con la niña.

¿Cómo será, me pregunto,
no sentir incesantemente
que uno debería ocupar varios espacios al mismo
tiempo?

No pensar, mientras se tumba uno con un libro,
que se debería estar haciendo otra cosa.
Asumir, como hacen los hombres,
la importancia del tiempo
que dedicamos al propio enriquecimiento.

Las mujeres
tenazmente sentimos
que le estamos robando  tiempo a alguien.
Que quizás en ese preciso instante
se nos requiere
y no se cuenta con nosotras.
Precisamente
todo un entrenamiento
para no borrarnos, minimizarnos,
constantemente.

¡Ah!¡Mujeres, compañeras mías!
¿Cuándo nos convenceremos
de que fue sabio el gesto
de extenderle a Adán
la manzana?





5 de octubre - Ver las orejas al lobo de Alice Munro - Un poema de Mukhtar Shakhanov  

Comenzamos una nueva temporada del Club de lectura de la Mediateca Anabel Segura que está dedicado al relato y en nuestra primera reunión ponemos en común uno de los mejores cuentos de la escritora canadiense Alice Munro, Ver las orejas al lobo. 

Alice Munro que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 2013 por la maestría de sus relatos, de una extensión que no son novelas cortas pero se extienden más allá de lo que habitualmente otros autores trabajan en el "formato cuento", por así decir; aborda en Ver las orejas al lobo, la historia de una pareja, Fiona y Grant y su relación en la vejez. 

Desde las primeras líneas, coincidimos, comienzan las interpretaciones ambiguas que es una de las características de la escritura de Munro, las zonas grises en las que ocurren los hechos, la incomodidad ante el comportamiento contradictorio de un hombre que parece querer a su esposa y habla honestamente sobre sus múltiples relaciones con sus estudiantes a lo largo de su vida como profesor universitario. Charlamos acerca de si esposa sabe de estas relaciones, si es consciente de ellas intentando buscar párrafos en el texto que nos lleven a pensarlo y leyéndolos en voz alta.

En este cuento, cuyo contenido, coincidimos es muy denso, se desarrollan las biografías y las vidas completas de varios personaje e incluso caben otros secundarios llenos de vida, conflictos y coincidimos, hasta valentía en el día a día como la enfermera Kristy abandonada por su marido y con cuatro hijos. 

También nos planteamos cómo está reflejada la residencia en la que es ingresada Fiona, de la que nunca se nos dice qué tipo de demencia o enfermedad mental le aqueja. Esta residencia es descrita por Munro tan fielmente que reconocemos este lugar a pesar de esté situado en Canadá y no en nuestro país.





Para finalizar, leemos un poema de un autor kazajo, Mukhtar Shakhanov  


Séptimo sentido

Te has casado, y me alegro por ti.

Pero no sólo los seres humanos,

incluso lobos con lobas y monos graciosos,

escapando de la soledad conectan sus destinos

para convertirse en un apoyo adecuado.

Uno para el otro.

Casarse como todos los demás,

y engendrar un hijo.

para esto no necesitas una mente grande.

La pregunta es, cuál de las dos caras de tu esposa

verás mañana.

Desde tiempos inmemoriales,

la gente confundía

sus calientes y tormentosos pasatiempos fugaces

con el amor.

Esta pasión también da chispas.

Pero no todos pueden entender

que en el mundo nuestro,

tan humano y tan olvidadizo,

el amor es el pico más alto

al cuando pueden subir sólo unos pocos afortunados.

Y tal vez, ¡ay!, de decenas de miles

solo dos son capaces de aferrarse

en el borde afilado de esta increíble,

cautivante y emocionante fiesta de felicidad.

Fiesta de la eterna, incesante admiración.

La intimidad corporal,

sin la cercanía del espíritu,

es una tristeza inconmensurable.

Por eso en el mundo mucha gente está sola,

sufriendo porque a su media naranja le faltan alas.

Ellos nunca viven los vuelos irrepetibles

y las fiestas inexplicables.

Completamente privados de esta suerte son infelices

y sonriendo a los ojos, a menudo en secreto están limpiando lágrimas amargas.

Y en cualquier encrucijada del camino de la vida

siempre encuentras la inexorable pregunta:

¿acaso tu esposa se ha convertido 

en la verdadera amiga de los motivos más ocultos de tu alma?

¿Siente ella tus tormentas y alegrías

con su séptimo sentido?

Y si no,

entonces, todas tus aspiraciones 

son iguales a intentar encender el fuego en un día ventoso.

Y eso significa que tu estás muy lejos de la fatídica meta.

Demasiado lejos...

¡Así de inalcanzable y misterioso,

de selectivo y voluble es este Amor!

Mukhtar Shakhanov, 1942


22 de junio. Encender una hoguera de Jack London. Un poema de Czesław Miłosz.

Cerramos nuestra temporada del club de lectura de la Mediateca Anabel Segura con un gran clásico, Encender una hoguera del autor norteamericano Jack London.

En general, a todos nos ha impactado esta narración acerca de un hombre que tras inspeccionar un terreno para su explotación maderera ha de regresar al campamento de sus compañeros acompañado de un perro. 

Leemos algunos párrafos en voz alta para analizar mejor cómo London ha construido una obra maestra del género y el motivo por el que este cuento está considerado su mejor narración breve.

Aunque utiliza elementos literarios, la mayor parte de la aventura del protagonista se articula con los recursos de una narración oral. Sin largas descripciones ni digresiones. Repitiendo de manera constante lo que a London le interesa que no se olvide: el frío mortal en el que casi, se puede decir, ingenuamente nuestro protagonista se atreve a desempeñar su tarea. Y también, recordando al lector el tiempo que va transcurriendo para que crezca nuestra angustia como lectores.

London indica las horas, el arco temporal, del que este hombre dispone para alcanzar a sus compañeros y cómo ha sido advertido por un veterano, por la voz de la sabiduría y la prudencia, que a esas temperaturas bajo cero no se puede ir solo.

Coincidimos en que su compañero, un perro, representa al igual que el paisaje, la propia naturaleza que es mucho más fuerte y poderosa que la soberbia humana que no reconoce que hay límites que no puede sobrepasar. 

El desenlace, en el que nuestro protagonista acepta con coraje su destino, lejos de caer en la moraleja o la admonición apela, pese a todo, a la compasión del lector. 

Para finalizar, leemos un poema del Premio Nobel polaco Czesław Miłosz.

Encuentro

Estuvimos paseando a través de los campos

en un vagón al amanecer.

Una herida rosa roja en la oscuridad.


Y de pronto una liebre atravesó la carretera.

Uno de nosotros la señaló con la mano.

Eso fue hace tiempos. Hoy ninguno de ellos está vivo,

Ni la liebre, ni el hombre que hizo el ademán.


¿Oh, amor mío, dónde están ellos, a dónde han ido?

El destello de una mano, la línea de un movimiento,

el susurro de los guijarros.

Pregunto no con tristeza, sino con asombro.


15  de junio. El quepis de Colette. Un poema de Bertolt Brecht. 

En la penúltima semana de nuestro cierre del club de lectura de la Mediateca Anabel Segura leemos una autora francesa, Sidonie-Gabrielle Colette, algunos de cuyos cuentos se han reeditado en España. 

En nuestra reunión ponemos en común sólo uno de ellos, El Quepis que trata de las relaciones de una mujer madura con un joven soldado.

El quepis está narrado por la amiga de Marco, la mujer de 45 años que separada de su marido, sobrevive escribiendo a un céntimo la línea. Nos preguntamos por la naturaleza de las relaciones de otros hombres que surgen en la narración y si algunos de los rasgos de ambas mujeres no son de la propia Colette: su pelo largo, la escritura como oficio muy mal pagado, la ambigüedad en los sentimientos de una amiga hacia la otra.

Planteamos si Colette, que en Francia es una escritora consagrada, tiene interés para los lectores españoles hasta el punto de volver a ser editada. Charlamos acerca de la serie de novelas que la llevó a la fama, sobre una jovencita estudiante y si los cuentos constituyen un aparte en su producción, si son lo que finalmente, al cabo de los años, continúan teniendo interés para un lector de nuestro tiempo.

Leemos algunos párrafos en voz alta en los que el círculo de amigos de la narradora detalla cruelmente los cambios físicos que una pasión amorosa desata en una mujer y la habilidad de Colette para mantener, en un encuentro que se sabe que durará poco, la sinceridad de sentimientos de una mujer mayor por un joven amante. 

Para finalizar leemos un poema de Bertolt Brecht.


1. Lo sé, amada: ahora se me cae el pelo por mi vida salvaje,

y me tumbo en las piedras y bebo el aguardiente más

barato, caminando desnudo al viento.

 

2. Pero hubo un tiempo, amada, en que fui puro.

 

3. Tuve una mujer que era más fuerte que yo, como la hierba

es más fuerte que el toro: se vuelve a erguir.

 

4. Ella vio que yo era malo, y me amó.

 

5. No preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,

y quizás iba hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:

esto es todo. Y fue mi cuerpo.

 

6. Ahora ya no está en ningún lado, desapareció como una

nube cuando ha llovido.

 

7. Pero de noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,

pálida en el viento, fuerte y vuelta hacia mí,

 y me inclino ante él.



8 de junio. La amante del demonio de Elizabeth Bowen, un poema de Karmelo Iribarren. 

Nuestra primera reunión de junio tiene lugar con motivo del cuento, La amante del demonio de la escritora angloirlandesa, Elizabeth Bowen. Durante junio leeremos escritoras que por diferentes circunstancias quizá puedan caer en el olvido o poco a poco, ser cada vez menos leídas. 

Es uno de los temas que abordamos durante la reunión, que en ocasiones no es por la calidad de la obra por la que los escritores y escritoras son relegados, puede deberse a que otro contemporáneo suyo es cada vez más leído o que escribieron sobre temas que consideramos de poco interés. 

Nuestro cuento, quizá el mejor de todos los que escribió, es una pequeña obra maestra de virtuosismo o, como lo denominamos en nuestro encuentro, de orfebrería. A lo largo del texto traza correspondencias entre palabras, insinuaciones o frases que en la mente del lector van creando la atmósfera inquietante, misteriosa y hasta maléfica que Bowen pretendía.

Nos preguntamos cuál es el límite en el que puedes dejar al lector con interrogantes: ¿quién es, en realidad, el soldado con el que ella tuvo una relación y que finalmente desapareció durante 25 años? , ¿un ser demoníaco? ¿un hombre extraño del que se enamoró por completo?

Nos fijamos en palabras que sugieren, sin decir claramente, oscuridad y temor, las referencias a sonidos y olores y las reacciones de nuestra protagonista, una mujer casada y con tres hijos que si bien tiene un temperamento "prosaico", en palabras de la autora, está aquejada de un tic nervioso producto de una enfermedad que desconocemos.

Especulamos acerca de si ella cayó en una depresión cuando él tuvo que marcharse a la guerra y fue dado por muerto y si la familia sólo le apreció cuando supo que había fallecido.

Elizabeth Bowen ha sido recuperada por así decir, por la editorial Impedimenta que ha publicado con éxito su novela más reconocida, La muerte del corazón para traducir y publicar posteriormente, porque estaba inédita, El fragor del día. 

Para finalizar, leemos dos poemas de Karmelo Iribarren. 


LOS SUEÑOS           
                
Lo fueron todo 
y ya los ves
ahora,
abatidos por los días
iguales,
como pasquines en los charcos.
Vivir
se reduce
a esquivarlos.


VUELVE A INTENTARLO
 Esas mañanas de domingo,
en invierno,
a primera hora:
las calles recién regadas,
el aire fresco,
limpio,
el olor a cruasán de las cafeterías,
la locura
de los pájaros…
 Como si la vida
te dijese:
 mira, aquí me tienes,
vuelve a intentarlo.





27 de abril. El hombre que amaba las flores y El asesino de Stephen King. Un poema de Pablo Neruda. 

En nuestra primera reunión de la nueva temporada del club de lectura de la Mediateca Anabel Segura leemos dos cuentos de Stephen King, El hombre que amaba las flores y El asesino. 

Comenzamos nuestra reunión preguntándonos por el éxito mundial de un autor como Stephen King que ha vendido más de cuatrocientos millones de libros y también por la petición de tantos lectores de que se le otorgue el Premio Nobel de literatura como se ha hecho con Bob Dylan por ejemplo.

Los dos cuentos tienen muchas características del universo de este escritor, del escalofrío que provocan sus personajes y las situaciones que King describe.

Hacemos, en primer lugar, una lectura sólo de la trama que en ambos es muy ágil y acaba sorpresivamente. En el primero de ellos, El hombre que amaba las flores, algunos de nosotros sí hemos anticipado el final y localizamos en el texto los detalles a partir de los cuales puede deducirse. Comentamos si podríamos hacer un segundo nivel de interpretación, atender al subtexto por así decir. Nuestro joven y enamorado protagonista ha quedado con su enamorada entre gente que le contempla con simpatía pero que hace tiempo vive desilusionada con sus relaciones de pareja. 

En el segundo cuento, El asesino, el título, al igual que en el anterior, forma parte de la narración. En esta ocasión, trata de un robot que trabaja en una cadena de montaje. En apenas un par de páginas, se desarrolla un cuento que nos hace preguntarnos si los deshumanizados no serán los hombres que trabajan en fábricas como la que describe el autor y hasta qué punto puede influir en una persona, trabajar fabricando en cadena armamento.

Charlamos acerca de lo que Stephen King suprime del cuento: no sabemos los motivos por los que un joven es un asesino en serie, no se hace un retrato psicológico del mismo y tampoco si el robot del segundo cuento se despierta de un desmayo, sufre un recableado o qué le ocurre exactamente. Pero todos estos elementos que podrían estar presentes nos han provocado preguntas y seguir dándole vueltas al argumento de los cuentos. 



Para finalizar, leemos un poema de Pablo Neruda. Oda a las cosas.


AMO las cosas loca,
locamente.
Me gustan las tenazas,
las tijeras,
adoro
las tazas,
las argollas,
las soperas,
sin hablar, por supuesto,
del sombrero.

Amo
todas las cosas,
no sólo
las supremas,
sino
las
infinita-
mente
chicas,
el dedal,
las espuelas,
los platos,
los floreros.
                                                                    Continúa aquí.